Historia de la Devoción al Corazón de Jesús en el Perú - 15° Parte: En ambos lados del Océano


+P. Rubén Vargas Ugarte S.J.


5. EN AMBOS LADOS DEL OCÉANO

5.2. LA NOVENA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

La Novena de que antes hablamos se fue generalizando en el Perú, como preparación para la fiesta del Sagrado Corazón y en Lima, Ica, Arequipa y Cusco se hizo costumbre el celebrarla. En 1785 en Lima y en la imprenta de la Calle de Juan de Medina, salió a luz la Novena, sacada del libro del P. Juan de Loyola, TESORO ESCONDIDO y en ella se decía que muchos Arzobispos y Obispos la habían enriquecido con indulgencias. Por lo que hace al Perú, así el Arzobispo de Lima, Pedro Antonio Barroeta como el Obispo del Cusco, Juan Manuel Moscoso se contaban en ese número. La novena se reimprimió más adelante como también la misma obra del P. Loyola y como por aquel tiempo algunas diócesis americanas hubiesen solicitado el rezo del Oficio del Sagrado Corazón, en Lima se imprimía también este Oficio. Uno de los primeros en hacerlo fue el de Santiago de Chile José Antonio Martínez Aldunate y Pio VI, lo concedió a su clero secular y regular, por un Breve de 7 de septiembre de 1791. Poco después el mismo obispo lo mandaba imprimir en Lima. Más adelante, Pio VII, a ruegos del Rey de España, extendió el Oficio y Misa sobredichos a todos los dominios de ultramar, en 1815, de modo que ya en 1817 se rezaba en Lima.



5.3. CHACHAPOYAS LO ELIGE POR PATRONO

Ya en el siglo XIX las alternativas de la lucha por la independencia pusieron una pausa en el florecimiento de esta devoción, pero, devuelta la paz a la República, empezaron de nuevo las manifestaciones de piedad hacia el Corazón Divino. Una de ellas fue el haber elegido la Diócesis de Chachapoyas, antigua de Mainas, a este Corazón por Patrón Titular. Había sido nombrado Obispo de esta vastísima diócesis el ejemplar sacerdote de la de Trujillo, José María Arriaga. Aún antes de su consagración que se verificó en el año 1839, el electo pasó a Moyobamba en calidad de Gobernador del Obispado y Vicario Capitular y en esa ciudad convocó en Abril de 1836 una Junta de Párrocos, a fin de extender el estatuto provisorio del Obispado. En la sesión segunda del día 19 de abril de 1836, el Sr. Arriaga manifestó que como Patrono de la Diócesis se podía escoger al Sagrado Corazón de Jesús, pues santo Toribio, que lo era de estas provincias antes de constituirse en Obispado, lo era también del de Trujillo. Todos unánimes acordaron que así se hiciese y acto continuo Su Señoría Ilustrísima prestó juramento sobre los Santos Evangelios de reconocer como Patrono al Sagrado Corazón. Los asistentes prestaron el mismo juramento en manos de Su Ilustrísima.

Se pasó luego a tratar del rito con que debía celebrarse la fiesta del Patrono y se acordó que fuese doble de primera clase, sin octava y en cuanto al precepto de oír misa que obligase a todos los de las ciudades y villas, excepto la gente del campo, pero con la calidad de poder trabajar en ese día. A fin de facilitar la asistencia de las autoridades y evitar que se siguiesen dos días de fiestas, acordaron que la solemnidad de la Octava del Corpus se trasladara al viernes inmediato y que así se hiciese en todas las parroquias, celebrando en este día misa solemne con vísperas y procesión.

Este acuerdo, por disposición del Obispo electo, se trasmitió a las autoridades, comenzando por el prefecto del departamento, Coronel Cipriano Casanova. Este, una vez recibido el oficio del Sr. Arriaga, convocó el día 5 de mayo de dicho año a su despacho al Intendente de Policía, Sub Prefecto y otras personas y puso en su conocimiento la decisión del Prelado. Todos convinieron en que se deberían dar las gracias al Sr. Arriaga por su celo y entusiasmo y determinaron que, reconociendo al Sagrado Corazón como Patrono de la Diócesis se trasmitiese esta resolución a todos los Sub Prefectos y demás autoridades civiles y militares, para que en todas partes se guarde la fiesta del Patrono.

El Supremo Gobierno a quien el Sr. Arriaga comunicó lo resuelto, dio su plena aprobación a lo acordado en el Palacio Protectoral de Lima a 8 de septiembre de 1836. Cuando esta noticia llegó a Moyobamba, se dio a la luz pública el decreto del Estado Nor Peruano y se ordenó celebrar un TE DEUM de acción de gracias, invitando a las autoridades y haciendo que circulase dicha nota por todas las Vicarías de las tres provincias que componían el Obispado. En Chachapoyas, el clero residente en la ciudad había prestado el juramento del Patronato el día 9 de junio de 1836, en la Catedral y presidiendo el P. Félix Mariano Valenzuela de Chiliquin por enfermedad del Sr. Vicario. De este modo esta Diócesis quedó consagrada al Corazón de Jesús y lo adoptó como Patrono y Titular. (1)

1. Archivo Episcopal de Chachapoyas.


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