P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
IX. JESÚS SUBE A JERUSALÉN PARA LA FIESTA DE LA PASCUA
DESDE LA ENTRADA TRIUNFAL DE JESÚS EN JERUSALÉN HASTA LA ÚLTIMA CENA
(Fines de Marzo - Primeros de Abril, año 30)
JESÚS ENTRA EN EL TEMPLO DE JERUSALÉN
207.- EL ÓBOLO DE LA
VIUDA
TEXTOS
Marcos 12,41-44
Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: "Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de lo que les sobraba; ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir."
Lucas 21,1-4
Alzando la mirada,
vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a
una pobre viuda que echaba allí dos moneditas, y dijo: "De verdad os digo
que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos éstos han echado
como donativo de lo que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que
necesitaba, todo cuanto tenía para vivir."
INTRODUCCIÓN
Terminaba ya la
actividad apostólica de Jesús el Martes Santo. Había sido un día de muchos
encuentros con los escribas, fariseos, saduceos y herodanos, todos ellos
adversarios suyos. Al final de ese día, Jesús pronunciaba su discurso de
anatema contra los escribas y fariseos y, con dolor de su corazón, profetizaba
el castigo que vendría sobre Jerusalén y todo el pueblo judío. Antes de retirarse
del Templo, Lucas y Marcos nos narran que presenció la escena de la viuda pobre
que echando su limosna en el arca del Tesoro. Es muy probable que saliendo, Jesús
pasase por el atrio de mujeres donde se encontraba el "gazofilacio",
lugar destinado para recibir las ofrendas y limosnas de la gente. Al pasar por
allí, Jesús se detuvo contemplando cómo algunos ricos echaban sus limosnas, que
eran recibidas por los sacerdotes y levitas del Templo. Había la costumbre de
proclamar la cantidad que se había donado, cuando ésta era una suma apreciable.
Con frecuencia hacían estas donaciones los ricos con espíritu de ostentación,
buscando la alabanza humana.
Conocemos que ésta
era también la costumbre de los escribas y fariseos costumbre que el Señor
reprende en el Sermón del Monte. (Cfr. Mt 6, 14). Jesús, al contemplar la
limosna que echaba una pobre viuda, se emocionó por la generosidad de esa
mujer y quiso dar a sus discípulos, y en ellos a todos nosotros, una lección
sobre el espíritu con que se ha de dar la limosna.
MEDITACIÓN
Jesús condenó
siempre la limosna dada con espíritu de vanidad y ostentación y deseando la
alabanza de los hombres. Esa limosna no es del agrado del Señor y no recibirán
los donantes ninguna recompensa, pues "ya recibieron su recompensa"
aquí en la tierra (Mt 6,1).
Pero hay algo
mucho más profundo en la enseñanza de Cristo. El Señor tampoco considera
meritoria la limosna que se da de lo que a uno le sobra. Aquellos ricos que
depositaban sus buenas sumas de dinero en las arcas del Templo, daban de lo que
les sobraba, lo que no suponía sacrificio para ellos. El Señor, al comparar la
conducta de aquellos ricos y la de la viuda pobre exclamó:
"En verdad,
os digo que esa pobre mujer echó más que todos los que han echado en el
gazofilacio: Porque todos echaron de lo que les sobraba, pero ésta de su
pobreza echó cuanto tenía, todo el sustento de su vida."
La lección es
clara: Lo que vale a los ojos de Dios no es lo que se da, sino el espíritu y
sacrificio con que se da. Esa mujer ha conmovido el corazón de Cristo, porque
Cristo conoce que ha dado todo lo que tenía para su sustento de aquel día. La
verdadera caridad y la verdadera limosna no es dar de lo que a nosotros nos
sobre, sino dar aun aquello que necesitamos, pero hay otras personas necesitan
más. La Madre Teresa de Calcuta, premio Nobel de Paz, resume esta enseñanza
diciendo: "Tenemos que dar hasta que nos duela". Frase que en alguna
ocasión ha repetido el Papa Juan Pablo II. La limosna hecha con este
sacrificio y generosidad conmueve siempre el corazón de Cristo.
...
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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