P. Ignacio Garro, jesuita †
1. LA CUESTIÓN SOCIAL
Continuación...
1.5. LA JUSTICIA SOCIAL
Las situaciones provocadas por un nuevo tipo de trabajo y un nuevo tipo de economía (la industrial) originaron una serie de injusticias que provenían de enfrentamientos entre las diferentes categorías de hombres: los que ponen el capital (capitalistas), los técnicos que dirigen la empresa (personal de servicios) y los obreros (trabajo) injustamente pagados. Unos pocos dirigentes y accionistas ganaban grandes sumas de dinero y muchos obreros ganaban muy poco. La distribución de las ganancias estaba injustamente repartida. Este aspecto tocaba un tema siempre antiguo y siempre nuevo: el de la justicia social.
Sto. Tomás tomando de la tradición cristiana define la justicia como: “Uniquique suum” = "A cada uno los suyo”, o “La voluntad firme y constante de dar a cada uno lo que le es debido". La divide en cuatro partes:
1.- Justicia conmutativa
2.- Justicia distributiva
3.- Justicia legal
4.- Justicia social
1. Justicia conmutativa: "Es la que manda y regula la igualdad de los contratos entre los individuos". Obliga, pues, a dar al otro lo que le pertenece, "unicuique suum" = "a cada uno lo suyo". Así, el patrón ha de dar al obrero el justo salario, y el obrero ha de realizar lo libremente convenido. En el comerciante, el derecho al justo precio de la mercancía, en el comprador, el derecho de recibir, por el justo precio, la cantidad y calidad correspondiente a la mercancía, etc.
2. Justicia distributiva: "Es la que funda el derecho de la sociedad de exigir de sus miembros lo necesario para su fin, y de tratar a cada uno según sus méritos y necesidades". El Estado distribuye los impuestos y las otras cargas sociales en proporción a la riqueza de cada uno de sus miembros.
3. Justicia legal: "Es la virtud que inclina y mueve a los miembros del cuerpo social, en cuanto tales, a dar a la sociedad todo aquello que le es debido en orden a procurar el bien común". Es la que regula las relaciones jurídicas del ciudadano con la comunidad en vistas al bien común. Es la justicia por la que los ciudadanos dan a la sociedad lo que le es debido.
4. La justicia social: "Tiene como finalidad procurar el bien de los grupos sociales entre sí, señala las exigencias y reivindicaciones de estos grupos, sobre todo en materia social y económica". A la justicia social corresponde principalmente dictar las reformas con normas jurídicas y sociales que el bien común y las necesidades de las clases trabajadoras reclaman en el campo económico y social, como son la relativas a la función social de la propiedad, la justa distribución de la riqueza según el destino fundamental de las mismas que es el de servir a las necesidades de la persona, etc.
a. Coincide con la justicia general por cuanto promueve el bien común y la paz y seguridad sociales.
b. Comprende las tres especies de justicia, y todo el conjunto de vínculos y relaciones jurídicas ya que toda justicia por naturaleza es social.
c. Coincide con la justicia distributiva ya que su función capital es la distribución de las riquezas entre los necesitados
En particular, los documentos pontificios exigen, en nombre de la justicia social una serie de reformas y mejoras en favor de los más necesitados, como son el salario justo familiar, la participación en los beneficios de la empresa donde el obrero trabaja, los seguros sociales que garantizan al obrero medios de vida estables, dignos y duraderos, y en general todo tipo de reformas que miran al desarrollo y cumplimiento del bien común.
Como se puede observar la "cuestión social" (como situación de injusticia social) trajo consigo la propuesta de teorías económicas y políticas acerca de la "justicia social". También hay otro aspecto de la justicia social que debemos de tener en cuenta. Pablo VI, en "Populorum Progressio", decía: "La cuestión social ha adquirido dimensiones mundiales". Y J. Pablo II en "Sollicitudo rei Socialis", nº 8-9: "la cuestión social se ha convertido en cuestión del subdesarrollo de los pueblos pobres", originado por las injusticias provenientes de las economías internacionales. Países ricos protegen sus productos internacionales, los venden caros, y obligan a los países pobres a vender sus materias primas a precios irrisorios. Esto origina injusticia y desequilibrio en las economías de los países pobres. Es una injusticia de corte internacional con grandes repercusiones en el desarrollo de los pueblos.
La cuestión social (como injusticia social) se plantea en dos niveles: primeramente, en el de la economía en general, como la oposición entre capital y trabajo. (El capital gana desmedidamente y el trabajo es mal remunerado), secundariamente en el de la economía internacional, como oposición entre el Primer Mundo altamente desarrollado y el Tercer Mundo subdesarrollado y pauperizado. Así pues, "cuestión social", "justicia social" y "Doctrina Social de la Iglesia" son términos correlativos, que se implican mutuamente.
1.6. LA DSI ES NECESARIA
En efecto, la DSI es necesaria pues, la enseñanza pontificia en materia social constituye una "doctrina". Esta "doctrina" presenta tres características:
a. Es una síntesis especulativa
b. Tiene un alcance práctico
c. Es moralmente obligatoria
Esto implica una síntesis teórica puesto que contiene y ordena en un todo armonioso, un conjunto de principios que cubren todos los aspectos fundamentales del orden temporal, tanto en lo nacional como en el internacional. Pero esta teoría del recto orden social está destinada a iluminar la acción práctica del cristiano, este alcance práctico lo destaca Juan XXIII en "Mater et Magistra", nº 226: "todo principio relativo a la cuestión social no debe ser solamente expuesto (teóricamente) sino que debe ser realmente puesto en práctica". Por último, la DSI reviste un carácter de obligatoriedad moral, ya que obliga en conciencia a todos los cristianos a vivir y obrar en conformidad con lo que se enuncia y enseña: "Esta doctrina es clara en todas las partes, es obligatoria; nadie puede apartarse de ella sin peligro para la fe y el orden moral", dice Pío XII.
El punto de partida de la DSI tiene una doble vertiente la Ley Natural y la Revelación. Sobre este doble fundamento la Iglesia formula los principios principales del orden social; es decir, de todo ordenamiento social humano. La necesidad de tal formación, sobre todo en el último siglo y medio últimos, resulta manifiesta. La crisis social de la humanidad se ha ido agravando cada vez más y más, abarcando todas las actividades e instituciones humanas y sociales. Crisis de los derechos humanos; crisis de la familia; crisis de las relaciones laborales, de las empresas y de las mismas profesiones liberales; crisis de las comunidades nacionales; finalmente crisis de orden internacional. "Tales son los males que padece el mundo en la actualidad", decía el Papa Pío IX en 1922.
1.7. NATURALEZA DE LA DSI
Esta doctrina siempre perteneció a la enseñanza de la Iglesia, en su concepción del hombre y de su vida social, y especialmente, la moral social elaborada según las necesidades de distintas épocas (5). Por otra parte, no le es lícito al cristiano descuidar los bienes sobrenaturales aun en el orden de las realidades terrenas, al contrario, le incumbe la obligación de encaminarlo todo según las prescripciones de la sabiduría cristiana al Sumo Bien que es Dios, como a su fin último; y sujetar todas sus acciones en cuanto buenas o malas moralmente, es decir, en cuanto conformes o disconformes con el Derecho Natural y Divino, a la potestad y al juicio de la Iglesia.
1.8. FINALIDAD DE LA DSI
El fin de la DSI es ayudar, según la forma propia de la Iglesia, a los pueblos, y a los gobernantes a organizar una sociedad más humana, más acorde con la voluntad de Dios sobre el mundo. La Iglesia: "custodia por voluntad de Dios y por mandato de Cristo, del orden natural y sobrenatural", (Pío XII, Navidad 1942). Educadora de la humanidad, madre que no puede "permanecer sorda al grito de angustia de sus hijos de todas las clases de la humanidad", (Pio XII, Pentecostés 1941), quiere ayudar a sus hijos y a todos los hombres a construir una sociedad más humana, más justa, más fraterna y, desde ese mismo instante, más acorde con el plan de Dios sobre el hombre y la comunidad humana. La Iglesia no sustituye a los Estados y a los interesados, en su terreno propio, el de la construcción y mejoramiento de la humanidad. Ella no deja de proclamar que no es incumbencia suya "fijar reglas sobre el terreno práctico, puramente técnico, digamos, de organización", (Pío XII, Pentecostés 1941), pero indica el camino que se debe seguir. Transmite a todos los pueblos el patrimonio y los valores de la vida cristiana, a fin de que cada uno se inspire según su propio ingenio, sus necesidades particulares, con vistas a "establecer una sociedad humanamente digna, espiritualmente elevada, fuente de verdadero bienestar".
1.9. CARACTERÍSTICAS DE LA DSI.
No es impositiva como otras enseñanzas sociales adoptadas y aplicadas por los distintos gobiernos en los diferentes Estados.
Se trata, en efecto, "de la Doctrina de la Iglesia Católica y Apostólica, madre y maestra de todos los pueblos, cuya luz ilumina, enciende, inflama; cuya voz amonestadora por estar llena de sabiduría, sirve para todos los tiempos; cuya virtud ofrece siempre remedios tan eficaces como adecuados para las crecientes necesidades de la humanidad y para las preocupaciones y ansiedades de la vida presente". "Mater et Magistra", nº 262.
Está íntimamente relacionada con la instauración del Reino de Dios en el mundo y con la salvación definitiva del hombre, por ello hay que distinguir cuidadosamente, progreso temporal y crecimiento del Reino de Dios, sin embargo, "el primero, en cuanto puede contribuir a ordenar mejor la sociedad humana, interesa en gran medida al Reino de Dios", (G. et S. nº 39).
La competencia de la Iglesia en esta doctrina no es en materias técnicas, para las cuales no cuenta con los medios adecuados ni es su cometido, sino en todo aquello que se refiere al orden moral.
Las directrices dadas por la DSI son básicas para constituir un sistema social que esté de acuerdo con el orden inmutable que Dios, nuestro Creador y Redentor, nos ha enseñado por medio de la ley natural y la revelación.
1.10. FUENTES DE LA DSI
La Iglesia, de hecho, toma del Evangelio las diversas doctrinas, gracias a las cuales, ciertamente se resolverán los conflictos humanos y sociales. De modo que:
- Evangelio.
- Naturaleza del hombre.
- Derechos y deberes de la persona humana.
- Intereses públicos en bien de la persona humana.
- Intereses privados en orden al bien propio y comunitario; todos estos elementos constituyen la fuente de donde manan los principios que orientan a la DSI.
- En definitiva la Iglesia lo que pretende con sus enseñanzas es iluminar las inteligencias, regir las costumbres, mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y lograr la cooperación de todos los sectores sociales en favor del bien común.
1.11. Principales documentos de la DSI
La doctrina de la DSI está contenida principalmente en las Encíclicas, Constituciones, Decretos, Declaraciones, Mensajes y Alocuciones que el Magisterio de la Iglesia realiza en sus enseñanzas al mundo cristiano y a todos los hombres de buena voluntad. Últimamente este Magisterio se ha concretizado de una manera especial en las Encíclicas. ¿Qué es una encíclica? Son cartas que dirige el Papa a todos los Obispos y fieles del mundo católico y compendian la orientación de la Iglesia sobre algunos puntos determinados de su doctrina, tienen carácter solemne y permanente. Las enseñanzas contenidas en las Encíclicas Sociales, no son definiciones dogmáticas, lo cual suele hacer el Papa sólo en circunstancias excepcionales, como Pastor y Doctor de todos los cristianos en virtud de su suprema autoridad apostólica y definiendo una doctrina oficial de la Iglesia sobre la fe o costumbres (moral) que debe ser acatada por la Iglesia Universal, y su negación a aceptarla, sería herejía. Sin embargo, las enseñanzas de la DSI constituyen la doctrina oficial de la Iglesia en materia social, y que debe ser aceptada por todos los fieles con la obligación de prestarle asentimiento religioso. Todo cristiano debe estar en actitud de aceptar esta enseñanza, asimismo y aplicarla a su vida, descubriendo en ella la noble misión que se le confía de la construcción de un mundo más humano y más conforme con la voluntad de Dios.
Veamos sintéticamente los principales documentos del Magisterio de la Iglesia sobre la DSI.
- "Rerum Novarum". León XIII, 15 de mayo 1891. Sobre la situación de los obreros.
- "Quadragessimo Anno". Pío XI, 15 mayo 1931 Sobre la restauración del orden social en perfecta conformidad con la ley Evangélica, al celebrar el 40 aniversario de la Rerum Novarum
- "Mater et Magistra". Juan XXIII, 16 de mayo 1961. Sobre el reciente desarrollo de la cuestión social a la luz de la DSI.
- "Pacem in Terris". Juan XXIII, 11 de abril 1963 La paz entre los pueblos fundada sobre la verdad, la justicia, el amor y la libertad.
- "Gaudium et Spes". Concilio Vaticano II. 7 diciembre 1965. Sobre la Iglesia en el mundo moderno.
- "Populorum Progressio". Pablo VI. 26 de marzo 1967. El desarrollo integral del hombre y el desarrollo solidario de la humanidad.
- "Octogésima Adveniens". Pablo VI. 14 de mayo 1971. Promover el desarrollo de los países pobres y la justicia social internacional.
- "Laborem Exercens". Juan Pablo II. 14de septiembre de 1981. Sobre el trabajo humano en el 90 aniversario de la Rerum Novarum.
- "Sollicitudo Rei Socialis". Juan Pablo II. 30 diciembre 1987. Sobre la preocupación que la Iglesia siente frente a la cuestión social.
- "Centesimus Annus". Juan Pablo II. 1 mayo 1991. Sobre el centenario de la Rerum Novarum. El tema social en nuestros tiempos.
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(5) Cfr.- "El Mensaje social de los Padres de la Iglesia" Bravo Sierra. Edit. Ciudad Nueva. Madrid. Visión de conjunto de la inquietud social de los primeros Padres de la Iglesia.
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