P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
IV. JESÚS REGRESA A GALILEA Y MARCHA A TIERRAS DE PAGANOS PASA DE NUEVO POR GALILEA
PASA DE NUEVO POR GALILEA
(Junio - Setiembre, año 29)
131.- JESÚS ABANDONA GALILEA Y SE ENCAMINA A JERUSALÉN
TEXTOS
Mateo 19, 1-2
Cuando acabó Jesús
estos discursos, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado
del Jordán. Le siguió mucha gente, y los curó allí.
Marcos 10, 1
Partiendo de allí
(Galilea), se fue a la región del Judea al otro lado del Jordán.
Lucas 9, 51
Como se iban
cumpliendo los días de su asunción, él se afirmó en su voluntad de ir a
Jerusalén.
Juan 7, 1-10
Después de esto,
Jesús andaba por Galilea, y no podía andar por Judea, porque los judíos le
buscaban para matarle.
Se acercaba la
fiesta judía de las Tiendas. Y le dijeron sus hermanos: "Sal de aquí y
vete a Judea para que también tus discípulos vean las obras que haces, pues
nadie actúa en secreto cuando quiere ser conocido. Si haces estas cosas,
muéstrate al mundo". Es que ni siquiera sus hermanos creían en él.
Entonces les dice Jesús "Todavía no ha llegado mi tiempo, en cambio vuestro
tiempo siempre está a mano. El mundo no puede odiaron; a mí me aborrece, porque
doy testimonio de que sus obras son perversas. Subid vosotros a la fiesta; yo no
subo a esta fiesta porque aún no se ha cumplido mi tiempo." Dicho esto se
quedó en Galilea. Pero después que sus hermanos subieron a la fiesta,
entonces, él también subió, no manifiestamente, sino de incógnito.
INTRODUCCIÓN
Es San Lucas quien
con mayor solemnidad anuncia la partida de Jesús para Jerusalén, abandonando
definitivamente Galilea. Con este anuncio de la subida a Jerusalén empieza la
llamada "sección lucana", porque gran parte de ella es exclusiva de
Lucas, y se extiende hasta el cap. 18, 4. No es fácil coordinar esta sección
propia de Lucas con los otros evangelistas. Pero en ella encontrarnos hechos y
enseñanzas del Señor muy fundamentales; no es necesario aceptar el orden cronológico
con que se nos narran.
Lucas considera
este viaje de Jesucristo a Jerusalén bajo la perspectiva de su pasión y muerte
y de su posterior resurrección y ascensión a los cielos.
San Lucas vuelve a
hablar de la subida del Señor a Jerusalén en otras dos oportunidades (Lc 13, 22
y 17, 11). No se trata de viajes distintos sino que se refieren al mismo viaje
que se va prolongando por Judea, Perea, pero que la meta no es otra que
Jerusalén, la ciudad decidida. Pero antes de la entrada triunfal de Jesucristo
en Jerusalén, preludio de su Pasión, el Señor visitará dos veces más la ciudad.
Acudirá a Jerusalén para la fiesta de los Tabernáculos, y para la fiesta de la
Dedicación del Templo.
Creemos, con muchos autores, que este viaje,
que señala San Lucas corresponde también al viaje que nos señalan Mateo y Marcos
en los textos citados (Mt 19, 1-2; Mc 10,1)
El texto de San Juan (Jn 7, 1-10) hay que entenderlo
en coordinación con el texto de San Lucas.
Nos dice San Juan
que "después de esto, Jesús andaba por Galilea, y no podía andar, por
Judea, porque los judíos le buscaban para matarle". Este texto empalma con
el final del capítulo cinco de San Juan, como ya explicamos en la meditación
102. Juan se refiere a la vuelta de Jesús a Galilea después de celebrar la
Fiesta de Pentecostés en Jerusalén, donde Cristo fue calumniado y perseguido por,
los escribas y fariseos. Pero Juan, no nos nana la actividad de Jesús en Galilea;
no repite lo que ya está narrado en los Evangelios sinópticos. E inmediatamente
pasa a narrarnos la subida de Cristo a Jerusalén para celebrar la fiesta de los
Tabernáculos. Y esta subida de Jesús a Jerusalén concuerda con lo que los
sinópticos nos dicen, que Jesús abandona Galilea para dirigirse a Judea, a
Jerusalén. Pero los sinópticos no nos hablan de la actividad de Jesús en
Jerusalén. Juan es quien suple esta carencia.
MEDITACIÓN
1) "Como se iban cumpliendo los días de su
asunción, el se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén"
Este texto de
Lucas nos revela la actitud del Señor: Su decisión firme de ir a Jerusalén para
cumplir con su obra redentor. Es lo que significa la palabra que usa Lucas:
"Asunción". Significa la salida de este mundo y comprende su pasión
y su muerte, sin excluir la resurrección y la ascensión.
El Señor vive en
deseos de ir al sacrificio de la Cruz para cumplir la voluntad de su Padre y
para mostrar a los hombres su infinito amor. Su actitud es la que manifestó a
sus discípulos: "Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado
estoy hasta que se cumpla!" (Lc 12, 50)
Tenía que ser
bautizado con el bautismo de su sangre y estaba como atormentado por el deseo
que tenía de que se cumpliera ese bautismo. Es el deseo de padecer, de amar, de
redimir a los hombres, lo que le impulsa a Jesús a ir con toda valentía y
decisión al encuentro de su cruz.
¡Qué diferente es
nuestra actitud, que ante cualquier sacrificio retrocedemos!
2) Jesús y sus parientes
Los parientes de
Jesús -llamados hermanos (Cfr. Med. 84)- no entendían su actitud de
retraimiento en su actividad apostólica; ya no predicaba a las multitudes y se
dedicaba casi exclusivamente a la instrucción a sus apóstoles. Conocemos por
otras meditaciones la razón de esta actitud del Señor, que no era sino la
hostilidad producida contra él, después del Sermón del Pan de Vida.
Se nos dice que
sus parientes no creían en él como Mesías. Ellos también, al igual que todos
los judíos, tenían muy arraigada la idea de un Mesías glorioso y triunfador,
mientras que Jesús se mostraba siempre en una actitud de rechazo a todo lo que
pudiera ser gloria y triunfo terrenos. Pero lo que no podían negar era su poder
para hacer milagros. Por eso le dicen que vaya a Jerusalén, que muestre allí
ese poder, que se haga conocer por los milagros, y así logrará obtener
reconocimiento de todos. "Muéstrate al mundo" hay que entenderlo en
el sentido de que haga ostentación de su poder de hacer milagros. Y ahora se
presentaba una ocasión muy especial: Se iba a celebrar la fiesta de los
Tabernáculos.
Es la misma
tentación con la que quiso seducir el demonio al Señor en el Desierto; es la
misma tentación con que los escribas y fariseos le pedían que hiciese un
milagro espectacular, para poder creer en él; es la misma tentación con que la
multitud quiso proclamarle rey para liderar la liberación socio-política del
pueblo judío.
Pera Jesucristo,
Hijo de Dios, que conocía los caminos que su Padre tenía en su providencia para
redimir el mundo, rechazó siempre estas tentaciones; y siguió el camino de la
humillación y de la cruz. Y éste será el camino para todos los que quieran con
sinceridad seguir a Cristo. La tentación para todos los cristianos será siempre
huir de la cruz. Aprendamos del Señor a rechazar con decisión y energía esta
tentación.
El Señor rechaza
la invitación de sus parientes; pero en su respuesta parece que hay
contradicción. Les dice que no sube, porque su tiempo no ha llegado y, sin
embargo, irá a Jerusalén mediada la fiesta. Lo que quiso indicar el Señor es
que no iría a Jerusalén con el propósito que tenían sus parientes; y además les
añade que su tiempo de manifestarse al mundo no había llegado, refiriéndose probablemente
a su entrada triunfal en Jerusalén, días antes de su Pasión. Pero sería un
manifestarse al mundo con la gloria del Mesías, pero de un Mesías humilde
montado en un asno, y que los pocos días colgaría del madero de la Cruz.
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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