P. José Enrique Rodríguez, S.J.
Párroco de San Pedro
Santuario Arquidiocesano del Sagrado Corazón de Jesús
Lima - Perú
“Para que las grandes opciones económicas y políticas protejan la familia como el tesoro de la humanidad”.
El tesoro de la Familia
El Papa Francisco inspira a millones de personas alrededor del mundo. Presentamos algunas expresiones de él acerca de la familia.
1. En su camino familiar, ustedes comparten tantos momentos inolvidables: las comidas, el descanso, las tareas de la casa, la diversión, la oración, las excursiones y peregrinaciones, la solidaridad con los necesitados… Sin embargo, si falta el amor, falta la alegría, y el amor auténtico nos lo da Jesús.
2. Cuando nos preocupamos por nuestras familias y sus necesidades, cuando entendemos sus problemas y esperanzas; cuando sostienen la familia, sus esfuerzos repercuten no sólo en beneficio de la Iglesia; también ayudan a la sociedad entera.
3. Todos sabemos que no existe la familia perfecta, ni el marido o la mujer perfectos. No digamos la suegra perfecta. Existimos nosotros, los pecadores. Jesús, que nos conoce bien, nos enseña un secreto: que un día no termine nunca sin pedir perdón.
4. Tener un lugar a donde ir, se llama Hogar. Tener personas a quien amar, se llama Familia, y tener ambas se llama Bendición.
5. Educar en la solidaridad significa educarnos en la humanidad. Apoyar y proteger a la familia para que eduque a la solidaridad y al respeto es un paso decisivo para caminar hacia una sociedad más equitativa y humana.
6. ¡Qué precioso es el valor de la familia, como lugar privilegiado para transmitir la fe!
7. Preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de sus hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de los padres.
8. Todos nos equivocamos, y a veces alguno se ofende en la familia, en la pareja; se dicen palabras fuertes, pero escuchen este consejo: no terminen el día sin hacer las paces. La paz se rehace cada día en la familia. Pidiendo perdón: “perdóname” y se recomienza de nuevo.
9. Aquello que pesa más que todas las cosas es la falta de amor. Pesa no recibir una sonrisa, no ser recibidos. Pesan ciertos silencios. A veces, también en familia, entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos. Sin amor, el esfuerzo se hace más pesado, intolerable.
10. El verdadero vínculo es siempre con el Señor. Todas las familias, tienen necesidad de Dios, de su ayuda, de su fuerza, de su bendición, de su misericordia, de su perdón. Y se requiere sencillez. ¡Para rezar en familia se requiere sencillez! Cuando la familia reza unida, el vínculo se hace fuerte.
11. La familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor.
12. Hoy, la familia es despreciada, es maltratada, y lo que se nos pide es reconocer lo bello, auténtico y bueno que es formar una familia, ser familia hoy; lo indispensable que es esto para la vida del mundo, para el futuro de la humanidad.
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