"Yo soy el pan de la vida; quien viene a mi no tendrá hambre y quién
cree en mí no tendrá más sed" (Jn 6,35). Delante del más grande de los
milagros que Dios nos ha concedido en el regalo de la Eucaristía, nuestra
mente a veces se pierde atónita, dudosa e incrédula por aquello que es y
queda el milagro del amor. Dios se baja hasta el hombre y parecido al
fuego ardiente consume nuestros pecados y nos ilumina el alma.
Los
Milagros Eucarísticos documentados pueden ayudar a los dudosos a
ultranza a vencer la desconfianza y a rendirse a las palabras veraces de
Jesús: "Yo soy el pan de la vida". La verdad que son casos
inexplicables pero reales para aquellos sacerdotes y religiosos (así
como los fieles que estaban asistiendo a la misma) y que ponen de
manifiesto la presencia real de Cristo en la sagrada forma (una vez
consagrada) y que aún muchas almas consagradas dudan hoy y ponen en
entre dicho. Veamos algunos casos:
Milagro Eucaristico de Casia
A
Casia, en la Basílica dedicada a Sta. Rita, se mantiene todavía la
Reliquia del célebre Milagro Eucarístico, ocurrido en Siena en el1330. A
un sacerdote fue solicitado de llevar la Comunión a un campesino
enfermo. El cura, tomado una Partícula consagrada y la puso
insolentemente entre las páginas de su breviario y se encaminó del
campesino. Llegando a casa del enfermo, después de haberlo confesado,
abrió el libro para tomar la hostia que había puesto, pero con su gran
sorpresa observó que la Partícula se tiñó de abundante sangre vivo para
impregnar ambas páginas en las que fue puesta. El sacerdote, confuso y
arrepentido, fue enseguida a Siena cerca del Convento Agustino para
preguntar consejo al Padre Simón Fiables de Casia, conocido por todos
por ser un hombre santo. Este, escuchando la narración concedió el
perdón al sacerdote y le pide de tener consigo aquellas dos páginas
manchadas de sangre.
Numerosos han sido los Sumos Pontífices que han
promovido su culto concediendo indulgencias. En un texto antiquísimo del
convento de San 'Agustín son descritas numerosas noticias con respecto
al Prodigio. Además de este texto, el episodio también viene citado en
los Estatutos Municipales de Casia del1387.
En el 1930, en ocasión
del sexto centenario del acontecimiento, fue celebrado a Casia un
Congreso Eucarístico para la entera diócesis de Norcia, fue inaugurada
entonces una preciosa y artística Custodia y fue publicada toda la
documentación histórica localizable al respecto.
Milagro Eucarístico de Ferrara
En
la Basílica de Santa María en Vado todavía es custodiada la reliquia
del Milagro Eucarístico ocurrido en el 1171. Alrededor del siglo VII la
devoción de los fieles, por una imagen de la Virgen de "San Lucas" y
puesta sobre un capitel, que le fueron atribuidos muchos milagros,
elevó, justo sobre el paso del río "Ferraruolo" una pequeña Iglesia que
tomo el nombre de "Sta. María del Vado".
El día de Pascua del 28 de
marzo de 1171, el prior de los Canónigos Regulares Portuensi, P. Pietro
de Verona, estaba celebrando la Misa Pascual, asistido por tres
hermanos, (Borio, Leonardo y Aimone). Cuando llego al momento de la
consagración de la hostia, emanó de esta un borbotón de Sangre, que fue a
posarse en anchas gotas sobre el pequeño techo y fue visible a todos.
Las crónicas del acontecimiento cuentan del "sagrado terror del
celebrante y la inmensa maravilla del pueblo que llenaba la pequeña
Iglesia."
Muchos fueron los testigos que afirmaron de haber visto la
hostia asumir un color sanguíneo y de haber corrido en ella la figura de
un niño. Del acontecimiento fueron informados enseguida el Obispo
Querido de Ferrara y el arzobispo Gerardo de Rávena", los cuales
constataron con sus ojos la Sangre persistente del Milagro, es decir "
la Sangre que intensamente rojeó la pequeño techo del altar".
La
iglesia se volvió enseguida meta de peregrinaje, y fue reestructurada
sucesivamente y ampliada por orden del Duque Hércules de Este, a partir
del 1495.
Sucesivamente fue construida la actual espléndida y
monumental Basílica en el 1501, fue trasladada el pequeño techo punteada
de la Sangre preciosa de Jesús, en donde todavía son visibles las
huellas de la Sangre.
Numerosos fueron los testimonios que reportan
el Milagro, entre estos, el más importante es el Sello de Papa Eugenio
IV, 30 de marzo1442, en el cual, el Pontífice menciona el Prodigio
refiriéndose a los testimonios de los fieles y a las antiguas fuentes
históricos. El manuscrito de Gerardo Cambrense es el documento más
antiguo (1197), que menciona el Prodigio y es conservado en la
Biblioteca Lamberthiana de Canterbury.
Otro documento, que remonta al
6 de marzo de 1404, es el Sello del Cardenal Migliorati, en el cual, se
conceden indulgencias a "quien visitará la iglesia y rendirá homenaje a
la Sangre Prodigiosa". Todavía hoy, el 28 de cada mes en la Basílica,
actualmente oficiada por los Misioneros de la Preciosa Sangre de San
Gaspar del Búfalo, se practica la Adoración Eucarística del Milagro y
cada año, se celebran las solemnes Cuarenta horas. En el 1971 fue
celebrado el octavo centenario del Milagro.
Milagro Eucarístico de Bolsena
Las
actuales búsquedas históricas confirman cuánto reconducen los
testimonios más antiguos, el Milagro ocurrió en el verano del 1264 en la
iglesia de Santa Cristina. Un sacerdote de Boemia, Pedro de Praga fue a
Italia por una audiencia con Papa Urbano IV que durante el verano se
trasladó a Orvieto, acompañado también de San Tomas de Aquino y otros
numerosos teólogos y Cardenales. Pedro de Praga, enseguida después de
ser recibido por el Papa, se encaminó para regresar a Boemia. A lo largo
de la calle de regreso se paró en Bolsena, dónde celebró la Misa en la
iglesia llamada a Santa a Cristina. Al momento de la consagración
eucarística, el sacerdote interiormente dudoso sobre la real presencia
bajo las Especies del pan y el vino, en pronunciar las palabras que
permiten el transubstanciación, ocurrió el Milagro, vio gotear de la
Eucaristía las gotas de sangre que cayeron y mojaron el corporal y los
linos sagrados. Sobre la lápida, puesta en recuerdo del prodigio está
escrito, "De repente aquella hostia apareció, en modo visible, verdadera
carne y rociada de roja sangre, excepto aquella partícula tenida por
los dedos de él: lo que no se cree, ocurre sin misterio, para que fuera
conocido a todos haber sido realmente la hostia que estaba en las manos
del mismo sacerdote a celebrante llevada sobre el cáliz".
La noticia
del Milagro se difundió enseguida y tanto el Papa que San Tomas de
Aquino pudieron verificar enseguida de persona el Prodigio. Después de
atento examen Urbano IV aprobó de ello el culto. Él decidió después
extender la fiesta del Corpus Domini, que hasta a la época era solamente
una fiesta local de la diócesis de Liegi, a toda la Iglesia universal.
El Papa encargó a San Tomas de escribir la liturgia que habría
acompañado el Sello "Transiturus de hoc mundo a Patrem" en que son
expuestas las razones por las cuales la Eucaristía es tan importante
para la vida de la Iglesia.
Actualmente en la capilla de Santa Cristina se pueden admirar todavía los mármoles teñidos de sangre del milagro Eucarístico.
Milagro Eucarístico de Macerata
El
25 abril del 1356, a Macerata, un sacerdote del que no se conoce el
nombre, estaba celebrando la Misa en la capilla de la Iglesia de Santa
Caterina. Durante la fracción del pan, antes de la comunión, el
sacerdote empezó a dudar acerca de la real presencia de Jesús en la
hostia consagrada. Fue justo en el momento en que partió la hostia que
vio con gran susto salir de este, un abundante borbotón de sangre que
manchó parte del lino y del cáliz puestos en el altar.
El sacerdote
informó enseguida al Obispo Niccolò de San Martino, que mandó llevar la
Reliquia del lino ensangrentado a la Catedral e instituyó un regular
proceso canónico.
Ya del siglo XIV "el corporal era llevado en
solemne procesión por la ciudad, cerrado en una urna de cristal de
plata, con el concurso de todo el Piceno."
Todavía hoy es posible
venerar la Reliquia del "corporal manchado de sangre", en la Iglesia
Catedral de Santa Eucarístico Assunta, bajo el altar del Santísimo
Sacramento, y en esta iglesia se mantiene el pergamino coeva en que
viene descrito el Prodigio.
Cada año, con ocasión de la fiesta del
Corpus Domini, el corporal del Milagro es llevado en procesión detrás
del Santo Sacramento.
Milagro Eucarístico de Santarèm - Portugal, 1247
A
Santarém el 16 febrero del 1266 una mujer, llena de celos por el
marido, sobre sugerencia de una hechicera, robó una hostia consagrada y
la escondió en un paño de lino que enseguida se mancho de sangre, la
joven trastornada corrió a casa para ver cosa estaba sucediendo y con
estupor vio que de la Sangre estaba saliendo de la hostia. Pasmada y
confundida a la mujer coloco la Partícula en un cajón del dormitorio
pero con gran susto vio en la noche emanar del cajón resplandecientes
rayos de luz que iluminaron la habitación. Delante a tal Prodigio la
mujer tuvo que contar todo al atónito marido que no lograba comprender
lo que estaba sucediendo. El día siguiente, el párroco fue informado por
la pareja acerca del Prodigio, con solemne procesión recondujo la
hostia consagrada en la iglesia de San Espíritu, sin embargo la hostia
siguió sangrando por otros tres días. Sucesivamente la Partícula fue
puesta en un magnífico relicario de cera de abejas. Hoy la Sagrada
Partícula se mantiene en un Trono Eucarístico del siglo XVIII, sobre el
altar mayor. La Iglesia de San Estéfano es conocida como el Santuario
del Santo Milagro. Todavía hoy en la iglesia de San Estéfano es posible
admirar la preciosa Reliquia.
En el 1684 la casa del matrimonio fue
transformada en una capilla. En varias épocas muchos pontífices han
concedido indulgencias plenarias por este milagro eucarístico: Pío IV,
San Pío V, Pío VI y Papa Gregorio XIV.
Milagro Eucarístico de Digione - Francia 1430
En
el 1430, a Mónaco, una mujer adquirió de un ropavejero una Custodia,
indudablemente robada, porque todavía contenía la Hostia grande para la
adoración. La mujer, siendo incrédula respecto a la presencia real de
Jesús en la Eucaristía, decidió sacar de la Custodia la Partícula con un
cuchillo. De repente la Hostia empezó a gotear Sangre viva que se secó
enseguida imprimiendo la imagen del Dios sentado sobre un trono
semicircular y en los lados representados algunos instrumentos de la
Pasión.
La mujer pasmada fue del canónico Anelon que retuvo la Hostia
consigo. Enseguida el episodio vino a conocimiento del Papa, Eugenio
IV, que quiso donar la hostia milagrosa al duque Filippo de Borgoña, que
hizo luego regalo de ello a la ciudad de Digione.
En el 1794 el
ayuntamiento de Digione requisó la Basílica de San Miguel Arcángel para
consagrarla a templo de la nueva secta "el Raison", es decir de la
"diosa razón." La Hostia milagrosa fue quemada. En uno de los vitrales
de la Catedral de Digione esta representado la escena principal del
prodigio.
"Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el
maná del desierto y murieron. Éste es el pan descendido del cielo, para
que quién lo come no muera" (Juan 6:48).
Milagros Eucarísticos
ocurridos en consecuencia de actos malvados: hostias robadas y fritas en
el aceite, hostias acuchilladas con el punzón, golpeadas con el
cuchillo echadas en el fuego, pulverizadas, se han transformado en
carne, han sangrado se libraron en el aire. Dios ha querido a través del
prodigio a testimoniar que la HOSTIA consagrada es realmente "El pan de
vida."
Dios no se se rinde ni siquiera delante a la maldad del
hombre, a sus perversas infamias, sino que hasta al final quiere
intentar lo imposible para capturar nuestros corazones y dirigirlos
hacia la vía del verdadero bien, o sea hacia nuestra felicidad.
Milagro Eucarístico de Trani
A
Trani, en Pulia (Italia), todavía hoy es custodiada en la Catedral
llamada María Stma. Asunta, la Reliquia de este Milagro Eucarístico
ocurrida alrededor del año mil.
Una mujer de religión no cristiana,
incrédula acerca de la verdad del Dogma Católico de la presencia real de
Jesús en la Eucaristía, ayudada por una amiga, fingiéndose cristiana se
comunicó con las otras durante la celebración de un Santa Misa, tomada
así la partícula en boca la metió en el pañuelo y logró así robar la
Hostia consagrada.
De regreso a casa, la mujer casi desafiando Dios,
queriendo experimentar si era solo pan, puso la Partícula consagrada
dentro de una sartén de aceite sobre el fuego para freírla, a contacto
con el aceite hirviente la hostia se transformó en carne sangrienta que
goteó una gran cantidad de sangre, como en una hemorragia y la sangre se
derramó sobre el suelo en aquella maldita casa hasta salir por la
puerta de casa.
La mujer asustada y llena de terror, empezó a gritar,
las vecinas corrieron enseguida para ver cual era el motivo del gran
llanto.
El fraile Bartolomeo Campos, (1625, describe con un esmerado
informe de como se desarrollaron los hechos. Y muchos otros documentos
que reportan el Prodigio, entre ellos, algunas monogramas eucarísticos
reproducidos sobre las antiguas calles de la ciudad.
El arzobispo fue
informado enseguida del acontecimiento y mandó conducir reverentemente
la Partícula en la Iglesia. El mismo abad cisterciense Ferdinando
Ughelli (1670, escribió: "A Trani se venera una sagrada Hostia, frita
por desprecio a nuestra fe en el que, desvelado el pan ácimo, apareció
la verdadera Carne y la verdadera Sangre de Cristo, que cayó hasta el
piso".
Una confirmación indirecta al Milagro también la encontramos
en una afirmación de San Piadoso de Pietrelcina que exclamó: "Trani es
dichoso, porque la Sangre de Cristo ha mojado su tierra."
En el 1706
la casa de la mujer fue transformada en capilla gracias a la generosa
oferta del aristócrata Octaviano Campitelli. La Reliquia de la Hostia
fue puesta en el 1616 en un antiguo relicario de plata donado por
Fabricio de Cunio. Sobre esta Santa Reliquia fueron ejecutados muchos
controles y verificaciones en muchas épocas, la última remonta al 1924,
con ocasión del Congreso Eucarístico interdiocesano a obra de Monseñor
Giuseppe María Leo.
Milagro Eucarístico de Pozman - Polonia 1399
En
el 1399, en la ciudad de Poznan, una mujer atraída por una gran
recompensa robó de la Iglesia de los Dominicos tres hostias consagradas
por parte de personas contrarias a la fe cristiana, en cuanto éstos
recibieron las Hostias las pusieron sobre una mesa, las golpearon con un
punzón como gesto de desprecio. Inesperadamente de las Partículas
empiezo a gotear sangre, una chica del grupo que estaba muy cerca,
recibió la sangre que le mojó la cara, la chica que no veía, recupero
enseguida la vista. Ante tal Prodigio, los sacrílegos movidos por el
pánico intentaron en todos modos de destruir las Hostias consagradas
pero no lo lograron entonces las llevaron fuera de la ciudad y las
echaron en el pantano cerca del río Warta.Más tarde un joven que pasaba
cerca del pantano vio con maravilla tres Hostias suspendidas luminosas
en el aire, contó prodigio a las autoridades locales, en un primer
momento el Burgomaestre no le hizo caso creyéndolo más bien un
embustero, es mas ordenó la cárcel, pero cuando el joven se presentó de
nuevo, en cuánto logró librarse misteriosamente, el burgomaestre fue con
el joven al lugar del Prodigio.
Mucha gente aturdida se juntó
mientras tanto para ver las tres Hostias luminosas y suspendidas en el
aire, sólo el Obispo Wojciech Jastrzebiec después de fervientes ruegos
logró hacer descender las Partículas en el copón que tenia entre las
manos y recobrar así las Partículas y en procesión solemne fueron
llevadas en la iglesia de Santa a María Magdalena.
En señal de
devoción el rey Wladyslaw Jagiello hizo edificar una Iglesia dedicada al
Corpus Domini justo sobre el lugar dónde ocurrió el Prodigio. En el
siglo XIX, en lugar del sitio del viejo edificio dónde la profanación de
las Partículas fue cumplida, fue construido un Santuario donde hasta
todavía hoy es conservada la mesa con las huellas de la Sangre derramada
de las Hostias. Todavía hoy es posible venerar las Partículas cerca de
la Iglesia del Corpus Domini en Poznan.
Milagro Eucarístico de París - Francia 1290
En
el 1290 un hombre llamado Jonathas, que tenia odio a la Fe Católica y
no creyó en la real presencia de Cristo, en la hostia consagrada, logró
procurarse tras remuneración una Partícula consagrada.Cuando tomo
posesión de la hostia, el hombre la golpeó con un cuchillo y de éste
empezó a rebosar Sangre que inundó el contenedor en el que fue puesta.
En poder del pánico decidió echarla en el fuego pero éste se elevó por
encima del brasero. Desesperado entonces la echó en el agua hirviente y
ésta, de repente, se libero en el aire, tomando el aspecto de un
crucifijo. Por fin, solo, se depuso en la taza de una feligresa de
Saint-Jean-en-Grève que la llevó de su cura. Así escribe el Arzobispo
francés Mons. Rupp, que habla del Milagro Eucarístico de París en las
páginas dedicadas al episcopado de Simón Matifas de Busay que tuvo la
sede de Saint Denis del 1290 al1304.
Por muchos siglos, ella quedó en
un pequeño relicario en la iglesia de Saint-Jean. Durante la Revolución
se perdieron las huellas de ellas."
Milagro Eucarístico de Offida
A
Offida, cerca de la Iglesia de San Agustín se conservan las Reliquias
del Milagro Eucarístico. En 1273, a Lanciano, una mujer llamada
Ricciarella, para reconquistar el cariño del marido Giacomo Stasio, tras
consejo de una bruja, se acercó a la Comunión para substraer una hostia
consagrada. Cuando regreso a su casa, la pusieron en el fuego en un
jarro de barro con el intento de pulverizarla y después meterla en la
comida del marido. La Partícula se convirtió en carne sangrante.
Ricciarella,
aterrorizada de los eventos, envolvió el jarro y la Hostia sangrante en
una servilleta de lino que sepulto en un hoyo debajo del abono en el
establo del marido. Eventos extraños sucedieron al interno del establo:
la yegua de Giacomo, cada vez que entraba, se postraba de rodillas hacia
el lugar donde había sido sepultada la Hostia milagrosa, tanto de hacer
pensar a Giacomo que su mujer había practicado un maleficio a su yegua.
Siete anos después, Ricciarella, presa de remordimientos, confeso su
horrible sacrilegio al entonces prior del convento agustino de Lanciano,
Giacomo Diotallevi, oriundo de Offida. Como cuentan las crónicas mas
antiguas, la mujer en lágrimas comenzo a gritar al sacerdote: Yo maté a
Dios!. El Sacerdote se dirigió al lugar, encontró intacto la servilleta
con las reliquias que fueron donadas después a sus conciudadanos.
Para
conservar la Hostia Sagrada le hicieron construir un relicario en forma
de cruz. Como narra una antigua relato, del joyero a Venecia fueron
invitados Fray Miguel y un hermano. Apenas llegaron a la ciudad, se
hicieron prometer del joyero, con juramento de fidelidad "que no habría
revelado nunca a ninguno lo que estaba por ver y colocar dentro de la
cruz. Después de que el joyero trato de tomar del Copón, la Hostia
milagrosa, improvisamente sufrió de fiebre y exclamo: "Que cosa me has
traído, hermano mio?" el religioso entonces le pregunto si se encontraba
en pecado mortal. Habiendo respuesto que si, hizo su confesión delante
del mismo fraile y desapareció la fiebre, sin ningún peligro tomo el
Copón, extrajo la Hostia y la encerró junto con el sagrado leño en la
cruz, con encima un cristal, como se puede claramente ver".
Las
reliquias del jarro y de la servilleta manchada de sangre con la cruz
que contiene la Hostia Milagrosa están expuestos en la Iglesia de San
Agustín a Offida. La casa de Ricciarella en Lanciano fue transformada en
una pequeña capilla.
Numerosos son los documentos que describen el
Prodigio entre los cuales una copia autentica de un pergamino del siglo
XIII, escrita por el notario Juan Bautista Doria en 1788. Les son aparte
numerosos Sellos de Papas como aquella de Bonifacio VIII (1295) y
aquella de Sisto (1585).
Milagro Eucarístico de Mogoro
En
Mogorio en Abril de 1606, Don Salvador Spiga, párroco de la Iglesia de
San Bernardino, estaba celebrando la Misa y después de la consagración
comenzó a distribuir la Comunión a los fieles. Vio acercarse a la
Comunión, dos hombres, conocidos por todos por la vida disoluta que
conducían.
El Párroco les dio La Comunión y apenas recibieron las
Partículas en boca, las escupieron al piso sobre la piedra del altar.
Los dos hombres, se justificaron del acontecimiento diciendo que las
Hostias se pusieron hirvientes como de los carbonos ardientes y le
quemaron la lengua. Luego, torturados por los remordimientos por no
haberse confesado antes, escaparon. Don Salvador hizo recoger las
sagradas Hostias caídas y vio que en la piedra quedaron como impresas,
las huellas de las dos Partículas. Mandó entonces lavar esmeradamente la
piedra, esperando que las huellas pudieran ser borradas. Pero cada
intento fracasó miserablemente. Numerosos historiadores, de entre los
cuales: Pietro Cossu y Casu, describen las comprobaciones hechas por el
Obispo del tiempo, Monseñor Antonio Surredo, y de sus sucesores.
El
testimonio más acreditado que confirma el prodigio es el acto público
estipulado por el notario a Pedro Antonio Escano el 25 de mayo de 1686,
con el cual el Rector de Mogoro estipuló un contrato para la erección de
un templo pequeño de madera dorada sobre la cumbre del altar mayor,
templo pequeño que a la base tenia que contener una cavidad para acoger
la "piedra del Milagro", la cual tuvo que ser conservada encerrada
dentro de una decorosa caja y situada en modo de poder ser vista por los
fieles. La piedra todavía presenta hoy las huellas redondas de las dos
Hostias.
Por este prodigioso acontecimiento y en reparación por aquel
acto sacrílego, cada año, el domingo siguiente a aquel de Pascua, a
Mogoro se desarrolla una solemne procesión eucarística.
Milagro Eucarístico Bettbrunn - Alemania 1125
En
el 1125 en la aldea de Bettbrunn un hombre intensamente devoto del
Santísimo Sacramento. A causa del celo porque no logró ir a misa todas
las veces que deseó, como solución para poder adorar a Dios, decidió de
substraer una hostia consagrada.
El campesino practicó un agujero en la'extremidad superior sobre el bastón que llevó consigo y escondió la Hostia.
Cuando
el ganado descansó, el hombre clavó el bastón en el terreno, y se
arrodilló delante del Santísimo por muchas horas. Por muchos meses el
campesino hizo así hasta que un día, distraidamente, lanzó de impulso el
bastón que encerró la Partícula contra el ganado que se había alejado
demasiado. La Hostia cayó en la tierra y al hombre, intensamente
amargado, se inclinó para recogerla. Cada intento por levantarla de
tierra le resultó inútil y entonces fue a llamar al cura de Tholling.
También al sacerdote fue imposible recogerla y así pidieron ayuda al
Obispo de Regensburg, Hartwich, que fue enseguida en el lugar del
Prodigio con todo el clero. Sólo cuando el Obispo prometió construir en
aquel lugar una capilla la Hostia se dejó levantar de tierra. La
construcción de la capilla fue terminada en el 1125 y la preciosa
Reliquia fue conservada en este lugar hasta el 1330, hasta cuando un
incendio no destruyó todo. La capilla fue reconstruida, y en su interior
fue puesto uno de los pilares que se salvó del incendio.
Milagro Eucarístico de Ettiswil - Suiza 1447
Miércoles,
23 de mayo de 1447, Anna Vögtli perteneciente a una secta satánica,
logró substraer de la Iglesia parroquial de Ettiswil el copón que
contenía la hostia Magna. Ella misma, en la confesión hecha a la policía
cuenta:"Después de haber enhebrado mi mano por la estrecha rejilla de
hierro me apoderé Hostia Magna, pero en cuanto superé el muro del
cementerio, el Santísimo Sacramento empezó a ponerse tan pesado que yo
fui incapaz de llevarlo más allá. No pudiendo ir más adelante, ni
retroceder, me deshice de la hostia que aventé cerca de un seto, en las
ortigas."
La Partícula fue descubierta por la Señora Margherita
Schulmeister, quien cuidaba una cría de cerdos, y que contó como "una
vez llegada con mis cerdos en las vecindades del lugar dónde el Santo
Sacramento fue echado, mis bestias ya no quisieron ir adelante. Fue
entonces que pedí ayuda a dos hombres que pasaron a caballo. Ellos
vieron entre la hierba la Hostia robada, dividida en siete partículas.
Estas formaban una flor parecida a una rosa y una gran luz las
circundó." Las siete partículas fueron conservadas en la Iglesia de
Ettiswil y se volvieron objeto de gran veneración por parte de los
habitantes de la aldea y de forasteros. Y Dios obró a través de Estas
numerosas curaciones.
Milagro Eucarístico de Torino – 1453
El
16 junio del 1453 ocurrió en Turín el Milagro del Stmo. Sacramento. En
el alto Valle de Susa, cerca de Exilles, las tropas de Renato de Angiò
se encontraron con las milicias del Duque Lodovico de Saboya. Aquí los
soldados se entregaron al saqueo del país y a algunos entraron a la
Iglesia. Uno de ellos, forzó el puerta del tabernáculo y robó el
Custodia con la hostia consagrada. Envolvió todo el objeto robado en un
costal y a espalda de mulo, se dirigió hacia la ciudad de Turín, Sobre
la plaza mayor, cerca de la iglesia de San Silvestre, ahora del Espíritu
Santo, sobre el lugar dónde sucesivamente fue erigida la Iglesia del
Corpus Domini, el ladrón tropezó y cayó. Es aquí que entonces se abrió
el costal y la custodia con la Hostia consagrada se elevaron por encima
de las casas circunstantes entre el estupor de la gente. Entre los
presentes también estaba Don Bartolomeo Mimosín, el que corrió a dar la
noticia al Obispo, Lodovico de los Marqueses de Romagnano. El Obispo,
acompañado por un cortejo de pueblo y el clero, llego a la plaza, se
postró en adoración y rogó con las palabras de los discípulos de Emmaus:
"Quédate con nosotros, Señor." Mientras tanto, se verificó otro
prodigio; la custodia cayó al piso. Dejando libre y resplandeciente,
como un segundo sol la Hostia consagrada. El Obispo que tuvo en mano un
cáliz, lo levantó hacia arriba y lentamente la hostia consagrada, empezó
a descender, posándose dentro del cáliz.
La devoción por el Milagro
Eucarístico del 1453 fue asumido enseguida por la Ciudad que aprobó
desde el primer momento la construcción de un templo sobre el lugar del
Prodigio, reemplazado prontamente por la Iglesia dedicada al Corpus
Domini, Muchos son los documentos que describen el Milagro:los más
antiguos son los tres Artes Capitulares del 1454, 1455 y 1456 y algunos
escritos contemporáneos del Ayuntamiento de Turín. En 1853 el Beato Papa
Pío IX celebró solemnemente el cuarto centenario del Milagro,
ceremonia, a la cual participaron San Juan Bosco y Don Rua también
participaron. Pío IX en esta ocasión además aprobó la celebración y la
Misa propios del Milagro por la archidiócesis de Turín - En el 1928 Pío
XI elevó la Iglesia del Corpus Domini a la dignidad de Basílica Menor.
Milagro Eucarístico de Siena – 1730
El
14 agosto del 1730, algunos ladrones lograron entrar en la Iglesia de
San Francisco a Siena, oficiada por los Menores Conventuales y robaron
el cáliz que contenía 351 Partículas consagradas.
Después de tres
días, el 17 de agosto, en la caja de las limosnas del Santuario de Santa
María en Provenzano, entre el polvo, hallaron las 351 Hostias intactas.
Todo el pueblo acudió a celebrar el hallazgo de las santas Hostias, que
fueron reconducidas enseguida en solemne procesión, en la iglesia de
San Francisco.
Entre los documentos más importantes que describen el
Prodigio hay una memoria escrita por un cierto Macchi en el 1730, con el
transcurrir de los años no causó ninguna señal de alteración en las
Partículas. Más veces, fueron examinadas con todos los medios pero las
conclusiones siempre han sido las mismas: "Las sagradas Partículas
todavía están frescas, intactas, físicamente incorruptas, químicamente y
no presentan ningún principio de corrupción."
En 1914, el Papa San
Pío X autorizó un examen al que numerosos profesores participaron de:
bromatología, ciencia que estudia las sustancias alimenticias desde el
punto de vista de los diferentes caracteres físicos y composición, de
higiene, de química y de farmacología, entre los cuales también estaba
el conocido Profesor Siro Grimaldi.
La conclusión final del acta que
redactaron, afirmó: "Las Santa Partículas de Siena son un clásico
ejemplo de la perfecta conservación de Partículas de pan ácimo consagrar
en el año 1730, y constituyen un fenómeno raro, palpitante de
actualidad que invierte las leyes naturales de la conservación de los
escombros orgánicos, es extraño, es sorprendente, es anormal: Las leyes
de la naturaleza fueron invertidas, el vidrio se volvió sede de moho, el
pan era mas reluciente que el cristal... Es un hecho único consagrado
en los en los anales de la ciencia." Otros análisis fueron cumplidos en
el 1922, al momento del traslado de las Partículas en un cilindro de
cuarzo hialino dicho comúnmente cristal de roca.
El Milagro
permanente de las Santas Partículas es custodiado en la capilla
Piccolomini en los meses veraniegos, y en la capilla Martinotti en los
meses invernales.
Milagro Eucarístico di Onil - España 1824
El
5 noviembre del 1824, Nicolás Bernabeu robó en la iglesia de Onil la
Custodia que contenía el Santo Sacramento y otros objetos. Cuando el
ladrón trató de revender los objetos robados en Alicante, el comerciante
sospechoso advirtió a las autoridades, el ladrón fue detenido, mientras
tanto Nicolás Bernabeusi se había ya librado del objeto robado
escondiéndolo en un campo de hortalizas en la zona "el Pedrera." El 28
de noviembre la señora Teresa Carbonell del cercano país de Tibi que se
encontraba en la zona "la Pedrera" halló la Custodia en medio del campo
de hortalizas con todavía la Hostia intacta, Don Guillermo Hijarrubia,
delegado del arzobispo de Valencia, exactamente después de 119 años
confirmó la autenticidad del Milagro, hallando la conservación
incorrupta de la Partícula contenida en la Custodia robada.
Todavía
hoy a pesar de que han transcurrido 182 años del Prodigio se puede
admirar en la iglesia parroquial de San Giacomo Apóstol de Onil, la
Hostia milagrosa que ha quedado intacta después de casi dos siglos. Cada
año se celebra la Fiesta de Nuestro Señor "Robat", para conmemorar el
Prodigio Eucarístico y el encuentro de la hostia.
Milagro Eucarístico de Volterra – 1472
En
1472, durante la guerra entre Volterra y Florencia, un soldado
florentino, entro en la Catedral de Volterra, del tabernáculo robo el
cáliz de marfil que contenía numerosas Hostias consagradas además de
numerosos objetos sagrados. Apenas salio de la iglesia, movido por un
fuerte odio fuerte hacia Jesús Eucaristía, arrojó el cáliz con su
precioso contenido contra una de las paredes externas de la iglesia y de
éste salieron todas las Hostias consagradas que, sustentadas por una
mano invisible, se elevaron milagrosamente en el vacío, radiantes de luz
y permanecieron suspendidas por bastante tiempo. El soldado cayó a
tierra del susto y arrepentido empezó a llorar. Numerosos fueron los
testigos que asistieron al Prodigio.
Entre los testimonios más
acreditados que describen el Prodigio, hoy conservados cerca de los
archivos de la iglesia de San Francisco y algunos actos municipales
custodiados cerca de la biblioteca municipal de Volterra, existe la
relación escrita por Fraile Biagio Lisci que testigo fue directo de
ello.
Milagro Eucarístico de Marseille-en-Beauvais - Francia, 1533
En
el año 1532 algunos ladrones robaron en la Iglesia parroquial de
Marseille en Beauvais la preciosa copa de plata que contuvo Hostias
consagradas. Las Hostias fueron abandonadas a lo largo de la calle
principal y escondidas bajo una gran piedra. El Sr. Jean Moucque que
recorrió aquella calle a pesar de la fuerte tormenta de nieve, fue
capturada su atención por una gran piedra posada sobre el borde de la
carretera que raramente no fue cubierta extrañamente de nieve.
La
levantó y con su gran maravilla encontró Hostias completamente íntegras.
Enseguida avisó al párroco, Don Prothais, que, acompañado por numerosos
fieles, recondujo en parroquia los Santa Partículas. Sobre el lugar del
hallazgo fue plantada una cruz y sucesivamente fue construida una
capilla para facilitar el flujo de los muchos fieles devotos, la Chapel
des Saintes Hosties. Aquí el Señor obró muchas curaciones; clamorosa fue
la curación del sacerdote Jaques Sauvage, que sufría de parálisis,
perdió también el uso de la voz, fue curado completamente, o las del Sr.
de Autreche, ciego de nacimiento, que recobró la vista.
En 1561 el
Obispo-conde de Beauvais, Odet de Coligny, pasó a la religión calvinista
y se casó con Elisabetta de Hauteville. Antes de abjurar mandó consumir
los Santa Hostias milagrosamente preservadas.
Milagro Eucarístico di Herentals - Bélgica 1412
En
el 1412, un cierto Jan van Langerstede, que para vivir robaba objetos
sagrados de las iglesias que luego revendió por Europa, fue a la cercana
aldea de Poederlee, entró en la iglesia parroquial y substrajo el cáliz
y el tabernáculo que contenía cinco Partículas consagradas.
Mientras
volvía a Herentals, donde alojó en un hotel, en la zona conocida con el
nombre de "De Hegge" "el arbusto", se sintió retenido por una
misteriosa fuerza que le impidió continuar el camino, escondió entonces
las Hostias en un campo, en una gran madriguera de conejos y volvió
tranquilamente a Herentals. Jan fue condenado a la horca por el juez
Gilbert De Pape, en cuánto la policía registrando su equipaje encontró
el objeto robado, sin embargo antes de morir el condenado indicó dónde
escondió las Hostias consagradas, entonces el juez suspendió la condena y
le ordeno a Jan de volver en el lugar del crimen y comprobar la
autenticidad de la confesión. Una muchedumbre los siguió y con estupor
en cuanto llegaron en el campo, vieron las Hostias todo radiantes
dispuestas de modo tal de formar una cruz. Milagrosamente Las Hostias
quedaron intactas, a pesar de la intemperie. Fueron reconducidas
enseguida en procesión, en parte a Herentals, y en parte a Poederlee,
dónde se quedaron hasta el siglo XVI. El 2 de enero de 1442, el Milagro
fue declarado auténtico por el magistrado de Herentals y sobre el lugar
del hallazgo de las Hostias fue edificada una pequeña Capilla
La hija
de Juan de Luxemburgo, Elisabetta Van Görlitz, financiò la ampliacion
de la Capilla que enseguida fue transformada en Santuario.
Milagro Eucarístico de Cracovia - Polonia, 1345
En
el año de 1345, el entonces rey de Polonia, Casimiro III el Adulto, dio
orden de construir una iglesia llamada al Corpus Domini, en honor de un
Milagro Eucarístico que se averiguó el mismo año en los campos de Wawel
cerca de Cracovia.
En una iglesia algo lejana de Cracovia, algunos
ladrones después de haber forzado el tabernáculo, robaron el copón que
contenía algunas Hostias consagradas. Más tarde se percataron que el
copón no era de oro verdadero y entonces la echaron en un pantano en los
alrededores de Wawel lleno de desechos y barro. Instantáneamente
resplandores emanaron del barro que persistieron por muchos días.
El
Obispo de Cracovia aturdido por el fenómeno convocó tres días de ruego y
ayuno al tercer día fue al pantano luminoso, acompañado en procesión de
toda la gente de la Aldea. Muchos empezaron a hurgar en el pantano para
descubrir el origen de tal Prodigio, un hombre recobró el copón con
dentro de las Hostias que emanaban aquella luz deslumbrante y no sólo el
barro no tocó las Hostias consagradas que increíblemente eran
inmaculadas. En la Iglesia del Corpus Domini a Cracovia todavía son
visibles las pinturas que describen el Prodigio y los documentos y los
testimonios del tiempo. Todavía hoy, con ocasión de la fiesta del Corpus
Domini, cada año se recuerda el Milagro en la Iglesia del Corpus Domini
a Cracovia.
Creamos que cuando recibimos la Eucaristía, que lo
que recibimos es a Cristo mismo. Por tanto preparémonos bien para
recibirlo, antes como siempre con una buena confesión. Un abrazo en los
corazones de Jesús y María.
Fdo. Cristobal Aguilar.
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Tomado de
http://verdadescristianas.blogcindario.com
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