Santísima Trinidad: 17° Parte - Las Relaciones Divinas



P. Ignacio Garro, S.J.
SEMINARIO ARQUIDIOCESANO DE AREQUIPA


3. LAS RELACIONES DIVINAS

Ya hemos visto en el capítulo anterior el misterio de las procesiones divinas; más precisamente, la naturaleza del origen de las personas divinas: de la generación del Hijo por el Padre y la procesión del Espíritu Santo del Padre y del Hijo como de un solo principio.

Así tenemos un único Dios que, por su misma plenitud de ser, posee inefable fecundidad que da lugar a un dinamismo divino o comunicación intratrinitaria del Padre al Hijo y, del Padre e Hijo al Espíritu Santo. Comunicación infinita del principio al término que se incluyen en el Ser de Dios de un modo natural. Tenemos, entonces, un único Dios y tres Personas divinas que en cuanto tal deben de ser distintas. Por tanto, luego de haber considerado cómo se originan estas personas divinas, es preciso buscar en qué se distinguen el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Sabemos que la comunicación intratrinitaria se realiza de un modo total: el Padre comunica al Hijo íntegramente la única y simple Esencia divina y, del mismo modo, junto al Hijo, la comunica al Espíritu Santo. Como dice Jesús en su relación al Padre: "todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío", Jn 17, 10.

Por otra parte, es necesario afirmar una distinción real entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo para que en verdad creamos en tres Personas distintas que son un único Dios. Pero, nos preguntamos, si la comunicación es de toda la Esencia divina, ¿qué  distinción real podemos hallar en el misterio de Dios?

Los santos Padres responderán, fundados en los datos de la Sagrada Escritura, que la única diferencia es que el Padre es Padre del Hijo; y el Hijo es Hijo del Padre, que el Espíritu Santo es Espíritu del Padre y del Hijo, siendo todo lo demás único y común a las tres Personas divinas.

Veremos, por tanto, en primer lugar, que no existe diferencia alguna por parte de la Esencia divina común a los Tres; y en segundo lugar, que el único principio de distinción real son las relaciones de origen. Por eso Padre, Hijo y Espíritu Santo no se distinguen por aquello que tienen, sino en el modo por el cual tienen o adquieren aquello que tienen, es decir, se distinguen únicamente por las relaciones de origen.

La relación puede definirse: "como el orden de una cosa con respecto a otra". Santo Tomás dice que la relación en el mundo creado, es el accidente cuya naturaleza consiste en la referencia u ordenación de una substancia a otra substancia.


1º.- La relación es únicamente una referencia a otro, una ordenación de un sujeto hacia otros sujetos distintos de él: es un ser hacia otro, es un modo de ser que cualifica a un ser en orden a otro ser.

2º.- La relación no se detiene en ninguna característica interna del sujeto que afecta, sino que se piensa únicamente en una correspondencia o correlatividad. Así cuando digo: padre, se está designando una persona determinada no por una propia característica interna, sino en cuanto a una correspondencia con un otro, el hijo, que está fuera de él.

3º.- Las relaciones tienen un fundamento por el que se originan y se trata de relaciones reales; la relación resulta del hecho de ejercitar o sufrir una acción sobre otro, así por ejemplo, lo que hace que el hijo esté relacionado con sus padres es el haber sido engendrado por ellos.

4º.- Por tanto, en toda relación real encontramos los siguientes elementos:

  • El sujeto, que es la persona que inhiere la relación, es el Padre, el sujeto en relación a la "paternidad"
  • El término con el cual el sujeto se relaciona, el Hijo, es el término en relación a la "filiación"
  • Un fundamento de la ordenación entre ambos, la "generación", en virtud de la cual el "sujeto" es el Padre y el "término" es el Hijo.
  • La "relación" misma, o vínculo que liga a una persona con otra: Paternidad, Filiación, Procesión.


Elementos que componen la "relación": Son cuatro: sujeto, término y fundamento y la relación misma.

  • Sujeto: El Padre es el sujeto en relación a la "paternidad".
  • Término: El Hijo, es el término en relación a la "filiación".
  • Fundamento: La "generación", en virtud de la cual el "sujeto" es el Padre y el "término" el Hijo. 
  • Relación: como el vínculo que liga a una persona con otra: paternidad, filiación, procesión.


Según hemos visto en el capítulo anterior, en Dios hay dos procesiones reales inmanentes: la generación del Hijo (por el Padre) y la espiración del Espíritu Santo (por el Padre y el Hijo como de un único principio). En las siguientes tesis vamos a ver cómo en el caso de la Trinidad se dan, pues, cuatro relaciones:


1. Generación activa o paternidad, (generare): La relación del Padre al Hijo.





2. Generación pasiva o filiación, (generari): La relación del Hijo al Padre.






3. Espiración activa o espiración (spirare): La relación del Padre y del Hijo al Espíritu Santo.





4. Espiración pasiva o procesión (spirari): La relación del Espíritu Santo al Padre y al Hijo.






También nos puede servir esta imagen en sentido dinámico: Veamos:





De todo lo dicho se concluye que "la relación puede existir en Dios". De entre todas las categorías del ser, sólo la "substancia" y la "relación" puede darse en Dios. La "sustancia" porque expresa un modo perfecto de ser. La "relación" porque no se refiere al sujeto sino a su término, y por eso es extrínseca a aquél.


Con lo expuesto también podemos afirmar: "Las Personas divinas se distinguen realmente por las "relaciones". La única distinción real que existe y puede existir entre las divinas Personas es la distinción real de relación.


TESIS 1°: "En virtud de las procesiones, en Dios se dan cuatro relaciones reales: engendrar, ser engendrado, espirar y ser espirado"

A. Explicación

Conocidos todos los términos de "relación" y sus clases de relación, exponemos ahora cuántas relaciones reales se dan en Dios. La respuesta viene dada en la tesis: en Dios solamente hay cuatro relaciones reales, a saber, la paternidad (generare), la filiación (generari), la espiración activa (spirare) y la espiración pasiva (spirari).

B. Magisterio de la Iglesia:

Concilio XI de Toledo: "... Diciéndose por "relación" tres Personas, en una sola naturaleza o substancia ... porque lo que el Padre es, no lo es con relación a sí, sino al Hijo; y lo que el Hijo es, no lo es con relación a sí, sino al Padre; y de modo semejante, el Espíritu Santo no a sí mismo, sino al Padre y al Hijo se refiere en su relación .... Porque el número se ve en la relación de las Personas; pero en la substancia de la divinidad, no se puede comprender lo que es objeto del número".

C. Adversarios:

Nominalistas: que negaron o pusieron en duda que la espiración activa fuera relación, al menos real.

D. Sagrada Escritura:

La Sagrada Escritura enseña que la primera Persona divina es verdaderamente Padre  y la segunda Persona verdaderamente Hijo. Ahora bien, la paternidad y la filiación son relaciones reales, porque "la razón de llamar a alguien padre, es precisamente la paternidad, y la de llamarlo hijo, es la filiación". Si, pues, no hay en Dios paternidad y filiación real, síguese que Dios no es realmente Padre, ni el Hijo, sino sólo según nuestro modo de concebir, este es el error de Sabelio.

E. Argumento teológico:

Sto. Tomás  razona así: "Las procesiones (divinas) no son más que dos, según hemos visto: una que sigue a la operación del entendimiento y es la procesión del Verbo; otra, que sigue al acto de la voluntad, que es la procesión del Amor; y por cada una de estas procesiones hallamos dos "relaciones opuestas", una, de lo que procede a su principio, y otra, del principio a lo procedente.

La procesión del Verbo se llama "generación" (generare), conforme a la razón propia con que la generación compete a los vivientes, y la relación de principio de generación en los vivientes perfectos se llama "paternidad" (generare), así como la relación de lo que procede de principio se llama "filiación" (generari). En cuanto a la procesión del Amor, se le llama "espiración" (spirare) a la relación de principio de esta procesión. Y a la de término, se le llama "procesión" (spirari), aunque estos dos nombres se refieren a las mismas procesiones u orígenes, y no a las relaciones".

La razón última por la cual se prueba que sólo haya en Dios cuatro relaciones reales (generare, generari, spirare, spirari), es el hecho de que las relaciones son subsistentes, y éstas son únicamente las que se fundamentan en  origen.


TESIS 2°. "De estas cuatro relaciones reales, solamente tres son las que se oponen y son realmente distintas entre sí: Paternidad, Filiación y Espiración pasiva"

A. Explicación

Del dogma de la Trinidad de Personas en Dios, deducimos que en Dios las relaciones mutuas no son puramente lógicas o conceptuales, sino que son reales. De lo contrario, la Trinidad de Personas se reduciría a mera trinidad lógica. Ya que la distinción de las tres Personas divinas no se fundan en la esencia divina, sino en las relaciones mutuas de oposición entre las Personas divinas.

La tesis afirma que en Dios hay tres relaciones realmente opuestas  distintas entre sí. De las cuatro relaciones reales divinas inmanentes, tres se hallan en mutua  oposición y son por tanto, realmente distintas entre sí; tales relaciones son la "paternidad" (generare), "filiación" (generari) y espiración pasiva (spirari), llamada "procesión".

NOTA: La espiración activa (spirare) la que procede del Padre y del Hijo como de un único principio, solamente se opone a la espiración pasiva (spirari), la del Espíritu Santo al Padre y al Hijo, pero no a la "paternidad" ni a la "filiación", sino que tan sólo media entre ellas (spirare y spirari) una distinción virtual.

B. Magisterio de la Iglesia

Concilio XI de Toledo: Porque el número se ve en la relación de las Personas ... luego sólo indican número en cuanto están relacionadas entre sí".
Concilio de Florencia: Estas tres Personas son un solo Dios ... y todo es uno, donde no obsta la oposición de relación".

C. Argumento Teológico

La Iglesia enseña que en Dios solamente existen tres relaciones reales opuestas entre sí; y, por lo mismo, hay en El tres Personas divinas realmente distintas entre sí. La razón es porque la "espiración activa" (spirare), de la que procede el Espíritu Santo, es común al Padre y al Hijo como de un único principio, y, por lo mismo, no establece una relación "opuesta" entre el Padre y el Hijo, sino únicamente entre el Padre y el Hijo con relación al Espíritu Santo. De ahí, que aunque las relaciones reales en Dios sean cuatro: (generare, generari, spirare, spirari) sólo tres son "opuestas entre si" : generare, generari, spirari.

Ahora bien, lo que constituye las Personas en Dios son precisamente las "relaciones opuestas", no las comunes (como es la espiración activa (spirare) del Padre y del Hijo). Luego, es manifiesto que las divinas Personas son tres, aunque las relaciones reales en Dios son cuatro: generare, generari, spirare, spirari.

Sto. Tomás dice: "Si bien en Dios hay cuatro  relaciones, como hemos explicado, sin embargo una de ellas, o sea, la "espiración activa (spirare), no separa de la Persona del Padre ni de la del Hijo, sino que conviene a las dos. Por eso, aunque sea relación, no se llama "propiedad" porque no conviene a una sola Persona (en este caso son dos Personas, el Padre y el Hijo); ni tampoco es relación personal, o sea, constitutiva de Persona, (pues son dos Personas).

En cambio, estas tres relaciones: paternidad (generare), filiación (generari) y procesión (spirari), se llaman "propiedades personales" o constitutivas de Personas; pues la "paternidad" (generare) es  la Persona del Padre;  la "filiación" (generari) es  la Persona del Hijo; y la "procesión" (spirari) es la Persona del Espíritu Santo que procede (del Padre y del Hijo)". Sto. Tomás. I,30,2,ad,I.


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Agradecemos al P. Ignacio Garro, S.J. por su colaboración.
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