“El que no vive para servir, no sirve para vivir”.
“La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes hacerlo por la paz”.
“A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota”.
“Hice lo mío de la mejor forma". Aunque aquello que he podido hacer, no sea más que un fracaso, eso deberá ser lo mejor que hemos podido y sabido hacer, debe tener nuestro máximo empeño”.
“Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido”.
“Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra puerta se abre, pero algunas veces miramos tanto tiempo aquella puerta que se cerró que no vemos la que se ha abierto frente a nosotros”.
“Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos”.
“Mientras el trabajo sea más repugnante, mayor ha de ser nuestra fe y más alegre nuestra devoción”.
“Hay que cuidarse del orgullo, porque el orgullo envilece cualquier cosa”.
“Preferiría cometer errores con gentileza y compasión antes que obrar milagros con descortesía y dureza”.
“El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio”.
“No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar”.
“Los pobres son el signo de la presencia de Dios entre nosotros, ya que en cada uno de ellos es Cristo quien se hace presente”.
“Ningún fracaso debe desanimar, mientras se tenga clara conciencia de haber hecho aquello que estaba a su alcance”.
“Cuando renuncio ofrezco mi libre voluntad, mi razón, mi propia vida. Y todo por amor, ya que cuanto más renunciamos a nosotros mismos, más podemos amar a Dios y a los hombres”.
“El primer paso hacia la santidad es querer serlo. ¿Qué es un santo sino un alma resuelta, que hace uso de su fortaleza para actuar?”.
“Cuando recibimos aunque sólo sea una pequeña observación poco caritativa, o cuando nos sentimos víctimas de una falta de consideración, con qué facilidad nos olvidamos de que ¡éste es justamente el momento de compartir con Jesús la ofensa y el sufrimiento!"
“Yo soy el lápiz de Dios. Un trozo de lápiz con el cual Él escribe aquello que quiere”.
“Cuando le dicen a la Madre Teresa que hay demasiadas criaturas en la India, ella responde: ¿Piensa usted que hay demasiadas flores en el campo? ¿Demasiadas estrellas en el cielo? Mire a esta niña, es portadora de la vida, ¿no es una maravilla? ¿Cómo no quererla?”.
"No puedes ir feliz por la vida hasta que dejes ir tus fracasos pasados y los dolores de tu corazón".
“Dios siempre cuida de sus criaturas, pero lo hace a través de los hombres. Si alguna persona muere de hambre o pena, no es que Dios no la haya cuidado, es porque nosotros no hicimos nada para ayudarla, no fuimos instrumentos de su amor, no supimos reconocer a Cristo bajo la apariencia de ese hombre desamparado, de ese niño abandonado”.
“Las críticas no son otra cosa que orgullo disimulado. Un alma sincera para consigo misma nunca se rebajará a la crítica. La crítica es el cáncer del corazón”.
“Las cosas deben ser siempre un medio, nunca un fin en sí mismas”.
“Hay una cosa muy bonita: compartir la alegría de amar. Amarnos los unos a los otros. Amar hasta el dolor”.
“La grandeza de María reside en su humildad. Jesús, quien vivió en estrechísimo contacto con ella, parecía querer que nosotros aprendiéramos de Él y de ella una lección solamente: ser mansos y humildes de corazón”.
Santa Madre Teresa de Calcuta
Tomado de:
http://noticias.lainformacion.com/
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