P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
VI. DESPUÉS DE LA FIESTA DE LOS TABERNÁCULOS, HASTA LA FIESTA DE LA DEDICACIÓN
ACTIVIDAD DE JESÚS EN JUDEA Y PEREA
(Mediados de Octubre a Diciembre, año 29)
156.- JESÚS CURA A
UNA MUJER ENCORVADA
TEXTO
Lucas 13,10-17
Estaba un sábado
enseñando en una sinagoga, y había una mujer a la que un espíritu tenía enferma
hacía dieciocho años; estaba encorvada, y no podía en modo alguno enderezarse.
Al verla Jesús la llamó y le dijo: “Mujer, quedas libre de tu enfermedad."
Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó, y glorificaba a Dios.
Pero el jefe de la
sinagoga, indignado de que Jesús hubiese hecho una curación en sábado, decía a
la gente: "Hay seis días en que se puede trabajar; venid, pues, esos días
a curaros, y no en día sábado." Replicóle el Señor: "¡Hipócritas!
¿No desatáis del pesebre todos vosotros en sábado a vuestro buey o vuestro asno
para llevarlo a abrevar? Y a ésta que es hija de Abraham, a la que ató Satanás
hace ya dieciocho años, ¿no estaba bien desatarla de esta cadena en día
sábado?" Y cuando decía estas cosas, sus adversarios quedaban confundidos,
mientras que toda la gente se alegraba con las maravillas que hacía.
INTRODUCCIÓN
Jesús continuaba
con la costumbre que había tenido en Galilea. Solía predicar en la ceremonia
litúrgica de los sábados en la sinagoga. Y como le aconteció otras muchas veces
en Galilea, los fariseos, los jefes de la sinagoga, condenan su conducta de
realizar curaciones en día de sábado. Eran ciegos que no sabían interpretar la
ley del descanso sabático. Fueron también muchas veces las que el Señor les
explicó la recta interpretación de esa ley mosaica, pero los judíos estaban cerrados
a cualquier palabra del Señor y siguieron en la hipocresía de multiplicar
normas para regular hasta los más mínimos detalles el descanso sabático, mientras
descuidaban los grandes mandamientos de la Ley de Dios.
El Señor conoce
que su conducta va a ser condenada, pero no le importa el juicio de los
hombres. El tiene que realizar las obras de su Padre, que siempre son obras de
caridad en favor de los enfermos y más necesitados. Y en presencia de todos los
asistentes realiza el milagro de la curación de la pobre mujer que no podía
enderezar su cuerpo.
MEDITACIÓN
1) El pecado de la hipocresía
El Señor, al oír
la acusación del jefe de la sinagoga, penetra en su corazón y conoce que la
hipocresía es la raíz de los pecados, no sólo del jefe de la sinagoga, sino en
general de todos los escribas y fariseos; y es el obstáculo más grande para que
le puedan reconocer como el enviado del Padre. Por eso, le responde en plural y
les llama "hipócritas". Ante el milagro que realiza, en vez de
reconocer que Dios está con él, le atacan y le consideran pecador porque, según
ellos, quebranta la ley del sábado.
El Señor mostrará
siempre una actitud muy severa contra los hipócritas. En un corazón hipócrita
nunca podrá entrar la gracia de Dios, nunca podrá ese corazón abrirse a la
revelación de Dios.
Y en este caso
concreto les descubre claramente su hipocresía. Consideran que es lícito llevar
el ganado a abrevar y, en cambio, consideran que es grave pecado el sanar a una
pobre mujer enferma. Donde entra la hipocresía no entra la caridad. Por eso,
son incapaces de llegar a entender la gran lección que continuamente está dando
el Señor de la supremacía de la caridad sobre cualquier otra virtud y obligación.
2) El milagro
Se trata de un
milagro más de los muchísimos que realizó Jesús durante su vida, como muestra
de su gran bondad y de su omnipotencia; y como señal inequívoca, anunciada por
los profetas, de la llegada del Mesías, del Reino Mesiánico.
En todos los
milagros de Jesús podemos también considerar algún sentido más profundo que
encierran sus obras de poder. En algunos milagros es el mismo Señor el que nos
descubre ese sentido transcendental, como ya hemos considerado en el milagro de
la multiplicación de los panes, en la curación del ciego de nacimiento, y lo
veremos también en el milagro de la resurrección de Lázaro. La Eucaristía; Jesucristo,
luz del mundo; Jesucristo, resurrección y vida: son autorevelaciones de Cristo
que se manifiesta a través de esos milagros.
En el milagro de
la curación de la mujer encorvada, el Señor no nos dice nada del sentido
transcendental del milagro; pero los Santos Padres han visto en el milagro un
simbolismo profundo de las almas que viven tan inclinadas hacia los bienes de
esta tierra, los bienes materiales, que se encuentran imposibilitados de mirar
hacia arriba, hacia los bienes espirituales, hacia los bienes del cielo. Son
muchas las almas esclavizadas por las riquezas falsas de este mundo. Jesucristo
ha venido para librarnos de esa esclavitud, para quitar nuestras ataduras que
nos tienen encadenados a los bienes efímeros de las riquezas materiales, de los
placeres pecaminosos; él quiere enderezar nuestro espíritu hacia las cosas de Dios,
hacia la fe en él y en su enseñanza, hacia el deseo de la vida eterna, hacia la
esperanza de nuestra resurrección y glorificación. El Señor quiere repetir este
milagro con todos los que se abran a él y le acojan.
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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