P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
II MINISTERIO DE JESÚS EN GALILEA
(Mayo 28 - Mayo 29)
D. DISCURSO DE LAS PARÁBOLAS
76.- PARÁBOLA DE LA
RED
TEXTO
Mateo 13,47-50
También es
semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces
de todas clases; y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y
recogen los buenos en cestos y tiran los malos. Así sucederá al fin de mundo:
saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en
el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
INTRODUCCIÓN
El Señor alude a
la manera de pescar en aquellos tiempos, cuando se quería obtener una gran
pesca; y en parte, es método empleado hasta hoy mismo. Se trata de redes muy
grandes que se arrojan al mar formando un semicírculo; una vez que han entrado
en ella gran cantidad de peces, se va recogiendo y tirando de ella por los
extremos hacia la orilla. Una vez en tierra, se recogen todos los peces que han
quedado prendidos en ella.
MEDITACIÓN
Seremos muy breves
en las reflexiones que hagamos, porque su contenido es muy parecido a la
parábola del trigo y la cizaña; y en esa meditación podremos encontrar la
explicación y el sentido tan profundo que tiene para nosotros.
Indicaremos
solamente que, en la parábola, lo que se compara a la red es el Reino de Dios;
y el mar podría considerarse como el mundo entero.
Muchos autores
creen que la red simboliza aquí a la Iglesia que, esparcida por todo el mundo,
hace el llamado a todos los pueblos y a todos los hombres para que entren en
el Reino de Dios. Esa Iglesia abarca a la humanidad entera, en cuanto predica
a Cristo y su mensaje hasta los últimos confines del mundo. Al final del
mundo, los hombres que conscientemente y culpablemente hayan desechado el
llamado de la Iglesia, o los que habiéndolo aceptado han sido traidores a su compromiso
con Cristo, están simbolizados por los peces que se tiran, y, en la explicación
de la parábola, Cristo dice que serán echados "en el horno de fuego y
allí será el llanto y rechinar de dientes", expresiones equivalentes a la
condenación eterna. Los peces buenos, son los que han aceptado plenamente el
Reino de Dios, los que han entrado en la Iglesia y han sido consecuentes con su
compromiso. Estos son los "justos" que se salvarán.
Es una reiterada
enseñanza de Jesús sobre el final del mundo, el juicio universal y la
retribución a cada uno según sus obras: salvación o condenación, ¡Cuánta
importancia daba Cristo a esta verdad de nuestra fe, cuando la repite con tanta
frecuencia! Es su amor el que nos hace ser conscientes del peligro que tenemos
de una posible condenación. El ha muerto por la salvación de todos.
En esta parábola
no repite la enseñanza sobre la "paciencia" que debemos tener con los
grandes pecadores. No insiste en la "paciencia" para esperar el Juicio,
como en la parábola del trigo y la cizaña.
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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