P. Ignacio Garro, S.J.
SEMINARIO ARQUIDIOCESANO DE AREQUIPA
9.4. REYES Y PROFETAS DEL REINO DE ISRAEL (NORTE) (932-722)
Reyes: Profetas:
Jeroboam I (932-911)
Ajab (875-854) Elías
Joram (853-842) Eliseo
Jeroboam II (784-744) Amós - Oseas
Ozías (733-725) Destierro de Nínive, (722).
9.4.1. Elías
El ciclo de Elías se compone de historias y leyendas, 1 Reyes 17, 1; 2 Reyes,2, 1-12. Parece que Elías despertó un gran interés entre sus discípulos. De la actual vida del profeta Elías es casi imposible reconstruir objetivamente sus palabras y sus obras. Elías se supone que nació en Tesbis, ciudad de Galaad. Fue un reformador entusiasta entregado a depurar la religiosidad yahvista puesta en peligro por el laxismo tolerante del rey Ajab, casado con Jezabel, que era fenicia y quería que su esposo tolerara el culto público de las divinidades fenicias. Con esto se abría una puerta a la idolatría a costa de la verdadera y única religión: la yahvista.
Dentro de este marco histórico están esparcidos numerosos relatos milagrosos como por ejemplo, el alimento del profeta que lo recibía de un cuervo junto al torrente de Querit, 1 Reyes 17, 4-7, el aceite que no disminuía jamás de la orza de la viuda de Sarepta y la resurrección de su hijo 1 Reyes 17, 8-24, y sobre todo el misterioso rapto, es decir, la asunción de Elías al cielo en un carro de fuego, 2 Reyes 2, 1-12 .
9.4.2. Eliseo
A pesar de las denuncias de Elías, Israel no se vio libre del culto a los ídolos llamados = "baales", 2 Reyes 10, 21. Los monarcas israelitas prosiguieron su política tolerante con el culto a otros dioses. A la muerte de Ajab le sucedieron en el trono Ocozías y Jorán, quienes mantuvieron idéntica actitud político-religiosa. Sin embargo la obra iniciada por el profeta Elías no podía quedar inconclusa, hubo un sucesor digno y competente, se trata del profeta Eliseo.
Eliseo, hijo de Safat, 1 Reyes 19, 16, se convierte en el servidor fiel de Elías, 1 Reyes 19,21 Al ser arrebatado Elías al cielo, Eliseo recibe su manto como signo de herencia espiritual, 2 Reyes 2, 14. Eliseo viene a ser la encarnación de un tipo de profetismo que está dispuesto a frenar los abusos idolátricos sincretistas. Defendió como Elías, la integridad del yahvismo; tal es el nombre que él toma "Elí-sa" = "Dios salva", "Dios ayuda". Su actuación sirve para recordar al pueblo elegido que sólo permaneciendo fieles a la religión yahvista, (fidelidad a la Alianza del Sinaí) tendrán garantías para su futuro.
La historia de Namán, el general sirio pagano, que es curado de la enfermedad de la lepra por medio de una acción milagrosa, demuestra que el Dios de Israel es universal; es el Dios de todos los pueblos, así lo afirma Namán al verse curado milagrosamente: "He aquí que reconozco no haber otro Dios en toda la tierra fuera del Dios de Israel", 2 Reyes 5, 15. El mensaje de esta afirmación es: la voluntad de salvación universal de Yahvé se extiende a todos los pueblos. Es cierto, evidentemente, que Yahvé ha elegido a Israel de una manera singular, pero tal elección no lleva consigo la exclusión de los otros pueblos de la benevolencia y de la misericordia divina.
9.4.3. Amos
Cuando Amós empieza su predicación reina en Israel, desde hace treinta años Jeroboam II. La situación política es próspera. Las fronteras se hallan seguras: al Sur, Judá no puede amenazar porque Amasías había sido derrotado por Joaz, padre de Jeroboam, 2 Reyes 24 al Norte, Asiria no se encuentra en un período de máximo poderío y Damasco no hace mucho fue vencida por el mismo Joaz, 2 Reyes 13, 25, al Este, Moab ha sido sometido y las ciudades de Lodebar y Qarnaim reconquistadas.
Por otra parte el largo reinado de Jeroboam II ha hecho posible con su estabilidad, una grandeza que recuerda la del reinado de Salomón. Israel aumenta sus fronteras; ejerce el control sobre las vías comerciales de la época. Con ello se incrementó la prosperidad comercial y surge lo que hoy se llamaría una clase burguesa: los mercaderes. Ellos expresan el desarrollo económico y gozan de la riqueza al lado de los nobles.
Este bienestar material beneficia a pocos, es ocasión de muchas injusticias: la rapacidad de los ricos, ansiosos de poder y de aumentar sus posesiones, los lleva a despojar de sus tierras a los pequeños propietarios. Estos agobiados primero por las guerras, se encuentran ahora indefensos y caen en la miseria, mientras los latifundios se extienden a sus expensas, Is 5, 8. El Levítico establecía que: "las tierras no se venderán a perpetuidad porque la tierra es mía y vosotros sois en lo mío peregrinos y extranjeros", Lev 25, 23. Esta idea que afirmaba que a Yahvé pertenecían los bienes raíces motivó la ley de la recuperación de la propiedad. Por otra parte eso era la mejor garantía para evitar la acumulación injusta de bienes y mantener a los judíos en la condición de hombres libres. Todo esto es pisoteado en la nueva situación de abundancia y fortuna. más aún, el curso favorable de las casas es interpretado por los ciudadanos prósperos como una bendición de Dios y un augurio de tiempos llenos de paz y de felicidad.
Visitan los santuarios de Bethel y Guigal para garantizar con sus dones y ofrendas la benevolencia de Yahvé y hacer callar a los sacerdotes, ministros de un culto que gracias a ellos, les acarreaba beneficios económicos y así no se atreverían a denunciar las injusticias manifiestas. Amós se indigna ante esta situación y alza su voz profética para denunciar y amenazar al pueblo de Israel., Am 3, 13-15; 6, 4-6; 2, 6-8; 8, 4-8.
9.4.3.1. La persona del profeta
Amós significa = "Yahvé sostiene, lleva una carga". Las noticias biográficas que nos dan a conocer su personalidad provienen todas de su libro. Es natural de Teqoa, pueblo situado a unos 20 Kms. al sur de Jerusalén, en una zona montañosa y desértica. Era ganadero y granjero, Am 1, 1; 7, 14, tenía rebaños y cultivaba higueras.
Su vocación a la vida profética no aparece como en otros profetas en medio de visiones grandiosas y especiales, Is 6; Jer 1, 4-19. Por el contrario: Yahvé lo sacó de: "junto al rebaño y le dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo Israel", Am 7, 15. Algo totalmente imprevisto para él, habitante del reino de Judá (sur), tiene que ir al reino de Israel (norte) sin poder oponerse a la fuerza de Yahvé que lo envía, Am 3, 3-8.
Una indicación cronológica al principio de su libro nos permite su predicación: "durante los reinados de Ozías en Judá, Jeroboam ben Jesús en Israel; dos años antes del terremoto”, Am 1, 1. Se ignora por completo la fecha de ese terremoto. Eso nos impide poder precisar más la predicación de Amós. Jeroboam II gobernó de 792-752. Debe ser hacia el final de su reinado cuando se coloca la intervención profética del Pastor de Teqoa.
9.4.3.2. La composición del libro
Ignoramos si Amós escribió algo directamente. La fuerza espontánea de ciertas expresiones parece sugerir que sí. La composición del libro se realizó probablemente en el reino de Judá. Sucesivas relecturas introdujeron diversas añadiduras, como el oráculo contra Judá, Am 2, 4-5, que tiene el estilo más legalístico de la escuela deuteronomista (S. VII) y rompe el contexto en el que se habla de pecados de injusticia social; las doxologías: Am 4, 3; 5, 8-9; 9, 5-6, que formarían parte de un himno que se dividió para ser colocado adecuadamente, y que serviría para la lectura litúrgico; el epílogo, Am 9, 8b-15, donde algunos ven una alusión a la destrucción de Judá: "La choza caída de David". El trabajo de compilación es, tal vez, posterior al exilio. El orden del libro no es cronológico ni está dispuesto a la luz de un criterio único. La Biblia de Jerusalén divide este escrito profético en cuatro partes:
- Juicio de las naciones limítrofes de Israel y del mismo Israel, Am 1, 3; 2, 16
- Amonestaciones y amenazas a Israel, Am 3, 1; 6, 14
- Las visiones, Am 7, 1; 9, 10
- Perspectivas de restauración y de fecundidad paradisíaca, Am 9, 11-15.
9.4.3.3. Estilo
El estilo de Amós se caracteriza por su simplicidad, viveza de imágenes y belleza de forma. Sus composiciones son breves y su vocabulario un tanto pobre. Quizá por esto S. Jerónimo afirma que Amós fue: "imperitus sermone". Ciertamente su estilo dista mucho de las ampulosidades de algunos clásicos occidentales, pero eso no quiere decir que carezca de riqueza literaria. Esta se expresa, sobre todo, en el vigor de sus imágenes.
9.4.3.4. El mensaje
Podríamos resumir el rico mensaje profético de Amós de la siguiente manera:
- Yahvé es el Dios de Israel. Un Dios que no da importancia a los ritos externos sino a una práctica religiosa y moral conforme con una Alianza que exige una respuesta libre y sincera del hombre.
- El pueblo comete injusticias por haber rechazado a Yahvé, Dios Santo y Justo, que exige de su pueblo santidad y justicia.
- Yahvé advierte al pueblo por medio de su predicación profética y lo corrige con castigos, preludio del "día de Yahvé", que para Israel será día de tinieblas y de oscuridad, Am 5, 20.
- Yahvé es no sólo Dios de Israel, sino de todos los pueblos, Am 4, 13. Por eso puede castigar los crímenes de las demás naciones, Am 1, 3.
- Israel será en verdad una nación en alianza con Dios solamente si las relaciones entre los hombres se basan en la justicia y en el derecho.
- A la ruina de Israel seguirá la esperanza de la restauración a través del "resto", Am 3, 12; 5, 3-15; 9, 8.
9.4.5. Oseas
El ambiente histórico que enmarca la predicación de Oseas es, en general, el mismo descrito al hablar del profeta Amós. Únicamente se hace necesario pata entender mejor el lenguaje y los reproches de Oseas el recordar someramente ciertos abusos que se habían introducido en el culto. Los abusos eran, sobre todo, dos:
- El culto a los "baales", ídolos de fertilidad, que controlaban los procesos de la naturaleza y la fecundidad de los campos ganados y familias.
- La práctica de la prostitución sagrada, consecuencia del culto a los "baales". A través de ella en forma mágica, se pretendía incitar a los dioses y diosas al ejercicio de sus relaciones conyugales, de las cuales dependía la prosperidad en la tierra. La prostitución sagrada o "hierodulía" se estableció incluso en Jerusalén bajo los reyes Manasés y Amón, 698-642 y 2 Reyes 21. Ya antes Asa, 911-871, y Josafat, 871-849, habían expulsado: "de la tierra a los consagrados a la prostitución", 1 Reyes 15, 12. También Josías, 642-609, cuando emprendió la reforma religiosa: "derribó las cosas consagradas a la prostitución, que estaban en la casa de Yahvé y donde las mujeres tejían velos para Aserá", 2 Reyes 23, 7.
9.4.5.1. La persona del profeta
Oseas es una abreviación del verbo salvar, y significa: "Dios salva". Es hijo de Beerí. Puesto que predica en el reino de Israel se le considera nacido allí, Os 1,1. Perteneció probablemente a la tribu de Benjamín, cuyas ciudades nombra con frecuencia, Os 5, 8; 9, 9; 10, 9; 11, 8. Además conoce muy bien las circunstancias políticas y religiosas del reino del norte. Fue contemporáneo de Amós, aunque predica un poco después de él. De su vida personal sólo sabemos un detalle que se nos ha transmitido: su matrimonio con Gómer. Mucho se ha discutido a lo largo de los siglos sobre la historicidad del matrimonio de Oseas con Gómer. A tres se pueden reducir las opiniones de los expertos en la materia:
- Se trata de un sueño profético o visión: así lo interpretan los judíos de la Edad Media.
- Es una alegoría: S. Jerónimo. Sus argumentos son de orden moral. En un comentario a Oseas así lo da a conocer.
- Es un hecho histórico. Opinión común entre los exegetas modernos. La experiencia matrimonial de Oseas se convirtió en ocasión y fundamento de su vocación profética. De esa vivencia sacó la comprensión del amor fiel de Yahvé a su pueblo.
Aceptada esta posibilidad de un matrimonio histórico existen varias opiniones:
- Gómer era una prostituta del templo
- Gómer practicó la superstición de la época, según la cual, la mujer casada que deseaba tener hijos en su matrimonio debía sacrificar su virginidad entregándose a un desconocido en un lugar sagrado
- El calificativo de "prostituta", sería un insulto posterior que Oseas habría aplicado a su mujer después que ella le hubiera sido infiel
- Gómer era realmente prostituta. Oseas la amó y se casó con ella a pesar de prever que le sería infiel. Lo hizo impelido por ese amor, pensando que sus previsiones se cumplirían, o bien impelido por Yahvé para simbolizar las relaciones entre Yahvé y su pueblo.
9.4.5.2. La composición del libro
Un análisis del libro muestra la triple repetición del mismo esquema literario: Acusación, Amenaza de castigo, Promesa de salvación, Os 1, 2-3; 4, 1-11;12, 1-14
Esto hace pensar en la existencia de tres colecciones que un redactor posterior uniría, añadiendo el título: "Palabra del Señor que recibió Oseas ben Beerí, durante los reinados de Ozías, Yotam, Ajaz y Ezequías en Judá, y de Joroboam ben Josás en Israel". Título inexacto, porque Oseas no describe la ruina de Samaria como testigo y, por consiguiente, no vivió en tiempos de Ezequías. Además el título es imitación del que aparece en Is 1,1.
Ciertos textos que aparecen como una actualización para el reino del sur Is 1, 7; 4, 15, parecen confirmar la hipótesis de que fue en Judá donde se tuvo la última redacción de la profeta de Oseas. Dos partes se distinguen claramente en la profecía de Oseas:
- La primera, del capítulo 1º al 3º, que nos narra el matrimonio del profeta y su valor simbólico.
- La segunda, del capítulo 4º al final, que contiene los discursos proféticos de Oseas.
Una división más en concreto podría ser la siguiente:
- El matrimonio de Oseas: símbolo de las relaciones entre Yahvé y su pueblo: Oseas 1,1, s.s, a 3,5.
- Reprensiones a Israel por sus infidelidades: Oseas,4,1 9 al 4.
a. Infidelidad actual de Israel, Os. 4,1 s.s. a 9,9.
b. Infidelidad antigua de Israel. Os. 9,10,s.s. a 14,10.
9.4.5.3. El estilo
De Oseas, escribe S. Jerónimo, que habla por sentencias. El estilo de Oseas es precisamente un estilo sentencioso y entrecortado. Mientras Amós es un orador, Oseas es un poeta y un pensador. Escribe un poco como Jeremías. El afecto y la pasión están presentes e impiden el encadenamiento lógico de las ideas y de las frases. Estas alcanzan a veces cumbres de sublimidad, como en Os 11, 8 11, difícilmente presentes en otros escritos del A.T.
9.4.5.4. El mensaje
Entre los puntos centrales del mensaje de Oseas podemos enunciar los siguientes:
- El hecho de enfocar las cosas desde la perspectiva de las relaciones de Yahvé con su pueblo.
- La relación de Yahvé con Israel es como un vínculo matrimonial al que Dios se mantiene fiel, a pesar de que el pueblo es repetidas veces infiel. Si castiga al pueblo es para que se convierta, Os 11, 8 9.
- Los grandes pecados de Israel son la idolatría y la violación de la ley de la Alianza.
- El culto externo "sin conocimiento de Yahvé", es vacío e inútil.
- Al conocimiento de Yahvé hay que unir el amor benevolente y servicial. Esta benevolencia implica todos los deberes de fidelidad y de amor hacia quienes están unidos en la misma comunidad.
- El amor de Yahvé a su pueblo se compara al amor paternal cuando se piensa en el pasado; al conyugal cuando se mira al presente y al porvenir.
- Yahvé es santo. Por eso exige del pueblo santidad y pureza. Para eso le hace volver al desierto, lugar de prueba y de purificación, Os 2, 5, y al mismo tiempo, época de la primera unión de Yahvé con Israel, Os 2,16.
Agradecemos al P. Ignacio Garro, S.J. por su colaboración.
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