1. Para comenzar
Nuestra vida de oración debe estar entretejida de actos de fe, esperanza y caridad. Por los frutos sabré si mi oración es verdadera: Si tengo grandes deseos de no ofender a Dios, si tengo deseos de gran servicio a Dios y a los hermanos. Si tengo grandes deseos de vivir en obediencia y en pobreza (Sta. Teresa)
Nunca empezar la oración sin caer en la cuenta de la presencia de Dios.
2. Importancia de las peticiones de cada semana de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio.
Siempre “que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean dirigidas a vuestro servicio y alabanza”
1º Semana: Vergüenza y confusión de mis pecados. Intenso dolor y lágrimas por mis pecados.
Reino: No ser sordo a su llamada, sino presto y diligente para cumplir su voluntad.
2º Semana: Conocimiento interno del Señor que por mi se hace hombre para más amarle y seguirle.
Banderas: Conocer los engaños del enemigo para cuidarme de ellos. Conocimiento de la vida verdadera de Jesús y gracia para imitarle.
Binarios: Elegir lo que es mayor Gloria de Dios y mi salvación.
3º Semana: Dolor, pesar y confusión porque por mis pecados va Cristo a la Pasión. Dolor con Cristo doloroso, quebranto con Cristo quebrantado, lágrimas y pena interna por tanta pena que Cristo pasó por mí.
4º Semana: Alegrarme y gozarme intensamente de la alegría y gozo de Cristo Nuestro Señor.
Contemplación para alcanzar amor: Conocimiento interno de tanto bien recibido para que reconociéndole totalmente pueda en todo amar y servir a Dios Nuestro Señor.
3. Importancia de la Oración preparatoria
Es importante porque desde el principio de la oración pedimos rectitud de intención, buscar solamente a Dios. Nuestra oración es ineficaz porque buscamos nuestro consuelo y no la voluntad de Dios.
4. Lo importante en la Oración
La memoria e inteligencia son importantes, pero existe el peligro de convertir la oración en estudio y en un perfecto discurso. Orar es levantar el corazón a Dios. Lo que queda en la oración es la voluntad que levanta la llama, el fuego, el amor. “Nos pasamos el tiempo de oración discurriendo, y no nos queda tiempo para amar” (Santa Teresa)
5. Actitudes
Si examinamos nuestras actitudes en la oración veremos que son a veces interesadas, calculadoras, desordenadas…
Nos debe interesar contemplar a Cristo, revestirme de sus actitudes y sentimientos, realizar el papel de Cristo, imitarle. Si Cristo vive en mí, aquellas multitudes viven también en los mismos problemas, y yo actuaré como Cristo ante ellas.
6. Desolación
Es importante conocer las reglas de San Ignacio para conocer los espíritus (317). La desolación produce en el alma oscuridad, turbación, movimiento e impulso a las cosas bajas y terrenas, inquietud de varias agitaciones y tentaciones que mueven a la falta de fe, de esperanza y de amor.
Se siente el alma toda perezosa, tibia, triste como separada de su Creador y Señor.
La desolación puede venir por las siguientes causas:
a) Por ser tibios, perezosos y negligentes en los ejercicios de piedad y por nuestras faltas.
b) Por probarnos para cuánto somos y cuánto damos en su servicio y alabanza.
c) Para que nos demos cuenta que si tenemos alegría, paz y gozo, no es gracias a nuestro esfuerzo, sino puro don y gracia de Dios y que no haya peligro de caer en la soberbia y vanagloria por creer que es fruto de nuestro esfuerzo y mérito.
7. Preparación de la Oración
A veces la causa de no hacer bien nuestra oración es porque no la preparamos; leer la Biblia, algún comentario, algunos apuntes y experiencias pasadas, jaculatorias, salmos…
8. Petición de la 2º Semana: Conocimiento interno de Cristo para más amarlo y seguirlo
a) Conocimiento histórico - según el evangelio.
b) Sicológico – modo de reaccionar ante niños, jóvenes, pecadores, fariseos…
c) Teológico – fundamentos, argumentos teológicos del amor: fe, esperanza, providencia, justificación, misericordia, pecado…
d) Místico – Cristo presente en la Iglesia – pobres – enfermos.
Iglesia Cuerpo Místico de Cristo.
Dios Padre Providente – Creador.
Espíritu Santo, vivificante – Consolador – Defensor.
9. Petición de la 3º Semana: Dolor con Cristo doloroso
a) Imaginativo. Con la imaginación me hago presente al misterio doloroso de la Cruz. Esta es la sicología de las imágenes de la Pasión de Cristo, que ha vivido nuestro pueblo.
b) Real. Cuando yo trato de padecer físicamente con Él y suplo lo que falta a la Pasión de Cristo a favor de su cuerpo, la Iglesia “Salvifici doloris” Juan Pablo II.
c) Místico – Yo trato de sufrir con el que sufre hoy.
Cristo sufre con el que sufre hambre, sed, persecución…
Tuve hambre y me dieron de comer…
La Pasión de Cristo no ha terminado todavía.
Nota.
El ha sufrido para que yo no sufra. Ejemplo “Perpetua y Felicidad” (señora y empleada cristiana). Felicidad, la sirvienta está encinta, condenada a morir por las fieras. Da a luz y grita. El carcelero le dice: si ahora gritas, qué será mañana ante las fieras. Felicidad le responde: En el circo no sufriré yo, sufrirá Cristo, porque Él vive en mí. Esta es la espiritualidad de los mártires, nosotros la hemos desvirtuado.
10. Petición de la 4º Semana: Alegrarme y gozarme intensamente de tanta gloria y gozo de Cristo nuestro Señor
- No se trata de llorar en la 3º semana para alegrarme en la 4º.
- En la vida cristiana se dan simultáneamente la alegría y el llanto.
- No es cuestión de sufrir un rato y alegrarse otro, sino de sufrir alegremente. La Cruz es gloriosa, no humillante.
- Hay que incorporar en la vida alegría y gozo. Un cristiano triste es un triste cristiano.
GOZO: fruto del amor. Presencia de la persona amada.
Amor de concupiscencia. Amor interesado. Amo para que me amen, imperfecto, corresponde a dolor de atrición (arrepentimiento por miedo al castigo).
Amor de benevolencia Desinteresado, te amo por ser tú mi Dios. Perfecto, dolor de contrición (dolor por ofender a Dios).
11. Avanzaré en la oración si me interesa y se lo pido a Dios
En el examen de la oración proponer ser fieles siempre en la oración.
Pedir al Señor conseguir el modo de entenderme con Él, de saber estar con Él.
Métodos:
a) Aplicar en la oración el primer método de orar: mandamientos, virtudes, pecados, como temas de meditación.
b) Afirmar convicciones: ¿Por qué tengo que obedecer y servir?
¿Por qué es necesaria la humildad, caridad…?
c) Fundamentar y Justificar mis criterios en la fe. Señor, yo quiero esto porque tú lo quieres.
Terminar la Oración con el coloquio
- A la Madre: para que me ponga con su Hijo.
- Al Hijo: para que me ponga en el Padre.
- Al Padre, y terminar con el Padrenuestro.
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Agradecemos al P. Miguel Girón, S.J. por su colaboración.
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