Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros.
Y nosotros hemos visto su gloria,
la gloria que recibe del Padre como Hijo único,
lleno de gracia y de verdad.
Jn. 1, 14
Pregón de Navidad
Que esta noche escuchemos, juntos, la voz eterna
que se vuelve historia.
Un hágase en el que convergen
todos los 'síes' de la historia,
todos los gestos de amor verdadero,
los actos de valentía,
las decisiones audaces
de quien escucha la voz de Dios
y elige creer que es posible.
Llega la Navidad, ya es inminente.
En camino, todos los creyentes
de la historia; los buscadores
de paz, pan y palabra;
los testigos de la vida;
los excluidos, atrapados en márgenes
que se vuelven centro.
Llega el poder desnudo,
la debilidad más fuerte de la historia,
la locura del amor incondicional,
el baile de quien desafía
convenciones y ley muerta.
Llega ya, ¿no lo estáis oyendo?
Preparad el camino, abrid la puerta,
encended la lámpara,
que, una vez más,
la alianza se hace fiesta.
(Rezando voy)
Que esta noche escuchemos, juntos, la voz eterna
que se vuelve historia.
Un hágase en el que convergen
todos los 'síes' de la historia,
todos los gestos de amor verdadero,
los actos de valentía,
las decisiones audaces
de quien escucha la voz de Dios
y elige creer que es posible.
Llega la Navidad, ya es inminente.
En camino, todos los creyentes
de la historia; los buscadores
de paz, pan y palabra;
los testigos de la vida;
los excluidos, atrapados en márgenes
que se vuelven centro.
Llega el poder desnudo,
la debilidad más fuerte de la historia,
la locura del amor incondicional,
el baile de quien desafía
convenciones y ley muerta.
Llega ya, ¿no lo estáis oyendo?
Preparad el camino, abrid la puerta,
encended la lámpara,
que, una vez más,
la alianza se hace fiesta.
(Rezando voy)
Quisiste venir
Quisiste venir en el camino,
Dios inquieto,
desde todos los tiempos
apasionado de los éxodos y viajes.
En medio de la incertidumbre,
en la intemperie,
en el sin saber a dónde,
allí eliges estar.
Quisiste venir en la noche,
Dios escondido,
porque quizás allí la luz brille más,
porque necesitabas de la intimidad
para empezar a balbucear tu llanto.
Porque elegiste a los pequeños
para estar con vos.
Porque quieres habitar también
nuestras noches.
Porque quieres allí susurrarnos
«no teman».
Quisiste venir sin grandes milagros,
Dios discreto,
sin más señal
que tu llanto y tu presencia.
Un pañal y los brazos de tu madre,
el silencio de José y de algunos animales.
Quiero nacer contigo
a tanta Vida prometida.
Regálame Señor,
la fe inquieta,
escondida y discreta,
para hacer camino en la noche
confiando en la serena certeza
de tu presencia cercana.
(Matías Hardoy)
Rezando voy
Navidad sin marcha atrás
Que esta Navidad te siga…
En los pies que no descansan, ni en el lodo ni en el cielo.
En aquellos que, no andando, pisan sin retroceder.
En los que yendo descalzos abren brechas en el suelo,
para que el alma camine hasta llegar a Belén.
Que esta Navidad te mire…
En las caras de esa gente
que, sobre la confusión y la amargura,
la orfandad y el ajetreo que cargan,
dejan caer, como rocío, el resplandor del niño Dios.
Que esta Navidad te toque…
En las manos que trabajan por los otros,
las que abrazan y acarician sin parar,
las que cambian los establos de indigencia
en recintos de esperanza, de inclusión, de paz y pan.
Seve Lázaro, S.J.
Adoración de los reyes magos
El Amor encarnado en suma pobreza
Pregón de Noche Buena
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