P. Fernando Martínez Galdeano, jesuita
Dios crea la luz y las tinieblas. Pero como símbolos religiosos en la Biblia, la luz es signo de la gloria de Dios y las tinieblas son signo de la incapacidad de los hombres de captar la presencia de Dios.
Jesús se revela como luz del mundo: “Yo he venido al mundo como luz, para que todo el que crea en mí no siga en tinieblas” (Jn 12,46). Todo lo que se halla fuera del alcance de esta luz, se encuentra en una situación de tiniebla: “Vosotros, en cambio, sois linaje escogido, sacerdocio regio y nación santa, pueblo adquirido en posesión para anunciar las grandezas del que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (IPe 2,9); “Si caminamos en la luz como él, que está en la luz, estamos en comunión unos con otros” (1 Jn 1,7).
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