IGLESIA EN ÁFRICA
P. José Enrique Rodríguez, jesuita.
Párroco de San Pedro, Santuario Arquidiocesano del Sagrado Corazón de Jesús
Lima - Perú.
La Iglesia en África, fermento de unidad:
“Para que, a través del compromiso de sus miembros, la Iglesia en África sea un fermento de unidad entre los pueblos, un signo de esperanza para este continente”.
África está en camino a convertirse en el futuro del catolicismo. La población católica ha crecido en 23,2% según las últimas estadísticas del vaticano. Para el año 2050, la mitad del crecimiento de la población mundial tendrá lugar en África y representarán el 25% de los católicos. Asia subirá del 11% actual al 12%. América descenderá del 49% actual 40%. Por ejemplo, la República Democrática del Congo es el décimo país del mundo con más católicos (44 millones), seguido de Nigeria (28 millones). Mientras el número de seminaristas ha descendido en otras regiones del mundo, África por el momento no se ve afectada por la crisis de vocaciones.
Las iglesias cristianas tradicionales (católicos, anglicanos y evangélicos o protestantes) se ven amenazadas por el avance de comunidades “no tradicionales” (neopentecostales). Cada día más cristianos abandonan sus congregaciones y se unen a ellas. Ante este desafío tan difícil de comprender para nosotros, la Iglesia tiene que proclamar su fe, la fe de Pedro que, respondiendo a la pregunta de Cristo: « ¿También ustedes quieren irse? », dice: « Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios » (Jn 6, 67-69).
Hoy la Iglesia en África quiere creer verdaderamente en lo que anuncia, vivir lo que cree, predicar verdaderamente lo que vive. Más que nunca, el testimonio de vida se ha convertido en la condición esencial en vista a una eficacia real de la predicación. Los creyentes pueden decir que se hacen responsables del Evangelio que la Iglesia proclama. Como en la antigüedad lo hicieron Cipriano, Felicidad y Perpetua, y Agustín, en tiempos modernos los nombres de los santos mártires de Uganda Carlos Lwanga, Matías Mulumba Kalemba y sus veinte compañeros, de los mártires de Zaire Clementina Anwarite e Isidoro Bakanja, de Victoria Rasoamanarivo en Madagascar, de Josefina Bakhita en Sudán, son anuncio del nuevo tiempo para el Evangelio.
Hoy la Iglesia en África se siente interpelada por el deber preciso de superar gracias a la sincera práctica del diálogo, las divisiones heredadas de las potencias coloniales dentro de las fronteras, las que provienen de la coexistencia de grupos étnicos, tradiciones, lenguas e incluso religiones diversas, las oposiciones tribales que ponen a veces en peligro, si no la paz, al menos la búsqueda del bien común para el conjunto de la sociedad, creando así dificultades a la vida de las Iglesias y a la acogida de pastores de otro origen étnico.
Ser signo de unidad y de esperanza da relieve e importancia al diálogo ecuménico con las otras Iglesias y Comunidades eclesiales, así como al diálogo con las religiones tradicionales africanas y con el Islam. Que la oración de este mes esté presidida por estas intenciones y nos lleve a tener nuestras mentes y corazones lejos de intereses inmediatos, abriéndose a los intereses del Corazón de Cristo.
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Agradecemos al P. José Enrique Rodríguez por su colaboración.
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