Cristo moreno, Cristo de Pachacamilla
En Perú, octubre mes dedicado al Señor de los Milagros
Fiesta 28 de octubre
Historia
A mediados del siglo XVII, la ciudad de Lima contaba con una población de 35 mil habitantes, cantidad que se iba incrementando con la llegada de miles de variopintos personajes atraídos por las noticias de prosperidad y riqueza.
Debido a los traficantes de esclavos, una parte importante de estos inmigrantes venían de la costa atlántica de África occidental, que se clasificaban por castas: Congos, Mandingas, Caravelíes, Mondongos, Mozambiques, Terranovos, Minnas y Angolas. Aproximadamente 10,000 de los habitantes de Lima eran negros, la mayoría esclavos, y según Frederick Bowser eran marcados en los brazos, hombro, espalda o en el rostro, según José A.del Busto la marca con la carimba a las mujeres se les hacía en los hombros.
Los Angolas
Los angolas que fueron llevados a la zona de Pachacamilla en 1650, al estar instalados se organizaron de tal forma que construyeron sus toscas cabañas o callejones divididos en habitaciones, también estaban reunidos en cofradías que rendían culto a distintas imágenes o santos. Ya para esto fueron previamente adoctrinados por sus respectivos patrones. Estos actos litúrgicos les recordaba su libertad y cantaban con nostalgia en su lengua nativa, es decir el bantù o el kimbundo, cantaban canciones antiguas de sus tierras natales ya que provenían del África Occidental. También se ocupaban de sus enfermos y se preocupaban de que todos tuvieran un entierro decente, mediante pequeñas cuotas de cofrades. De acuerdo a Jean Pierre Tardieu los esclavos angolas eran el grupo más numeroso entre los esclavos negros, sin embargo no eran muy valorados, es decir estaban entre los esclavos más baratos, pues por lo general se les consideraba pusilánimes, enfermizos y poco propensos a la cristianización. En esto último no está de acuerdo el historiador Armando Nieto quien considera que más bien eran los de más fácil cristianización. Según Jean Pierre Tardieu los jesuitas publicaron en 1629 la traducción al castellano del libro Oraciones publicado en Portugal con oraciones en lengua angola del jesuita lusitano Mateo Cardoso S.J, y el padre General de los jesuitas en Roma Mucio Vitelecchi S.J. planteó que el dominio de la lengua angola podía servirles a los jesuitas en Perú como cuarto voto como sacerdotes.Un vocabulario de lengua angola fue confeccionado por el padre López de Castilla, S.J, sin embargo los sacerdotes jesuitas doctrinaban a los angolas y otras etnias mediante la llamada "media lengua",una mezcla de varios idiomas africanos usados por los esclavos negros en Perú.Sobresalieron en la doctrina de negros, los jesuitas Gabriel Perlìn y Francisco del Castillo, este último según Tardieu elaboró un devocionario en lengua angola.
Las cofradías de negros
Los negros en el Perú, tanto esclavos como libertos encontraron en la institución de las cofradías una válvula de escape para su condición de opresión. Desde el siglo XVI se instituyen cofradías de negros con aprobación eclesial. Eran agrupaciones de unos cien miembros en promedio que estaban a cargo de un retablo o capilla en las iglesias de Lima, dirigidas por un Mayordomo o Caporal, tenían una junta directiva llamada "los venticuatro" por el número de personas que lo conformaban. Entre las destacadas están la de la Virgen de la Antigua de la Catedral, la de la Virgen del Rosario de Santo Domingo y de San Antón en San Marcelo. Los locales de la cofradía servían para los bautizos, reuniones y velorios. En ciertos casos daban préstamos para que sus miembros manumitiesen, es decir se hicieran libertos.Anthony de la Cruz en su tesis "Cofradías negras de Lima"(1984) postula que la del Santo Cristo no alcanzó a conformarse formalmente como cofradía, se trataría entonces de una pre-cofradía. Las cofradías de negros participaban todos los años en la Procesión de Corpus Christi que era la más importante de Lima.
La Cofradía de Pachacamilla
Cerca al año 1651, cuando reinaba el papado de Inocencio X, en el Perú, el virrey García Sarmiento de Sotomayor y como arzobispo de Lima, Pedro de Villagómez. Los negros angolas se agremiaron y levantaron el local de su cofradía en la zona de Pachacamilla, en las afueras de Lima. En la sede de la cofradía, o pre-cofradía como postula Antonhy de la Cruz, en una de sus paredes de adobes del galpón, un negro esclavo angoleño, bajo inspiración divina, plasmó la imagen de Cristo crucificado. La imagen fue pintada al temple en una pared tosca, cerca de una acequia de regadío, de un acabado imperfecto, además hay que resaltar que el anónimo pintor no tuvo estudios completos de pintura, y que ejecutó la obra por su propia fe e inquebrantable devoción a Cristo.
El Terremoto de 1655
El 13 de noviembre de 1655 a las 14:45 horas, tuvo lugar un terrible terremoto que estremeció Lima y Callao, derrumbándose templos, mansiones y las viviendas más frágiles, ocasionando miles de víctimas mortales y danmificados. El temblor afectó también la zona de Pachacamilla y las viviendas igualmente se derrumbaron. Todas las paredes del local de la cofradía se derrumbaron, produciéndose entonces el milagro: el débil muro de adobe en donde se erguía la imagen de Cristo quedó intacto, sin ningún tipo de resquebrajamiento.
El Milagro a Don Antonio de León
Aproximadamente en 1670, Don Antonio de León (Raúl Banchero le llama Andrés de León, mientras Ruben Vargas Ugarte, Antonio de León), un vecino prominente de la Parroquia de San Sebastián que padecía de terribles dolores debido a un tumor maligno en el cerebro, fue comunicado por una esclava del Cristo moreno y sus milagros, este al no encontrar solución en médicos y curanderos, acudió a la imagen, quien lo alivio de sus males.
Reprobación de las Autoridades
Las reuniones para venerar la imagen era los viernes por la noche, alumbrados por las llamas de cera; llevaban flores, perfumando el ambiente con el sahumerio, entonando plegarias acompañándose de arpa, cajas y vihuelas. Con el tiempo, se fue incrementando la peregrinación. Muchas veces se produjeron hechos de índole distinta a las prácticas religiosas. Viendo con malos ojos todos estos hechos el Párroco de San Sebastián, José Laureano de Mena, hace de conocimiento al entonces Virrey Conde de Lemos, Don Pedro Antonio Fernández de Castro que intervenga como autoridad, para que prohibiese las reuniones y que diera la orden irrevocable de borrar al Cristo, ya que, según su criterio, estaba fuera de los cultos religiosos.
El Virrey traslado la solicitud a la máxima autoridad eclsiástica que era en ese momento el Provisor y Vicario General Esteban de Ibarra, por haber fallecido el Arzobispo Pedro de Villagomez. Este envió el 4 de septiembre al sitio al promotor Fiscal del Arzobispado José Lara y Galván, Laureano de Mena y el Notario Juan de Uría, quienes verificaron la existencia de la imagen del Cristo Crucificado, una concurrencia de unas docientas personas que entonaron el salmo miserere "Tibi soli peccavi" y la presencia del sacristán de la Parroquia de San Marcelo José de Robledillo, a quien José Lara le llamó la atención de autorizar con su presencia tal tipo de reuniones, se armó un tumulto en que los congregados en el lugar rodearon a los representantes eclesiásticos que se vieron obligados a abandonar el lugar.
Esteban Ibarra dictaminó que se prohibiesen tales reuniones y que se borrase la imagen, por lo cual entre el 6 y el 13 de septiembre de 1671, y se constituyó al lugar un comité especial dispuesto por el Promotor Fiscal del Arzobispado José Lara y Galán, un notario, posiblemente el mismo Juan de Uría, un indio pintor de brocha gorda y el capitán de la guardia del Virrey, Pedro Balcazar, escoltado por dos escuadras de soldados para el caso que se produjesen desmanes por la cantidad de curiosos y vecinos que rodeaban el lugar.
El primero en intentarlo fue el pintor indio que al momento de subir por la escalera hacia la imagen comenzó a sentir temblores y escalofríos, teniendo que ser atendido, intentó de nuevo proseguir con su tarea, pero al subir otra vez, fue tal su impresión que bajó raudamente y se alejó asustado del lugar sin concretar el encargo. El segundo hombre, se acercó a la imagen, pero algo vio en ella que le hizo desistir de raspar la imagen. El tercero, fue un soldado real de ánimo más templado, éste subió, pero bajó rápidamente explicando luego que cuando estuvo frente a la imagen, vio que ésta se ponía más bella y que la corona de espinas se tornaba verde.
Ante la insistencia de las autoridades por borrar la imagen, la gente manifestó su disgusto y comenzó a proferir grandes voces. En vista de lo cual el Virrey y el Vicario Ibarra decidieron revocar la orden y el Vicario Ibarra autorizó su culto. Luego de una visita del Virrey y su esposa, dispusieron se levante una ermita provisional. El 14 de septiembre de 1671 se celebraría la primera misa oficial en la ermita.
La primera misa ante las altas autoridades eclesiásticas y civiles
El 14 de septiembre de 1671 se ofició la primera misa ante las altas autoridades eclesiásticas y civiles, en la recientemente inaugurada ermita que se erigió por orden del virrey Pedro Antonio Fernández de Castro, Conde de Lemos, fecha que coincide con el día de La Exaltación de la Cruz, comenzándose a difundir el culto y a llegar de diferentes lugares numerosos fieles, comenzándolo a llamar al crucificado Santo Cristo de los Milagros, o de Las Maravillas. Un detalle muy resaltante fue la gestión del Párroco de San Sebastián y de Doña Margarita Tebes Manrique de Lara para el traslado del Mural a dicha parroquia, pero no esperaron la negativa de las autoridades y de los fieles. Días después de tan memorable ceremonia se nombra como Primer Mayordomo de la entonces "Ermita del Santo Cristo de los Milagros" a Don Juan de Quevedo y Zárate, siendo dicho nombramiento ratificado por el virrey, la efigie quedó amparada ante las leyes eclesiásticas y civiles.Además el Virrey Conde de Lemos contrató a los alarifes Manuel de Escobar y fray Diego Maroto quienes le colocaron cimiento al muro, lo reforzaron muy eficazmente y lo elevaron a mayor altura para que pueda colocarse debajo un altar, se construyó la llamada Capilla del Santo Cristo de la Pared.
Don Sebastián de Antuñano
Nacido en Vizcaya en 1653, fue el cuarto mayordomo y el máximo benefactor, por un voto hecho en España, llegado a Lima se dirigió en 1684 a la ermita del Señor de los Milagros, y mientras contemplaba la sagrada efigie repentinamente sintió que el Señor le iluminaba su frente y una voz interior que le susurraba con claridad: "Sebastián, ven a hacerme compañía y a cuidar del esplendor de mi culto". Puesto de rodillas le ofreció servicio incondicional hasta el final de sus días. Después del pavoroso terremoto de 1687, Antuñano tuvo la idea de sacar en procesión una copia fiel del Cristo de los Milagros. Siete años más tarde, Antuñano sintió cercano el fin de sus días, y habiendo hecho testamento el 17 de diciembre de 1716, con todos los auxilios de la Iglesia, falleció en la noche del 20 al 21 de diciembre del mismo año. Tenía sesenta y cuatro años de edad y ejerció el cargo de mayordomo del Cristo de los Milagros por treinta y tres años. Sus restos reposan en el Templo de Las Nazarenas.
El terremoto y la primera procesión
El 20 de octubre de 1687, a las 4:45 am, un violento terremoto de más de 15 minutos arrasó Lima junto al Callao, teniendo una réplica a las 6:30 am, derribando la ermita edificada en honor al Cristo, ante la sorpresa general la pared de la imagen del crucificado quedó en pie, por lo que se ordenó la confección de una copia al óleo y que por primera vez saliera en andas por las calles de Pachacamilla por idea de Sebastián de Antuñano, ese mismo día, una vez elaborado el trasunto o copia, se realizó la primera procesión.
El Patrón Jurado por la ciudad de Lima
Cabe reseñar que el Cabildo de Lima dada su protección constante contra los diversos temblores y terremotos, y al haber quedado inalterado por estos movimientos, y previa gestión de Sebastián de Antuñano, Sor Josefa de la Providencia y del Padre Alonso Messía S.J., se declaró el 21 de septiembre de 1715 al Cristo de los Milagros como "Patrono Jurado por la Ciudad de los Reyes contra los temblores que azotan la tierra", y desde aquel momento quedó oficializado su culto entre los vecinos de Lima, quienes lo tenían ya como su devoción predilecta. A partir de ese momento fue llamado como se le conoce actualmente El Señor de los Milagros de Nazarenas. En 1937, el alcalde de Lima Luis Gallo Porras, hizo entrega del Escudo de la ciudad, el cual fue colocado en el vértice superior de las andas del Señor.
El 18 de octubre de cada año, la Municipalidad Metropolitana de Lima le rinde un solemne homenaje en la Plaza de Armas de la capital, en nombre de toda la ciudad.
Sor Antonia Lucía del Espíritu Santo
Nacida en Guayaquil en 1646, la Madre Antonia Lucía del Espíritu Santo, quien había fundado en El Callao un Beaterio, al que denominó Colegio de Nazarenas, el mismo que fracasó ante las excesivas exigencias de sus donantes. Luego se traslada a Lima a la zona de Pachacamilla que le dejó como herencia Antuñano donde incluía la bendita efigie del Señor, para ser más precisos donde actualmente se levanta el Santuario. Y funda el Beaterio y posteriormente Monasterio, de las Nazarenas, quedando adscrito al Santo Cristo prometiendo su guarda y custodia para siempre; sin embargo, la institución necesitaba de la autorización real para funcionar. Al morir la Madre Antonia, el Beaterio designa como superiora a Sor Josefa de la Providencia quien, tras 18 años de lucha, consiguió que en 1720 el rey de España, Felipe V, y el Papa Benedicto XIII, en 1727, otorgaran la licencia y aprobación para la fundación del Monasterio de las Nazarenas y su transformación en el monasterio de clausura agregado a la Orden de las Carmelitas Descalzas, quedando oficialmente inaugurado el Monasterio el 11 de marzo de 1730.
El terremoto y maremoto de 1746
El 28 de octubre de 1746 el día en que se registró el peor terremoto ocurrido en Lima, Callao fue destruido por un maremoto, siendo virrey del Perú el Conde de Superunda, Don José Manso de Velasco fue así como también, cada año, en este día, sale el Señor de los Milagros en Procesión y se hace su día festivo central.
El Templo de las Nazarenas
Por decisión y apoyo incondicional del entonces virrey Manuel Amat y Juniet, aportar anualmente desde el año de 1764 hasta 1776, 150 pesos de la época como limosna para la construcción del nuevo Templo de Nazarenas, llegando a duplicar en la cuaresma de 1775 la limosna. También colaboró en todos los estudios técnicos de los planos de la obra, la inspección de la construcción y todos los permisos necesarios para que finalmente fuera inaugurada el 21 de enero de 1771 ante el júbilo de las Madres Nazarenas como el pueblo de Lima. Cabe resaltar que la idea originalmente fue de Micaela Villegas "La Perricholi", quien era devota del Señor de los Milagros, y un buen día visitó la ermita y al verla en lamentable estado, decidió levantarle un Templo digno para su culto, e hizo las coordinaciones con su pareja sentimental el Virrey Amat y se ejecutó la obra, con recursos propios, y del pueblo limeño.
Nuevas obras en el Santuario y Monasterio de Nazarenas
Estos nuevos proyectos que hoy en día ven la luz de la realidad, comenzaron el 13 de septiembre de 1966, con la llegada de cuatro religiosas provenientes de Vitoria, España, hoy en día dos quedan, Sor María Soledad de Nuestra Señora y Sor María Rosa del Pilar, actualmente Priora y Vicaria del Monasterio. Ya que Sor Carmen de la Eucaristía y Juana María de la Cruz retornaron años después a España. Llegado a los pocos días el mes de Octubre, el día 17, un pavoroso terremoto destruyó lo poco que estuvo en pie luego de la reconstrucción de 1955 del terremoto del 24 de mayo de 1940. Luego de decisiones y acciones tomadas, se pudo iniciar la reparación total del monasterio quedando totalmente terminado y bendecido el 9 de octubre de 1968 por el entonces cardenal Juan Landázuri Ricketts. También se inauguró el Edificio Astoria.
En 1980 se inauguró el enrejado del Santuario de Nazarenas de estilo rococó ya que va de acuerdo a la época de construcción del Santuario. En 1987 se empezó a construir la Capilla de la Reconciliación que fue concluida en 1989. En 1992 ganó el Hexágono de Oro en la VIII Bienal de Arquitectura convocada por el Colegio de Arquitectos del Perú. También en 1993 ganó la Bienal de Arquitectura de Quito.
Entre abril de 1991 hasta julio de 1993 se realizaron las restauraciones de los cuadros procesionales del Señor de los Milagros y de Nuestra Señora de la Nube, así como también del Muro Original.
Entre 1994 hasta 1999, se efectuó la restauración del Santuario de Nazarenas siendo inaugurada la obra el 14 de septiembre de 1999. El 14 de noviembre de 2001 se inauguró el sistema de iluminación del Santuario de Nazarenas con presencia de los Reyes de España, El Presidente José María Aznar, Autoridades Eclesiásticas y Civiles de Lima. Desde el año 2002 se ha empezado a restarurar los ambientes del Monasterio.
Las Sagradas Andas
Las andas son la estructura que permite transportar la imagen venerada en procesión. Cargadas en hombros, pueden ser interpretadas como símbolo de realeza, en tanto permiten evocar las literas de los reyes. Las andas hacen posible llevar en alto, elevar sobre el pueblo la imagen, consintiendo una relación más directa con el objeto de su piedad. Quienes recorren la procesión no van a "ver" los pasos sino que van a "acompañar al Señor".
Las andas del Señor de los Milagros están formadas, en primer lugar; por una especie de mesa de madera de caoba y refuerzos metálicos sobre la que se alza la imagen; la mesa atravesada longitudinalmente por cuatro largos travesaños de madera que sirven para el transporte. Los travesaños, de 3,46 m de longitud, están recubiertos en la parte superior por planchas de plata y en la inferior ligeramente acolchadas. Las terminales de las patas son de bronce.
Sobre la mesa se levanta un pequeño podio de madera recubierto con láminas de plata tallada, que sirve de base a la imagen. En cada una de las cuatro esquinas del anda, un ángel de plata maciza de 1 m de alto y 50 kg de peso, con alas desplegadas, sostiene entre las manos una azucena de plata, donde se colocan los conos de flores.
Tanto en la parte frontal del anda, como posterior se ubican las jardineras también de plata, para los arreglos florales que se reciben en el recorrido y donde también se encuentran los candelabros de plata para las velas, cinco al frente de cada imagen, encendidas durante todo el recorrido procesional. El lienzo del Señor de los Milagros se ubica sobre el eje transversal del anda. El lienzo, en cuya parte posterior se ubica el de Nuestra Señora de la Nube, está encuadrado por un doble marco de columnas salomónicas que rematan en capiteles a modo de querubines, sobre los que se apoya un arco ornamentado con especies de volutas y rostros de ángeles. El arranque del arco coincide con los brazos de la Cruz. Columnas, arco y ornamentaciones son de plata pura y están rodeadas por rayos de plata bañada en oro de 21 kilates que rematan en 33 puntas. En la parte más alta, sobre los rayos, aparece el escudo de la Ciudad de los Reyes de Lima. Las Andas del Señor de los Milagros miden en total 4,40 m de alto, 1,64 de lado, y pesaban originalmente cerca de 1990kg, de los cuales 450 kg de plata pura, con los accesorios pesa cerca de 2500 kg.
El hábito morado
Tanto ha crecido este culto con el curso de los años, que en el mes de octubre en el Perú y en Lima en particular, los devotos se visten todo el mes con hábitos morados y una soga blanca a la cintura las damas y corbata morada, al cuello los caballeros. El origen de este color según cuentan las crónicas, se encuentra en la historia de la Madre Antonia Lucía del Espíritu Santo, llegada a Lima desde Guayaquil, una mujer de mucha fe, quien viuda de un matrimonio obligado, fundó un beaterio de nazarenas cuyo hábito era de color morado propio de la túnica nazarena. Lamentablemente se le quitó la dirección y fundó otro beaterio llamado el Beaterio de Monserrate conocido como El Instituto Nazareno, el cual sólo funcionó 17 años por falta de permisos.
Se le terminó dando un espacio al lado de la capilla del Señor de los Milagros donde sus beatas cuidaban la efigie. Esta característica está muy interiorizada en la cultura peruana, tanto así que a Octubre, se le denomina el "mes morado" y junto con las multitudinarias procesiones es común observar a devotos que usan el hábito todo el mes.
La Virgen de la Nube
El lienzo de Nuestra Señora de la Nube fue colocado en el reverso de las sagradas andas del Señor de los Milagros de Nazarenas el 20 de Octubre de 1747, advocación ecuatoriana, es fiel homenaje a la cuna de la fundadora del Monasterio de Las Nazarenas. Según Pedro Gjurinovich fue pintada encima de la imagen de la Virgen de la Merced, como se comprobó cuando se hizo la restauración del lienzo en el Museo de Osma.
La advocación de la Virgen de la Nube también se le conoce como la Candelaria, del Aviso o de las Lágrimas. La imagen de la Virgen María, se presenta como una Reina, en su mano derecha sujeta su cetro; la azucena representa su coraza y el olivo su fruto, símbolo de su vinculación con Israel. En su brazo izquierdo carga al Niño Jesús. Es probable que su devoción la haya introducido la misma fundadora, Madre Antonia.
En 1696, en Quito, estaba enfermo y desahuciado el Obispo Don Sancho de Andrade y Figueroa. En el pueblo de Guálupo, de gran devoción a la Virgen María, se decidió organizar una Novena por su salud; una procesión del Rosario salió camino a la catedral el 30 de diciembre y de repente una imagen de María apareció, formada por las nubes. Cerca de 500 personas fueron testigos del maravilloso hecho, mientras el obispo se curaba repentinamente.
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Referencias Bibliográficas
Vásquez de Novoa, Pedro: Compendio Histórico de la Prodigiosa Imagen del Santo Cristo de los Milagros, Manuscrito de fecha 19 de junio de 1766. Imprenta de Don José María Concha, 1866.
Colmenares Fernández de Córdova, Felipe: El Día Deseado, Imprenta de la Calle San Jacinto, Lima 1771.
Vargas Ugarte, Rubén: Historia del Santo Cristo de los Milagros, Imprenta Sanmartí, 3ra.Edición Lima 1966.
Banchero Castellano, Raúl: Lima y el Mural de Pachacamilla, Editorial Jurídica: Lima, 1972.
Banchero Castellano, Raúl: La Verdadera Historia del Señor de los Milagros, Inti-Sol Editores, Lima, 1976.
Bowser, Frederick: El esclavo africano en el Perú Colonial,México,1977.
Rubén Vargas Ugarte: Historia del Santo Cristo de los Milagros,4ta.Edición, Lima 1984.
De la Cruz, Antonhy:Cofradías Negras en el Perú Colonial ,Tesis de Bachiller en Historia, PUCP.LIma,1984
María Rostworowski: Pachacamac y el Señor de los Milagros,IEP,1992.
Banchero Castellano, Raúl: Historia del Mural de Pachacamilla,Consejo Directivo del Monasterio de las Nazarenas Carmelitas Descalzas, Lima,1995.
Klaiber, Jeffrey Lockwood: El Señor de los Milagros: devoción y liberación, Centro de Estudios y Publicaciones-CEP Editores, Lima, 1998.
José Antonio del Busto: "Breve historia del negro del Perú",Congreso de la República,2001.
Francesco Pini Compilador: El Rostro de un Pueblo, Estudios sobre el Señor de los Milagros, Fondo Editorial Universidad Católica Sedes Sapientae, Lima, 2005.
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Tomado de:
http://es.wikipedia.org/wiki/Se%C3%B1or_de_los_Milagros_%28Lima%29
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En Perú, octubre mes dedicado al Señor de los Milagros
Fiesta 28 de octubre
Historia
A mediados del siglo XVII, la ciudad de Lima contaba con una población de 35 mil habitantes, cantidad que se iba incrementando con la llegada de miles de variopintos personajes atraídos por las noticias de prosperidad y riqueza.
Debido a los traficantes de esclavos, una parte importante de estos inmigrantes venían de la costa atlántica de África occidental, que se clasificaban por castas: Congos, Mandingas, Caravelíes, Mondongos, Mozambiques, Terranovos, Minnas y Angolas. Aproximadamente 10,000 de los habitantes de Lima eran negros, la mayoría esclavos, y según Frederick Bowser eran marcados en los brazos, hombro, espalda o en el rostro, según José A.del Busto la marca con la carimba a las mujeres se les hacía en los hombros.
Los Angolas
Los angolas que fueron llevados a la zona de Pachacamilla en 1650, al estar instalados se organizaron de tal forma que construyeron sus toscas cabañas o callejones divididos en habitaciones, también estaban reunidos en cofradías que rendían culto a distintas imágenes o santos. Ya para esto fueron previamente adoctrinados por sus respectivos patrones. Estos actos litúrgicos les recordaba su libertad y cantaban con nostalgia en su lengua nativa, es decir el bantù o el kimbundo, cantaban canciones antiguas de sus tierras natales ya que provenían del África Occidental. También se ocupaban de sus enfermos y se preocupaban de que todos tuvieran un entierro decente, mediante pequeñas cuotas de cofrades. De acuerdo a Jean Pierre Tardieu los esclavos angolas eran el grupo más numeroso entre los esclavos negros, sin embargo no eran muy valorados, es decir estaban entre los esclavos más baratos, pues por lo general se les consideraba pusilánimes, enfermizos y poco propensos a la cristianización. En esto último no está de acuerdo el historiador Armando Nieto quien considera que más bien eran los de más fácil cristianización. Según Jean Pierre Tardieu los jesuitas publicaron en 1629 la traducción al castellano del libro Oraciones publicado en Portugal con oraciones en lengua angola del jesuita lusitano Mateo Cardoso S.J, y el padre General de los jesuitas en Roma Mucio Vitelecchi S.J. planteó que el dominio de la lengua angola podía servirles a los jesuitas en Perú como cuarto voto como sacerdotes.Un vocabulario de lengua angola fue confeccionado por el padre López de Castilla, S.J, sin embargo los sacerdotes jesuitas doctrinaban a los angolas y otras etnias mediante la llamada "media lengua",una mezcla de varios idiomas africanos usados por los esclavos negros en Perú.Sobresalieron en la doctrina de negros, los jesuitas Gabriel Perlìn y Francisco del Castillo, este último según Tardieu elaboró un devocionario en lengua angola.
Las cofradías de negros
Los negros en el Perú, tanto esclavos como libertos encontraron en la institución de las cofradías una válvula de escape para su condición de opresión. Desde el siglo XVI se instituyen cofradías de negros con aprobación eclesial. Eran agrupaciones de unos cien miembros en promedio que estaban a cargo de un retablo o capilla en las iglesias de Lima, dirigidas por un Mayordomo o Caporal, tenían una junta directiva llamada "los venticuatro" por el número de personas que lo conformaban. Entre las destacadas están la de la Virgen de la Antigua de la Catedral, la de la Virgen del Rosario de Santo Domingo y de San Antón en San Marcelo. Los locales de la cofradía servían para los bautizos, reuniones y velorios. En ciertos casos daban préstamos para que sus miembros manumitiesen, es decir se hicieran libertos.Anthony de la Cruz en su tesis "Cofradías negras de Lima"(1984) postula que la del Santo Cristo no alcanzó a conformarse formalmente como cofradía, se trataría entonces de una pre-cofradía. Las cofradías de negros participaban todos los años en la Procesión de Corpus Christi que era la más importante de Lima.
La Cofradía de Pachacamilla
Cerca al año 1651, cuando reinaba el papado de Inocencio X, en el Perú, el virrey García Sarmiento de Sotomayor y como arzobispo de Lima, Pedro de Villagómez. Los negros angolas se agremiaron y levantaron el local de su cofradía en la zona de Pachacamilla, en las afueras de Lima. En la sede de la cofradía, o pre-cofradía como postula Antonhy de la Cruz, en una de sus paredes de adobes del galpón, un negro esclavo angoleño, bajo inspiración divina, plasmó la imagen de Cristo crucificado. La imagen fue pintada al temple en una pared tosca, cerca de una acequia de regadío, de un acabado imperfecto, además hay que resaltar que el anónimo pintor no tuvo estudios completos de pintura, y que ejecutó la obra por su propia fe e inquebrantable devoción a Cristo.
El Terremoto de 1655
El 13 de noviembre de 1655 a las 14:45 horas, tuvo lugar un terrible terremoto que estremeció Lima y Callao, derrumbándose templos, mansiones y las viviendas más frágiles, ocasionando miles de víctimas mortales y danmificados. El temblor afectó también la zona de Pachacamilla y las viviendas igualmente se derrumbaron. Todas las paredes del local de la cofradía se derrumbaron, produciéndose entonces el milagro: el débil muro de adobe en donde se erguía la imagen de Cristo quedó intacto, sin ningún tipo de resquebrajamiento.
El Milagro a Don Antonio de León
Aproximadamente en 1670, Don Antonio de León (Raúl Banchero le llama Andrés de León, mientras Ruben Vargas Ugarte, Antonio de León), un vecino prominente de la Parroquia de San Sebastián que padecía de terribles dolores debido a un tumor maligno en el cerebro, fue comunicado por una esclava del Cristo moreno y sus milagros, este al no encontrar solución en médicos y curanderos, acudió a la imagen, quien lo alivio de sus males.
Reprobación de las Autoridades
Las reuniones para venerar la imagen era los viernes por la noche, alumbrados por las llamas de cera; llevaban flores, perfumando el ambiente con el sahumerio, entonando plegarias acompañándose de arpa, cajas y vihuelas. Con el tiempo, se fue incrementando la peregrinación. Muchas veces se produjeron hechos de índole distinta a las prácticas religiosas. Viendo con malos ojos todos estos hechos el Párroco de San Sebastián, José Laureano de Mena, hace de conocimiento al entonces Virrey Conde de Lemos, Don Pedro Antonio Fernández de Castro que intervenga como autoridad, para que prohibiese las reuniones y que diera la orden irrevocable de borrar al Cristo, ya que, según su criterio, estaba fuera de los cultos religiosos.
El Virrey traslado la solicitud a la máxima autoridad eclsiástica que era en ese momento el Provisor y Vicario General Esteban de Ibarra, por haber fallecido el Arzobispo Pedro de Villagomez. Este envió el 4 de septiembre al sitio al promotor Fiscal del Arzobispado José Lara y Galván, Laureano de Mena y el Notario Juan de Uría, quienes verificaron la existencia de la imagen del Cristo Crucificado, una concurrencia de unas docientas personas que entonaron el salmo miserere "Tibi soli peccavi" y la presencia del sacristán de la Parroquia de San Marcelo José de Robledillo, a quien José Lara le llamó la atención de autorizar con su presencia tal tipo de reuniones, se armó un tumulto en que los congregados en el lugar rodearon a los representantes eclesiásticos que se vieron obligados a abandonar el lugar.
Esteban Ibarra dictaminó que se prohibiesen tales reuniones y que se borrase la imagen, por lo cual entre el 6 y el 13 de septiembre de 1671, y se constituyó al lugar un comité especial dispuesto por el Promotor Fiscal del Arzobispado José Lara y Galán, un notario, posiblemente el mismo Juan de Uría, un indio pintor de brocha gorda y el capitán de la guardia del Virrey, Pedro Balcazar, escoltado por dos escuadras de soldados para el caso que se produjesen desmanes por la cantidad de curiosos y vecinos que rodeaban el lugar.
El primero en intentarlo fue el pintor indio que al momento de subir por la escalera hacia la imagen comenzó a sentir temblores y escalofríos, teniendo que ser atendido, intentó de nuevo proseguir con su tarea, pero al subir otra vez, fue tal su impresión que bajó raudamente y se alejó asustado del lugar sin concretar el encargo. El segundo hombre, se acercó a la imagen, pero algo vio en ella que le hizo desistir de raspar la imagen. El tercero, fue un soldado real de ánimo más templado, éste subió, pero bajó rápidamente explicando luego que cuando estuvo frente a la imagen, vio que ésta se ponía más bella y que la corona de espinas se tornaba verde.
Ante la insistencia de las autoridades por borrar la imagen, la gente manifestó su disgusto y comenzó a proferir grandes voces. En vista de lo cual el Virrey y el Vicario Ibarra decidieron revocar la orden y el Vicario Ibarra autorizó su culto. Luego de una visita del Virrey y su esposa, dispusieron se levante una ermita provisional. El 14 de septiembre de 1671 se celebraría la primera misa oficial en la ermita.
La primera misa ante las altas autoridades eclesiásticas y civiles
El 14 de septiembre de 1671 se ofició la primera misa ante las altas autoridades eclesiásticas y civiles, en la recientemente inaugurada ermita que se erigió por orden del virrey Pedro Antonio Fernández de Castro, Conde de Lemos, fecha que coincide con el día de La Exaltación de la Cruz, comenzándose a difundir el culto y a llegar de diferentes lugares numerosos fieles, comenzándolo a llamar al crucificado Santo Cristo de los Milagros, o de Las Maravillas. Un detalle muy resaltante fue la gestión del Párroco de San Sebastián y de Doña Margarita Tebes Manrique de Lara para el traslado del Mural a dicha parroquia, pero no esperaron la negativa de las autoridades y de los fieles. Días después de tan memorable ceremonia se nombra como Primer Mayordomo de la entonces "Ermita del Santo Cristo de los Milagros" a Don Juan de Quevedo y Zárate, siendo dicho nombramiento ratificado por el virrey, la efigie quedó amparada ante las leyes eclesiásticas y civiles.Además el Virrey Conde de Lemos contrató a los alarifes Manuel de Escobar y fray Diego Maroto quienes le colocaron cimiento al muro, lo reforzaron muy eficazmente y lo elevaron a mayor altura para que pueda colocarse debajo un altar, se construyó la llamada Capilla del Santo Cristo de la Pared.
Don Sebastián de Antuñano
Nacido en Vizcaya en 1653, fue el cuarto mayordomo y el máximo benefactor, por un voto hecho en España, llegado a Lima se dirigió en 1684 a la ermita del Señor de los Milagros, y mientras contemplaba la sagrada efigie repentinamente sintió que el Señor le iluminaba su frente y una voz interior que le susurraba con claridad: "Sebastián, ven a hacerme compañía y a cuidar del esplendor de mi culto". Puesto de rodillas le ofreció servicio incondicional hasta el final de sus días. Después del pavoroso terremoto de 1687, Antuñano tuvo la idea de sacar en procesión una copia fiel del Cristo de los Milagros. Siete años más tarde, Antuñano sintió cercano el fin de sus días, y habiendo hecho testamento el 17 de diciembre de 1716, con todos los auxilios de la Iglesia, falleció en la noche del 20 al 21 de diciembre del mismo año. Tenía sesenta y cuatro años de edad y ejerció el cargo de mayordomo del Cristo de los Milagros por treinta y tres años. Sus restos reposan en el Templo de Las Nazarenas.
El terremoto y la primera procesión
El 20 de octubre de 1687, a las 4:45 am, un violento terremoto de más de 15 minutos arrasó Lima junto al Callao, teniendo una réplica a las 6:30 am, derribando la ermita edificada en honor al Cristo, ante la sorpresa general la pared de la imagen del crucificado quedó en pie, por lo que se ordenó la confección de una copia al óleo y que por primera vez saliera en andas por las calles de Pachacamilla por idea de Sebastián de Antuñano, ese mismo día, una vez elaborado el trasunto o copia, se realizó la primera procesión.
El Patrón Jurado por la ciudad de Lima
Cabe reseñar que el Cabildo de Lima dada su protección constante contra los diversos temblores y terremotos, y al haber quedado inalterado por estos movimientos, y previa gestión de Sebastián de Antuñano, Sor Josefa de la Providencia y del Padre Alonso Messía S.J., se declaró el 21 de septiembre de 1715 al Cristo de los Milagros como "Patrono Jurado por la Ciudad de los Reyes contra los temblores que azotan la tierra", y desde aquel momento quedó oficializado su culto entre los vecinos de Lima, quienes lo tenían ya como su devoción predilecta. A partir de ese momento fue llamado como se le conoce actualmente El Señor de los Milagros de Nazarenas. En 1937, el alcalde de Lima Luis Gallo Porras, hizo entrega del Escudo de la ciudad, el cual fue colocado en el vértice superior de las andas del Señor.
El 18 de octubre de cada año, la Municipalidad Metropolitana de Lima le rinde un solemne homenaje en la Plaza de Armas de la capital, en nombre de toda la ciudad.
Sor Antonia Lucía del Espíritu Santo
Nacida en Guayaquil en 1646, la Madre Antonia Lucía del Espíritu Santo, quien había fundado en El Callao un Beaterio, al que denominó Colegio de Nazarenas, el mismo que fracasó ante las excesivas exigencias de sus donantes. Luego se traslada a Lima a la zona de Pachacamilla que le dejó como herencia Antuñano donde incluía la bendita efigie del Señor, para ser más precisos donde actualmente se levanta el Santuario. Y funda el Beaterio y posteriormente Monasterio, de las Nazarenas, quedando adscrito al Santo Cristo prometiendo su guarda y custodia para siempre; sin embargo, la institución necesitaba de la autorización real para funcionar. Al morir la Madre Antonia, el Beaterio designa como superiora a Sor Josefa de la Providencia quien, tras 18 años de lucha, consiguió que en 1720 el rey de España, Felipe V, y el Papa Benedicto XIII, en 1727, otorgaran la licencia y aprobación para la fundación del Monasterio de las Nazarenas y su transformación en el monasterio de clausura agregado a la Orden de las Carmelitas Descalzas, quedando oficialmente inaugurado el Monasterio el 11 de marzo de 1730.
El terremoto y maremoto de 1746
El 28 de octubre de 1746 el día en que se registró el peor terremoto ocurrido en Lima, Callao fue destruido por un maremoto, siendo virrey del Perú el Conde de Superunda, Don José Manso de Velasco fue así como también, cada año, en este día, sale el Señor de los Milagros en Procesión y se hace su día festivo central.
El Templo de las Nazarenas
Por decisión y apoyo incondicional del entonces virrey Manuel Amat y Juniet, aportar anualmente desde el año de 1764 hasta 1776, 150 pesos de la época como limosna para la construcción del nuevo Templo de Nazarenas, llegando a duplicar en la cuaresma de 1775 la limosna. También colaboró en todos los estudios técnicos de los planos de la obra, la inspección de la construcción y todos los permisos necesarios para que finalmente fuera inaugurada el 21 de enero de 1771 ante el júbilo de las Madres Nazarenas como el pueblo de Lima. Cabe resaltar que la idea originalmente fue de Micaela Villegas "La Perricholi", quien era devota del Señor de los Milagros, y un buen día visitó la ermita y al verla en lamentable estado, decidió levantarle un Templo digno para su culto, e hizo las coordinaciones con su pareja sentimental el Virrey Amat y se ejecutó la obra, con recursos propios, y del pueblo limeño.
Nuevas obras en el Santuario y Monasterio de Nazarenas
Estos nuevos proyectos que hoy en día ven la luz de la realidad, comenzaron el 13 de septiembre de 1966, con la llegada de cuatro religiosas provenientes de Vitoria, España, hoy en día dos quedan, Sor María Soledad de Nuestra Señora y Sor María Rosa del Pilar, actualmente Priora y Vicaria del Monasterio. Ya que Sor Carmen de la Eucaristía y Juana María de la Cruz retornaron años después a España. Llegado a los pocos días el mes de Octubre, el día 17, un pavoroso terremoto destruyó lo poco que estuvo en pie luego de la reconstrucción de 1955 del terremoto del 24 de mayo de 1940. Luego de decisiones y acciones tomadas, se pudo iniciar la reparación total del monasterio quedando totalmente terminado y bendecido el 9 de octubre de 1968 por el entonces cardenal Juan Landázuri Ricketts. También se inauguró el Edificio Astoria.
En 1980 se inauguró el enrejado del Santuario de Nazarenas de estilo rococó ya que va de acuerdo a la época de construcción del Santuario. En 1987 se empezó a construir la Capilla de la Reconciliación que fue concluida en 1989. En 1992 ganó el Hexágono de Oro en la VIII Bienal de Arquitectura convocada por el Colegio de Arquitectos del Perú. También en 1993 ganó la Bienal de Arquitectura de Quito.
Entre abril de 1991 hasta julio de 1993 se realizaron las restauraciones de los cuadros procesionales del Señor de los Milagros y de Nuestra Señora de la Nube, así como también del Muro Original.
Entre 1994 hasta 1999, se efectuó la restauración del Santuario de Nazarenas siendo inaugurada la obra el 14 de septiembre de 1999. El 14 de noviembre de 2001 se inauguró el sistema de iluminación del Santuario de Nazarenas con presencia de los Reyes de España, El Presidente José María Aznar, Autoridades Eclesiásticas y Civiles de Lima. Desde el año 2002 se ha empezado a restarurar los ambientes del Monasterio.
Las Sagradas Andas
Las andas son la estructura que permite transportar la imagen venerada en procesión. Cargadas en hombros, pueden ser interpretadas como símbolo de realeza, en tanto permiten evocar las literas de los reyes. Las andas hacen posible llevar en alto, elevar sobre el pueblo la imagen, consintiendo una relación más directa con el objeto de su piedad. Quienes recorren la procesión no van a "ver" los pasos sino que van a "acompañar al Señor".
Las andas del Señor de los Milagros están formadas, en primer lugar; por una especie de mesa de madera de caoba y refuerzos metálicos sobre la que se alza la imagen; la mesa atravesada longitudinalmente por cuatro largos travesaños de madera que sirven para el transporte. Los travesaños, de 3,46 m de longitud, están recubiertos en la parte superior por planchas de plata y en la inferior ligeramente acolchadas. Las terminales de las patas son de bronce.
Sobre la mesa se levanta un pequeño podio de madera recubierto con láminas de plata tallada, que sirve de base a la imagen. En cada una de las cuatro esquinas del anda, un ángel de plata maciza de 1 m de alto y 50 kg de peso, con alas desplegadas, sostiene entre las manos una azucena de plata, donde se colocan los conos de flores.
Tanto en la parte frontal del anda, como posterior se ubican las jardineras también de plata, para los arreglos florales que se reciben en el recorrido y donde también se encuentran los candelabros de plata para las velas, cinco al frente de cada imagen, encendidas durante todo el recorrido procesional. El lienzo del Señor de los Milagros se ubica sobre el eje transversal del anda. El lienzo, en cuya parte posterior se ubica el de Nuestra Señora de la Nube, está encuadrado por un doble marco de columnas salomónicas que rematan en capiteles a modo de querubines, sobre los que se apoya un arco ornamentado con especies de volutas y rostros de ángeles. El arranque del arco coincide con los brazos de la Cruz. Columnas, arco y ornamentaciones son de plata pura y están rodeadas por rayos de plata bañada en oro de 21 kilates que rematan en 33 puntas. En la parte más alta, sobre los rayos, aparece el escudo de la Ciudad de los Reyes de Lima. Las Andas del Señor de los Milagros miden en total 4,40 m de alto, 1,64 de lado, y pesaban originalmente cerca de 1990kg, de los cuales 450 kg de plata pura, con los accesorios pesa cerca de 2500 kg.
El hábito morado
Tanto ha crecido este culto con el curso de los años, que en el mes de octubre en el Perú y en Lima en particular, los devotos se visten todo el mes con hábitos morados y una soga blanca a la cintura las damas y corbata morada, al cuello los caballeros. El origen de este color según cuentan las crónicas, se encuentra en la historia de la Madre Antonia Lucía del Espíritu Santo, llegada a Lima desde Guayaquil, una mujer de mucha fe, quien viuda de un matrimonio obligado, fundó un beaterio de nazarenas cuyo hábito era de color morado propio de la túnica nazarena. Lamentablemente se le quitó la dirección y fundó otro beaterio llamado el Beaterio de Monserrate conocido como El Instituto Nazareno, el cual sólo funcionó 17 años por falta de permisos.
Se le terminó dando un espacio al lado de la capilla del Señor de los Milagros donde sus beatas cuidaban la efigie. Esta característica está muy interiorizada en la cultura peruana, tanto así que a Octubre, se le denomina el "mes morado" y junto con las multitudinarias procesiones es común observar a devotos que usan el hábito todo el mes.
La Virgen de la Nube
El lienzo de Nuestra Señora de la Nube fue colocado en el reverso de las sagradas andas del Señor de los Milagros de Nazarenas el 20 de Octubre de 1747, advocación ecuatoriana, es fiel homenaje a la cuna de la fundadora del Monasterio de Las Nazarenas. Según Pedro Gjurinovich fue pintada encima de la imagen de la Virgen de la Merced, como se comprobó cuando se hizo la restauración del lienzo en el Museo de Osma.
La advocación de la Virgen de la Nube también se le conoce como la Candelaria, del Aviso o de las Lágrimas. La imagen de la Virgen María, se presenta como una Reina, en su mano derecha sujeta su cetro; la azucena representa su coraza y el olivo su fruto, símbolo de su vinculación con Israel. En su brazo izquierdo carga al Niño Jesús. Es probable que su devoción la haya introducido la misma fundadora, Madre Antonia.
En 1696, en Quito, estaba enfermo y desahuciado el Obispo Don Sancho de Andrade y Figueroa. En el pueblo de Guálupo, de gran devoción a la Virgen María, se decidió organizar una Novena por su salud; una procesión del Rosario salió camino a la catedral el 30 de diciembre y de repente una imagen de María apareció, formada por las nubes. Cerca de 500 personas fueron testigos del maravilloso hecho, mientras el obispo se curaba repentinamente.
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Referencias Bibliográficas
Vásquez de Novoa, Pedro: Compendio Histórico de la Prodigiosa Imagen del Santo Cristo de los Milagros, Manuscrito de fecha 19 de junio de 1766. Imprenta de Don José María Concha, 1866.
Colmenares Fernández de Córdova, Felipe: El Día Deseado, Imprenta de la Calle San Jacinto, Lima 1771.
Vargas Ugarte, Rubén: Historia del Santo Cristo de los Milagros, Imprenta Sanmartí, 3ra.Edición Lima 1966.
Banchero Castellano, Raúl: Lima y el Mural de Pachacamilla, Editorial Jurídica: Lima, 1972.
Banchero Castellano, Raúl: La Verdadera Historia del Señor de los Milagros, Inti-Sol Editores, Lima, 1976.
Bowser, Frederick: El esclavo africano en el Perú Colonial,México,1977.
Rubén Vargas Ugarte: Historia del Santo Cristo de los Milagros,4ta.Edición, Lima 1984.
De la Cruz, Antonhy:Cofradías Negras en el Perú Colonial ,Tesis de Bachiller en Historia, PUCP.LIma,1984
María Rostworowski: Pachacamac y el Señor de los Milagros,IEP,1992.
Banchero Castellano, Raúl: Historia del Mural de Pachacamilla,Consejo Directivo del Monasterio de las Nazarenas Carmelitas Descalzas, Lima,1995.
Klaiber, Jeffrey Lockwood: El Señor de los Milagros: devoción y liberación, Centro de Estudios y Publicaciones-CEP Editores, Lima, 1998.
José Antonio del Busto: "Breve historia del negro del Perú",Congreso de la República,2001.
Francesco Pini Compilador: El Rostro de un Pueblo, Estudios sobre el Señor de los Milagros, Fondo Editorial Universidad Católica Sedes Sapientae, Lima, 2005.
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Tomado de:
http://es.wikipedia.org/wiki/Se%C3%B1or_de_los_Milagros_%28Lima%29
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1 comment:
Les comparto mis publicaciones por si les sirve:
BENITO, José Antonio
2010.e “El Señor de los Milagros, rostro de un pueblo: el protagonismo de la Hermandad de las Nazarenas de Lima” Los crucificados, religiosidad, cofradías y arte: Actas del Simposium 3/6-IX-2010 / coord. por Francisco Javier Campos y Fernández de Sevilla, 2010, pags. 1025-1052 Instituto Escurialense de Investigaciones Históricas y Artísticas. Simposium (18. 2010. San Lorenzo de El Escorial)
2011 El Señor de los Milagros. Identidad de un pueblo. Historia y espíritu. Paulinas, Lima, 206 pp.
2011.a “Fundación del monasterio de las carmelitas Nazarenas de Lima (Perú)” La clausura femenina en el Mundo Hispánico: Una Fidelidad secular” Simposium (XIX Edición) San Lorenzo del Escorial, 2 al 5 de septiembre del 2011, Vol. II, pp.1185-1207
2012 “La Virgen de la Nube y el Señor de los Milagros de Lima” Simposium de Estudios del Escorial, Advocaciones Marianas de Gloria (San Lorenzo del Escorial, Madrid, pp.1187-1208. (Publicado como folleto por CEPAC)
2013 “La devoción al Señor de los Milagros, patrimonio inmaterial del Perú” Simposium (XXI Edición) San Lorenzo del Escorial, 5 al 8 de septiembre del 2013, Vol. II, pp.817-842
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