P. Ignacio Garro, S.J.
SEMINARIO ARQUIDIOCESANO DE AREQUIPA
2.1. LAS PROCESIONES DIVINAS INMANENTES EN GENERAL
Continuación
TESIS 2°. “La segunda persona divina, el Hijo, procede del Padre por generación” (de fe).
A. Explicación
Admitido que en Dios se dan procesiones inmanentes y que la primera Persona divina no procede de nadie, pasamos a considerar esas procesiones divinas en las otras Personas. Y afirmamos que la segunda Persona procede del Padre por medio de "generación", sin determinar aún en qué consiste la naturaleza íntima de esa divina "generación".
Interesa, pues, aplicar el concepto de "generación". Teniendo en cuenta lo que la filosofía y la teología entienden por esta palabra, podríamos definir la "generación" como: "el origen que un ser vivo tiene de otro ser vivo mediante una operación vital que tienda por sí misma a comunicar su misma naturaleza". Vemos que se requieren tres condiciones para que exista generación:
- Que un ser viviente proceda de otro viviente, por ejemplo, como un hombre de otro hombre.
- Que lo engendrado sea de la misma naturaleza que el generante.
- Que proceda mediante una operación vital que por sí misma tienda a comunicar al engendrado la misma naturaleza que hay en el que engendra.
Cuando hablamos de generación en esta tesis, nos referimos lógicamente a la "generación" divina que es inefable y cuyo concepto puede aplicarse sólo analógicamente a las generaciones creadas que nosotros conocemos. En efecto, la "generación" divina es eterna, mientras que las generaciones de las criaturas son en el tiempo. La "generación" divina es inmaterial, como corresponde a una naturaleza espiritual; la generación creada es material.
B. Magisterio de la Iglesia
- Símbolo de los Apóstoles: " Creo... en Jesucristo su único Hijo"
- Símbolo de Nicea: " Creemos... en un solo Señor Jesucristo, Hijo de Dios, nacido unigénito del Padre, es decir de la substancia del Padre..."
- Símbolo de Constantinopla: "Creemos... en un solo Señor Jesucristo, el Hijo Unigénito de Dios, nacido
- Símbolo Niceno-Constantinopolitano: "Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo Único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios; Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado de la misma naturaleza que el Padre, por quien fueron hechas todas las cosas, quien por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó de los cielos...".
C. Adversarios
Todos aquellos que niegan la Trinidad, especialmente los arrianos, para los cuales el Verbo procede del Padre por creación temporal y, por tanto, no le corresponde el nombre del Hijo más que por adopción y en sentido amplio y no en sentido de consubstancial.
D. Sagrada Escritura
- Jn 1,14-18: "... A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado".
- Jn 3,16.18: " Porque tanto amó Dios al mundo que dió a su Hijo único... pero el que no cree (en Él), ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios".
- Rom 8,32: "El que no perdonó a su propio Hijo...".
Observemos que la segunda Persona no sería ni se llamaría Hijo único, natural, verdadero, propio y amado del Padre si no procediera de El por verdadera generación.
E. Conclusión
En la procesión del Hijo a partir del Padre se dan en grado eminente y despojado de imperfecciones, los elementos esenciales del concepto de generación: origen que un ser viviente tiene de otro ser viviente por comunicación de su propia naturaleza. En la generación divina del Hijo no se dan las imperfecciones de la generación creada.
EL ESPÍRITU SANTO PROCEDE DEL PADRE Y DEL HIJO POR VÍA DE ESPIRACIÓN
TESIS 3°. "La tercera Persona divina, el Espíritu Santo, procede del Padre y del Hijo como de un solo principio, no por generación sino por una única espiración" (de fe)
A. Explicación
Hemos tratado de la primera Persona que no tiene principio de procedencia, y de la segunda Persona que procede sólo del Padre por generación. En esta tesis consideramos a la tercera Persona. Y afirmamos:
- Que procede del Padre y del Hijo
- Como de un solo principio y una única "espiración"
- Y no por "generación".
Quiere esto decir que, según las nociones ya conocidas, en Dios además de que el Hijo procede del Padre, vía generación, procede también el Espíritu Santo mediante una acción divina inmanente, "procesión", que ciertamente no es "generación" y, por tanto, esta nueva Persona que procede no puede llamarse Hijo. Procede del Padre y del Hijo como de un solo principio, por una única "espiración" y se llama Espíritu Santo.
De aquí que la "procesión" que no es "generación" se le ha denominado "espiración" (del Padre y del Hijo como de un solo principio), porque es la "procesión" del Espíritu Santo. En esta "procesión" del Espíritu Santo se puede hablar de un principio del Espíritu Santo que se denomina: "espiración activa", y es el acto mediante el cual el Padre y el Hijo se constituyen en "principio" del Espíritu Santo, y de una "espiración pasiva" que es el término de la espiración activa, esto es, la "procesión" que es la tercera Persona o Espíritu Santo.
Ayudémonos del esquema para entender mejor la Trinidad:
1º. Espiración Activa:
2º. Espiración Pasiva:
B. Magisterio de la Iglesia
- Concilio Romano: "Si alguno no dijere que el Espíritu Santo es verdaderamente y propiamente del Padre, como el Hijo, de la divina substancia y verdadero, es hereje"
- Conc. Constantinopolitano: "Y creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre, que junto con el Padre y el Hijo es adorado y glorificado"
- Símbolo Atanasiano: "El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente"
- Conc. IV de Letrán: " El Padre no viene de nadie, el Hijo del Padre solo, y el Espíritu Santo igualmente de uno y de otro, sin comienzo, siempre y sin fin. El Padre que engendra, el Hijo que nace y el Espíritu Santo que procede (por espiración)".
C. Adversarios
Los peumatómacos o macedonianos: (o enemigos del Espíritu Santo), llamados así por su fundador el Obispo Macedonio, muerto en 362. Negaban la divinidad del Espíritu Santo a quien consideraban como criatura del Hijo apoyándose en las palabras de S. Juan: "Todas las cosas fueron hechas por El", Jn,1,3. Era una influencia derivada del arrianismo y negaban claramente la "procesión inmanente" del Espíritu Santo. La secta cristiana de los "pneumatómacos" nacida del semi-arrianismo, extendió el subordinacionismo al Espíritu Santo, enseñando, en referencias a la cita de Hebreos 1,14, que era una criatura y un ser espiritual subordinado como son los ángeles. Esta herejía macedoniana la atacaron los padres de la Iglesia S. Atanasio, S. Basilio, S. Gregorio Niseno, y Dídimo de Alejandría, defendiendo la divinidad del Espíritu Santo y su consubstancialidad con el Padre. Finalmente esta herejía fue condenada por el Sínodo de Aljandría (362) bajo la poresidencia de S. Atanasio, y también por el Concilio II de Constantinopla (381).
Los griegos cismáticos: bajo la dirección de Focio, (S.IX), afirman que el Espíritu Santo procede sólo del Padre, pero no del Hijo, y por lo tanto rechazan la fórmula "Filioque" introducida en el símbolo.
Algunos modernistas afirman: que el dogma de la procesión del Espíritu Santo por parte del Hijo no dimana en modo alguno de las palabras mismas del Evangelio.
D. Sagrada Escritura
D.1. Explícitamente, afirma que el Espíritu Santo procede del Padre:
- Jn 15,26: "Cuando venga el Abogado (Paracletos) que Yo os enviaré de parte del Padre, el Espíritu de Verdad, que procede del Padre. El dará testimonio de mí".
D.2. Implícitamente, se afirma que el Espíritu Santo procede del Hijo:
- Jn 16,13-15:"Cuando venga El, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad completa pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo comunicará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: recibirá de lo mío y os lo comunicará a vosotros".
- Jn 14,26: " El Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre".
- Jn 15,26: "Cuando venga el Abogado que Yo os enviaré por parte del Padre".
En estos textos no sólo se afirma que el Espíritu Santo es enviado por el Padre, sino que también es enviado por el Hijo. Ahora bien, la misión o el envío de una Persona divina implica procedencia, pues la misión no es otra cosa que la comunicación de la voluntad de la Persona que envía a la Persona enviada para que ésta realice algo fuera de ellas, Jn 5,43. Y, como es lógico, en las Personas divinas la comunicación de voluntad no puede hacerse mediante un mandato o un consejo, al ser todas ellas iguales en naturaleza numérica, sino en cuanto la persona enviada recibe de la Persona que envía la naturaleza divina, es decir, en cuanto que procede de ella por la comunicación de su misma naturaleza.
- Gal 4,6: "Envió Dios a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama:"¡ABBA", Padre!".
- Rom 8,9: "El que no tiene el Espíritu de Cristo, no le pertenece".
- Hech 16,6-7: "Pero no se lo permitió el Espíritu de Jesús".
En estos y en otros textos que pudieran aducirse, el Espíritu Santo es llamado Espíritu del Padre, pero también Espíritu del Hijo, Espíritu de Cristo, Espíritu de Jesús. Por estas expresiones se indica la relación a modo de pertenencia, y ésta no puede ser en las Personas divinas sino la relación de origen o procedencia.
E. Conclusión
En primer lugar, el Hijo recibe del Padre todo lo que Éste tiene, salvo la paternidad. Pero el Padre tiene que de Él procede el Espíritu Santo. Luego el Hijo recibe del Padre que el Espíritu Santo procede también de Él.
La razón que da Sto. Tomás se apoya en que el único motivo de distinción entre las divinas Personas es: la relación de origen de una Persona a otra, ya que en Dios "todo es uno donde no obsta la oposición de relación". Si el Espíritu no procediera también del Hijo, no podría distinguirse realmente de Él.
Artículo 2º. Exposición especulativa de las procesiones divinas inmanentes
1. El principio formal de las procesiones divinas
Una vez que se ha demostrado la existencia de dos procesiones inmanentes en Dios: (Una, del Padre al Hijo, vía generación. Otra, del Padre y del Hijo al Espíritu Santo, vía espiración). Y, del "principium quod" (o supuesto subsistente del que se originan las procesiones) y es el Padre en la generación del Hijo; y el Padre y el Hijo, como un solo principio, en la procesión del Espíritu Santo, vía espiración, cabe indagar cuál es el "prinicipium quo" (o principio formal) de estas dos procesiones, es decir, qué es lo que explique de algún modo la razón de esas procesiones, siempre teniendo a la vista los datos de la Revelación. Veamos el siguiente esquema:
PADRE (principium Quod) ----------> VERBO (principium Quo)
del PADRE y el HIJO (principium Quod) ------> ESPIRITU SANTO (principium Quo)
TESIS 4°. "La segunda Persona, el Hijo, procede del Padre, según la operación del entendimiento"
A. Explicación
Teniendo en cuenta todo lo dicho anteriormente, la tesis afirma que el principio formal próximo de la segunda Persona es el entendimiento del Padre, es decir, que el Hijo procede del entendimiento del Padre o según su operación intelectual. Así como en nuestro entendimiento procede el verbo, idea, concepto o palabra a modo de generación, siquiera en un sentido limitado y lato, de modo análogo en el entendimiento del Padre procede el Verbo, Idea, Concepto o Palabra mediante una generación perfecta y en sentido estricto.
La tesis se refiere a la procesión del Verbo por la operación intelectiva divina. Por la expresión "según la operación del entendimiento" se quiere evitar que se entienda que el Hijo es la misma operación intelectiva del Padre, siendo, como es, el término de esa intelección divina.
B. Magisterio de la Iglesia
- Pío VI (año 1794): "El nombre de Verbo importa la misma propiedad que el de Hijo, como quiera que dice S. Agustín: "en tanto se llama Verbo en cuanto que es Hijo".
- León XIII: "Con gran propiedad la Iglesia acostumbra a atribuir al Hijo las obras en que brilla la sabiduría; al Espíritu Santo, aquellas en que se manifiesta el amor".
- La Escritura y Tradición llaman al Hijo Verbo; ahora bien, en Dios que es puro espíritu, no hay otro verbo o palabra que la de la mente o entendimiento. Luego el Verbo procede del entendimiento del Padre.
C. Adversarios
Durando de Huesca (España), S.XIII, un hereje valdense que en el año 1207 regresó a la Iglesia católica y en sus errores enseñaba que el Hijo o Verbo procedería de la naturaleza del Padre. Y dice que la Escritura y Tradición aplicarían a la segunda Persona el nombre de Verbo solamente en sentido metafórico.
D. Sagrada Escritura
- Jn 1,1: "En el principio el Verbo existía, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios".
- 1 Jn 1,1-3: "Lo que existía desde el principio... acerca del Verbo de vida".
- Aquí se ve cómo el Verbo inmanente procede del entendimiento divino según la operación intelectiva de Dios. Lo que quiere decir que el Hijo procede del Padre por vía del entendimiento.
E. Conclusión
La principal razón se apoya en lo que enseña Sto. Tomás en el sentido de que en Dios no puede haber más procesiones inmanentes que las que tienen lugar según las operaciones inmanentes propias de una naturaleza espiritual, es decir, las de entender y amar. Ahora bien, la primera operación de la naturaleza espiritual es la intelección. De donde se sigue que la primera procesión inmanente en Dios ha de ser según el entendimiento.
Tesis 5°. "La tercera Persona, el Espíritu Santo, procede del Padre y del Hijo por la voluntad, o según la operación de la voluntad".
A. Explicación
Lo que en la tesis anterior hemos demostrado sobre la procesión del Verbo, estableciendo que su principio formal inmediato no es la naturaleza divina sino una operación inmanente de la misma, esto mismo lo afirmamos aquí respecto a la procesión del Espíritu Santo, sosteniendo que la tercera Persona procede del Padre y del Hijo mediante otra operación inmanente a la naturaleza espiritual, que es la voluntad.
De nuevo nos movemos en el ámbito de la analogía. Digamos en primer lugar, que, aunque la procesión del Espíritu Santo ha sido menos explicitada que la del Hijo en la Revelación, esta procesión tanto a través de la Escritura como de la Tradición designa a la tercera Persona como Espíritu Santo, Caridad, Amor y Don, atribuyéndole asimismo la santificación de las almas. Este modo de hablar indica que la tercera Persona está en relación con la voluntad divina y su operación inmanente.
De acuerdo con la analogía, si el Hijo procede del Padre según la operación intelectiva, al no quedar otra operación inmanente en Dios más que la voluntad, se infiere que el Espíritu Santo, al proceder del Padre y del Hijo, lo haga según la operación de la voluntad, cuyo acto principal y radical es el amor.
Por la expresión "según la operación de la voluntad" se quiere expresar, que el Espíritu Santo no es la misma operación de amar de Dios, sino que es el término interno del mutuo amor del Padre y del Hijo, a quien comunican su naturaleza divina, es decir, la tercera Persona que es el Espíritu Santo.
B. Magisterio de la Iglesia
- La Iglesia siempre enseñó, desde los tiempos primitivos, que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo (qui ex Patre Fiolioque procedit), si bien la expresión "Filioque" no fue aceptada en toda la Iglesia Universal hasta el S.XI bajo el pontificado de Benedicto VIII (1012-1024).
- La Iglesia Ortodoxa Griega viene enseñando desde el S.IX que el Espíritu Santo procede únicamente del Padre. Un Sínodo de Constantinopla presidido por Focio (año 879) rechazó como herético la expresión "Filioque" de la Iglesia de Roma. Contra esta declaración de Focio se declaró el 2º Concilio Universal de Lyon (1274) diciendo : "Confesamos con fiel y devota profesión que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, no como de dos principios, sino como de un solo principio ... Más como algunos, por ignorancia de la anterior verdad, han caído en errores varios, nosotros, queriendo cerrar el camino a tales errores, con aprobación del sagrado Concilio, condenamos y reprobamos a los que osaren negar que el Espíritu Santo procede eternamente del Padre y del Hijo, o también con temerario atrevimiento afirmen que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo como de dos principios y no como de uno solo".
- El Concilio de Florencia ((1438-1445), dice lo siguiente: "En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo ... definimos que por todos los cristianos sea creída y recibida esta verdad de fe, y así todos profesen que el Espíritu Santo procede eternamente del Padre y del Hijo (Spiritus Sanctus ex Patre et Filio eternaliter est), y del Padre y del Hijo tiene su esencia y su ser subsistente, y de uno y otro procede eternamente como de un solo principio y por única espiración... Definimos además, que la adicción de la palabra "Filioque" = y del Hijo, fue lícita, razonablemente puesta en el Símbolo de los Apóstoles, en gracia de declarar la verdad por necesidad entonces urgente"
- Conc. XI de Toledo: " El Espíritu Santo ... se muestra proceder a la vez del uno y del otro (del Padre y del Hijo), pues se reconoce ser la caridad o santidad de entrambos".
- Catecismo de S. Pío V: " Como el Espíritu Santo procede de la voluntad divina como inflamada por el amor, puede verse que aquellos efectos, que propiamente se refieren al Espíritu Santo brotan del sumo amor de Dios hacia nosotros".
- Es verdad, teológicamente hablando, que tanto la Escritura como la Tradición llaman al Espíritu Santo, Caridad, Amor, Don. Ahora bien, en Dios que es puro espíritu no hay otro amor, ni otra caridad que la de la voluntad. Luego el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo según la operación de la voluntad.
C. Adversarios
Durando de Huesca (España) 1208. Quien afirmaba que el Espíritu Santo procedía de la “naturaleza” del Padre, y para distinguir la generación del Hijo de la espiración del espíritu Santo afirmaba que la espiración podía denominarse “per modum voluntatis”, en razón de que dicha espiración la verificaran dos Personas, el Padre y el Hijo.
D. Sagrada Escritura
Jn 16, 13-15: "Cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad completa, pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo comunicará a vosotros".
E. Conclusión
Sto. Tomás construye el siguiente argumento teológico: "El Espíritu Santo "oye y toma" del Hijo toda la verdad y ciencia. Pero la ciencia y el ser no se distinguen en el Espíritu Santo, sino que son una misma cosa. Luego, si el Espíritu Santo toma del Hijo la ciencia, toma también en El su mismo ser. Luego, el Espíritu Santo procede del Hijo, y también del Padre, puesto que la ciencia del Padre y del Hijo es la misma".
En la Trinidad no se dan más procesiones que las que se realizan según las operaciones divinas inmanentes. Ahora bien, en una naturaleza espiritual como es la de Dios no hay más que dos operaciones inmanentes, una del entendimiento, otra de la voluntad. Luego el Espíritu Santo, procede por la operación de la voluntad, ya que la procesión del entendimiento es propia del Hijo.
...
Agradecemos al P. Ignacio Garro, S.J. por su colaboración.
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