P. Mark Link, jesuita.
Día tres
“Entonces el Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo” Génesis 2, 7
Un sabio profesor dio la siguiente tarea a sus alumnos:
Encuentra una flor poco común en
tu casa y estúdiala. Estudia sus pétalos y hojas. Observa sus colores. Voltéala
y mira su parte posterior. Mientras lo haces, recuerda que ésa es tu flor.
Quizás hubiera sido inútil e innecesaria si no la hubieras encontrado ni
apreciado.
Al día siguiente, después de que los alumnos entregaron su tarea, el
profesor les dijo:
La gente es como tu flor. Cada
uno es único, pero tienes que estudiarlo e investigarlo cuidadosamente para que
sepa ésto. Por ello, muchas personas no son apreciadas, porque nadie se toma el
tiempo de admirar sus características. Cada uno de ustedes es una obra maestra
de Dios. No ha habido nadie como tú antes, y no lo habrá tampoco después.
¿Qué es lo que más te gusta de ti?, ¿Qué le gustará más a Dios de ti? Habla
con Dios acerca de esta pregunta.
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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