Intención del Papa Francisco para el mes de Febrero: Por las víctimas de la trata de personas, prostitución forzada y violencia




TRATA DE PERSONAS

P. José Enrique Rodríguez, jesuita.
Párroco de San Pedro, Santuario Arquidiocesano del Sagrado Corazón de Jesús
Lima - Perú.

Universal

«Por la acogida generosa de las víctimas de la trata de personas, de la prostitución forzada y de la violencia.»


“Es la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”.
(Definición del “Protocolo de Naciones Unidas para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños”)

Pasamos por alto pensar en las personas adultas, niñas, niños y adolescentes que caen en las redes de la prostitución o del negocio pornográfico, la explotación laboral, la mendicidad, las adopciones irregulares o la venta de seres humanos. Existen el mercado matrimonial, los sistemas de oferta laboral barata (en empleo doméstico, fábricas o pequeños negocios), el tráfico de drogas.

En nuestra selva del Perú habría entre 20,000 y 45,000 esclavos (BBC de Londres). 1 de cada 3 niños, niñas y adolescentes peruanos entre 16 y 17 años trabajan, y no se sabe cuántos han sido captados por traficantes. Aproximadamente cien mil niñas, niños y adolescentes son empleados del hogar sujetos a caprichos y explotación (con supuestas justificaciones sin valor alguno). Más de 50,000 menores trabajan en la explotación artesanal del oro en Puno, Madre de Dios y Arequipa. La explotación doméstica y sexual que tiene como punto de llegada Chile señala a Arequipa como zona de reclutamiento. Se ha identificado rutas de trata de personas en el norte, centro y sur del Perú. El abuso de los y las migrantes procedentes de Venezuela ha hecho saltar todas las alarmas en el tema de la trata de personas. El Plan Nacional contra la trata de personas 2017-2021 ha quedado insuficiente y las perspectivas de priorización son lejanas.

Es cierto que el problema desborda las individualidades y buena voluntad personal. Pero también es cierto que callar es ser cómplice. El solo hecho de tomar conciencia de estas duras realidades y enfrentarlas desde la perspectiva de las Bienaventuranzas nos sensibiliza y acerca al corazón de la humanidad. ¿Con qué cara podemos orar el Padre nuestro? ¿Nuestro Padre lo es también de las víctimas? ¿Hemos pensado en orar por los victimarios?

“La trata de personas es una herida abierta en el cuerpo de la sociedad contemporánea, una llaga en el cuerpo de Cristo. Es un crimen contra la humanidad”, ha dicho el Papa Francisco. Hagamos nuestras sus palabras.


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Agradecemos al P. José Enrique Rodríguez jesuita, por su colaboración.

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