SEMINARIO ARQUIDIOCESANO DE AREQUIPA
27. INTRODUCCIÓN
Al hablar de la Iglesia como sacramento universal de
salvación, decíamos que una de las notas características de la Iglesia era su
"visibilidad". El Magisterio de la Iglesia desde el Concilio
Vaticano I prefirió la vía empírica para demostrar que la Iglesia es la
verdadera Iglesia de Cristo. Para ello expuso las propiedades esenciales, o notas
esenciales o permanentes que Cristo asignó a su Iglesia como signos de
reconocimiento de comunidad visible - invisible de salvación. Las cuatro
características de la Iglesia, a las que en el curso del tiempo se denominó
"notas" son:
La Iglesia es: Una, Santa, Católica y Apostólica. Con ello se demuestra
al mismo tiempo que en la Iglesia Católica "subsiste" la verdadera
Iglesia de Cristo. El Papa Paulo VI en su solemne Profesión de Fe (Credo del
pueblo de Dios), pronunciada ante la Basílica de S. Pedro el 30 de junio de
1968, en el Nº l9, dice: "Creemos en la Iglesia una, santa, católica y
apostólica, edificada por Jesucristo sobre la piedra, que es Pedro. Ella es el
Cuerpo Místico de Cristo, sociedad visible, equipada de órganos jerárquicos,
y, a la vez, comunidad espiritual, Iglesia terrestre, Pueblo de Dios
peregrinante aquí en la tierra e Iglesia enriquecida por bienes celestes;
germen y comienzo del Reino de Dios, por el que la obra y los sufrimientos de
la redención se continúan a través de la historia humana, y que con todas sus
fuerzas anhela la consumación perfecta, que ha de ser conseguida después del
fin de los tiempos en la gira celeste".
27.1. LA IGLESIA ES UNA
La unidad de la Iglesia (o que la Iglesia es Una) la entiende el N T. como
fundamentada en el hecho de que la Iglesia ha sido instituida por la acción de
un Dios Uno, l Cor 8, 6. Por la revelación una en Cristo Uno, Rom 14, 7, s.s; y en la actuación de Un
Espíritu (de Dios y de Cristo), Efes 2, 18.
Esta unidad se manifiesta en la proclamación de un solo evangelio, un
solo bautismo y un solo ministerio, que fue entregado a Pedro y a los Doce. La
unidad de la Iglesia esencial y concreta queda expresada en Pablo, sobre todo,
por medio de una semejanza con el cuerpo. Este cuerpo queda constituido por el
bautismo y actualizado por el banquete eucarístico, l Cor 10, 17. Según esto,
el N T, considera la unidad de la Iglesia como algo que viene dado desde
siempre, como algo presente, concreto e histórico, que es propio del pueblo uno
de Dios, en virtud del acto amoroso uno y universal de Dios con respecto al
género humano uno, por medio de la implantación de una cabeza (Cristo, el nuevo
Adán) sobre la humanidad. Esta unidad ha sido confiada a dicha cabeza para que
la mantenga a través de la historia como signo de su institución divina, la
Iglesia.
Por unidad, o que la Iglesia es una, no se entiende tan solo la unidad
numérica cuantitativa, sino que se añade que la Iglesia es única. No hay otra,
ni posibilidad de que haya otra, hablando en sentido estricto teológico, y en
este sentido se puede hablar de la unidad interna de la Iglesia o unión en el
sentido de indivisión.
El Magisterio de la Iglesia enseña: "La Iglesia fundada por Cristo
es una y única" (de fe). La Iglesia una, es la primera propiedad que el
símbolo Niceno-Constantinopolitano, (381), que dice "... (Creemos) en Una
sola Iglesia, Santa, Católica y Apostólica". Denz 86. En efecto, siendo la
Iglesia una, manifiesta la unión del hombre con Cristo, como uno es Cristo y
una es la estirpe humana que trajo Cristo con la Redención a todo el género
humano. Por eso en la Sagrada Escritura se habla de un solo cuerpo (S. Pablo),
Rom 12, 4-6; una esposa, Efes 5, 24, 32; un redil, un Pastor, una puerta,
Jn,10. Culmina con la oración sacerdotal de Cristo al Padre en Jn 17, 20-22: "Padre que sean uno, como tú y yo
somos uno".
La Iglesia una, comprende un triple vinculo o participación en el misterio
de la Iglesia
- La profesión de una misma fe, (vínculo simbólico - dogmático). Es decir, creemos en un mismo Credo, participamos de unos mismos dogmas y creencias. Una misma moral, etc.
- Participación de los mismos medios de salvación, (vínculo litúrgico - sacramental). Participamos con una misma fe de los mismos sacramentos y de los mismos actos litúrgicos y cultuales. Una liturgia cultual y sacramental para toda la Iglesia.
- Sumisión a los mismos pastores, y especialmente al Romano Pontífice, eje, centro y vértice de la unidad de la Iglesia, (vínculo jerárquico - social).
27.1.1. Rupturas de la unidad de la Iglesia
- A la unidad de la fe se opone la "herejía". "Herejía": significa en primer lugar una concepción errónea de la fe, cuya esencia reside en que separa una o varias verdades particulares de la estructura orgánica del todo, y por el hecho de aislarla, la entiende equivocadamente, negando el contenido total del dogma o trastocándole sustancialmente. La teología actual distingue entre "herejía material", cuando alguien sostiene una herejía objetiva sin ser consciente de su error, y "herejía formal", cuando alguien se aferra con terquedad y mala intención a una herejía objetiva. El que ha caído en herejía de una manera jurídicamente tangible, no pertenece ya en sentido pleno a la Iglesia. Denz 714; 2286.
- A la unidad de la gracia que causan los Sacramentos se opone el pecado. (Pecado que no separa definitivamente de la Iglesia, sino que paraliza al miembro dañado). Cuando hablamos de pecado nos referimos a pecado mortal grave, pecado de muerte, en el que el cristiano que muere sin arrepentirse y confesarlo está abocado a la condenación eterna. Pecado que hasta el mismo momento de su muerte, si tiene la gracia de la conversión puede librarse de él.
- A la unidad de gobierno sobre los Pastores se opone el "cisma". "Cisma", significa separación. Es el delito de quien se separa de la comunión de la Iglesia Católica para formar una secta o grupo particular al margen del gobierno autorizado de la Iglesia, los Obispos con el Papa a la cabeza, el cisma, pues rompe el vínculo social y de comunión negando la obediencia y sumisión a los legítimos Pastores. El cisma viene a caer fatalmente en la herejía al negar la autoridad y la infalibilidad de la Iglesia. Los cismas principales que se registran en la historia son los Novacianos, S.III, los Donatistas SS. IV Y V. Pero el más doloroso fue el iniciado por Focio S. IX y consumado siglos después por Miguel Cerulario (Cisma de Oriente) S. XI. Después, en el S. XVI, la herejía y cisma de Lutero, (Cisma de Occidente); Enrique VIII (Iglesia Anglicana), cisma de los Viejos Católicos, en Europa, S. XIX y finalmente, en tiempos recientes el cisma de Monseñor Lefevbre.
El factor más decisivo para vivir y fomentar la Iglesia una es el de la "comunión"
(koinonía) de todos sus miembros. Comunión que es la vivencia del "ágape"
cristiano, como la que vivió de una
manera real y sencilla la primitiva comunidad cristiana, Hech 2, 42-47.
También hemos visto la mención a ser "uno" de Jesús en el discurso de
la última cena, Jn 17, 20,s.s. Y el apóstol S. Pablo exhorta con insistencia a
los cristianos de Efeso para que se guarde la unidad exterior e interior: "Sed solícitos por conservar la unidad
del espíritu mediante el vínculo de la paz, sólo hay un cuerpo y un Espíritu,
como también una sola esperanza, la de vuestra vocación. Sólo un Señor, una fe,
un bautismo, un Dios y Padre de todos". Efes.4, 3-6. Y les exhorta con
gran insistencia a que todos guarden la posibilidad de caer en herejía y en la
separación: "Os ruego, hermanos, por
el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos habléis igualmente, y no haya
entre vosotros escisiones, antes seáis concordes en el mismo pensar y
sentir", 1 Cor 1, 10; : "Al
que enseñe doctrinas sectarias, evítale después de una y otra amonestación".
Tit 3, 10; Gal 1, 8, s.s.
El Concilio Vaticano II, también ha hecho mención a la Iglesia
"una". En Lumen Gentium, Nº 23: "Los Obispos, son
individualmente, el principio y fundamento visible de unidad en las Iglesias
particulares, formadas a imagen de la Iglesia universal, en las cuales, y a
base de las cuales, se constituye la Iglesia Católica, una y única".
En conclusión. Hemos hablado de la Iglesia que es "UNA”. Ha de ser
entendida, ante todo, en el sentido de "Unicidad" o
"única", es decir que no hay otra Iglesia o varias Iglesias, en el
sentido estricto teológico. Cristo ha fundado una sola Iglesia, y ésta es la
Iglesia Católica, aunque, "fuera de la estructura de la Iglesia de
Cristo, se encuentran muchos elementos de santificación y de verdad, que, como
dones propios de la misma Iglesia, empujan a la unidad católica". Nº 22
del Credo del Pueblo de Dios de Pablo VI. Y continúa : "Y creyendo, por
otra parte, en la acción del Espíritu Santo que suscita en todos los discípulos
de Cristo el deseo de esta unidad, esperamos que los cristianos, que no gozan
todavía de la plena comunión de la única Iglesia, se unan finalmente en un solo
rebaño con un solo pastor, (Pedro)." Nº 22.
Respecto al ecumenismo, el Concilio Vaticano II, dice: "Promover la restauración de la unidad entre todos los cristianos es uno de los principales propósitos del Concilio Vaticano II. Porque una sola es la Iglesia fundada por Cristo". Decreto sobre el Ecumenismo, Nº 1, a.
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Agradecemos al P. Ignacio Garro S.J. por su colaboración.
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