P. Fernando Martínez Galdeano, jesuita
Por medio de Jesucristo surge la simiente fértil de un nuevo pueblo de Dios. El selló con su sangre una “alianza nueva”: “El se entregó por nosotros a fin de liberarnos de toda maldad y convertirnos en pueblo suyo limpio y elegido, totalmente entregado a la práctica del bien” (Tit 2,14); "pero vosotros sois raza elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su posesión, destinado a cantar las grandezas del Dios que os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa” (1 Pe 2,9). Este pueblo nuevo tiene su verdadera patria más allá de este mundo: “Nosotros, en cambio, somos ciudadanos de los cielos, y de allí esperamos impacientes que nos venga el salvador, Jesucristo, el Señor” (Flp 3,20).
Agradecemos al P. Fernando Martínez SJ por su colaboración.
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