P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
IV. JESÚS REGRESA A GALILEA Y MARCHA A TIERRAS DE PAGANOS PASA DE NUEVO POR GALILEA
PASA DE NUEVO POR GALILEA
(Junio - Setiembre, año 29)
124.- EL EXORCISTA QUE NO ERA DEL GRUPO DE LOS APÓSTOLES
TEXTOS
Marcos 9, 38-40
Juan le dijo:
"Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene
con nosotros; nosotros tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros.
Pero Jesús contestó: "No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un
milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el
que no está contra nosotros, está por nosotros."
Lucas 9, 49-50
Tomando Juan la
palabra, dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu
nombre, y tratamos de impedírselo, porque no viene con nosotros." Pero
Jesús le dijo: "No se lo impidáis, pues el que no está contra vosotros,
está por vosotros."
INTRODUCCIÓN
Marcos y Lucas nos
narran este diálogo de Jesús con Juan y los demás apóstoles. Juan creía que
había hecho una obra buena prohibiendo a aquel hombre que siguiese expulsando a
los demonios en nombre de Jesús. Supondría que iba a recibir la aprobación del
Señor. Ellos, los apóstoles, sí habían recibido ese poder de expulsar a los
demonios. Juan al ver que otra persona, que no pertenecía al grupo de ellos,
participaba también de ese poder, juzgaba que era como una usurpación del poder
que ellos tenían. Por esta razón le dice al Señor: "Maestro, vimos
lanzando demonios en tu nombre a uno que no anda con nosotros, y se lo
prohibimos."
Sin embargo el Señor
no aprueba la conducta de Juan y demás apóstoles y su respuesta merece ser
meditada.
MEDITACIÓN
1) "No se lo impidáis"
La razón que da el
Señor es que ese exorcista, al creer en el Señor e invocar su nombre con fe
para lanzar los demonios, está alabando el nombre del Señor, y de ninguna
manera puede concebirse que después, en otras ocasiones, hable mal de Jesús. En
este sentido el exorcista, no era del grupo de los apóstoles, pero sí estaba
con el Señor y creía en su bondad y en su omnipotencia.
El celo de los
apóstoles era injustificado y procedía más bien de querer ser ellos los únicos
privilegiados con los poderes que el Señor les había concedido.
Con esta respuesta
el Señor previene a los apóstoles, y en ellos, a los cristianos de todos los tiempos,
contra el peligro del exclusivismo en el trabajo apostólico. Cualquiera que
alabe al Señor y propague su conocimiento es digno de todo respeto y estima, aunque
no pertenezca al grupo apostólico nuestro. La iglesia siempre ha alabado toda clase
de apostolado, manifestado en multiplicidad de métodos, y que responden a
diversos carismas dentro de la Iglesia. Todo lo que sea enfrentamientos,
críticas, envidias, recelos entre grupos apostólicos, que por desgracia han
existido y siguen existiendo dentro de la Iglesia, constituye verdadero pecado
y está en contra de la voluntad del Señor que dispone de sus gracias y
carismas según sus designios y libérrimamente.
La verdadera
actitud cristiana es la de tener un corazón abierto para todos los caminos de
apostolado que surjan en la Iglesia y estén aprobados por ella. Más aún,
llegada la ocasión, debemos colaborar con generosidad y alegrándonos del fruto
apostólico que otros cosechan.
2) "El que no está contra nosotros, está con
nosotros"
El Señor, en esta
segunda parte de la respuesta, establece un principio general para juzgar a
los demás en relación con él mismo y con su Iglesia, representada por los
apóstoles.
Hay que hacer
notar, primero, que la sentencia del Señor no contradice lo que él mismo dijo
en otra oportunidad: "El que no está conmigo, está contra mí". En la
meditación 65 explicamos el sentido de esta sentencia del Señor.
Repetiremos que lo
que el Señor quiso decir en aquella frase había que entenderlo en el contexto
del rechazo de los fariseos y escribas. Los fariseos habían conocido al Señor,
habían oído su doctrina, habían visto sus milagros y tenían,
consiguientemente, la obligación de haber creído en él, haberle acogido, y
haberse hecho sus discípulos. Al no hacerlo, evidentemente se colocaban en la
posición de estar en contra de Jesús. Y en el ejemplo de los fariseos y
escribas veíamos también la actitud de muchos que habiendo conocido al Señor,
habiendo sido bautizados y siendo cristianos, después le abandonan. En todos
estos casos es cierto que el que no está con Jesús, está contra él.
Pero puede haber,
y de hecho hay, otras muchas personas que no han llegado a conocerle, por lo
menos de manera suficiente para llegar a la fe, y esto sin culpa suya.
Prescinden de Jesús porque no lo conocen, pero no están contra él. Y si estas
personas manifiestan buenas intenciones, una conducta moral recta, son personas
caritativas, aún sin saberlo ellas, se puede decir que están con el Señor.
Los apóstoles iban
a ser enviados a predicar el Reino de Dios, a predicar a Cristo y su mensaje a
todos los pueblos paganos. Es una advertencia del Señor: no deben considerar a
todas esas gentes como enemigas de Cristo y de ellos mientras no muestren una
clara hostilidad contra ellos y su predicación. Su actitud debe ser de gran
tolerancia, de trato amistoso, y de atraerlos a la verdadera fe con
comprensión, paciencia y mucho amor. Y esta actitud deberá manifestarse en
cualquier circunstancia, ante cualquier persona, que si no ha llegado a la fe
en Cristo, a un seguimiento de su doctrina, no manifiesta hostilidad alguna
hacía el Señor, hacia su Iglesia. Y en general, si en las personas no
descubrimos malas intenciones y claros indicios de estar contra Cristo, debemos
pensar que, por lo menos, de una manera implícita, están con el Señor.
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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