P. Mark Link, jesuita.
Día uno
¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que de él te acuerdes?
Lo hiciste poco menos que un dios, lo coronaste de gloria y dignidad
Salmo 8,5.6
Un maestro de filosofía caminaba por la calle. Iba cabizbajo, recogido, en
actitud de meditación. Accidentalmente, tropezó con una anciana. En vez de
disculparse, siguió caminando y meditando.
Enfurecida, la anciana se volteó y dijo: ¿Quién crees que eres? Sin
perturbarse, el maestro dijo: ¿Quién soy? ¡Cuánto me gustaría saberlo!
Este incidente, acaso jocoso, nos deja una pregunta: ¿Quién soy? ¿Soy la
creación de un Dios que ama a todos, o simplemente soy el resultado de alguna
fuerza ciega?
El famoso astronauta John Glenn cuenta que una vez, en un examen, le
preguntaron ¿Quién eres tú? Los candidatos debían escribir veinte respuestas.
“Las primeras eran fáciles -dijo Glenn- luego, cada vez se ponían más
difíciles”
¿Qué respuesta darías tú a la pregunta: ¿Quién soy? Cuéntale a Dios sobre
alguna dificultad que puedas tener al responder esta pregunta.
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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