JÓVENES EN ÁFRICA
P. José Enrique Rodríguez, jesuita.
Párroco de San Pedro, Santuario Arquidiocesano del Sagrado Corazón de Jesús
Lima - Perú
África atraviesa por un período de desempeño económico excepcional, pero los niveles de crecimiento no se traducen en mayor desarrollo humano para todos. Solo a través de los jóvenes se podrá superar las dificultades del futuro; pero éstos están marginados económica, social y políticamente. La falta de oportunidades se manifiesta de tres maneras:
- Desempleo. No hay relación entre las capacidades que ofrecen los trabajadores y las que se requiere en el mercado laboral. El rápido desarrollo del progreso tecnológico causa trastornos, ya que los sistemas educativos producen graduados que no pueden conseguir empleo
- Migración. En Europa hay más de 37.5 millones de inmigrantes de origen africano. La principal razón para emigrar de África es la búsqueda de oportunidades y un futuro distinto, testimonio claro de su falta de confianza en la habilidad del continente para ofrecerles algo mejor.
- Radicalización. El extremismo religioso ha causado la muerte de más de 18.000 africanos solo en los últimos cuatro años, según la Base de Datos del Terrorismo Mundial. Un informe reciente producido de la ONU indicó que el reclutamiento mundial de extremistas aumentó en un 71% entre enero de 2014 a marzo de 2015. La falta de oportunidades entre los jóvenes es un motor primordial de la radicalización que lleva al extremismo violento.
Hay nuevos enfoques para contrarrestar las tres situaciones generadoras de conflicto, con acciones preventivas que conlleven ayudar a los gobiernos, comunidades y ciudadanos, con el objetivo de ampliar el espacio político y económico para los jóvenes, que han quedado al margen del reciente crecimiento económico en África. En lo político vale este ejemplo: la edad promedio del ciudadano africano es de 30 años, mientras que la de un jefe de Estado africano es de 70 años. En lo que a educación respecta, hay que promover iniciativas para mejorar la capacidad de empleo de los jóvenes, cerrando la brecha entre conocimientos y mercado.
Dos adolescentes de Guinea lograron introducirse en un Airbus en vuelo a Europa. Murieron congelados. En las manos uno de ellos llevaba una inocente carta dirigida “a los responsables de Europa”, pidiendo socorro. En ella dicen: “Tenemos guerra, enfermedad, falta de alimentos. Tenemos demasiadas escuelas, pero una gran carencia de educación y de enseñanza. Nuestros padres son pobres y necesitan alimentarnos. Además, tampoco tenemos centros deportivos donde podríamos practicar el fútbol, el baloncesto o el tenis. Si ustedes ven que nos sacrificamos y exponemos nuestra vida, es porque se sufre demasiado en África. Sin embargo, queremos estudiar, y les pedimos que nos ayuden a estudiar para ser como ustedes en África”.
Recemos con el Papa Francisco en este mes para que los jóvenes como Yaguine Koita y Fodé Tounkara tengan esperanza.
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Agradecemos al P. José Enrique Rodríguez jesuita, por su colaboración.
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