P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
II MINISTERIO DE JESÚS EN GALILEA
(Mayo 28 - Mayo 29)
C. ULTERIOR PREDICACIÓN Y MILAGROS DE JESÚS
63.- SUS PARIENTES LE
BUSCAN
TEXTOS
Marcos 3, 20-21
Vuelve a casa. Se
aglomera otra vez la muchedumbre de modo que ni siquiera podían comer. Se
enteraron sus parientes y fueron a hacerse cargo de él, pues decían: "Está
fuera de sí".
Juan 10, 19
Muchos de ellos
decían: "Tiene un demonio y está loco. ¿Por qué le escucháis?".
INTRODUCCIÓN
Después de los
hechos narrados anteriormente y que han constituido el objeto de las
meditaciones inmediatamente precedentes, San Marcos nos dice que Jesús
"vuelve a casa". Para Jesús, "volver a casa" no significaba
Nazaret, sino Cafarnaúm adonde se retiraba después de cada una de sus
excursiones apostólicas. Necesita tomar un descanso, pero es tal su fama y lo
que la gente le busca, que le resulta imposible descansar; más aún, se nos dice
que no le dejaban tiempo ni para comer. De esta aglomeración de gente en
Cafarnaúm, en la misma casa donde se hospedaba Jesús, que sabemos era la casa
de Simón Pedro, se nos habla en otros pasajes del Evangelio. (Cfr. Mc 2,2;
6,31) Por eso, si quería Jesús realmente descansar, tenía que buscar lugares
solitarios, alejados de la ciudad, y aprovechaba esos ratos de soledad también
para entregarse a su oración al Padre. (Cfr. Lc 5,16)
Jesús está
realizando una extraordinaria actividad apostólica y hay una enorme efervescencia
en Cafarnaúm. Y es probable que la actitud de los fariseos y escribas contra
Jesús y las calumnias que proferían contra él delante del pueblo, crease un
cierto desconcierto, por lo menos, en parte de la multitud que seguía a Jesús.
Esas calumnias las consideraremos en la siguiente meditación.
Es en estas
circunstancias cuando los parientes de Jesús fueron a buscarlo con la intención
de llevárselo y cuidar de él.
Hay un problema
sin resolver: se refiere a la frase del Evangelista: pues decían: "Está
fuera de sí"; es decir, "está loco".
Una interpretación
cree que esa frase es dicha por los mismos parientes de Jesús. Y lo explican de
esta manera: Al llegar a Nazaret la noticia de la actividad extraordinaria de
Jesús en Cafarnaúm y cómo la gente se concentraba para oírle y tocarle, aunque
sólo fuera la orla de su manto, sospechan sus familiares, influenciados por la
oposición y crítica de los fariseos, que ha perdido el juicio, y llegan a creer
que la gente impulsada por los fariseos podría poner en peligro la misma vida
de Jesús. Y van a buscarle.
La impresión que
causó la actividad de Jesús en "sus parientes" puede también tener
alguna explicación; treinta años han convivido con El y durante todo ese
tiempo no había mostrado ninguna señal especial que indicase su misión, y
menos la de ser el Mesías prometido. Había pasado su vida trabajando en un
taller humilde de carpintería. Y, de pronto, deja el taller y comienza su
aventura apostólica. No es de extrañar que algunos lo juzgasen como un
fanático, un "fuera de sí", un loco.
La otra
interpretación es la de aquellos que interpretan la frase como dicha por los
escribas y fariseos, por todos los enemigos de Jesús. Ellos son los que llaman
"loco" a Cristo, e intentan por todos los medios que la multitud crea
que Jesús es un loco, y así conseguir apartarla de él. Y cuando estas noticias
llegan a Nazaret, sus parientes temen por Jesús y van a buscarle.
Finalmente, hay
una tercera interpretación, que une ambas, la primera y la segunda: es decir,
tanto los escribas y fariseos decían de Jesús que estaba loco, y nos lo
confirma el texto de Juan que hemos transcrito; como sus mismos parientes, que
haría tiempo no lo habrían tratado de cerca, y que al oír los rumores que se
decían de Jesús, sospecharon que eran verdad y que se había vuelto loco.
La Virgen
Santísima "guardaba en su corazón" (Lc 2, 19) todos los misterios de
su Hijo, que no podía revelar a nadie. Cuánto tuvo que Sufrir la Santísima
Virgen al oír en Nazaret todos los rumores maliciosos que llegaban contra su
Hijo, y al ver que sus mismos parientes habían cedido a la influencia de los
escribas y fariseos y creían también que su Hijo estaba loco.
Es muy probable
que la tercera interpretación, que junta las anteriores, sea la verdadera.
Jesús tenido por loco por los escribas y fariseos y algunos otros enemigos
suyos, y también por sus parientes.
MEDITACIÓN
Muy breve tiene
que ser esta meditación, pero que debe impactar nuestro orgullo y hacernos
cambiar. Jesucristo, el Hijo de Dios, la Sabiduría Infinita del Padre, es
juzgado por el mundo como un demente, un fuera de sí, un loco. Llegará el
momento de su Pasión y será paseado por las calles de Jerusalén como un loco,
maniatado, por mandato del rey Herodes. Hasta ese extremo quiso Jesús
sacrificar su honra y su fama por amor a los hombres.
Una de las ofensas
que más le duele a la persona humana es ser estimada por persona sin luces,
medio tonta, por persona que ha perdido la razón. Y mucho más le duele, cuando
este juicio lo dan los que la rodean, los que debían conocerla más. La humillación
de ser tenido por tonto y loco es de las más terribles para el ser humano. Sin
llegar a esa humillación, con cuánta frecuencia la previsión de una crítica o
una burla contra nosotros nos hace cambiar de conducta, y hacer a veces lo que
no deberíamos hacer por el gran miedo que tenemos a lo que la gente va a pensar
de nosotros. Y cuántas cosas se hacen exclusivamente para buscar la propia
honra y la alabanza de los demás. La vanagloria, la ostentación, el orgullo y
la franca soberbia son una de las pasiones más arraigadas en el corazón del hombre.
Jesucristo, conoce
como nadie, ese corazón humano, con enormes potencialidades para grandes
cosas, y sobre todo, para poner su amor en los verdaderos tesoros del cielo;
pero al mismo tiempo, lleno de pasiones que le tiran hacia abajo y le arrastran
a todos los pecados.
Y Jesucristo
quiere darnos ejemplo de total dominio y control de todas las pasiones humanas,
y quiere que mirándole a él tengamos también el modelo de aquel que sabe
sufrir cualquier humillación, con tal de cumplir la voluntad de su Padre y la
Misión que le ha encargado. Y así es como permite que sea juzgado por unos y
por otros como un "loco".
Ha sido propio de
los santos querer imitar a Jesucristo en estas humillaciones. Famoso es el
texto de San Ignacio en el Libro de los Ejercicios, cuando en la oración de
población que hace al Señor en la meditación de su Reino, le pide "pasar
todas injurias y todo menosprecio"; y en la meditación de las Dos
Banderas vuelve a insistir en lo mismo, ser recibido bajo su bandera y
"pasar oprobios e injurias por más en ellas de (Jesús) imitar"; y su
petición crece en intensidad en la meditación de los Tres Grados de Humildad,
cuando le pide a Nuestro Señor; "Por imitar y parecer más actualmente a
Cristo nuestro Señor, quiero y elijo más pobreza con Cristo pobre que riqueza,
oprobios con Cristo lleno de ellos que honores, y desear más de ser estimado
por vano y loco por Cristo que primero fue tenido por tal, que por sabio ni
prudente en este mundo".
Si no somos
capaces de llegar a estas alturas de perfección en el amor y en el deseo de
imitar a Cristo, por lo menos sepamos controlar todo acto de soberbia y
vanidad, sepamos sufrir con paciencia las humillaciones que nos puedan venir, y
que nunca dejemos de cumplir la voluntad de Dios por temor a lo que otros
puedan decir o juzgar de nosotros.
Demos infinitas
gracias al Señor que ha querido precedernos en el ejercicio de todas las
virtudes cristianas. Bendito ejemplo el de Cristo, que siempre es el que debe
guiarnos, animarnos. Y fortalecernos.
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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