87. Meditaciones: Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - Discurso apostólico del Señor: Sobre las persecuciones


P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita

Introducción

Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones

Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo


II MINISTERIO DE JESÚS EN GALILEA

(Mayo 28 - Mayo 29)


E. ULTERIOR MINISTERIO EN GALILEA: HASTA LA FIESTA DE PENTECOSTES

(Hasta fines de mayo del Año 29)

DISCURSO APOSTÓLICO DEL SEÑOR

87.- SOBRE LAS PERSECUCIONES

TEXTOS

Mateo 10,16-25

"Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas. Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en las sinagogas; y por mí os llevarán ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel mo­mento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vues­tro Padre es el que hablará por vosotros. Entregará a la muerte hermano a hermano, padre a hijo; se levantarán hijos contra padre y los matarán. Y se­réis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra, y si tam­bién en ésta os persiguen, marchaos a otra. Yo os aseguro: no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre. No está el discípulo por encima de su maestro, ni el siervo por encima de su amo. Ya le basta al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su amo. Si al due­ño de la casa le han llamado Belcebú, ¡cuánto más a sus domésticos!".

Marcos 13, 9-13

"Pero vosotros mirad por vosotros mismos; os entregarán a los tribunales, seréis azotados en las sinagogas y compareceréis ante gobernadores y reyes por mí, para que deis testimonio ante ellos. Y es preciso que antes sea pro­clamada la Buena Nueva a todas las naciones. Y cuando os lleven a entregaros, no os preocupéis de qué vais a hablar; sino hablad lo que se os comunique en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu Santo. Y entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de to­dos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, ése se sal­vará".

Lucas 12,11-12; 21,12-19

"Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo os defenderéis, o qué diréis. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir".

"Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, entregándoos á las sinagogas y cárceles y llevandoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vues­tro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una Sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversa­rios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseveran­cia salvaréis vuestras almas".

INTRODUCCIÓN

En la meditación anterior vimos el comienzo del discurso del Señor dirigido a instruir a los apóstoles y discípulos sobre la misión a la que les enviaba. Aho­ra consideramos, tal como lo trae San Mateo, la continuación de ese discurso dirigido a los apóstoles de todos los tiempos. En esta meditación tenemos en cuenta la primera parte que trata sobre la predicción de las persecuciones que sufrirán todos los que proclamen la Buena Nueva, los que prediquen a Cristo y su mensaje. Y estas persecuciones se darán desde Pentecostés has­ta el fin del mundo.

San Marcos y Lucas nos traen las mismas enseñanzas del Señor, pero ellos las colocan en el sermón escatológico que pronunció el Señor, en vísperas in­mediatas a su Pasión. Cuando Lucas dice: "Pero antes de todo esto", se está refiriendo al pasaje anterior donde el Señor describe las señales precur­soras del fin del mundo. Y San Marcos nos dirá que "antes debe ser procla­mada la Buena Nueva a todas las naciones", es decir "antes" de que se cumplan las profecías del Señor sobre el fin del mundo.

San Mateo, que prescinde del contexto del sermón escatológico, tiene una frase que conviene aclarar: "No acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre". La Biblia de Jerusalén pone esta nota: "La venida aquí anunciada no concierne al mundo en general, sino a Israel en particular: tuvo lugar cuando Dios vino a "visitar" a su pueblo infiel y puso fin al régimen de la Antigua Alianza con la ruina de Jerusalén y de su Templo el año 71d.C".

MEDITACIÓN

1) "Mirad que yo os envío como ovejas entre lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas."

El Señor comienza su discurso en que anuncia las persecuciones con esta sentencia de profundo sentido apostólico. La primera parte de la sentencia la trae también San Lucas en las instrucciones anteriores que dio a los apósto­les y discípulos, cuando les envió a predicar: "Mirad que yo os envío como corderos en medio de lobos" (Lc 10,3). Pero tiene una aplicación más real para la misión que habían de desempeñar los apóstoles después de Pentecos­tés.

La primera consideración debe centrarse en el hecho de que es Jesús mismo el que envía a sus apóstoles "como ovejas en medio de lobos", Significando por esta frase las persecuciones que han de padecer. Debe ser de gran consuelo para todos los apóstoles el ser plenamente conscientes de que son "enviados del Señor". Sabe que marcha a su misión en nombre de Cristo, y que Cristo le acompaña. Esto debe dar gran fortaleza a cualquier apóstol, en medio de las persecuciones tendrá que padecer.

Pero el Señor añade: "Sean prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas".

El Señor fue el verdadero Cordero Pascual que fue inmolado en la cruz; y real­mente los que condenaron y crucificaron a Cristo pueden muy bien comparar­se con los "lobos" feroces que destruyen a su víctima. Lo que el Señor dice es que habrá cierta similitud con lo que sucederá a sus apóstoles comparados con las ovejas, y el mundo hostil a Cristo comparado con los lobos.

Pero el señor añade que, en esta situación en que han de encontrarse, han de proceder con gran "prudencia" y, al estilo oriental expresa esta idea con la comparación de la serpiente, animal que simbolizaba la astucia. Jesucristo, por supuesto, no se refiere a una astucia mundana y que se base en medios inmorales, para conseguir sus fines terrenos. Aquí se trata de una prudencia santa, de manera que puedan juntar a la fortaleza en proclamar el Reino de Dios, un discernimiento para esforzarse si siempre en buscar los medios más aptos para extender ese Reino de Dios.

Se trata de una prudencia divina; no de una prudencia meramente humana basada en los criterios del mundo.

Más fácil de entender es la comparación con las palomas. La sencillez de que habla Cristo, es la sencillez propia del Evangelio; no se trata, en absoluto, de ser ingenuo ni de ser superficial. Se trata de la virtud de la humildad sin­cera, de la verdad en nuestra vida sin hipocresías y sin maneras fingidas de proceder; éstas son cualidades muy importantes para los que en nombre de Cristo van por el mundo predicando su Evangelio.

2) Anuncio de las persecuciones

De una manera general, en la sentencia del Señor "Os envío como ovejas entre lobos" ya se predecían las persecuciones. Pero en los versículos posteriores el Señor explica más estas persecuciones. El Señor se refiere claramente a las persecuciones que han de sufrir de parte de las autoridades judías, cuando dice: "os entregarán a los tribunales y os azotarán en las sinagogas; y se refie­re a las persecuciones en países paganos, cuando dice: "os llevarán ante go­bernadores y reyes". Y, finalmente, habla también de persecuciones por parte de miembros de la misma familia. Sobre este tema insistiremos más adelante.

La predicción de las persecuciones es clarísima, y podría sorprendemos que el Señor les hablase a sus apóstoles con tanta crudeza y realismo; podría ser causa de su desaliento. Pero, al mismo tiempo, para ellos y los apóstoles de todos los tiempos, les da motivo de gran alegría y de gran aliento en esas persecuciones. Se trata, en primer lugar, de persecuciones sufridas por el Señor, por el nombre del Señor y para dar testimonio de él; y esas persecu­ciones llevan la garantía de la salvación eterna. Y además en esas persecu­ciones imitan al Señor, al que ellos llaman "Maestro".

El camino que ha seguido el "Maestro" no puede ser distinto del camino que sigan sus discípulos. Para ellos será una gloria parecerse a su Maestro en todas las cosas y seguir sus mismos pasos de persecución y sufrimiento.

El señor les promete también una fortaleza y ayuda muy especial. Será en el Sermón de la Ultima Cena cuando en repetidas ocasiones el Señor promete­rá a sus apóstoles el envío del Espíritu Santo que permanecerá con ellos y les guiará a toda sabiduría y verdad. En el discurso apostólico que estamos me­ditando, el Señor les promete que el Espíritu Santo estará con ellos cuando sean llevados a los tribunales; a la presencia de cualquier autoridad que quie­ra condenarlos; no deben temer nada, pues "El Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir".

Quedaría por aclarar una frase del Señor: "Cuando os persigan en una ciu­dad, huid a otra".

Es un consejo práctico que da el Señor a todos los apóstoles.

Se trata de no exponer temerariamente la vida. Huir de la persecución, cuan­do se puede hacer sin escándalo y sin perjuicio espiritual de los fieles, es cosa aconsejable por el Señor. Esos apóstoles podrán fructificar en otras partes.


Examen de la oración


Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.


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