Una mirada que valora
“Síganme y yo los haré pescadores de hombres” Mt 4,19.
Este mes el Papa Francisco nos invita a rezar por las personas que trabajan y viven del mar, entre ellos los marineros, los pescadores y sus familias. ¿Qué tienen de particular estas personas? ¿Por qué se nos concreta en ellos la misión de compasión este mes?
Los hermanos por los que nos ofrecemos este mes forman parte de los vulnerables y olvidados de este mundo. Cuántos de nosotros conocemos, cómo viven, qué hacen, cuál es el estilo de vida de ellos y sus familias, cuáles son sus necesidades, los peligros y los riesgos de su actividad. Son hermanos que viven de una actividad económica que como tantas otras no pone a la persona en el centro, sino al dinero y la riqueza, exponiéndolos a situaciones de olvido, aislamiento, riesgo y explotación. La economía no valora a las personas como centro, fin y destinatarias de la actividad, sino que las "reglas del mercado” las colocan en función de las ganancias de la actividad.
Las personas son infravaloradas pues las estructuras en las que se insertan no velan por ellas como valor primordial. Francisco nos invita a rezar y también a comprometernos con esta intención de oración.
Esta realidad nos interpela, pues no se trata de un problema sólo con las personas del mar, sino con los seres humanos en general. Este mes podemos sentirnos invitados a profundizar en el valor que damos a las personas y cómo se lo expresamos. Aquellos que cotidianamente nos acompañan, los cercanos y los que no lo son tanto. ¿Cuántas veces priorizamos la tarea por sobre la persona? ¡Cuántas otras sólo tenemos tiempo para resultados, objetivos y trabajos y no nos dejamos tiempo para la gratuidad, para compartir, rezar juntos y conversar! ¿Cuánto tiempo dedicamos a saber sobre nuestros compañeros de trabajo, comunidad, nuestra familia y amigos, dedicándoles calidad de tiempo para saber cómo van?
A veces me pregunto si realmente estamos atentos con el corazón a los hermanos, o si nuestra mirada no termina instrumentalizando a quienes tenemos cerca. Este mes tenemos un llamado concreto a tomar consciencia del valor que le damos a las personas y cómo se lo expresamos. ¿Cómo miramos a los demás? ¿Qué valoramos de los hermanos? ¿Les digo que los amo? ¿Cuánto me ayudan? ¿Lo importante que son en mi vida?
Un modo encarnado de ofrecer tu vida por la intención de oración del mes, es valorar a quienes tienes cerca y hacérselos saber, expresándoles tu amor en palabras, en gestos, dedicándoles tiempo, estando atento a sus necesidades, amándolos en las pequeñas cosas de cada día. Acompaña al Papa este mes encarnando en tu vida diaria la intención de oración.
MARÍA BETTINA RAED
DIRECTORA REGIONAL RED MUNDIAL DE
ORACIÓN DEL PAPA - ARGENTINA -
URUGUAY
Fuente: Revista virtual RED MUNDIAL DE ORACIÓN DEL PAPA, AGOSTO 2020, Nº46.
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