P. Mark Link, jesuita.
Día tres
“Ni criatura alguna podrá privarnos del amor de Dios”
Romanos 8,39
Una estrofa de un viejo himno religioso describe el amor de Dios:
El amor de Dios es más lejano que
las gaviotas y el cielo,
va más allá de la estrella más
profunda.
Pero el párrafo más conmovedor del himno no fue escrito por el autor
original, sino por algún paciente siquiátrico que lo escribió en la pared de un
sanatorio:
Si pudiéramos
llenar de tinta el océano, y convirtiéramos los cielos en inmensos pergaminos;
si cada tallo de la tierra se convirtiera en lapicero, y cada hombre en
escritor de oficio: describir el amor de Dios en lo alto agotaría el océano, y
ni el pergamino podría contenerlo todo, aunque se extendiera de cielo a cielo.
¿Qué es lo que te motiva a darle a Dios el mismo lugar en tu corazón que él
tiene en el universo? Habla con Jesús sobre el lugar que dio a su Padre Dios
dentro del corazón.
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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