P. Ignacio Garro, jesuita †
Del trabajo hemos hablado ampliamente en el capítulo 5º de este tratado. Ahora vamos a describir la Empresa como lugar de encuentro del capital y su relación con el trabajo. El actor principal en nuestro punto de vista sigue siendo: la persona humana, su dignidad.
6.1. LA EMPRESA, COMUNIDAD HUMANA
La Empresa se puede
definir como: "una unidad de
producción en la cual se combinan los diferentes factores productivos para el
abastecimiento de bienes y / o servicios a la comunidad".[2]
Podemos decir que
una empresa la componen personas humanas: gerente, administrativos, personal
técnico y obreros junto a unos medios materiales: instalaciones técnicas,
edificios, dinero, etc. De la colaboración de los hombres entre sí, y del uso
racional de los bienes capital surge la
"unidad económica productiva llamada Empresa, considerada como un conjunto
organizado que tiende a un fin".
6.2. OBJETIVO DE LA EMPRESA
El fin de los que
trabajan en una empresa es el económico. Se asocian libremente para obtener ganancia.
La empresa produce bienes materiales o de servicio, de cuya venta se obtiene el
lucro buscado, Pero tanto la obtención como el reparto de la ganancia se debe
de sujetar a unas normas morales.
a.- La ganancia viene dada por la diferencia entre el precio del coste y el
precio de venta. Este precio, por principio, ha de ser justo. No se le permite
a la empresa en el plano moral imponer precios abusivos valiéndose para ello de
ciertas situaciones de monopolio.
b.- El reparto de la ganancia ha de ser proporcional a la contribución de
cada factor.
Materialmente la Empresa
es considerada como el medio de "satisfacer
necesidades" en el marco de la "oferta
y la demanda", pues quien produce una cosa, lo hace para que otros
puedan disfrutar de la misma después de haber pagado el justo precio, establecido
de común acuerdo después de una libre negociación, C.A. nº 32. Sin embargo,
desde un punto de vista más profundo y amplio, la Empresa es, ante todo, "la existencia misma como comunidad de
hombres"... "al servicio de la sociedad entera", nº 35.
J. Pablo II en la encíclica
"Centesimus annus", nº 43 dice:
"La empresa no puede considerarse únicamente como una "sociedad de
capitales"; es, al mismo tiempo, una "sociedad de personas", en
las que entran a formar parte de manera diversa y con responsabilidades específicas
los que aportan el capital necesario para su actividad y los que colaboran con
su trabajo". La empresa funda sus raíces en la libertad de la persona
humana y en el valor del propio hombre, capaz de llevar a cabo un trabajo social,
es decir, un trabajo "con" y "para" los otros hombres, nº
32.
Definida la Empresa
como unidad productiva en la que se involucran personas y capitales, y como
institución que, con vocación de permanencia en el tiempo, se orienta a
satisfacer necesidades materiales mediante la producción de bienes y servicios,
la encíclica C.A, apunta a un elemento fundamental en la vida de la Empresa: el
papel importante del empresario y el proceso directivo. Hoy día tiende a verse
como factor decisivo la calidad del producto, ya no tanto el capital, la maquinaria,
o la técnica, sino el hombre que la maneja, el trabajo cualificado de la
persona humana. Esto vale más que el trabajo de las máquinas, y la dirección de
la Empresa ha de tenerlo en cuenta.
6.3.- CAPITAL Y TRABAJO. DEPURACIÓN TERMINOLÓGICA
En un tema tan importante
como es el de la relación entre capital y trabajo hay que aclarar los términos
y ver lo que ellos significan. De esta manera podemos precisar los temas y
aclarar las dificultades. Veamos:
1.- Capital: Definición: Capital viene del latín: "caput" = cabeza. Este término es polivalente, como adjetivo se refiere a la cabeza de una persona humana, como a su parte principal. Por extensión, o por analogía se aplica a todo aquello que es esencial o fundamental o de gran importancia. En el aspecto económico se habla de "capital" como de la parte más importante y principal de la economía, de la empresa o de cualquier actividad lucrativa.
En el aspecto
económico - industrial se dice: "no hay actividad económica sin capital
inicial". En definitiva el "capital" significa todo bien
económico susceptible de ser aplicado a la producción o a toda riqueza que se
emplea para producir más riqueza. En general el capital se considera como uno
de los agentes principales de producción de bienes y servicios y que se expresa
en sumas económicas rentables.
La consideración del
capital ha evolucionado a través de los tiempos, desde la simple idea de la
riqueza acumulada, hasta las de trabajo útil y de mercancía.
Se llama capital fijo,
el que se compone de bienes de larga duración, como son los bienes inmuebles,
maquinaría, capacidad instalada en la industria; en definitiva, todo aquello
que produce renta y continua en poder del
propietario.
Capital circulante,
es el constituido por los bienes susceptibles de transformación, como, por
ejemplo: materias primas para manufactura de productos concretos; todo aquello
que al producir renta se incorpora y / o cambia de propietario.
Un mismo objeto puede,
por consiguiente, clasificarse como capital fijo o circulante, según el uso que
de él se hace: un tractor es capital fijo para un hacendado, y capital
circulante para la fábrica que lo produce y lo vende.
Se dice que el
capital está consolidado cuando se compone de bienes inmuebles, o equiparados a
ellos, y abarca todo lo que fue incorporado al suelo, con carácter permanente,
ejemplo: una casa. Por el contrario, el capital fluctuante está constituido por
bienes que se hallan en manos de terceros, como títulos de deudas, créditos bancarios,
etc. Capital líquido es el que está formado por bienes de movimiento fácil y
libre, como el dinero disponible en caja o depositado en los bancos. Por
consiguiente se puede considerar el capital en:
a.- Capital técnico, constituido por el conjunto de bienes materiales empleados
en la producción, especialmente aquellos que aumentan la productividad humana,
como las máquinas, etc.
b.- Capital de giro, que es el importe de liquidez que necesita una empresa
para mover sus negocios.
c.- Capital contable, que se compone de los valores monetarios, de
amortización constante.
d.- Capital jurídico, que se refiere a los derechos relativos a ciertos
valores que producen renta, ya sean ellos valores de propiedad o de crédito.
La formación del
capital de una nación se verifica a través de:
1.- Recursos internos provenientes de la economía espontánea o forzosa, que
consiste básicamente en aquella parte de la renta individual o social que no se
destina al consumo inmediato.
2.- Recursos externos, que afluyen de varias fuentes, en forma de inversiones
para desarrollar la producción.
El movimiento de
capitales, en el ámbito internacional, se verifica en ritmo acelerado en los
tiempos actuales buscando la búsqueda de inversiones que tengan alta
rentabilidad económica.[3]
[1] Este capítulo está tomado de "Manual de Doctrina
Social de la iglesia", Pgs 512 - 528. De Alfonso. A. Cuadrón. BAC, Maior,
Nº43. Madrid. l993.
[2] Cfr. "Pequeña Enciclopedia de la DSI". F.
Bastos de Avila, SJ. Pag. 250. Edit. S. Pablo, Bogotá 1991.
[3] Cfr. Tema "Capital" de la "Pequeña
Enciclopedia de la Doctrina Social de la Iglesia". pag. 88. Autor, Fernando Bastos de Avila, Edic.
Paulinas, Bogotá, 1994.
Damos gracias a Dios por la vida del P. Ignacio Garro, SJ † quien, como parte del blog, participó con mucho entusiasmo en este servicio pastoral, seguiremos publicando los materiales que nos compartió.
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