P. Fernando Martínez Galdeano, S.J.
La carta al amigo Filemón es un escrito muy breve (25
versículos). En ella, Pablo prefiere hacer un ruego a mandar. Luego, con
actitud animosa y a ser posible alegre se podrá acceder a la carta a los
Filipenses siguiendo el orden de los tres escritos ya anteriormente indicados:
1º (4,10-23) en el cual expresa su agradecimiento por la ayuda que es signo de
solidaridad y afecto; 2º (1,1-3,1a) en el que nos insiste en que llevemos una
vida digna del evangelio de Cristo; él es lo único importante y ejemplo de
humildad; su himno cristológico (2,6-11) puede ser objeto de una pausada
contemplación, de un escuchar bien lo que dice; 3º (3,1b – 4,9) en el que se
censura en particular a los judaizantes, y se destaca con vigor que al nuevo
pueblo de Dios no se afilia uno por un acto ritual exterior (circuncisión) sino
dejándose penetrar por las agua del Espíritu de Jesucristo.
A continuación podemos acercarnos a la captación de los
signos heréticos incipientes de la comunidad de Colosas, y quizás podamos
observar que algunos de ellos también pueden ser de actualidad incluso entre
nosotros. No conviene en este punto personalizar las posibles “herejías”, pero
sí purificar nuestra fe. Si repasamos lo apuntado más arriba, la lectura de la
carta a los Colosenses se nos volverá asequible y cercana. El conocido himno a
Cristo como creador y salvador se recoge en los versículos 1,15-20. No
olvidemos que sólo en Cristo está la plenitud humana que aspira a no morir, y
que estamos llamados a ser “hombres nuevos en Cristo” en toda circunstancia
existencial (3,1-25)
En la carta (“circular”) a los Efesios se comienza con un
himno sobre el plan salvador de Dios, sobre su designio amoroso (1,3-14).
Cristo es muy superior a todos y a todo, y por Él somos salvos. “Cristo es
nuestra paz”. (Véase más arriba sobre esta carta). Acerca de la vida nueva y
sus exigencias Pablo se explaya y abunda a partir del cap. 4,17 en adelante. La
fuerza, por tanto, ésa que es necesaria y suficiente, la encontramos en el
Señor (6,10-20).
Vienen luego las cartas a Timoteo. Se trata de una
Iglesia de finales del siglo I. En ella hay falsos “doctores”. Y su autor
modelado por Pablo le aconseja en el sentido de que la Iglesia no es propiedad
de nadie sino de Jesucristo. Y en su segunda al fiel discípulo Timoteo le
subraya las cualidades de un buen pastor en tiempos de conflicto. Junto a estas
cartas está la dedicada a Tito también en una línea de consejo para que acierte
en el buen gobierno y elección de los animadores de la Iglesia extendida por la
isla de Creta.
Sobre la lectura de la litúrgica carta a los Hebreos, que
es bastante complicada, se recomienda seguir la pauta adelantada más arriba y
ayudarse, si ello es posible, de alguna Biblia con notas, e incluso de algún
diccionario bíblico asequible, pues son frecuentes las alusiones a personajes y
ritos sacerdotales del Antiguo Testamento.
PERO
HIJO Y TODO COMO ERA, APRENDIÓ EN LA ESCUELA DEL DOLOR LO QUE CUESTA OBEDECER
(Heb 5,8)
UN PLAN DE CATORCE DÍAS
- Carta a Filemón (v. 1-25) Alegría y afecto para los filipenses (1-4).
- A los de Colosas: sólo en Cristo está la salvación (1-4)
- A los Efesios: designio de Dios y supremacía de Cristo (Ef 1,1-23). De la muerte a la vida (Ef 2,1-22)
- Apóstol del misterio; hombres nuevos en Cristo (Ef 3,1-5,5). Hijos de la luz, relaciones familiares y saludos (Ef 5,6-6,23)
- A Timoteo como pastor de la fe común (1Tim 1-6)
- Las cualidades del buen pastor de la comunidad (2 Tim 1-4)
- Carta a Tito (Tit 1-3)
- Carta a los Hebreos: el Hijo es el centro (Heb 1,1-3,6)
- Exhortación a la fidelidad y entrada en el “descanso” (Heb 3,7-4,13) Jesús es nuestro gran sacerdote (Heb 4,14-5,10)
- Reproche del autor y su propósito (Heb 5,11-6,20) Jesucristo es sacerdote según el rango de Melquisedec (Heb 7,1-28)
- Mediador de una nueva alianza (Heb 8,1-9,28)
- Superioridad del sacrificio de Cristo (Heb 10,1-18) Perseverancia y esperanza en el que ha de venir (Heb 10,19-39)
- La fe de quienes nos precedieron según el Antiguo Testamento (Heb 11,1-40)
- Jesús como modelo y con el debido respeto a Dios (Heb 12,1-29) Exhortación a vivir como cristianos y saludos finales (Heb 13,1-25)
SE TRATA DEL MISMO CRISTO QUE DURANTE SU VIDA MORTAL ORÓ
Y SUPLICÓ CON FUERTE CLAMOR, CON LÁGRIMAS INCLUSO, A QUIEN PODÍA LIBERARLE DE
LA MUERTE; Y CIERTAMENTE FUE ESCUCHADO POR DIOS, EN ATENCIÓN A SU ACTITUD DE
ACATAMIENTO. PERO HIJO Y TODO COMO ERA, APRENDIÓ EN LA ESCUELA DEL DOLOR LO QUE
CUESTA OBEDECER. ALCANZADA ASÍ LA PERFECCIÓN, SE HA CONVERTIDO EN FUENTE DE
SALVACIÓN ETERNA PARA CUANTOS LE OBEDECEN Y HA SIDO PROCLAMADO POR DIOS SUMO
SACERDOTE SEGÚN EL RANGO DE MELQUISEDEC (Heb 5,7-10)
...
Agradecemos al P. Fernando Martínez, S.J. por su colaboración.
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