P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
VI. DESPUÉS DE LA FIESTA DE LOS TABERNÁCULOS, HASTA LA FIESTA DE LA DEDICACIÓN
ACTIVIDAD DE JESÚS EN JUDEA Y PEREA
(Mediados de Octubre a Diciembre, año 29)
157.- RESPUESTA PARA
HERODES
TEXTO
Lucas 13,22; 13,31-33
Atravesaba
ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén.
En aquel momento
se acercaron algunos fariseos, y le dijeron: "Sal y vete de aquí, porque
Herodes quiere matarte." Y él les dijo: "Id a decir a ese zorro: Yo expulso
demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy consumado.
Pero conviene que hoy y mañana y pasado siga adelante, porque no cabe que un
profeta muera fuera de Jerusalén."
INTRODUCCIÓN
Lucas nos habla de
nuevo del viaje de Jesús a Jerusalén. Una vez que Jesús sale de Galilea, Lucas
considera todas las correrías apostólicas de Jesús por Judea y Perea en la
perspectiva de la meta final, que es Jerusalén, donde el Señor tenía que morir.
Ahora nos vuelve a recordar y, el destino definitivo de Cristo que es llegar a
la Ciudad Santa para consumar su obra redentora. Pero Lucas no tiene en
consideración las otras estancias de Jesús en Jerusalén, en las fiestas de los
Tabernáculos y en las fiestas de la Dedicación del Templo. Estas fiestas nos son
narradas por San Juan y en ellas nos describe la actividad apostólica que el
Señor llevó a cabo.
La escena que nos
narra Lucas en los versículos 31-33 tuvo lugar estando el Señor en Perea. En
Judea, Herodes no tenía ninguna autoridad; él era tetrarca de Galilea y Perea,
y como el Señor ya había abandonado definitivamente Galilea, tenía que ser en
Perea donde se encontraba el Señor y donde Herodes podía prenderle y matarle.
MEDITACIÓN
Se interpreta que
el consejo que dan los fariseos al Señor para que salga de Perea no nacía de un
corazón sincero, que intentase evitar que Jesús fuese perseguido y matado por
Herodes. Herodes manifiesta el deseo de ver a Jesús y verle realizar algunos
milagros (Cfr. Lc 9,9; 23,8), pero en ninguna parte se nos dice que deseaba matarle.
Lo más probable es que Jesús, durante su estancia en Perea, seguía atrayendo a
las multitudes, y esto no lo podían soportar los fariseos. Por eso le ruegan
que salga de allí con la hipocresía de aparentar una preocupación por la vida de
Jesús. Y salir de allí significaba que volvería a Judea donde estaría más
próximo a los escribas y fariseos de Jerusalén y a las autoridades judías.
Todos ellos sí querían matar al Señor.
Jesús aprovecha lo
que le dicen los fariseos, para denunciar públicamente la vida inmoral de
Herodes, igual que anteriormente lo había hecho su precursor Juan Bautista. La
palabra "zorro", dicha a una persona, indicaba que esa persona tenía
un corazón hipócrita, artero, violento y cruel, y que además su vida estaba llena
de vicios. El Señor no tiene miedo a denunciar la corrupción de las autoridades
públicas y prevenir así a sus súbditos de la pésima influencia que pueden
ejercer.
Pero hay algo
mucho más profundo en la respuesta del Señor. El Señor manifiesta que tiene una
misión que cumplir y que nada ni nadie le apartará de esa misión. El seguirá
predicando su doctrina y obrando milagros y expulsando demonios hasta que
llegue "su hora", como dirá en otras ocasiones. El es consciente de
que esa hora está cercana y se acerca a ella con plena libertad y con una
voluntad de plena sumisión al Padre y de infinito amor a los hombres. Pero,
mientras llegue esa hora, seguirá cumpliendo con su misión de Mesías, de Hijo
de Dios enviado por el Padre. Ejemplo extraordinario de Cristo en el cumplimiento
de la misión que le ha confiado 'el Padre.
"Hoy y
mañana, y el tercer día soy consumado" son expresiones de Cristo para
indicar que es ya poco el tiempo que le quede para actuar en la tierra; que
después, en seguida, vendrá la hora de su sacrificio. Y es una nueva profecía
de su muerte que tendrá lugar en Jerusalén, ciudad testigo de la muerte de
tantos profetas.
Lucas, a
continuación, pone en labios de Jesús sus lamentaciones sobre Jerusalén. Las
mismas lamentaciones las trae Mateo en otro contexto, en los días de la Semana
Santa, al final de su vida. Creemos más conveniente meditarlas en el contexto
de Mateo (Mt 23,37-39), más adelante.
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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