P. Ignacio Garro, S.J.
SEMINARIO ARQUIDIOCESANO DE AREQUIPA
13. NOVELAS HISTÓRICAS
En los escritos judíos existen una serie de libros como Ruth, Tobías, Judit, y Ester que tienen cierta base histórica, (o la pueden no tener, como el libro de Tobías), pero que no pertenecen al género puramente histórico. Poseen un determinado género literario en los que predomina el elemento narrativo con intención didáctica y edificante, son los "midraschím", una especie de literatura sapiencial, espiritual, muy singular. Estas obras son una meditación y actualización didáctica de una tradición, en el que los acontecimientos históricos y los datos geográficos son tratados no raras veces con una extraña libertad y por lo tanto muchas veces es difícil encontrar el verdadero núcleo histórico.
Por eso este género literario de los "midraschím", deben de apartarse del marco meramente histórico para colocarlos en la categoría que les pertenece: la literatura de edificación con cierta base histórica, y en muy estrecha relación con la literatura sapiencial, que pretende suministrar una adecuada respuesta teológica a los interrogantes sobre la fe y a los problemas existenciales del judaísmo postexílico.
13.1. LIBRO DE RUTH
Es una novela histórica edificante, escrita probablemente durante el reinado de Salomón 961-922, es una consideración de la teología de la historia y tiene una finalidad de pedagogía religiosa. El autor, ha querido partir de un hecho histórico, a saber: el origen moabítico, (pueblo gentil, enemigo de los judíos), de David. El hecho delicado del origen moabita de David no es inventado, ni negado o embellecido, sino confirmado y superado desde el punto de vista religioso. Así pues, el autor tiene un claro interés en mostrar a Ruth como antecesora de David; ahora bien, Ruth es una mujer de tales virtudes humanas y religiosas que nadie podrá encontrar en ella ocasión de escándalo, más bien ella constituye un modelo para todas las mujeres de Israel. También aflora en esta historia edificante un intento, bien definido, en suavizar la prohibición de desposar mujeres extranjeras, Esdras 9, argumentando que un matrimonio mixto no debe de ser, en sí mismo condenable.
El libro de Ruth, por la genealogía de David, Ruth 4, 22 y por las palabras: "en el tiempo que gobernaban los jueces", Ruth l, l, fue sacado de los "ketubim" = hagiógrafos, y colocado entre los libros de los Jueces y los de Samuel, según la Versión de los LXX.
Se describe en este libro la incorporación de Ruth, aun siendo moabita, al pueblo hebreo por las leyes del "goel", y del "levirato", Ruth 4, 1-12. Como reacción a la dureza de la ley judía con respecto a la prohibición de los matrimonios mixtos, se pretende presentar una posición más universalista, basándose en una antigua tradición que consideraba históricamente a Ruth como abuela del rey David, Ruth 4, 17. Dios, a diferencia de los hombres, no rechaza a la raza moabita y toma a Ruth y la acepta como miembro de derecho en el pueblo elegido. Se pretende destacar en Ruth su fe, su devoción filial y por eso es escogida entre los ascendientes de David, del que vendrá el Mesías, el cual será Luz que ilumine a las naciones y lleve la Salvación a todos los hombres del género humano: Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, descendiente de la casa de David.
13.2. LIBRO DE TOBÍAS
Este libro y obra de un autor anónimo, se afirma que es anterior a la época macabea y se le sitúa hacia el año 200 a.d.Xto. Algunos autores lo sitúan en 300 años a.d.Xto. No es nada fácil establecer con certeza en dónde se compuso el Libro de Tobías.
En él se nos narra una historia familiar edificante. Tobit un deportado de la tribu de Neftalí, judío piadoso, observante de la Ley y muy caritativo, queda ciego en la ciudad de Nínive. Su pariente Raguel, en Ecbátana, tiene una hija, Sara, que ha visto morir sucesivamente siete esposos en la noche de las bodas por el demonio Asmodeo. Tobit y Sara, cada cual por su cuenta y por circunstancias distintas, piden a Dios que les libre de esta vida. Dios hará que los infortunios y las dos plegarias engendren una gran alegría: envía un ángel, Rafael, que guía a Tobías, hijo de Tobit, a casa de Raguel, hace que su hijo Tobías se despose con Sara y le proporcione el remedio que curará al ciego Tobit.
Es una narración edificante, en la que cobran notable relieve los deberes para con los muertos y el consejo de dar limosna. El ángel Rafael manifiesta y encubre a un mismo tiempo la acción de Dios, cuyo instrumento es él mismo. Así, el libro invita a reconocer esta Providencia divina para con los justos, nos manifiesta la proximidad de un Dios bueno. El autor quiere convencer a los lectores que Dios no abandona nunca al hombre bueno, justo y observante de la Ley y que es profundamente piadoso. Si éste permanece fiel en medio de las pruebas y las dificultades, no solamente Dios le sacará de las mismas, sino que incluso le recompensará. El autor, en toda la narración el libro, exhorta a sus compatriotas que obedezcan la Ley pues aun cuando vivan en la diáspora, Dios no deja de protegerles, a condición de que le sean fieles. El libro tiene un fin didáctico y por lo tanto nada tiene de extraño que sea un escrito ficticio, una especie de relato novelado que accidentalmente toma de la historia nombres de reyes, Salmanasar, o ciudades Nínive, y otro tipo de datos reales.
Como en los relatos de los patriarcas, el de Tobías contiene numerosas bendiciones intercambiadas a modo de saludo o de despedida, Tob 9, 6; 11, 17. Las oraciones llamadas de socorro, Tob 3, 11; 8, 5-7, o cánticos de reconocimiento, Tob 8, 15-19, empiezan con la bella fórmula de bendición generalizada en la plegaria judía y que permanece hasta hoy día.
El que se encuentren en el libro dos colecciones de proverbios, Tob 4, 3-19; 12, 16-10, indica el parentesco del Libro de Tobías con los escritos de Sabiduría, Eclesiástico, 38, 38; 39, 4. Una de las leyes de este género consiste precisamente en transmitir una enseñanza moral y religiosa bajo una forma literaria placentera. Todo en el libro contribuye al encanto insinuante que eleva los corazones a la alegría del bien obrar bajo la mirada de Dios.
También hay que destacar el papel que juegan los ángeles. Sus nombres son Asmodeo ángel malo, y Rafael, ángel bueno, uno de los siete ángeles que están ante la presencia de Dios, Tob 12, 15, le presentan las oraciones y las obras buenas de los hombres, Tob 12, 12. Del ángel Asmodeo viene la muerte, de Rafael la protección, la iluminación y la vida. El uno mata, el otro protege y sana. En general se destaca más la acción del ángel bueno, Rafael, está al servicio de Dios; revisten la forma humana sin ser reconocidos, Tob 5, 4,s.s, y se presentan como guardianes que acompañan a las personas buenas y virtuosas protegiéndolas en sus dificultades, Tob 5, 17-22. El libro hace hincapié en la santidad del matrimonio. Inculca el sentido profundo de la oración, el ayuno, y todas las formas de caridad. Es un libro edificante, cuya lectura no ha perdido actualidad.
13.3. LIBRO DE JUDIT
El libro de Judit, manifiesta una gran despreocupación por la historia y por la geografía que describe. El problema de la datación cronológica del libro de Judit es sin duda muy difícil, pues las alusiones históricas y geográficas que hace tienen grandes errores. La narración se sitúa bajo el reinado de Nabucodonosor, denominado rey de Nínive, es situado poco después del retorno de la cautividad, una vez ya reconstruido el Templo de Jerusalén, 522. Ahora bien, sabemos que Nínive fue destruida en 612, que el imperio asirio sucumbió en el 610, que Nabucodonosor reinó en Babilonia de 604 a 562 y que destruyó a Jerusalén y el Templo.
El itinerario del general Holofernes, Jud 2, 21-28, es un verdadero reto a la geografía, pues no se localizan los lugares que cita. Al llegar a Samaria, cree uno hallarse en terreno más firme y se multiplican los nombres de los lugares, pero muchos nombres son desconocidos y suenan extrañamente. La misma ciudad de Betulia, que es el centro de la acción donde se desarrolla el centro de todo el libro, no puede localizarse en el mapa de la época pese a las aparentes precisiones topográficas de la narración.
Estas sorprendentes libertades sólo se explican suponiendo que los autores han querido escribir algo que no es precisamente una obra de historia. Es probable que se basen en hechos reales, pero es imposible determinar de qué hechos concretos se trata, lo que importa es determinar y deducir la intención de cada libro.
El libro de Judit es la historia de una victoria del pueblo elegido contra sus enemigos, gracias a la intervención de una mujer. La pequeña nación judía se enfrenta al imponente ejército de Holofernes, general del ejército asirio, a las órdenes de Nabucodonosor, que quiere someter a todos los pueblos al culto del rey Nabucodonosor endiosado por su poder y su fuerza.
Los judíos son sitiados en Betulia; privados de agua, están a punto de rendirse. Aparece entonces Judit, viuda, hermosa, prudente, piadosa y decidida. Será un modelo para sus compatriotas que están apáticos ante la fuerza del general asirio. Judit echa en cara a los jefes de la ciudad de Betulia su falta de confianza en Dios. Después va a su casa, ora ante Dios, se viste elegantemente sale de Betulia y se dirige al campamento de Holofernes. Seduce al general asirio valiéndose de sus encantos físicos atractivos y muy personales y llena de astucia una vez que está a solas con el general ebrio, le corta la cabeza. Saca la cabeza oculta entre sus enseres personales y regresa a Betulia, allí presenta a los ancianos la cabeza del temible general Holofernes y canta un himno de victoria, Jud 15, 8,s.s. El pueblo ensalza a Judit y se dirige a Jerusalén para una solemne acción de gracias, Jud 16, 18-20. Judit vivirá todavía largo tiempo, rica y colmada de honores, pero rehusando todos las proposiciones que le hacen para romper su viudez. Israel goza de paz hasta su muerte y todavía mucho tiempo después, Jud 16, 21-25.
Ha habido moralistas que han condenado la acción de Judit, que para lograr un fin bueno, la liberación de su pueblo, se sirve de medios malos, la mentira, la seducción y el asesinato. Olvidan estos especialistas que el libro no es un caso de conciencia y ni siquiera un libro de imitación, sino una página de teología de la historia. Dios, a sus enemigos, como a sus servidores, aplica la ley del talión, Judit es en su mano el instrumento de su justicia. El reino de Asiria, representado en Holofernes, y Nabucodonosor, ha querido seducir a Israel para que vaya tras la idolatría, por eso Holofernes es seducido y eliminado. La clave del libro está en el capítulo 9, en la oración de Judit.
Judit actúa como profetisa: Dios es quien pone la mentira en su boca. Judit es un modelo de fidelidad a la Ley y pone toda su confianza en Dios. Por el contrario la soberbia que se alza incluso contra Dios, conduce a los imitadores de Holofernes a la degradación y vicios más horribles, donde hallarán el fin que se merecen.
Así, la habilidad junto al valor, la prudencia en el consejo, con la calma y firmeza de la ejecución: estas cualidades realzadas por una belleza que resplandece tanto en su palabras sabias como en su rostro hermoso, hacen de Judit el tipo de mujer ideal para todos los tiempos.
13.4. LIBRO DE ESTER
El libro de Ester refiere, por medio de un artificioso relato, la liberación del pueblo judío de la amenazante persecución en el reino de Asuero, Jerjes I, 486-465, y que se vieron amenazados al exterminio por el odio del visir omnipotente, Amán. El pueblo judío se salva gracias a la intervención de Ester, joven muchacha judía que es elegida por Asuero como esposa nombrada reina, gracias a la intervención de su tío Mardoqueo, modelo del cumplimiento de la Ley.
La hermosura física, la prudencia y súplicas continuas de Ester consiguen apartar la desgracia inminente del pueblo judío. Y la situación se vuelve favorable al pueblo judío, el visir Amás es ahorcado y Mardoqueo ocupa su lugar, así, se ve cómo los judíos eliminan a sus enemigos. Con la descripción de este hecho, el libro de Ester quiere exponer el sentido de la fiesta de los "Purim", o fiesta llamada de las "suertes". Esta fiesta se debe de conmemorar todos los años.
El libro de Ester es un nuevo testimonio en favor de la Providencia divina que garantiza el triunfo de los judíos sobre los gentiles. El género literario que emplea pertenece al tipo de los "midraschim", género de tipo edificante y lo expone a manera de intriga entre dos fuerzas limitadas, en un principio de rivalidad entre dos personajes: Amán que representa a los persas gentiles y a Mardoqueo que es el modelo del judío observante de la Ley, hombre justo, piadoso, hombre de bien. Estas dos figuras obedecen a este proyecto del autor, ambos personajes se presentan en total oposición, los dos son astutos, implacables, ladinos.
Vasti, es presentada como víctima, Ester, ensalzada como la verdadera esposa del rey Asuero. Así, los judíos, comienzan a gozar del favor del rey, cambiando totalmente su situación. Finaliza con un éxito del pueblo judío sobre el pueblo gentil. Por eso se celebra la fiesta de los "Purim". La fiesta de los "purím", o de las suertes, era una fiesta que se celebraba a comienzos de año, el 14 y el 15 de adar.
Era una fiesta alegre, que se celebraba con banquetes y obsequios a los amigos y parientes, Est 9, 19. En las sinagogas se leían en voz alta los acontecimientos más importantes del libro de Ester. Estaba prescrito un ayuno, en recuerdo del que observaron los judíos antes de la intervención de Ester cerca del rey de los persas, Est 4, 3-16.
Acerca de la fecha y composición de este libro no es fácil ubicarlo. El libro hebreo de Ester no puede ser posterior al año 114, fecha en que se introdujo en Egipto. Puede que existiera antes del 160, puesto que en esa fecha, en que se comenzó a celebrar el día de Nicanor, (en recuerdo de la batalla ganada por los Macabeos), se conocía ya el día de la fiesta de los "purím".
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Agradecemos al P. Ignacio Garro, S.J. por su colaboración.
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