Itinerario de la Misericordia - 4° Mes
Quinta recomendación
Practicar la misericordia con nuestros hermanos implica haber experimentado la misericordia de Dios, alimentados con esa vivencia, podemos compartirla a través del perdón hacia los demás y la práctica de las obras de la misericordia, donde trasmitimos el amor y la misericordia del Padre. Si no tenemos esa experiencia ¿qué podemos trasmitir?, nos sería casi imposible perdonar y nuestras prácticas sólo serían obras humanitarias.
Al iniciar nuestro itinerario, nuestro primer paso fue nuestra reconciliación con Dios, algo que debemos practicar cuantas veces nos sea necesario, porque Dios no se cansa de perdonarnos y por ello nos espera en el sacramento de la Reconciliación siempre. Pero recordemos que para acercarnos a pedir el perdón debemos tener el propósito de enmienda.
Durante este mes viviremos la Cuaresma y la Semana Santa, por ello es tiempo propicio para poder profundizar en la misericordia de Dios a través de las prácticas que la Iglesia nos recomienda para vivir la Cuaresma y prepararnos para la Semana Santa donde Nuestro Señor Jesucristo con su muerte nos reconcilia con el Padre, muestra inigualable del gran amor y misericordia que sólo Dios puede tener para con nosotros.
Nuestra vida de oración debe ser particularmente intensa en estos días, aprovechar los espacios donde pueda profundizar y crecer en mi relación con Dios a través de la oración (jornadas, talleres de oración, retiros, ejercicios espirituales, etc.)
Para ir preparándonos podemos ir practicando la lectura orante de la Palabra de Dios (lectio divina), en especial los relacionados a la Semana Santa y el misterio Pascual, tanto del Nuevo Testamento como el Antiguo Testamento (las profecías del Siervo de Dios en Isaías y en los Salmos). También nos puede ayudar la lectura espiritual sobre la Cuaresma, la Pasión (de manera especial la meditación de las siete palabras) y la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Una de las prácticas que la Iglesia nos recomienda para vivir la Cuaresma es el Vía Crucis que nos ayuda a meditar la Pasión de Cristo y que se realiza en comunidad, y tiene especial importancia el Viernes Santo.
En estos días debemos aprovecharlos para experimentar la misericordia de Dios a través de su perdón en el sacramento de la Reconciliación que se nos da de manera especial en este Jubileo de la Misericordia. Asimismo participar en la Santa Misa y recibir a Cristo sacramentado en la Eucaristía. Todo ello, vivido con gran devoción y con el objetivo de prepararnos para los días de Semana Santa.
Estamos seguros que en este itinerario de preparación para la Semana Santa, el Señor nos dará la oportunidad de practicar las obras de misericordia, estemos atentos a estas oportunidades y tengamos una disponibilidad especial, así no solamente podremos recibir la indulgencia jubilar sino que podremos ir creciendo espiritualmente, manteniendo nuestra actitud de conversión constante (que a su vez es un requisito para ganar la indulgencia como nos dice el Papa Francisco), y que se refleje en nuestras obras: compartiendo el amor y la misericordia de Dios con nuestros hermanos en todos los ámbitos de nuestra vida diaria.
Lecturas recomendadas:
Especial de Cuaresma 2016
Especial de Semana Santa 2016
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