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¡FELIZ AÑO NUEVO 2011!

Que Dios bendiga a todos y renueve su coraje apostólico en el nuevo año.


P. José Ramón, S.J.
Director del Blog

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Homilía: Domingo de EPIFANÍA


Nuestro Director el P. José Ramón Martínez Galdeano, S.J. nos comparte su homilía de esta fiesta, donde Dios se manifiesta a todo el mundo no judío, como preámbulo de la tarea misionera de su Iglesia.

Mensaje del Papa Benedicto XVI


Compartimos un resumen del mensaje del Papa Benedicto XVI para la Jornada Mundial de la Paz, destacando la importancia de la libertad religiosa como camino para lograr la paz.

¡FELIZ NAVIDAD!



Un Niño nos ha nacido. Para todos nació, para que la bondad, la misericordia, la verdad, la vida y el alma alcance a todos. Con el deseo de que en esta Navidad sientan cercano al Dios que nos ama tanto.
Diciembre del 2010
P. José Ramón, S.J.
Director del Blog.


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Fotografía: Nacimiento de nuestra Parroquia, construido por Miguel Mendoza, Savino López y Pedro Martínez.

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Homilía: Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, 25 de diciembre 2010


Nuestro Director, el P. José Ramón Martínez Galdeano, S.J. nos comparte su homilía con motivo de la fiesta de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, cuyo título es “Ahora nos ha hablado y habla por el Hijo”.



La Sagrada Familia


Un saludo especial por Navidad: que el Señor nos haga ver el amor que supone su Encarnación. Y celebramos a continuación del 25, la fiesta de la Sagrada Familia. Un abrazo y mis oraciones en la misa de Navidad. P. Adolfo Franco, S.J.

Índice - Espiritualidad Matrimonial




Espiritualidad Matrimonial


Matrimonios: Hacia el Tercer Milenio, 1º Parte - Cristo es el Alfa y la Omega
Matrimonios: Hacia el Tercer Milenio, 2º Parte - Ir de la mano de Cristo
Matrimonios: Hacia el Tercer Milenio, 3º Parte - Desafíos del futuro
Matrimonios: Remar mar adentro, 1º Parte - Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre
Matrimonios: Remar mar adentro, 2º Parte - Jesús es el Pastor de las ovejas
Matrimonios: Remar mar adentro, 3º Parte - Somos el Cuerpo de Cristo
Matrimonios: Un rostro para contemplar, 1º Parte - Queremos ver a Jesús
Matrimonios: Un rostro para contemplar, 2º Parte - Ser el rostro de Cristo
Matrimonios: Un rostro para contemplar, 3º Parte - Ser testigos de su amor
Matrimonios: Caminar con Cristo, 1º Parte - Ser de Dios en Jesucristo
Matrimonios: Caminar con Cristo, 2º Parte - La Eucaristía dominical
Matrimonios: Caminar con Cristo, 3º Parte - El Sacramento de la Reconciliación
Matrimonios: Caminar con Cristo, 4º Parte - Resumen de los retos actuales
Matrimonios: Ir todos a la Viña del Señor, 1º Parte - Los laicos, llamados a la santidad
Matrimonios: Ir todos a la Viña del Señor, 2º Parte - ¿Por qué están ustedes sin hacer nada?
Matrimonios: Ir todos a la Viña del Señor, 3º Parte - Queda mucho por hacer
Matrimonios: Una sola Vid, una sola Iglesia, 1º Parte - Un solo cuerpo de Cristo
Matrimonios: Una sola Vid, una sola Iglesia, 2º Parte - Cristo es el Sacerdote, el Profeta y el Rey
Matrimonios: Una sola Vid, una sola Iglesia, 3º Parte - Los Laicos son llamados a la santidad
Matrimonios: Ser sarmientos de la única Vid, 1º Parte - Ministerio, servicio y carismas
Matrimonios: Ser sarmientos de la única Vid, 2º Parte - Los laicos participan en la estructura de la Iglesia
Matrimonios: Sarmientos para dar frutos, 1º Parte - La nueva evangelización
Matrimonios: Sarmientos para dar frutos, 2º Parte - Evangelizar sirviendo a las personas y a la sociedad
Matrimonios: Sarmientos para dar frutos, 3º Parte - Hacer del mundo una familia
Matrimonios: Sarmientos para dar frutos, 4º Parte - Formación cristiana de los laicos
El Matrimonio: un llamado a la santidad, 1º Parte - Un matrimonio de santos: beatos Luiggi Beltrame y María Corsini
El Matrimonio: un llamado a la santidad, 2º Parte - El Matrimonio y la Virginidad, dos modos de ser santos
El Matrimonio: un llamado a la santidad, 3º Parte - Hay urgencia de "ser santos"








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Centro de Espiritualidad Ignaciana - Programa 2011


Dirección:
Fulgencio Valdez 780 - Breña.
Apartado 0052 - LIMA 05 (Perú)
Teléfono 4337337
Fax 4249384
ceiperu@telefonica.net.pe
www.espiritualidadignaciana.pe



EJERCICIOS ESPIRITUALES, SEGÚN SAN IGNACIO DE LOYOLA


EE de 30 DÍAS - 2011

15 de julio - 14 de agosto
Casa Laura Vicuña. Hnas. Salesianas (Chaclacayo)

Pedro Oblitas s.j. y equipo

Inscripciones: Centro de Espiritualidad

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EE para laicos adultos

Semana Santa (8 días)

16 - 24 abril
Casa de retiro Tabor (Chosica)
Luisa Broggi


Semana Santa (5 días)

20 - 24 de abril
Casa de Retiro Tabor (Chosica)
Fernando Peralvo


Agosto (8 días)

1 - 9 de agosto
Casa de Retiro Tabor (Chosica)
Gerardo Aste s.j.


Inscriciones: Centro de Espiritualidad

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Ejercicios en la vida corriente personalizados

Luisa Broggi y equipo

Jornada de inicio: martes 12 de abril 7:30 - 9:30 PM

Inscripciones: Centro de Espiritualidad

Vacantes limitadas / Entrevista previa

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Ejercicios para Congregaciones Religiosas

Aunque se privilegia los meses de ENERO y FEBRERO, se puede ofrecer en otra época del año.
Se ruega solicitarlo con más de UN AÑO DE ANTICIPACIÓN.

Informes: Centro de Espiritualidad

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EE para Jóvenes

Semana Santa (8 días)
16 - 24 de abril

Semana Santa (5 días)
20 - 24 de abril

Casa de Retiro Villa Kostka (Huachipa)
José Luis Gordillo s.j.

Inscripciones: Centro de Espiritualidad

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EE para Jóvenes

Principio y Fundamento: del 27 al 30 de julio
Primera Semana: del 23 al 25 de septiembre
Segunda Semana: del 11 al 13 de noviembre

José Luis Gordillo s.j.
Hildy Quintanilla

Inscripciones: Centro de Espiritualidad

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TALLERES DE ORACIÓN

Sábado 26 y domingo 27 de marzo
Sábado 24 y domingo 25 de septiembre

Sábados: de 9:00 AM a 5:00 PM
Traer refrigerio

Domingos: de 9:00 AM a 12:00 PM

José Luis Gordillo s.j.
Hildy Quintanilla

Inscripciones: Centro de Espiritualidad

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ESPIRITUALIDAD JOVEN
"Gustar y sentir de las cosas internamente"



MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

Javier Uriarte s.j.

Del lunes 3, 10, 17, 24 de octubre
de 7:30 a 9:30 PM

Universidad Antonio Ruiz de Montoya

Inscripciones: Centro de Espiritualidad


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PROGRAMA MAGIS
Formación Teológica para Laicos

Programa de 2 años

1. Seguimiento de Cristo: Discípulos y Misioneros

Abril, mayo y junio 2011

Francisco Saénz de Maturana

Inicio: Miércoles 5 de abril
de 7:30 - 9:30 PM

Entrevista previa


2. Iglesia: Fidelidad Creativa


Septiembre, octubre y noviembre del 2011


3. Ética y Espiritualidad Laical

Abril, mayo y junio 2012


4. Aproximación Bíblica: al modo laical

Septiembre, octubre y noviembre del 2012

Bruno Príncipe

Inscripciones: Centro de Espiritualidad

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LA COMUNIDAD ¿SIGNO DE QUÉ?

Javier Uriarte s.j.
Luisa Broggi

Sólo para religiosas y religiosos

Los jueves 2, 9, 16, 23 y 30 de junio
De 7:30 a 9:30 PM

Informes: Centro de Espiritualidad

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PROGRAMAS

DIPLOMADO EN ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL

Programa de 2 años

Javier Uriarte s.j.
Luisa Broggi de Orbegoso

Primer Año
Acompañamiento en general y casos especiales

Los martes de abril a junio y de septiembre a noviembre
Inicio 5 de abril

Segundo Año
Acompañamiento en Ejercicios Espirituales

Los jueves de abril a junio y de septiembre a noviembre
Inicio 7 de abril
de 7:30 a 9:30 PM

Inscripciones en el mes de febrero
Entrevista previa en el mes de marzo

Es necesario que tengan experiencia de Ejercicios Espirituales o bien que se comprometan a realizar dicha experiencia durante el año.

Inscripciones: Centro de Espiritualidad

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CURSOS


ESPERE
Escuelas de Perdón y Reconciliación


Luisa Broggi de Orbegoso

Los lunes de abril, mayo y junio de 7:00 a 9:30 PM
Inicio 4 de abril

Inscripciones Centro de Espiritualidad



PERSONALIDAD Y RELACIONES HUMANAS (PRH)

Luisa Broggi de Orbegoso

Los lunes de septiembre, octubre y noviembre
de 6:30 a 9:30 PM

Inicio 5 de septiembre

Inscripciones Centro de Espiritualidad


UN CAMINO EN COMUNIÓN
Sexualidad y Espiritualidad

Belén Romá

Los lunes 2, 9, 16, 23 y 30 de Mayo
de 7:30 a 9:30 PM

Inscripciones: Centro de Espiritualidad



"TANTO... CUÁNTO... MÁS"
Ética y Espiritualidad


Fernando Peralvo
Javier Uriarte s.j.

Los lunes 6, 13, 20 y 27 de junio
de 7:30 a 9:30 PM

Inscripciones: Centro de Espiritualidad
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Ofrecimiento Diario - Intenciones para el mes de Enero



APOSTOLADO
DE LA
ORACIÓN
INTENCIONES PARA EL MES DE
ENERO




Ofrecimiento Diario

Ven Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con él, por la redención del mundo.

Señor mío y Dios mío Jesucristo:

Por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo sacrificio del altar; con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu reino.

Te pido en especial por las intenciones encomendadas al Apostolado de la Oración.



Por las Intenciones del Papa


Intención General:

Para que las riquezas de la creación sean preservadas, valorizadas y puestas a la disposición de todos como don precioso de Dios a los hombres.





Intención Misional:

Para que los cristianos puedan alcanzar la plena unidad, testimoniando a todo el género humano la paternidad universal de Dios.







Por las intenciones de la Conferencia Episcopal Peruana

Para que con la ayuda de la sociedad y de la comunidad católica desaparezcan: la injusticia social, la pobreza extrema y la falta de la debida instrucción primaria, media y superior.






Preservar las riquezas de la creación

“... Numerosas personas, en muchos países y regiones del planeta, sufren crecientes dificultades a causa de la negligencia o el rechazo por parte de tantos a ejercer un gobierno responsable del medio ambiente. El Concilio Vaticano II ha recordado que “Dios ha destinado la tierra y todo cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos”. Por tanto, la herencia de la creación pertenece a la humanidad entera... Si quieres promover la paz, protege la creación.” (Benedicto XVI. XLIII Jornada Mundial de la Paz. 8.12.2009. Extracto)


Plena unidad de los cristianos

“...Conferencia Misionera de Edimburgo, Escocia. Verano de 1910. Se encontraron más de mil misioneros de distintas ramas del protestantismo y del anglicanismo, a los que se unió un huésped ortodoxo, para reflexionar juntos sobre la necesidad de alcanzar la unidad para anunciar de modo creíble el Evangelio de Jesucristo... El Maestro mismo, al final de la Última Cena, había pedido al Padre para sus discípulos: “Que todos sean uno... para que el mundo crea” (Juan 17,21) La comunión y la unanimidad de los discípulos de Cristo es, por tanto, una condición particularmente importante para una mayor credibilidad y eficacia de su testimonio...” (Benedicto XVI. Hacienda de la Esperanza. Brasil. CELAM 12.5.2007. Extractos)”


Aparecida - Misión Continental

“A veces, olvidamos que la unidad de los cristianos, es ante todo un don del Espíritu Santo, y oramos poco por esta intención.” N 230.


Eucaristía

Misa por la unidad de los cristianos (Misal romano)


Palabra de Dios

Génesis 1, 1-2, 4. Primer relato de la creación.
Romanos 8, 19-23. “Sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto”: comprobamos la profunda relación que hay entre el ser humano y la creación.
Apocalipsis 21,1-5. La nueva creación: “Yo hago nuevas todas las cosas”.


Reflexionemos

¿Cómo educar a las nuevas generaciones para el cuidado de la naturaleza?
¿Cómo contribuir desde el Apostolado de la Oración para crear conciencia mundial de los daños de no cuidar el planeta?


Invitación

A participar de la Misa dominical de 11:00 AM en la Parroquia de San Pedro y a acompañarnos en las reuniones semanales a las 12:00 M en el claustro de la parroquia, todos los domingos. Asimismo, invitamos a la Misa de los primeros viernes de cada mes en Honor al Sagrado Corazón de Jesús, a las 7:30 PM en San Pedro.


P. Antonio Gonzalez Callizo S.J.

Director Nacional del Apostolado de la Oración (AO)
Parroquia San Pedro


Visítenos en:


Etiqueta del Apostolado de la Oración
Apostolado parroquial
¡ADVENIAT REGNUM TUUM!
¡Venga a nosotros tu reino!
Apostolado de la Oración
Azángaro 451, Lima

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Ofrecimiento Diario - Intenciones para el mes de Diciembre

Para orar con el Papa y la Conferencia Episcopal Peruana a través de las Intenciones encomendadas al Apostolado de la Oración para el mes de DICIEMBRE. Acompañamos las intenciones con textos para su reflexión seleccionados por el P. Antonio González Callizo, S.J. Director Nacional del A.O.

Mensaje del Papa Benedicto XVI


Jornada Mundial de la Paz

Solemnidad de la Circuncisión del Señor y de la Maternidad Divina de María

1 de enero del 2011
(Resumen)




Comienza el Papa lamentando el hecho de que el año 2010 quede marcado por la intolerancia religiosa en diversas partes del planeta. Es un hecho negativo, pues la libertad religiosa forma parte de los derechos que vienen de la dignidad de la persona humana.


Persona humana y libertad religiosa. Porque la persona humana, dada su condición espiritual —además de corporal— tiene por naturaleza la necesidad de relacionarse con su Dios so pena de no alcanzar su plenitud ni felicidad. Al mismo tiempo también su libertad moral exige de constitutivo para la bondad de sus actos, también los de índole religiosa, el que sean hechos con libertad plena no solo interior sino también social. Por fin la especial dignidad humana viene de su apertura y búsqueda natural de la verdad y del bien, que no se sacian sino con el encuentro con Dios, un encuentro que la sociedad no debe estorbar ni menos impedir, sino propiciar.


Por eso es necesario reconocer la doble dimensión de la libertad religiosa y social. Y dado que es una condición necesaria de la vida social, la falta de libertad religiosa es un factor negativo para la convivencia social, pues manifiesta y es fruto de una falta del respeto al otro.


Así es necesario reconocer la doble dimensión de la libertad para la persona humana: su libertad en la sociedad y su libertad en el ámbito religioso. Por eso el relativismo moral que supone que, siendo la religión un asunto puramente personal no debe manifestarse al exterior ni socialmente, carece de validez. Es inconcebible que un creyente para actuar en sociedad tenga que suprimir una parte de sí mismo —y tan importante como para él es su fe— para poder ser ciudadano activo.


Familia y libertad religiosa. La primera escuela de educación para la vida, también la social, es la familia. De ahí la responsabilidad y por tanto el derecho de los padres a transmitir su patrimonio de valores, cultura y fe religiosa. Más aún esta es una función primordial de la familia. Es en y por medio de la familia como se forman los hijos de modo que asuman luego en la vida sus responsabilidades gozando y promoviendo una sociedad libre y donde todos se respeten y sean respetados.


Pero, entre el conjunto de derechos y libertades fundamentales que se basan en la dignidad de la persona, la libertad religiosa goza de un estatuto especial. Si se respeta, se refuerzan la moral social y las instituciones. Por el contrario, cuando se niega o se intenta impedir la profesión de la propia religión o fe, la pérdida de moral y valores sociales que acarrea deteriora gravemente la justicia y la paz, que se fundan en el recto orden social, construido a la luz de la Suma Verdad y Sumo Bien.


Por eso la libertad religiosa forma parte del progreso político y jurídico de una sociedad. Más aún: es un bien esencial poder ejercer libremente el derecho a profesar y manifestar individualmente y en común la propia religión. No debería haber obstáculos.


Y lo dicho se confirma cuando el mismo ordenamiento internacional reconoce que el derecho a la libertad religiosa en el estado de derecho tiene el mismo status y está dentro del núcleo central de derechos que el mismo derecho a la vida.


En efecto el derecho a la libertad es patrimonio no solo de creyentes sino de toda la familia humana. En verdad que viene a ser imprescindible. Por eso Indicador de grado de perfección una sociedad. Crea condiciones necesarias para la realización de un desarrollo integral.


Pero como libertades sociales no tienen sentido en las relaciones con los demás, la libertad religiosa ha de realizarse también en la relación con los demás. Por eso es normal que la misma cultura tenga una carga fuerte religiosa. Las comunidades religiosas aportan a la sociedad valores importantes. Basta, para comprobarlo, su contribución a la ética.


La libertad religiosa es fuerza de libertad y de civilización; pero tiene peligros. No se impone por la violencia sino por la fuerza de la misma verdad. Por eso los cristianos deben dar testimonio de fe no sólo con la conducta sino también con el testimonio. También la vida pública debe estar abierta a transcendencia y no hay razón válida que propicie su amputación. Incluso sería difícil sin ella orientar la sociedad hacia principios éticos universales y ordenamientos reconocidos por todos. Tanto el fundamentalismo religioso como el laicismo son paradójicamente formas espectaculares y extremas de rechazo del legítimo pluralismo y del principio de laicidad. La sociedad que quiere imponer o negar la religión con la violencia, es injusta con la persona y con Dios, pero también consigo misma. Las leyes no pueden organizarse ignorando la dimensión religiosa. Esto a nivel nacional e internacional. Lo hace necesario la promoción de la justicia aceptable y aceptada por todos.


De aquí la necesidad en cualquier tipo de sociedad del dialogo entre autoridades civiles y religiosas. La religiosidad es un valor. Hay que vivir en el amor y en la verdad. Por eso es de gran valor que los cristianos vivan conforme a su fe, manifestando que la vida tiene sentido y que el amor mutuo es un bien mejor y posible, además de colaborar en la obligación común a todo hombre de construir la ciudad.


Termina el mensaje con unas breves pinceladas sobre aspectos relacionados. Ve en el diálogo de las diferentes religiones un medio muy bueno para colaborar por el bien común. Anota el Papa que la Iglesia no rechaza nada santo y verdadero de otros credos; aunque hay que evitar caer en el relativismo o el sincretismo. Porque además la Iglesia tiene que evangelizar a Cristo, que es camino, verdad y vida. Pero, como dice Santo Tomás, toda verdad viene del Espíritu Santo.

Renueva la petición de la oración por la paz. Que la verdad moral juegue su papel, ha de tenerse en cuenta en la política y en la diplomacia. Para ello deben desarticularse ideologías políticas que suplantan la verdad y la dignidad humana. Hay que superar odios y prejuicios, hay que perdonar. La libertad religiosa es por fin camino para la paz. Hay que dar a la paz armas distintas del matar y exterminar.


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Homilía: Domingo de EPIFANÍA


Lecturas: Is 60,1-6; S 71; Ef 3,2-6; Mt 2,1-12

“Levántate, ha llegado tu luz”

P. José Ramón Martínez Galdeano S.J.

Los Magos eran los sabios de su tiempo. En todas las antiguas culturas conocidas el curso de los astros y los sueños eran modos normales de intentar conocer el futuro para tomar decisiones. En la región de los magos eran desde hacía tiempo muchos los judíos y tenían gran influjo. No es extraño que aquellos magos supieran de las profecías mesiánicas, que nosotros seguimos leyendo hoy en el Antiguo Testamento. De un fenómeno estelar extraordinario dedujeron que había nacido en Judea aquel Mesías del que los judíos y sus escrituras hablaban. Todo lo que sabemos del hecho es lo que San Mateo nos cuenta en la perícopa, que les he leído. Tendríamos muchas preguntas curiosas, pero no tenemos respuestas. Pero sí hay algo que la Iglesia ha leído siempre en este hecho. Ya aparece en las primeras interpretaciones de los antiguos padres de la fe.

En el Antiguo Testamento la venida del Mesías, del futuro ungido del Señor salvador, fue prometida a Abrahán y su descendencia. Se prevé que el pueblo va a pecar, incluso va a apostatar, pero el Mesías vendrá para hacerlos volver. Más adelante, sobre todo en Isaías (como ejemplo está la primera lectura de hoy), se dice que también los pueblos paganos vendrán a él. Esta verdad se abre paso definitivo con Jesús y pertenece a las verdades esenciales cristianas con Pedro y Pablo: Cristo ha venido a salvar a los hombres todos de sus pecados. Todo el que crea en Jesús se salvará, el que no crea será condenado (Mt 16,16).

Esta verdad la Iglesia la tiene muy viva en su conciencia. En su culto, como podemos ver, está clarísima: La Iglesia es la Jerusalén que se levanta, a la que ha llegado la luz que es Cristo; vienen a ella sus hijos desde lejos; vienen a ella en camellos y dromedarios, trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor. El título de la fiesta de hoy viene de una palabra griega que significa “manifestación”, La salvación, el Salvador, Jesús se manifestó como tal. Nada más nacer, el Salvador se manifestó a los pastores, se manifestó al anciano Simeón, a la anciana Ana, y también a los magos de una región remotísima. Los pastores representan a los pobres y sin cultura, Simeón y Ana a los ancianos y desvalidos, en los magos podemos ver a los paganos. El misterio de los magos que llegan a Jerusalén del otro lado del desierto, que no son judíos ni descienden del patriarca Abrahán, pero a los que llega la noticia de modo maravilloso y se ponen en marcha hasta encontrar al “Rey de los judíos” que acaba de nacer, es la primicia de esta realidad de nuestra fe: Que Cristo ha venido a salvar a todos los hombres y que Dios llama a todos al conocimiento de la Verdad para que, creyendo, sean salvos.

Para esto ha fundado Cristo a la Iglesia Y esta es la misión de la Iglesia: Manifestar a todos los hombres, a los de cerca y a los de lejos, que Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre, que ha venido a salvar a todos de sus pecados. Por eso no espera mucho tiempo. Por eso, apenas ha tocado tierra, a aquellos magos tan lejanos se les manifiesta con claridad que ese Salvador, el Rey de los judíos, ha nacido ya.

Este hecho manifiesta ya una gran verdad: Que Dios quiere de veras que todos los hombres se salven y, por tanto, de una manera, maravillosa muchas veces pero siempre eficaz, llegará su acción salvadora a cada hombre. Pero además manifiesta que todo esfuerzo de los creyentes, toda oración, todo sacrificio y toda obra buena ofrecida a Dios por la salvación de los hombres para su salvación será escuchada por Dios, que dará su gracia para que el deseo, que también es el suyo, se realice.

Recuerdo el caso de una santa mujer anciana, muy consciente de vivir ya los últimos años de su vida, inútil para todo lo que los hombres consideramos como útil, me manifestaba que ofrecía todo y oraba de continuo por el Papa y la Iglesia y pensaba que para eso le mantenía Dios en vida, porque “es muy necesario orar por el Papa y por la Iglesia”. Esto, desde la fe, sí que es calidad de vida. Esto es lo que la Iglesia –decía el Papa Pablo VI –no puede dejar nunca de hacer: llevar la noticia de Jesús y de su perdón. Es una cualidad, una dimensión, una forma de vida que todo cristiano tiene que incluir.

No se conformen Ustedes con creer y hacer unas cuantas obras buenas. Hay muchos a su alrededor que necesitan que se les diga que Jesús ha nacido para su salvación. San Pablo, cuando se despide de la vida y de su discípulo querido Timoteo, le pide que lo diga con oportunidad y sin ella. Este mes, hacia la mitad, del 18 al 25, seremos convocados a orar y ofrecer sacrificios por la unión de los protestantes que creen en Cristo pero están separados de la Iglesia. Hoy, con ocasión de esta festividad de Epifanía, no vacilemos en hacernos responsables de esta obligación. Somos responsables de que el conocimiento de Jesús llegue a todos los hombres. En mi familia, mis hijos, mis padres, mi esposo, esposa, hermano, hermana, compañero de clase o de trabajo, vecino…¿Oro por ellos?¿Me sacrifico? ¿Leo la Biblia, estudio el catecismo, voy aprendiendo a “dar mejor razón de mi esperanza” (1Pe)? ¿Mi vida tiene calidad cristiana? ¡Ojalá que esta pregunta nos apremie, nos duela, nos responsabilice! Y pidamos a Dios gracia para darle respuesta.
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Natividad de Nuestro Señor Jesucristo


Lecturas:Is 52,7-10; S. 97; Heb 1,1-6; Lc 2,1-20

“Ahora nos ha hablado y habla
por el Hijo”


P. José Ramón Martínez Galdeano, S.J.



“El pueblo que andaba a oscuras vio una luz intensa. Sobre los que vivían en tierra de sombras brilló una luz. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. El Señorío reposará sobre su hombro, y se llamará Admirable-Consejero, Dios-Poderoso, Siempre-Padre, Príncipe de Paz. Grande es su Señorío y la paz no tendrá fin” (Is 9,1.5-6).
Este es un enorme servicio que los católicos hacemos a todos los hombres con nuestra alegría de estos días. Hemos logrado cambiar el calendario universal. Antes y después de Cristo, porque un tiempo nuevo ha comenzado con la venida de Jesús, cuando empezó a ser Dios-con-nosotros, poniendo su tienda en medio de nosotros (Jn 1,14). Y porque Dios ha venido y está en medio de nosotros, nos vemos impulsados a mejorar nuestra vida, de modo que la bondad, el respeto, el amor y los buenos deseos para con Dios y con los hombres sean reales y operantes. “Porque se ha manifestado la gracia salvadora de Dios a todos los hombres, que nos enseña a que, renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, vivamos con sensatez, justicia y piedad” (Tit 2,11-12).

No celebramos su nacimiento porque haya nacido simplemente un hombre como los demás. De hecho ha nacido en condiciones materiales y sociales muy penosas, de la manera más pobre, de padres pertenecientes a las clases sociales inferiores, desprovistos de poder económico y social, en el desamparo más grande, en las circunstancias más difíciles. Pero sin embargo es Dios.

Éste es el secreto de la diferencia. Todo lo de Jesucristo nos afecta, es importante porque Jesús no es un mero hombre más, sino porque es Dios, el Hijo de Dios que se hizo hombre, y, porque es Dios, siendo cabeza de la humanidad y su representante natural, es capaz de salvarnos a los hombres de nuestros pecados. Porque “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Ro 5,20) y por su obediencia hasta la muerte todos hemos sido hechos justos (Ro 5,19).

Quiero insistir hoy en esta realidad, que es una verdad revelada de la máxima importancia y constitutiva de nuestra fe y la cultura de la que formamos parte está perdiendo el sentido de la Navidad.

Es ciertamente una verdad enternecedora. Un niño nos ha nacido. Llora, sonríe, se agita, duerme en el pesebre de animales de la gruta y en los brazos de María. Pero ese niño es Dios. Habiendo existido desde la eternidad, por poseer la naturaleza divina común a su Padre y al Espíritu, asumió su cuerpo humano formado en el seno de la Virgen María por obra del Espíritu Santo.

En los evangelios esta verdad se propone con toda claridad. Marcos comienza con estas palabras: “Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios” (Mc 1,1). Juan emplea para designar a la segunda persona de la Trinidad el término “el Verbo” o “la Palabra” y todo el primer capítulo de su evangelio se centra en que Jesús es el Verbo de Dios, Dios como el Padre y su Hijo unigénito que se hizo hombre y vivió entre los hombres (Jn 1,1.14). Mateo y Lucas lo ponen bien claro desde el momento de su concepción y en su nacimiento: “María, antes empezar a vivir con José, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo”. Y “no temas tomar contigo a María tu esposa—le dijo el ángel a José—porque lo concebido en ella viene del Espíritu Santo”; porque aquel niño iba a cumplir lo predicho por Isaías, que sería Dios-con-nosotros (v. Mt 1, 18.20.23). A María asegura el ángel Gabriel que “va a concebir en su seno que será grande y será llamado Hijo del Altísimo” (los hebreos no ponen nombre a nadie sino porque de alguna forma es o está destinado a serlo). Será concebido en su seno sin obra de varón, porque “el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra y por eso el que nacerá será santo—lo mismo que Dios—y será llamado—en verdad simplemente será—Hijo de Dios” (v. Lc 1,31-32.34-35). Por eso Isabel responde a su saludo llamándola “madre de mi Señor”, que en San Lucas se emplea para designar a Dios. Señor llama al niño el ángel anunciando a los pastores “les ha nacido hoy el Mesías y Señor” (Lc 2,11) y que su Padre es el Dios de Israel, creador de todo, recuerda Jesús a su madre a los doce años en el templo (Lc 2,49).

En verdad que es un Dios escondido. Y fue prometida su llegada como la de quien tiene el señorío sobre todo, admirable, Dios poderoso, siempre Padre, Grande. Por eso hemos de atravesar con la fe el ruido de la Navidad, que puede dejarnos vacíos de todo contenido. Hemos de reencender la fe. No nos limitemos a escuchar y oír a los ángeles. Vayamos a ver, a vivir el misterio, a hacer como María, degustando en nuestro corazón y cambiándolo a la luz y calor de Belén.

Belén ha de ser un encuentro con Dios cercano, con Dios que me ama, con Dios que me ha perdonado mucho, con Dios-que-está-conmigo, con Dios que es algo fundamental para mí no sólo en Navidad sino en la vida entera, con Dios al que me dirijo con facilidad y frecuencia para agradecer, pedir perdón y ayuda, dándole a conocer a quien no cree, viéndole y sirviéndole en sus hermanos con cuya vida la mía está trenzada en la familia, el trabajo, la Iglesia y la sociedad. Que Dios nos dé la gracia de seguir viviendo la alegría y la luz de la Navidad.


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Imagen del Nacimiento de nuestra Parroquia San Pedro, Lima.

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La Sagrada Familia


P. Adolfo Franco, SJ.

Reflexión sobre el Evangelio del domingo 26 de Diciembre 2010
Mateo 2, 13-15. 19-23



Un saludo especial por Navidad: que el Señor nos haga ver el amor que supone su Encarnación. Y celebramos a continuación del 25, la fiesta de la Sagrada Familia.
Un abrazo y mis oraciones en la misa de Navidad.


La liturgia nos trae esta hermosa fiesta de la Sagrada Familia, para que reflexionemos en el ejemplo que los miembros de esta bendita familia nos dan. Y el párrafo escogido del Evangelio de San Mateo nos narra varios problemas graves que sufrió esta familia, que tuvo que huir de la injusticia de Herodes y de amenazas graves a su seguridad. Se parece a tantas familias de nuestra patria desplazadas por el terrorismo, o por las situaciones económicas; o de otros países, familias de refugiados en país extranjero. Pero para José y María la amenaza no era genérica, sino muy concreta pues iba dirigida por el rey Herodes directamente contra ellos, pues este rey pensaba que Jesús le iba a quitar su reino.

Pero esta familia ante la amenaza se mantiene unida, y es José, su jefe el que toma las decisiones en momentos tan difíciles.

Es importante detenerse a pensar en esta Sagrada Familia, porque nos hace falta hoy nutrirnos de su ejemplo, porque la familia moderna ha perdido su carácter sagrado, y se ha convertido simplemente en una pieza de la sociología. Y por eso incluso legalmente se habla de varias formas de constituir una familia: en algunos casos la simple cohabitación prolongada ya establece legalmente familia, y otras formas también demasiado extrañas de establecerse como familia. Lo que está detrás de esto es la pérdida del carácter sagrado de la familia: la familia ha dejado de ser santuario.

Y al hablar de santuario no es que se pretenda que el hogar sea un sitio con velas, altar y campanario. Lo que se pretende es entender que la familia es el espacio donde el hombre y la mujer realizan su mutua consagración, es también el sitio donde brota la vida: es como la fuente del “misterio”, el manantial de donde surge un nuevo ser, un nuevo hijo de Dios, una nueva esperanza para el mundo. La pérdida del concepto de la familia, va unida a la pérdida del sentido sagrado de la vida humana. La visión materialista de la vida y de la familia, convierten a ambas en hechos banales, desprovistos de su esencia. Y eso es muy grave, es como un retroceso en la evolución del ser humano: porque es renunciar a lo más específico del hombre, su espíritu, para convertirlo simplemente en un miembro de un rebaño social.

La familia es el espacio donde el ser nuevo que aparece, recibe, además de su propio código genético, y por encima de éste, un código de valores, que le hará buscar su propia vocación, y así realizar la obra a la que ha sido destinado; el hijo que nace en este ámbito sagrado que es la familia, debe sentir que a través de sus padres está entroncado con Dios. La transmisión de valores espirituales es tarea específica de la familia: es la construcción progresiva del alma del nuevo ser, por decirlo así. Es el sitio donde se espiritualiza al ser humano. Hoy día se hacen campañas para difundir los valores perdidos en nuestra sociedad; y eso está muy bien, pero si ese trabajo no lo asume principalmente la familia, tendrá pocos resultados. No son los medios de comunicación, o las leyes, los que van a aportar los valores que una sociedad ha perdido, aunque pueden ayudar mucho o estorbar bastante; es la familia, el recinto sagrado de la vida, en donde se sembrarán estos valores.

Y esta es la tarea de ser padre y de ser madre, convertirse en responsables de la herencia espiritual que se da a esos nuevos seres, y esto por haber formado ellos en su propio corazón de padre y de madre una fuente abundante de riquezas interiores.

Esto es lo que debería enseñarnos esta fiesta de la Sagrada Familia: que toda familia debe ser sagrada, y por eso tener su origen en la bendición sacramental de Dios. La meta de toda familia cristiana no es sólo ser una “buena” familia, sino convertirse de verdad en una familia “sagrada”. Y no porque a sus miembros se les echen bendiciones con abundante agua bendita, ni sólo porque se multipliquen los rezos. Una familia será así si es que siente que en su seno está presente Dios, y sabe que en ella se viven las relaciones entre todos, como relaciones ordenadas y dirigidas por Dios.

En la familia cristiana se deben amar los esposos, teniendo a Dios en su horizonte, amarse de alguna forma, como Dios les ama. Amar a los hijos como se amaría a Jesús, porque El está presente en el hogar. Que sientan todos que su papel dentro de la familia es cumplir una tarea encomendada por Dios. Es cristiana y sagrada una familia, cuando hay una oración que brota del conjunto de sus miembros.

Todo esto es difícil, a veces parece imposible, porque una familia esta constituida por personas libres, que tienen cada uno su ritmo espiritual; a veces no son ritmos concordantes. Pero es bueno por lo menos saber cuál sería el ideal al que puede tender toda familia, que ha sido constituida ante Dios; es importante mirarse en el ejemplo que nos da la Sagrada Familia.+
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Agradecemos al P. Adolfo Franco, S.J. por su colaboración.
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Mensaje por Navidad de Mons. Miguel Cabrejos, Presidente de la CEP


CONFERENCIA EPISCOPAL PERUANA

Mensaje por Navidad


En la Navidad contemplamos a Dios hecho Niño en Jesús y nos conmueve descubrir que Él asume la fragilidad del hombre con la omnipotencia de Dios; admiramos la ternura de Dios Padre que desafía al imperio de la razón. Dios toma la naturaleza humana y así el hombre comulga con la divinidad, por eso la Navidad es mirar al mundo trascendente que da verdadero sentido a nuestra existencia y es mirar al firmamento donde una estrella nos recuerda el poder de Dios y su solidaridad incuestionable con el ser humano.

La esperanza que tiene la Iglesia al celebrar con gozo el nacimiento de Jesús, es que el mundo, a pesar de sus dificultades y tropiezos, se transforme con la gracia de Dios y el esfuerzo del hombre, en un mundo en el que puedan colmarse las aspiraciones más nobles del corazón humano, un mundo en el que se trabaje por el progreso y la paz, sostenidos en la justicia y en el verdadero servicio a los demás, sin olvidarse del más necesitado, débil o enfermo, ya que el primer deber de la justicia es reconocer al hombre como hermano.

La Navidad es alegría que no conoce fronteras sociales, culturales ni políticas, es la alegría de unirnos todos los que tejemos la historia del Perú; es considerar al prójimo como el otro yo, y al considerarlo otro yo, jamás despreciarlo, subestimarlo, ni negarle su dignidad y sus derechos, antes por lo contrario, respetarlo y apreciarlo sin distinción de pueblo, raza, y nación, porque para Dios no hay judío, ni griego, ni esclavo ni libre, ni varón ni mujer, ya que todos somos uno en Cristo.

Hago un llamado especial con las palabras de Benedicto XVI, a quienes tienen el encargo de dirigir los destinos del Perú, de las Regiones y Municipios: “hagan todo cuanto esté en sus manos para devolver la esperanza a los pueblos que gobiernan” y continúen en su lucha contra la pobreza y la desigualdad que impiden oportunidades, interfieren en el desarrollo y se convierten en fuente de violencia y conflictos. Asimismo les animo para que ofrezcan al ciudadano una vida digna y un ambiente de paz y tranquilidad, creando lazos de solidaridad y fraternidad, mirando con esperanza al futuro y construyendo el presente con valentía y optimismo.

La Navidad “rompe el silencio sobre Dios” porque es Dios con rostro humano, es Dios con nosotros, es Dios de perdón y de amor hasta la cruz y la resurrección. Sólo en Él, el hombre encuentra la fuente que colma todos sus anhelos y esperanzas.

¡Feliz Navidad! y que el año 2011 esté lleno de Prosperidad y Salud para ti y toda tu familia.



+ Miguel Cabrejos Vidarte, OFM
Arzobispo de Trujillo
Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana
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Agradecemos al P. Rómulo Franco, S.J. por compartir este mensaje.
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¿Dónde y cómo nació Jesús?


Juan Chapa


De los evangelistas, Mateo y Lucas nos dicen que Jesús nació en Belén (ver la pregunta: ¿Jesús nació en Belén o en Nazaret?). Mateo no precisa el lugar, pero Lucas señala que María, después de dar a luz a su hijo, “lo recostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el aposento” (Lc 2,7). El “pesebre” indica que en el sitio donde nació Jesús se guardaba el ganado. Lucas señala también que el niño en el pesebre será la señal para los pastores de que allí ha nacido el Salvador (Lc 2,12.16). La palabra griega que emplea para “aposento” es katályma. Designa la habitación espaciosa de las casas, que podía servir de salón o cuarto de huéspedes. En el Nuevo Testamento se utiliza otras dos veces (Lc 22,11 y Mc 14,14) para indicar la sala donde Jesús celebró la última cena con sus discípulos. Posiblemente, el evangelista quiera señalar con sus palabras que el lugar no permitía preservar la intimidad del acontecimiento. Justino (Diálogo con Trifón 78) afirma que nació en una cueva y Orígenes (Contra Celso 1,51) y los evangelios apócrifos refieren lo mismo (Protoevangelio de Santiago 20; Evangelio árabe de la infancia 2; Pseudo-Mateo 13).

La tradición de la Iglesia ha trasmitido desde muy pronto el carácter sobrenatural del nacimiento de Jesús. San Ignacio de Antioquia, hacía el año 100, lo afirma al decir que “al príncipe de este mundo se le ocultó la virginidad de María, y su parto, así como también la muerte del Señor. Tres misterios portentosos obrados en el silencio de Dios” (Ad Ephesios 19,1). A finales del siglo II, San Ireneo señala que el parto fue sin dolor (Demonstratio Evangelica 54) y Clemente de Alejandría, en dependencia ya de los apócrifos, afirma que el nacimiento de Jesús fue virginal (Stromata 7,16). En un texto del siglo IV atribuido a San Gregorio Taumaturgo se dice claramente: “al nacer (Cristo) conservó el seno y la virginidad inmaculados, para que la inaudita naturaleza de este parto fuese para nosotros el signo de un gran misterio” (Pitra, “Analecta Sacra”, IV, 391). Los evangelios apócrifos más antiguos, a pesar de su carácter extravagante, preservan tradiciones populares que coinciden con los testimonios arriba señalados. La Odas de Salomón (Oda 19), la Ascensión de Isaías (cap. 14), el Protoevangelio de Santiago (cap. 20-21) y el Pseudo-Mateo (cap. 13) refieren cómo el nacimiento de Jesús estuvo revestido de un carácter milagroso.Todos estos testimonios reflejan una tradición de fe que ha sido sancionada por la enseñanza de la Iglesia y que afirma que María fue virgen antes del parto, en el parto y después del parto: “La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María (cf. DS 427) incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre (cf. DS 291; 294; 442; 503; 571; 1880). En efecto, el nacimiento de Cristo ‘lejos de disminuir consagró la integridad virginal’ de su madre (LG 57). La liturgia de la Iglesia celebra a María como la ‘Aeiparthenos’, la ‘siempre-virgen’ (cf. LG 52)” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 499).


Bibliografía:

Catecismo de la Iglesia Católica; J. González Echegaray,Arqueología y evangelios, Verbo Divino, Estella 1994; S. Muñoz Iglesias, Los evangelios de la infancia, BAC, Madrid, 1990; F. Varo, Rabí Jesús de Nazaret, BAC, Madrid 2005.

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Tomado de:
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¿Jesús nació en Belén o en Nazaret?

Vicente Balaguer



San Mateo dice de manera explícita que Jesús nació en «Belén de Judá en tiempos del rey Herodes» (Mt 2,1; cfr 2,5.6.8.16) y lo mismo San Lucas (Lc 2,4.15). El cuarto evangelio lo menciona de una manera indirecta. Se produjo una discusión a propósito de la identidad de Jesús y “unos decían: Éste es verdaderamente el profeta. Otros: Éste es el Cristo. En cambio, otros replicaban: ¿Acaso el Cristo viene de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David y de Belén, la aldea de donde era David?” (Jn 7,40-42). El cuarto evangelista se sirve aquí de una ironía: él y el lector cristiano saben que Jesús es el Mesías y que nació en Belén. Algunos oponentes a Jesús quieren demostrar que no es el Mesías diciendo que, de serlo, hubiera nacido en Belén y en cambio ellos saben (creen saber) que nació en Nazaret. El procedimiento es habitual en el cuarto evangelio (Jn 3,12; 6,42; 9,40-1). Por ejemplo, pregunta la mujer samaritana: “¿O es que eres tú mayor que nuestro padre Jacob?” (Jn 4,12). Los oyentes de Juan saben que Jesús es el Mesías, Hijo de Dios, superior a Jacob, de modo que la pregunta de la mujer era en una afirmación de esa superioridad. Por tanto, el evangelista prueba que Jesús es el Mesías incluso con las afirmaciones de sus oponentes.

Éste ha sido el consenso común entre creyentes e investigadores durante más de 1900 años. Sien embargo, en el siglo pasado, algunos investigadores afirmaron que Jesús es tenido en todo el Nuevo Testamento por “el nazareno” (el que es, o el que proviene, de Nazaret) y que la mención de Belén como lugar de nacimiento obedece a una invención de los dos primeros evangelistas que revisten a Jesús con una de las características que en aquel momento se atribuían al futuro mesías: ser descendiente de David y nacer en Belén. Lo cierto es que una argumentación como ésta no prueba nada. En el siglo I, se decían bastantes cosas del futuro mesías que no se cumplen en Jesús y, por lo que sabemos —a pesar de lo que pueda parecer (Mt 2,5; Jn 7,42)—, no parece que la del nacimiento en Belén fuera una de las que se invocaran más a menudo como prueba. Hay que pensar más bien en la dirección contraria: porque Jesús, que era de Nazaret (es decir que estaba criado allí), había nacido en Belén es por lo que los evangelistas descubren en los textos del Antiguo Testamento que se cumple en él esa cualidad mesiánica. Todos los testimonios de la tradición avalan además los datos evangélicos. San Justino, nacido en Palestina hacia el año 100 d.C., menciona unos cincuenta años más tarde que Jesús nació en una cueva cerca de Belén (Diálogo 78). Orígenes también da testimonio de ello (Contra Celso I, 51). Los evangelios apócrifos atestiguan lo mismo (Pseudo-Mateo, 13; Protevangelio de Santiago, 17ss.; Evangelio de la infancia, 2-4).

En resumen, el parecer común a los estudiosos de hoy en día es que no hay argumentos fuertes para ir contra lo que afirman los evangelios y se ha recibido en toda la tradición: Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes.

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Bibliografía: A. Puig, Jesús. Una biografía, Destino, Barcelona 2005; J. González Echegaray,Arqueología y evangelios, Verbo Divino, Estella 1994; S. Muñoz Iglesias, Los evangelios de la infancia, BAC, Madrid, 1990.

Fotografía: Gruta donde nació Jesús, Iglesia de la Natividad, Belén.
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Tomado de: http://www.opusdei.es/art.php?p=15301

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Homilía: 4º Domingo de Adviento (A)




Domingo 4º de adviento (A) Lecturas: Is 7,10-14; S.23; Ro 1,1-7; Mt 1,18-24 

Derramen, nubes, al Justo

P. José R. Martínez Galdeano, S.J.

Pronto va a llegar. Estamos a menos de una semana. Ya oímos el ruido de sus pisadas. Jesús está a las puertas de cada uno de nuestros corazones. En el verso previsto por la Iglesia para cuando no haya canto de entrada se recuerda aquello de Isaías: “Cielos, destilen el rocío; nubes, derramen al Justo; ábrase la tierra y brote el Salvador”.

Igual que al rey Acaz, igual que a los pastores, igual que a José se nos dice que acojamos al Salvador que nos viene por medio de María.

Lo necesitamos. Sabemos que lo necesitamos, como lo hemos expresado en la oración colecta, “para que lleguemos por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección”.

El rey Acaz no quería "tentar" a Dios como buen creyente que conocía la Escritura: "no tentarás al Señor tu Dios" (Deut 6,16). No quería importunarle, porque Dios estaba bien en su nimbo de nubes y dedicado a sus divinas labores. Pero el profeta no aplaudirá este respeto que se ofrece para no ser molestado por la necesidad de cumplir su voluntad.

Estamos ya a las puertas de la Navidad, y también a nosotros se nos ha anunciado esta Buena noticia prometida desde antiguo por los profetas, como dice San Pablo a los cristianos de Roma (1,2). No sólo para Acaz, ni sólo para Israel, sino para todos y para siempre, el Señor dejará de ser un Dios Altísimo (en cuanto que queda muy lejano) para ser un Dios-con-nosotros, un Dios que ha querido acamparse, plantar su tienda, en nuestro suelo (Jn 1,14), hablar nuestro lenguaje, pasear nuestras andanzas, sufrir nuestros dolores y gozar nuestras alegrías.

Si fuera sólo Dios pero no estuviese con nosotros, sería una divinidad tan lejana que sería opresora o inútil, y por lo tanto su salvación no nos interesaría ni nos serviría para nada. Si estuviera con-nosotros pero no fuese Dios, estaríamos ante alguien "buena persona", pero que no podría acceder a los entresijos de nuestro corazón y de nuestra historia, en donde nuestra felicidad se hace o se deshace. Él es Dios y con-nosotros, es el Enmanuel.

Dios ha venido, viene y renueva su venida para estar con nosotros y de la manera más íntima que podamos imaginar. Allí Él, en lo más secreto de nuestro corazón, nos escucha y se hace cargo de nuestras necesidades. Allí nos perdona, allí cura nuestras heridas, allí nos da su paz, allí nos hace fácil lo difícil, allí nos comunica la fuerza de su amor.

Ojalá que descubramos que jamás molestamos a un Dios que ha querido amarnos hasta la convivencia, hasta la coexistencia, hasta ser “estar con nosotros”. Y ojalá nos conceda tratarnos entre nosotros como somos tratados por Él: que acogiendo y contemplando al Enmanuel, al Dios-con-nosotros, podamos a nuestra vez ser también nosotros hermanos entre hermanos siendo verdaderamente hijos ante Él.

Otra verdad se nos manifiesta en este evangelio: El Dios con nosotros se nos da por María y desde María. La fe en el misterio de la Navidad nos lleva espontáneamente hacia María. En brazos de María lo encontraron los pastores, de María lo recibió José. No dudemos en acudir a María, como a Madre, en estas días.

La palabra de Dios nos manifiesta cómo José no era el padre natural de aquel niño. Dios Padre realizó solo en el seno de María y con la colaboración voluntaria de María lo necesario para que en María fuera engendrado el cuerpo humano de su Hijo. Si Jesús es Dios, María, que es realmente su madre, es Madre de Dios. Esto es lo que tenemos que tener muy claro todos los católicos y saber explicarlo a los hermanos separados, que a veces con mucha agresividad critican nuestra devoción a María. Pidamos al Señor saber exponer con claridad el por qué los católicos veneramos a María: Es Madre de Jesús, que es el Hijo de Dios hecho hombre en su seno. Pidamos para que no se cieguen por pasión a una verdad tan claramente manifestada en los evangelios. Porque al mismo tiempo es una verdad muy consoladora; porque ella intercede por nosotros con el inmenso poder que su Hijo le ha otorgado.

En brazos de María, que también simboliza a la Santa Madre Iglesia, el Señor viene para ser Dios-con-nosotros. Fueron María y José los primeros en gozar de esa gracia y luego los pastores, los magos, los ancianos Ana y Simeón. ¿Por qué? Porque fueron humildes y tuvieron fe.

Estimulemos nuestra fe durante estas celebraciones y Dios será con nosotros. Acojamos la paz de Dios en nuestros corazones y entonces les garantizo la alegría del Señor. Si el corazón se limpia de toda animosidad contra el prójimo y perdona de todo corazón y se alegra de la felicidad de los demás, se hará en nosotros la paz.

Que la próxima Navidad les encuentre muy abiertos a Dios, plenamente convencidos de que si Él ha venido al mundo es porque los ama, con deseo de transmitir a sus hermanos lo que Dios les ha comunicado.


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P. José Ramón Martínez Galdeano, jesuita
Director fundador del blog