Los derechos fundamentales
En abril de 2021, la intención universal del Papa Francisco es por los derechos fundamentales. "Rezamos por aquellos que arriesgan sus vidas luchando por los derechos fundamentales bajo dictaduras, regímenes autoritarios e incluso en democracias en crisis", dice.
Desde el Papa Juan XXIII en la década de 1960, los derechos humanos han tenido una importancia central en la enseñanza y la práctica social católica. Sin embargo, el enfoque de la Iglesia sobre los derechos humanos suele ser diferente al del mundo secular.
En primer lugar, la Iglesia hace hincapié en los derechos básicos de la vida cotidiana. San Juan XXIII enumeró los derechos fundamentales: "El hombre tiene derecho a vivir". Hoy, el Papa Francisco hace el mismo hincapié, subrayando en particular los derechos al trabajo, a la vivienda, a la tierra y a la seguridad alimentaria, -dice- “tierra, techo y trabajo”.
La segunda característica católica es que los derechos fundamentales no son sólo individuales. Siempre se basan en el bien común, no en la satisfacción de los deseos individuales. En Fratelli tutti, el Papa Francisco señala “Si los derechos de cada individuo no se ordenan armónicamente al bien mayor, esos derechos acabarán considerándose ilimitados y, en consecuencia, se convertirán en fuente de conflictos y violencia."
En tercer lugar, nuestro enfoque católico vincula los derechos fundamentales con los deberes fundamentales. San Juan XXIII los consideraba como dos caras de la misma moneda: “Por tanto, reclamar los propios derechos e ignorar los propios deberes, o cumplirlos sólo a medias, es como construir una casa con una mano y derribarla con la otra".
Pedimos a Dios que bendiga, proteja y fortalezca a los defensores de los derechos humanos entre nosotros.
ADAPTACIÓN DEL TEXTO CARD. MICHAEL CZERNY S.J. ROMA, DICIEMBRE 2020 DICASTERIO PARA LA PROMOCIÓN HUMANA INTEGRAL PUBLICADO EN: HTTPS://WWW.MESSENGER.IE/
¿Has pensado ya lo que es evangelizar a los hombres?
A propósito de la fraternidad a la que nos invita el Papa Francisco en Fratelli Tutti, algunas notas del pensamiento de San Francisco de Asís nos pueden ayudar a concretarla en nuestra vida cotidiana.
“El Señor nos ha enviado a evangelizar a los hombres, pero ¿has pensado ya lo que es evangelizar a los hombres? Mira, evangelizar a un hombre es decirle: ‘Tú también eres amado de Dios en el Señor Jesús’. Y no sólo decírselo sino pensarlo realmente. Y no sólo pensarlo, sino portarse con este hombre de tal manera que sienta y descubra que hay en él algo salvado, algo más grande y más noble de lo que él pensaba, y que se despierte así a una nueva conciencia de sí.
Eso es anunciarle la Buena Nueva y eso no podemos hacerlo más que ofreciéndole nuestra amistad, una amistad real, desinteresada, sin condescendencia, hecha de confianza y de estima profundas.
Es preciso ir hacia los hombres. La tarea es delicada. El mundo de los hombres es un inmenso campo de lucha por la riqueza y el poder, y demasiados sufrimientos y atrocidades les ocultan el rostro de Dios. Es preciso, sobre todo que al ir hacia ellos no les aparezcamos como una nueva especie de competidores.
Debemos ser en medio de ellos testigos pacíficos del Todopoderoso, hombres sin avaricias y sin desprecios, capaces de hacerse realmente sus amigos.
Es nuestra amistad lo que esperan, una amistad que les haga sentir que son amados de Dios y salvados de Jesucristo” (Eloi Leclerc, Sabiduría de un pobre).
Nos dice Francisco que “acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto, todo eso se resume en el verbo ‘dialogar’. Para encontrarnos y ayudarnos mutuamente necesitamos dialogar”.
Evangelizar no es hacer proselitismo, sino ofrecer nuestra amistad; y amistad es diálogo. El diálogo y el encuentro son camino seguro para construir una fraternidad que elimine de nuestras relaciones la lógica de la competencia y de sentirnos amenazados ante la diferencia y la novedad que “el otro” representa.
Que en este tiempo de Vida Nueva aparezcamos ante nuestros hermanos como palabra de aliento, de esperanza, de amistad sincera, signos claros de evangelio encarnado en gestos de fraternidad.
BETTINA RAED, COORDINADORA INTERNACIONAL. CLICK TO PRAY
Abiertos a la diferencia
¿Por qué nos cuesta tanto abrirnos a aquello que percibimos diferente? Como si lo que viniese de “afuera” fuera una amenaza a nuestra identidad. Lo vemos claro, habitualmente, cuando el problema es de otro, o cuando se habla de los inmigrantes que no son acogidos, o cuando la comunidad de la parroquia vecina tiene dificultades para aceptar a personas nuevas, o cuando los otros son personas cerradas; y estas realidades no tienen que ver directamente con nosotros. Y hasta nos volvemos defensores teóricos de la inclusión y la diversidad.
Pero solemos vivirlo distinto cuando nos toca a nosotros concretar en nuestra vida diaria la acogida y valoración de la diferencia. Nos cuesta detenernos, admirar y dejar entrar lo que sale de nuestros patrones. Lo diferente toma diversos ropajes, lo que sale de mis esquemas, lo desconocido, lo que no entiendo, lo que no me agrada , la sorpresa inoportuna, lo que me incomoda y podremos agregar más a nuestra lista. En definitiva, lo diferente sería algo así como lo que ha quedado fuera de nuestra “ilusión de control”. La actitud más frecuente ante esta experiencia es el rechazo y la cerrazón, de este modo lo diferente se vuelve marginal en nuestras vidas, pues queda al margen, a la orilla.
Como nos dice Francisco estas actitudes “esconden un espíritu cerrado que, por cierta inseguridad y temor al otro, prefiere crear murallas defensivas para preservarse a sí mismo.” Es el narcisismo localista que “se clausura obsesivamente en unas pocas ideas, costumbres y seguridades, incapaz de admiración frente a la multitud de posibilidades y de belleza que ofrece el mundo entero, y carente de una solidaridad auténtica y generosa.”
Y aunque el Papa lo dice de los pueblos, nosotros podríamos repasarlo en nuestra vida. ¿Cuán capaces somos de ser abiertos y recibir aquello que no viene de nosotros? ¿Cuánto tiempo invertimos en conocer lo que llega de “afuera” antes de reaccionar rechazando, criticando y descartando? Y podríamos mirar las personas, los lugares, los tiempos, las actividades y releer como vamos concretando nuestra fraternidad.
BETTINA RAED, DIRECTORA REGIONAL. RED MUNDIAL DE ORACIÓN DEL PAPA, ARGENTINA - URUGUAY
La providencia se prolonga en nuestras manos
Un virus tenaz ha convulsionado al mundo, ataca, con la misma intensidad y sin detenerse a distinguir edad, clase social o religión. Más que nunca palpamos la fragilidad de nuestra existencia y la innegable impotencia ante un enemigo invisible.
La pandemia nos ha colocado ante la necesidad de activar una profunda empatía global. La capacidad de ponerse en el lugar del otro y dejarse afectar por su realidad es la clave de la supervivencia humana. De pronto, descubrimos que solos no podemos.
En cada contexto, del norte, del sur, del este o del oeste, las secuelas de la pandemia adquieren urgencias concretas que nos sitúan ante una nueva realidad, ante retos que requerirán una sinergia mayor.
Vivir una fraternidad universal nos desafía a acciones concretas y creativas que posibiliten una humanidad renovada, próxima y misericordiosa. Detenernos y mirar al lado, a quien con nosotros camina nos habilita a tener una mirada compasivamente efectiva ¿Cuál ha sido tu modo concreto de empatizar?
CF. ANUARIO ODN 2020, "LA PROVIDENCIA SE PROLONGA EN NUESTRAS MANOS"
Actitudes del mes para encarnar en nuestra vida
Las intenciones de oración del Papa nacen de la compasión por el mundo y, por lo tanto, expresan desafíos para la humanidad y para la misión de la Iglesia. Cuando Francisco nos confía sus intenciones de oración, nos ayuda a acercarnos al corazón de Cristo, a contemplar el mundo con sus propios ojos: «El corazón de Cristo es tan grande que desea acogernos a todos en la revolución de la ternura.
La cercanía al Corazón del Señor insta a nuestro corazón a acercarse a nuestro hermano con amor, y nos ayuda a entrar en esta compasión por el mundo» Francisco.
Cada intención puede ser desplegada en actitudes concretas que ayudan a encarnarla en la propia vida. Estas actitudes constituyen “una bajada” a la vida concreta y por tanto orientan el diseño de contenidos en los diversos proyectos de la RMOP, las instancias de formación, oración y actividades apostólicas en las comunidades cuyo tema sea la intención de oración mensual. Las actitudes orientan el modo de concretar en la propia vida, la intención de oración.
La actitud que aparece en el centro es la actitud global mensual, la cual es desplegada en actitudes concretas a trabajar durante el mes.
FUENTE: REVISTA DIGITAL, RED MUNDIAL DE ORACIÓN DEL PAPA, ABRIL 2021 - Nº54
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