P. Ignacio Garro, S.J.
SEMINARIO ARQUIDIOCESANO DE AREQUIPA
4.1. La Iglesia preparada en el Antigua Testamento. La Iglesia "Prefigurada"
El Conc. Vat. II en la
Constitución dogmática sobre la Iglesia, "Lumen Gentium", N° 2 nos señala las líneas maestras de la historia salvífica y dice así: "El Padre eterno, por una disposición
libérrima y arcana de su sabiduría y bondad, creó todo el universo, decretó elevar
a los hombre a participar de la vida divina y, .... estableció convocar a
quienes creen en Cristo en la santa Iglesia, que ya fue prefigurada
desde el origen del mundo, preparada admirablemente en la historia del
pueblo de Israel y en la Antigua Alianza, constituida en los tiempos
definitivos (por Cristo), manifestada por la efusión del Espíritu y que
se consumará gloriosamente al final de los tiempos. Entonces como se lee
en los Santos Padres, todos los justos desde Adán, desde el justo Abel hasta el
último elegido, serán congregados en una Iglesia Universal en la casa del
Padre".
Con esta introducción a la preparación
histórica de la Iglesia de Cristo, vemos cómo el Concilio Vaticano II, tiene
conciencia de que la Iglesia se constituye de manera formal con Cristo pero ya
antes estaba prefigurada y preparada por la economía salvífica del AT. Hay
pues, un nexo entre la economía de salvación del AT, y la redención definitiva
que nos ha dado por Cristo a todos los hombres, ésta se continúa en la
Iglesia, asistida continuamente por el Espíritu Santo.
El justo Abel : La historia de Abel, el
justo, inaugura el tema de la fraternidad. Situada por el narrador sagrado en
la primera generación presenta concretamente uno de los rasgos generales en la
condición humana de todos los siglos, la oposición latente entre hermanos, que
aunque nacidos de un mismo padre conduce a la tragedia de una acción criminal.
La causa externa, los sacrificios ofrecidos a Dios. El sacrificio del justo
Abel, contrariamente al de su hermano Caín es grato a Dios. Gen 4, 4, ss, esto
depende de las actitudes internas más que de la calidad de la ofrenda en sí
misma. Así, frente a Caín que resulta rechazado de la presencia de Dios, Abel
representa al hombre justo en quien Dios se complace.
Es una ley universal, y la
sangre de los justos derramada desde el comienzo del género humano clama de la
tierra al cielo y exige justicia divina. Esta ley se da en grado sumo en
Jesucristo entregado a la muerte por sus propios hermanos de raza así : "Toda la sangre de los justos derramada
desde la sangre de Abel, el justo, hasta la de Zacarías, asesinado entre el
altar y el santuario, recaerá sobre esta generación suicida", Mt 23,
35, s . s .
Noé : El varón justo y cabal: La
figura de Noé, representa al tipo de hombre justo Gen 6, 9, que se libra del
castigo y se beneficia de la salvación. Noé en medio de la iniquidad del pecado
que destruye al mundo, Gen 6, 5-8, emerge como principio de una nueva humanidad,
Gen 9, 1, s. Dios establece con él una
alianza como signo de su bendición y protección y viene Noé, a ser, una
prefiguración del Mesías, Jesucristo, Gen 9, 8-17 .
4.2.- El nacimiento del pueblo de Israel
Abrahán. Vocación: El "elegido" de Dios para formar el
pueblo de Dios. La vida entera de Abraham se desenvuelve bajo el signo de la
predilección y la libre iniciativa de Dios. Dios interviene el primero y elige
a Abraham entre una familia que:
"servía a otros dioses", Jos 24, 2, y lo "hace salir de la ciudad de Ur de Caldea", Gen 11,
10-31, y conduciéndole por caminos extraños, lo lleva a un país desconocido,
Heb 11, 8. Esta iniciativa divina tiene como finalidad crear un pueblo elegido
del cual nazca el Salvador de todo el género humano. El tema fundamental de la
iniciativa divina y de la elección en la vocación de Abraham la presentamos en
tres niveles:
1.- Dios toma la iniciativa y
llama a Abraham (vocación). Yahvé dijo:
"Abraham, sal de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu
padre...", Gen 12, 1.s.s.
2.- Dios se compromete con
Abraham en una doble promesa:
- Promesa material : "... a la tierra que yo te mostraré", Gen.12,1. Esto se realizará en la conquista de la tierra prometida, muchos años después.
- Promesa humana : "De tí haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre...", Gen 12. 2. La descendencia vendrá de su hijo Isaac.
3.- Finalmente : Dios establece
una alianza con Abraham: Gen 15, 18: "Aquel
día firmó Yahvé una alianza con Abraham diciendo: " a tu descendencia he
dado esta tierra....". Abraham es conocido por ser el "padre de nuestra fe", o "padre de todos los creyentes''.
Rom 4, 11. Y en otro pasaje:
"Abraham, esperando contra toda esperanza, creyó y fue hecho padre de
muchas naciones, según se le había dicho: Así será tu posteridad. No vaciló en
su fe al considerar su cuerpo sin vigor...", Rom 4, 18-19. El pueblo
judío siempre tuvo la conciencia clara de que Abraham era el padre de la nación
judía, del Israel elegido por Dios, pues Abraham engendró a su hijo Isaac, éste
a Jacob, y éste a los 12 hijos que tuvo, de estos 12 hijos provienen las 12
tribus de Israel y se formó el gran pueblo de Dios. Y cuando los descendientes
de Abraham se ven oprimidos en Egipto, Dios presta oídos a sus lamentos, "porque se acuerda de su alianza con
Abraham, Isaac y Jacob", Ex 2. 23. Deut 1, 8. Más tarde alienta a los
exiliados llamándolos: "raza de
Abraham, mi amigo". Is 41.
Jacob: En tiempos del patriarca
Jacob: "hubo hambre por toda la haz
de la tierra", Gen 41. 56, "y vio Jacob que se repartía grano de
trigo en Egipto y dijo Jacob a sus hijos: ¿Por que se están ahí mirando?...
bajen a Egipto, compren grano allí, para que vivamos y no muramos. Bajaron pues
los 10 hermanos de José a proveerse de grano en Egipto", Gen 42. 1,ss.
"Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron con Jacob en
Egipto, cada uno con su familia: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar Zabulón,
Benjamin, Dan, Neftalí, Gad y Aser... José estaba ya en Egipto", Ex l
l. s.s.
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Agradecemos al P. Ignacio Garro, S.J. por su colaboración.
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