Semana 09
SENTIDO DEL PECADO
¿Eres consciente de tus pecados personales?
“Simón Pedro se arrodilló ante Jesús diciendo: Señor, apártate de mí que soy un pecador”
Lucas 5;8
Entre las enfermedades raras, está la insensibilidad congénita al dolor. Una niña padecía este mal y su madre, cierto día, escuchándola reír, se dirigió a su habitación y vio que la niña se había mordido un dedo y estaba haciendo dibujos con su propia sangre.
La pérdida de
nuestro sentido del dolor es similar a la pérdida de nuestro sentido del
pecado. Y el sentido del pecado se relaciona con nuestro sentido de Dios.
Mientras más cercanos estemos a Dios, más conscientes estaremos de nuestros
errores. Consecuentemente, mientras más lejanos estemos de Dios, estaremos
menos conscientes de nuestros errores. Esto es porque el alejamiento de Dios
impide que conozcamos nuestra condición verdadera. De esta manera podríamos
concluir que la pérdida del sentido del pecado es tan trágica como la pérdida
de la sensibilidad humana.
Las meditaciones que siguen tiene que ver con el “sentido del pecado”. También tratan de que tomemos conciencia de nuestros errores. Lo que pedirás antes de cada meditación será:
Señor, dame conciencia y humildad para aceptar mis propios pecados.
Termina cada
meditación rezando en voz baja el Padre Nuestro. Después de cada frase, haz una
pausa. Presta atención a las palabras finales de la oración: “perdona nuestras
ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”
En los próximos
días, sería conveniente que dediques un tiempo especial a hacer un recuento de
tu vida, incluyendo tus debilidades y miserias. Como no es posible acceder a la
confesión sacramental por precaución ante la pandemia, “confiésate con el
Señor”. Mejor dicho, confiesa tu pecado ante el Señor. Él nos perdona cuando
vamos humildemente y en sinceridad. Es importante pasar por la experiencia de
pedir perdón, abriendo el corazón a la paz.
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