SEMINARIO ARQUIDIOCESANO DE AREQUIPA
3. Elección de Pedro. Fundamentos del Primado
En la lectura de los Evangelios
Simón Pedro fue preferido por Jesús a los demás apóstoles en distintas
ocasiones. Esto es tanto más extraño cuanto que humanamente eran otros quienes
estaban más cercanos a Jesús por parentesco humano, por otro lado Pedro no
había demostrado ninguna cualidad especial para merecer la tal preferencia. El
hecho de que Pedro obtuviera una duradera preferencia dentro del círculo de
los apóstoles es un impenetrable misterio fundado en la libre sabiduría y
designio de Dios, para el que no hay explicación posible.
En los evangelios Pedro aparece desde el principio como el que dirige la
conversación, como el primero que habla, así: Mc 8, 29; Mt 18, 21; Lc 12, 41 En
la lista de los apóstoles siempre es citado el primero Mc 3, 16-19; Mt 10, 1-4.
Es Pedro quien quiere retener a Jesús cuando se escapa a la soledad. Lc 5,
1-11. Su importancia especial se expresa también en la fórmula "Pedro y los suyos", Lc 9,
32. Junto con Santiago y Juan pertenece al círculo de los más íntimos de Jesús,
Mt 5, 37; 9, 2; 14, 33.
El pasaje más claro en el que se ve que Cristo distingue a Pedro con la
preferencia del Primado es Mt 16, 13-20 :
"Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto
la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te
digo que tu eres "Cephas" = piedra", y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra
ella".
Hay otros dos textos que confirman la vocación especial de Pedro sobre el
grupo de los doce. Lc 22, 31-32:
"Simón, Simón, mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como
trigo, pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando
hayas vuelto, confirma a tus hermanos". Y en Jn 21, 15-17: "Después de comer, dice Jesús a Simón
Pedro: Simón, hijo de Juan ¿me amas más que éstos?. Le dice él : Sí, Señor tú
sabes que te quiero, Le dice Jesús: Apacienta mis ovejas. Vuelve a decirle por
segunda vez ... y por tercera vez ...
apacienta mis corderos".
3.1. Poder de Pedro y
Misión
El poder de Pedro es expresado con un triple símbolo:
- Pedro es el fundamento firme de la Iglesia (Cephas = Piedra)
- El poder de las llaves. Símbolo de que Pedro representa en la tierra al Señor y propietario de la casa, a Cristo.
- El poder de atar y desatar.
3.1.1. Pedro, fundamento de la
Roca = Piedra:
Volvemos, una vez más al texto de Mt 16,
13,-20. Pedro debe ser el fundamento rocoso de la Iglesia para que la Iglesia
no sea vencida por las puertas del infierno. El primer grado de interpretación
de lo que Cristo dice a Pedro consiste en atribuirle el papel de fundamento
rocoso de la nueva comunidad querida por Cristo. Cristo usa el símbolo de
edificar; quiere construir o edificar una Iglesia. Jn 2, 19; Mc 14, 58. Para
que la edificación hecha por Cristo tenga duración y consistencia, para que
sea sustraída a la ley de la caducidad su fundamento debe ser cimiento de
"roca = piedra".
3.1.2. El poder de las llaves:
Hemos dicho que las llaves son el símbolo de Pedro que representa en la
tierra al Señor y propietario de la casa, a Cristo. Mediante la entrega de las
llaves Pedro es constituido en plenipotenciario de Cristo. El que tiene las
llaves tiene poder para disponer, tiene autoridad para permitir o prohibir la
entrada. El administrador de la casa, el encargado de llaves debe decidir lo
que está bien, lo que está permitido y lo que está prohibido conforme al orden
establecido por Dios.
3.1.3. El poder atar y desatar:
Lo que Cristo dice a Pedro bajo la imagen de atar y desatar lo dice
también a todos los apóstoles en Mt 18. 18:
"Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo,
y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo".
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, según Mt 16, 18: "Y yo a mi vez te digo que tú eres "Cephas =
Piedra" Y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia ...", se lo dice sólo a Pedro. Evidentemente a
todos los apóstoles les compete lo que compete a Pedro, pero a Pedro le
compete de manera especial. Tres cosas implica la expresión: "atar y desatar".
- Excluir de la comunidad creyente o readmitir en ella.
- Imponer una obligación o eximir de ella.
- Declarar una cosa prohibida o permitida, según la circunstancias.
Cuando Pedro fue llamado como administrador de la casa de Dios, para ejercitar el poder disciplinar en la casa de Dios y mantener en ella el orden de vida, tenía que estar en situación de decidir lo conveniente y lo inconveniente al orden de la casa de Dios. El poder disciplinar tiene, por tanto, en su base el poder de enseñar. Por lo tanto podemos decir que la Iglesia es a la vez la casa, el órgano, manifestación e instrumento del Reino de Dios. Pedro tiene poder de excluir, admitir a esta comunidad, y admitir y excluir en la Iglesia es admitir y excluir en el Reino de Dios.
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Agradecemos al P. Ignacio Garro, S.J. por su colaboración.
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