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Domingo III de Pascua. Ciclo C - "Cristo encomienda su Iglesia a Pedro"


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P. Adolfo Franco, jesuita.

Lectura del santo evangelio según san Juan (21,1-19)

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.

Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.»

Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.»

Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.

Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?»

Ellos contestaron: «No.»

Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»

La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.»

Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.

Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.»

Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.

Jesús les dice: «Vamos, almorzad.»

Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»

Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»

Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.»

Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»

Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»

Él le dice: «Pastorea mis ovejas.»

Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»

Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»

Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.

Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

Palabra del Señor


Pedro le manifiesta su amor a Cristo y Cristo encomienda su iglesia a Pedro.

Esta hermosa página del Evangelio de San Juan, encierra muchas enseñanzas, pero además es bastante peculiar. Y es que se añadió, después que se había puesto ya un final al Evangelio. Se ve que el autor de este capítulo 21 del Evangelio de San Juan, consideraba que la enseñanza que se encerraba en esta aparición del Señor era especialmente importante.

Lo que se narra es una escena en que un grupo de apóstoles salen a pescar y por indicaciones de Jesús resucitado (que se les aparece a la orilla del lago de Genesaret) terminan haciendo una pesca milagrosa; una pesca milagrosa una vez más. Pero hay algunos aspectos muy especiales en esta pesca y en esta escena. Se trata de una página muy particular en que se quiere poner de relieve el papel especial de San Pedro.

La figura de San Pedro destaca mucho en todo el pasaje: él es el que tiene la iniciativa de salir a pescar; él es que se tira al mar cuando sabe que es el Señor el que está en la orilla esperándoles; él también va a buscar la red y la arrastra hasta la orilla. Y sobre todo él tiene un largo coloquio privado con Jesús, que lo confirma en su puesto de Pastor de la Iglesia, y en que le anuncia la muerte de que va a morir.

Parecería que este pasaje viene a hacer de nexo entre la presencia de Jesús en este mundo (aunque ahora ya resucitado) y el nacimiento de la Iglesia. Diríamos que es una escena en que aparece Jesús trasmitiéndoles toda su misión a Pedro, y con él a los apóstoles.

Es una escena llena de rasgos hermosos: nos presentan a Jesús asando un pescado sin duda para sus apóstoles, y pidiéndoles que le traigan de los peces que ellos acaban de pescar. Un detalle especialmente humano de Jesús resucitado, con los suyos. Primero les ha preguntado cómo ha ido la pesca y cuando se entera (ya lo sabía) que no han pescado nada, les dice dónde están los peces. Y de nuevo se hace una pesca especialmente abundante.

Pero mientras los demás apóstoles están comiendo el pescado asado, Jesús se retira un poco con Pedro. Y le hace la triple pregunta de si lo ama; seguramente para borrar con esto definitivamente el sabor amargo que debía tener Pedro después de la triple negación. Pero no es una simple confesión de amistad. Pues a cada respuesta afirmativa de Pedro, sigue un encargo pastoral: ya que me amas, apacienta mis ovejas. O sea demuéstrame ese amor, cuidando mi Iglesia. Es un asunto de amor, pero de un amor que se muestre en las obras. 

Las obras, “apacentar sus ovejas” son la verdadera respuesta que Jesús espera de Pedro. Jesús había hablado muchas veces de la oración estéril, y sin sustento: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre. El que me ama, guardará mis mandamientos. Y en la carta de Santiago se habla también de la fe sin obras, que es una fe muerta. Y sobre todo San Juan en su primera carta, en que afirma: El que dice que ama a Dios a quien no ve, y no ama a su prójimo a quien sí ve, es un mentiroso.

Después de esta triple afirmación con que Pedro reitera su amor a Jesús. Este le anuncia la prueba más grande que Pedro le dará de su amor: Jesús le anuncia que más adelante entregaría su vida por El con valentía; ya no volverá el miedo que tuvo la noche de la triple negación. Cuando seas mayor otro te ceñirá y te llevará donde no quieres. Y con esto le decía de qué forma glorificaría a Dios. Así se está planteando la estructura de la Iglesia que nacerá poco tiempo después. Todo debe basarse en el amor a Jesús, sin eso no hay Iglesia. El que más se destaca en la Iglesia debe ser el que más sirva a sus hermanos. La dedicación a los hermanos es asunto fundamental en la pertenencia a la Iglesia. Y finalmente la capacidad de dar la vida por el Señor, como máxima obra de servicio a Jesús y a su Iglesia.



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Voz de audio: José Alberto Torres Jiménez.
Ministerio de Liturgia de la Parroquia San Pedro, Lima. 
Agradecemos a José Alberto por su colaboración.

...

Agradecemos al P. Adolfo Franco, S.J. por su colaboración.

Para otras reflexiones del P. Adolfo acceda AQUÍ.

 








Ofrecimiento Diario - Orando con el Papa Francisco en el mes de MAYO 2022: Por la fe de los jóvenes

 


 



RED MUNDIAL DE ORACIÓN DEL PAPA
APOSTOLADO DE LA ORACIÓN

INTENCIONES DEL PAPA PARA EL MES DE MAYO




OFRECIMIENTO DIARIO

Padre Bueno, sé que estás conmigo.
Aquí estoy en este nuevo día.
Pon una vez más mi corazón
junto al Corazón de tu Hijo Jesús,
que se entrega por mí y que viene a mí en la Eucaristía.
Que tu Espíritu Santo me haga su amigo y apóstol, 
disponible a su misión de compasión.
Pongo en tus manos mis alegrías y esperanzas,
mis trabajos y sufrimientos, todo lo que soy y tengo,
en comunión con mis hermanos y hermanas de esta red mundial de oración.
Con María te ofrezco mi jornada por la misión de la Iglesia y por la intención de Oración del Papa para este mes:

«Recemos para que los jóvenes, llamados a una vida plena, descubran en María el estilo de la escucha, la profundidad del discernimiento, la valentía de la fe y la dedicación al servicio.»
AMÉN




ORACIÓN

Padre Bueno, que nos dejaste en Jesucristo

un camino seguro para los jóvenes,

hoy, los traemos ante Ti, y te pedimos por ellos.

Así como tu Hijo forjó su corazón joven junto a María,

envía tu Espíritu Santo para que también los jóvenes

encuentren en ella el crisol para sus propios corazones

donde puedan forjar una fe valiente, discernida y al servicio.

Que tu Hijo los guíe por los caminos que Él recorrió

Y que María, les enseñe lo que a Él enseñó.

Ilumina sus corazones para que, a la escucha de tu gracia,

y apoyados por sus mayores,

disciernan el camino de una vida en plenitud.

Amén.


Padre Nuestro…

Ave María...

Gloria...

Amén




LUEGO DEL OFRECIMIENTO DIARIO
RECEMOS DURANTE LA MAÑANA, EL DÍA Y POR LA NOCHE


ENLACES AQUÍ

DESCARGUE EN PDF LAS ORACIONES
Revista virtual RED MUNDIAL DE ORACIÓN DEL PAPA, MAYO 2022, Nº67.
AQUÍ.



INTENCIÓN DEL MES

El Papa pide a los jóvenes escucha, valentía y servicio

En el proceso de encontrar el propio camino en la vida, Francisco anima a los jóvenes a escuchar como la Virgen María y a prestar atención a las palabras de sus abuelos.

Ciudad del Vaticano

El Papa invita a los jóvenes a construir una vida plena que sea fruto de la valentía de entregarse al servicio de los demás. En el Video del Papa de mayo, con la intención de oración que confía a toda la Iglesia a través de la Red Mundial de Oración del Papa, el Santo Padre se dirige a los jóvenes y los invita a que “descubran en María el estilo de la escucha, la profundidad del discernimiento, la valentía de la fe y la dedicación al servicio”.

La importancia de la escucha

Además del ejemplo de la Virgen María, el Papa recomienda a los jóvenes que en su proceso de discernimiento escuchen “las palabras de los abuelos”, ya que “en ellas encontrarán una sabiduría que los llevará a ir más allá de las tendencias del momento”. Sin embargo, también deben ser escuchados.

“Nos hace falta crear más espacios donde resuene la voz de los jóvenes”, reclamaba Francisco en la Exhortación Christus vivit. Esta petición del Santo Padre ya fue recogida en 2019 por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, que creó un organismo internacional de representación de los jóvenes para fomentar su participación y corresponsabilidad en las Iglesias particulares. Y es precisamente en colaboración con este Dicasterio que se ha realizado El Video del Papa de mayo: el primero de un tríptico de intenciones de oración que tendrá como protagonistas a la familia en junio y a los ancianos en julio.

Valentía y servicio

El mensaje de mayo también está marcado por el servicio, de forma que el discernimiento tenga un impacto positivo en los demás. Francisco invita a los jóvenes a ser valientes y decididos para decir ‘sí’ al Señor como hizo María, que “se arriesgó y lo apostó todo cambiando su vida al seguirle”. “Ustedes, los jóvenes que quieren construir un mundo mejor, sigan su ejemplo”, insiste el Santo Padre.

Hacia la JMJ de Lisboa 2023

El ejemplo de María para los jóvenes, indicado por el Papa Francisco en este video, es subrayado por el Padre João Chagas, responsable de la Oficina Jóvenes del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida: “El tema de la próxima peregrinación intercontinental de los jóvenes -la JMJ de Lisboa 2023- será mariano: ‘María se levantó y se fue deprisa’ (Lc 1,39). Todo el camino de preparación de este evento es una invitación a los jóvenes para que se levanten y ayuden al mundo a hacerlo.

En su último mensaje a los jóvenes, el Santo Padre les dirigió un enérgico llamamiento: ¡Ayudémonos ‘unos a otros a levantarnos juntos, y en este difícil momento histórico seremos profetas de tiempos nuevos, llenos de esperanza! Que la Bienaventurada Virgen María interceda por nosotros’ (Papa Francisco, Mensaje para la XXXVI JMJ)”.

Diálogo entre generaciones

El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, obra pontificia que cuenta con una sección juvenil, el Movimiento Eucarístico Juvenil, recordó que, desde el inicio de su pontificado, Papa Francisco ha subrayado la importancia de un nuevo entendimiento entre las generaciones, en particular entre abuelos y nietos.

“No es casualidad que a Francisco le guste recordar a menudo al profeta Joel: ‘Después de esto, derramaré mi espíritu sobre todo hombre y tus hijos y tus hijas se convertirán en profetas; tus mayores tendrán sueños, tus jóvenes tendrán visiones’ (Jl 3, 1; cf. Hch 2, 17)”, dijo el padre Fornos.

El sacerdote explicó además que con la intención de oración de este mes, en el contexto del proceso Sinodal, el Papa Francisco pone la luz sobre la formación de los jóvenes en el discernimiento: “¿Cómo ayudar a los jóvenes, siguiendo el estilo de María, a escuchar, a discernir, para reconocer los llamados del Señor y servir en el mundo de hoy? Aquí se juega seguramente el rol de los ancianos que pueden ayudarlos en esta tarea. Recemos juntos por esta intención de oración”.


MAYO: POR LA FE DE LOS JÓVENES

“Al hablar de familia quiero empezar dirigiéndome primero a los jóvenes. Cuando pienso en un modelo en el que ustedes, los jóvenes, se puedan sentir identificados, siempre me viene a la cabeza nuestra Madre, María. Su valentía, su saber escuchar y su dedicación al servicio. Ella fue valiente y decidida al decir “sí” al Señor. Ustedes, los jóvenes que quieren construir algo nuevo, un mundo mejor, sigan su ejemplo, arriésguense. No olviden que para seguir a María necesitan discernir y descubrir lo que Jesús quiere de ustedes, no lo que a ustedes se les ocurre que pueden hacer. Y en este discernimiento es de gran ayuda escuchar las palabras de los abuelos. En esas palabras de los abuelos van a encontrar una sabiduría que los va a llevar más allá de las cuestiones del momento. Le van a dar panorámica a las inquietudes de ustedes. Recemos, hermanas y hermanos, para que los jóvenes, llamados a una vida plena, descubran en María el estilo de la escucha, la profundidad del discernimiento, la valentía de la fe y la dedicación al servicio. Francisco”

ACTITUDES

DISCERNIR LA PROPIA VIDA
“Madurar, crecer y organizar la propia vida sin perder esa atracción, esa apertura amplia, esa fascinación por una realidad que siempre es más. En cada momento de la vida podremos renovar y acrecentar la juventud” (Papa Francisco). Toma tiempo para mirar en tu vida aquello que te da Vida plena, y elígelo.

ESCUCHAR
  “Siempre llama la atención la fuerza del “sí” de María joven. La fuerza de ese “hágase” que le dijo al ángel. Fue una cosa distinta a una aceptación pasiva o resignada” (Papa Francisco). Escucha, haz silencio interior y reconoce la voz del Señor en tu vida.

HACERSE RESPONSABLE
“La inquietud insatisfecha, junto con el asombro por lo nuevo que se presenta en el horizonte, abre paso a la osadía que los mueve (a los jóvenes) a asumirse a sí mismos, a volverse responsables de una misión” (Papa Francisco). Asume y cuida tus compromisos grandes o pequeños.

SERVIR
“Es importante tomar conciencia de que Jesús fue un joven. Dio su vida en una etapa que hoy se define como la de un adulto joven. En la plenitud de su juventud comenzó su misión pública y así «brilló una gran luz» (Mt 4,16), sobre todo cuando dio su vida hasta el fin” (Papa Francisco). Ten gestos de servicio y entrega con quienes tienes cerca.

AMAR CON GRATUIDAD
“Mientras luchas para dar forma a tus sueños, vive plenamente el hoy, entrégalo todo y llena de amor cada momento. Porque es verdad que este día de tu juventud puede ser el último, y entonces vale la pena vivirlo con todas las ganas y con toda la profundidad posible” (Papa Francisco). Vive cada momento como si fuera el último, ama sin reclamos y sin quejas.

Fuente: ClickToPray




RECURSOS EN LA RED

A. Cada Primer Viernes en Youtube, se pude buscar "El Video del Papa".

B. "Click To Pray" es una aplicación para teléfonos inteligentes (iOS y Android) en donde puedes unirte cada día a la red Mundial de Oración del Papa. Descarga ClickToPray [App Store] [Google Play]

C. Para comunicarnos:
apostolado.oración.peru@gmail.com



Catequesis del Papa sobre la vejez: 7. «Noemí, la alianza entre las generaciones que abre al futuro»



PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Plaza de San Pedro
Miércoles, 27 de abril de 2022

[Multimedia]

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Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y bienvenidos!

Hoy seguimos reflexionando sobre los ancianos, sobre los abuelos, sobre la vejez, parece fea la palabra, pero no, ¡los acianos son geniales, son bellos! Y hoy nos dejaremos inspirar por el espléndido libro de Rut, una joya de la Biblia. La parábola de Rut ilumina la belleza de los vínculos familiares: generados por la relación de pareja, pero que van más allá del vínculo de pareja. Vínculos de amor capaces de ser igualmente fuertes, en los cuales se irradia la perfección de ese poliedro de los afectos fundamentales que forman la gramática familiar del amor. Esta gramática lleva savia vital y sabiduría generativa en el conjunto de las relaciones que edifican la comunidad. Respecto al Cantar de los Cantares, el libro de Rut es como la otra cara del díptico del amor nupcial. Igualmente importante, igualmente esencial, celebra el poder y la poesía que deben habitar los vínculos de generación, parentesco, entrega, fidelidad que envuelven a toda la constelación familiar. Y que se vuelven incluso capaces, en las coyunturas dramáticas de la vida de pareja, de llevar una fuerza de amor inimaginable, capaz de relanzar la esperanza y el futuro.

Sabemos que los lugares comunes sobre vínculos de parentela creados por el matrimonio, sobre todo el de la suegra, ese vínculo entre suegra y nuera, hablan contra esta perspectiva. Pero, precisamente por esto, la palabra de Dios se vuelve valiosa. La inspiración de la fe sabe abrir un horizonte de testimonio contra los prejuicios más comunes, un horizonte valioso para toda la comunidad humana. ¡Os invito a redescubrir el libro de Rut! Especialmente en la meditación sobre el amor y en la catequesis sobre la familia.

Este pequeño libro contiene también una valiosa enseñanza sobre la alianza de las generaciones: donde la juventud se revela capaz de dar de nuevo entusiasmo a la edad madura —esto es esencial: cuando la juventud da de nuevo entusiasmo a los ancianos—, donde la vejez se descubre capaz de reabrir el futuro para la juventud herida. En un primer momento, la anciana Noemí, si bien conmovida por el afecto de las nueras, que quedan viudas de sus dos hijos, se muestra pesimista sobre su destino dentro de un pueblo que no es el de ellas. Por eso anima afectuosamente a las jóvenes mujeres a volver a sus familias para rehacerse una vida —eran jóvenes estas mujeres viudas—. Dice: “No puedo hacer nada por vosotras”. Ya esto se muestra como un acto de amor: la mujer anciana, sin marido y ya sin hijos, insiste para que las nueras la abandonen. Pero también es una especie de resignación: no hay futuro posible para las viudas extranjeras, privadas de la protección del marido. Rut sabe esto y resiste a esta oferta generosa, no quiere volver a su casa. El vínculo que se ha establecido entre suegra y nuera ha sido bendecido por Dios: Noemí no puede pedir que la abandone. En un primer momento, Noemí aparece más resignada que feliz de esta oferta: quizá piensa que este extraño vínculo agravará el riesgo para ambas. En ciertos casos, la tendencia de los ancianos al pesimismo necesita ser contrarrestada por la presión afectuosa de los jóvenes.

De hecho, Noemí, conmovida por la entrega de Rut, saldrá de su pesimismo e incluso tomará la iniciativa, abriendo para Rut un nuevo futuro. Instruye y anima a Rut, viuda de su hijo, a conquistar un nuevo marido en Israel. Booz, el candidato, muestra su nobleza, defendiendo a Rut de los hombres que trabajan para él. Lamentablemente, es un riesgo que se verifica también hoy.

El nuevo matrimonio de Rut se celebra y los mundos son de nuevo pacificados. Las mujeres de Israel dicen a Noemí que Rut, la extranjera, vale “más que siete hijos” y que ese matrimonio será una “bendición del Señor”. Noemí, que estaba llena de amargura y decía también que su nombre es amargura, en su vejez conocerá la alegría de tener una parte en la generación de un nuevo nacimiento. ¡Mirad cuántos “milagros” acompañan la conversión de esta anciana mujer! Ella se convierte al compromiso de volverse disponible, con amor, por el futuro de una generación herida por la pérdida y con el riesgo de abandono. Los frentes de la recomposición son los mismos que, en base a las probabilidades trazadas por los prejuicios del sentido común, deberían generar fracturas insuperables. Sin embargo, la fe y el amor consienten superarlos: la suegra supera los celos por el propio hijo, amando el nuevo vínculo de Rut; las mujeres de Israel superan la desconfianza por el extranjero (y si lo hacen las mujeres, todos lo harán); la vulnerabilidad de la mujer sola, frente al poder del hombre, es reconciliada con un vínculo lleno de amor y de respeto.

Y todo ello porque la joven Rut se ha empeñado en ser fiel a un vínculo expuesto al prejuicio étnico y religioso. Y retomo lo que he dicho al principio, hoy la suegra es un personaje mítico, la suegra no digo que la pensamos como el diablo pero siempre se piensa en ella como una figura mala. Pero la suegra es la madre de tu marido, es la madre de tu mujer. Pensemos hoy en este sentimiento un poco difundido de que la suegra cuanto más lejos mejor. ¡No! Es madre, es anciana. Una de las cosas más bonitas de las abuelas es ver a los nietos, cuando los hijos tienen hijos, reviven. Mirad bien la relación que vosotros tenéis con vuestras suegras: a veces son un poco especiales, pero te han dado la maternidad del cónyuge, te han dado todo. Al menos hay que hacerlas felices, para que lleven adelante su vejez con felicidad. Y si tienen algún defecto hay que ayudarlas a corregirse. También a vosotras suegras os digo: estad atentas a la lengua, porque la lengua es uno de los pecados más malos de las suegras, estad atentas. Y Rut en este libro acepta a la suegra y la hace revivir y la anciana Noemí asume la iniciativa de reabrir el futuro para Rut, en lugar de limitarse a disfrutar de su apoyo. Si los jóvenes se abren a la gratitud por lo recibido y los ancianos toman la iniciativa de relanzar su futuro, ¡nada podrá detener el florecimiento de las bendiciones de Dios entre los pueblos! Por favor, que los jóvenes hablen con los abuelos, que los jóvenes hablen con los ancianos, que los ancianos hablen con los jóvenes. Este puente debemos restablecerlo fuerte, hay ahí una corriente de salvación, de felicidad. Que el Señor nos ayude, haciendo esto, a crecer en armonía en las familias, esa armonía constructiva que va de los ancianos a los más jóvenes, ese bonito puente que nosotros debemos custodiar y cuidar.


Tomado de:

https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2022/documents/20220420-udienza-generale.html

Para anteriores catequesis del Papa AQUÍ

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Imagen tomada de:

http://asociacionbiblicasanpablo.blogspot.com/2016/04/mujeres-de-la-biblia-rut-y-noemi.html

ESPECIAL DE LA DIVINA MISERICORDIA

 


FIESTA: 2DO DOMINGO DE PASCUA
 
"Ha llegado la hora en la que el mensaje de la Divina Misericordia derrame en los corazones la esperanza y se transforme en chispa de una nueva civilización: la civilización del amor."
San Juan Pablo II

Compartimos publicaciones sobre la Devoción a la Divina Misericordia y sobre la Misericordia

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108. Meditaciones: Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - Jesús en tierras de Tiro y Sidón. Curación de la hija de la cananea


 

P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita

Introducción

Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones

Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo


IV. JESÚS REGRESA A GALILEA Y MARCHA A TIERRAS DE PAGANOS PASA DE NUEVO POR GALILEA

PASA DE NUEVO POR GALILEA

(Junio - Setiembre, año 29)


108.- JESÚS EN TIERRAS DE TIRO Y SIDON. CURACIÓN DE LA HIJA DE LA CANANEA

TEXTOS

Mateo 15, 21-28

Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de Tiro y Sidón. En esto, una mujer cananea, saliendo de aquellos términos, se puso a gritar: "¡Ten piedad de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija está malamente endemonia­da." Pero él no respondió palabra. Entonces los discípulos, acercándose, le rogaron: "Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros." Respondió él: "No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la Casa de Is­rael." Ella, no obstante, fue a postrarse ante él y le dijo: "¡Señor, socórre­me!" El respondió: "No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos." "Sí, Señor, -repuso ella- que también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos." Entonces Jesús le dijo: "Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas." Y desde aquel mo­mento quedó curada su hija.

Marcos 7, 24-30

Y partiendo de allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa que­ría que nadie lo supiese, pero no logró pasar inadvertido, sino que, en se­guida, habiendo oído hablar de él una mujer, cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies. Esta mujer era pagana, siro-fenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija el demo­nio. El le dijo: "Espera que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos." Pero ella le respondió: "Sí, Señor, que también los perritos comen bajo la mesa las migajas de los niños." El, entonces, le dijo: "Por lo que has dicho, vete; el demonio ha sa­lido de tu hija." Volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido.

INTRODUCCIÓN

Jesús conoce que la hostilidad de los escribas y fariseos va creciendo in­tensamente. Por otra parte, el pueblo, después del discurso de Jesús en Cafarnaúm, se muestra más reticente con él y es más sensible ante las ca­lumnias que los fariseos aumentan contra él. Finalmente, aun bastantes de sus discípulos le han abandonado. La discusión que acaba de tener con los escribas y fariseos sobre las purificaciones rituales y la acusación de hipo­cresía que hace Jesús contra ellos, ha exacerbado los ánimos de sus ene­migos. Jesús cree que ha llegado la hora de retirarse de Galilea, y siente profundamente lo que podríamos llamar el fracaso de su apostolado. Por­que no había llegado "su hora", Jesús huye con sus apóstoles y abandona la región de Galilea; se retira a tierra de paganos, a la región fenicia de Tiro y Sidón. Volverá de nuevo a Galilea, pero como camino de vuelta ha­cia Jerusalén; su actividad apostólica en aquella región ha terminado.

Y es en estas tierras paganas donde Jesús va a realizar el milagro de sanación de la hija de la cananea. En esta región de Fenicia era también conocido. Recordemos que los Evangelistas al hablarnos del auditorio que oyó el Sermón del Monte, citan a "gente de Siria y Fenicia."

A la mujer, cuya hija cura Jesús, se le da el nombre de "cananea", según el apelativo que la Escritura da a todos los pueblos que moraban en Palesti­na, cuando entraron los Hebreos. Se la llama "siro-fenicia" atendiendo a una nomenclatura propia de aquel tiempo para los habitantes de esa re­gión. Se la llama "pagana" por no pertenecer al pueblo judío.

MEDITACIÓN

1) Jesús "huye" de Galilea

Aunque no se nos diga en el texto evangélico la palabra "huye", sabemos que la razón de retirarse de allí fue la hostilidad creciente de los escribas y fariseos; y la misma actitud del pueblo y de muchos discípulos se había vuelto muy recelosa y no amigable con Jesús.

Después de un año entero de extraordinario apostolado en aquella tierra de Galilea, el Señor advierte que no ha conseguido el fruto de su apostolado, no ha conseguido mover el corazón de aquella gente a una sincera conver­sión y a la aceptación del Reino de Dios que él ha venido a instaurar.

Cristo sabía que en su Iglesia muchos apóstoles tendrían que sentir un día el fracaso de sus esfuerzos apostólicos; y quiso él mismo tener esta expe­riencia y ser un ejemplo confortante para todos los apóstoles de todos los tiempos. Bendita enseñanza de Cristo que motivará siempre el celo apos­tólico de los que se entregan a él, aunque a los ojos humanos no se vea fruto alguno del esfuerzo realizado.

2) La oración de la cananea

Es de las oraciones más maravillosas de todo el Evangelio. Se dirige a Cristo con toda fe, reconociéndole como el verdadero Mesías, hijo de Da­vid. Pero lo que más admiramos en esta oración es la profunda humildad y confianza de esta mujer. Ella reconoce que no tiene ningún derecho a ser escuchada; sólo confía en la inmensa bondad del Señor. Y es oración perseverante, aunque se vea claramente rechazada por el Señor y humilla­da ante los demás. A pesar de cualquier obstáculo, a pesar de las humilla­ciones, ella sigue constante en su oración y sólo repite: "Ten compasión de mí."

Imitar la actitud de esta mujer en su oración, es la manera más eficaz de obtener del Señor sus gracias y beneficios. Quien se crea que tiene dere­cho a algo; quien se sienta defraudado porque parece que el Señor rechaza su oración quien no esté convencido de que todo es pura gracia del Señor, regalo suyo por su infinita bondad y compasión, ése no hace su oración de una manera agradable al Señor. Confiar sólo en su inmensa bondad, reco­nocer nuestra nada y nuestra miseria, ser constantes a pesar de todos los obstáculos que podamos tener, ésa es la actitud esencial de la oración cris­tiana. Y por supuesto, nunca seremos escuchados por el Señor, si, de al­guna manera, se lo reclamamos al Señor como si tuviésemos algún dere­cho a que él nos escuche y nos conceda lo que le pedimos.

3) Actitud del Señor y realización del milagro

Puede parecernos extraño que el Señor se dirija a esa pobre mujer con pa­labras duras e incluso humillantes. Pero para poder entender esta actitud de Cristo hemos de distinguir lo que son las apariencias externas de este diálogo de Jesús con la cananea y la intención profunda que hay en el cora­zón de Cristo. Ciertamente las apariencias son de un diálogo duro en que el Señor llega a llamar "perrito" a esa pobre mujer. Se basa este apelativo de Jesús en un proverbio judío. Los judíos llamaban "perros" a los paga­nos en contraposición a ellos mismos que eran los "siervos de Yahvé".

Pero la intención profunda del corazón de Jesús es querer acrisolar la fe de la cananea y poner ante el mundo un ejemplo extraordinario de humildad y confianza insuperables. El Señor sabía cómo iba a reaccionar esa mujer "pagana", pero que tenía una fe mayor que la de los judíos, y una fe mu­cho más sincera y mucho más humilde. Y la prueba con el aparente recha­zo y con la humillación. Los caminos del Señor son muy distintos a la ma­nera de pensar de los hombres. A través de ese aparente rechazo, el Señor le concederá el milagro; y antes de realizar el milagro Jesús pronunciará esa alabanza, que se recordará siempre hasta el fin del mundo: "Grande es tu fe". Alabanza que ni siquiera merecieron escuchar de él sus apóstoles.

Y por esa "gran fe" el Señor obra el milagro y queda sanada la hija de la cananea. El Señor comienza también en tierra pagana a triunfar sobre los demonios. El había dicho que no accedía a los ruegos de la cananea, porque no había sido enviado sino a las ovejas pérdidas de la Casa de Is­rael. Se refería a que su actividad apostólica directa estaba reservada para los judíos, aunque su doctrina y su obra redentora tenían que extenderse a todos los pueblos. Serán sus apóstoles los que comiencen a llevar a cabo esta evangelización del mundo entero.

Pero ante la fe de esta mujer, Jesús cambia su propósito, y decide también realizar su misión mesiánica de Salvador con esta mujer "pagana". Y efec­tivamente, brota de sus labios la palabra omnipotente: "Hágase como tú quieres". Y en aquel instante quedó curada su hija.

Inmensa alegría, profundo agradecimiento y un aumento de fe, serían los sentimientos que inundaron en aquella ocasión el corazón de la Cananea. No conocemos más sobre esta mujer; pero podríamos decir que su fe y su amor al Señor serían desde ese día el centro de su vida.



Examen de la oración


Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.


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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.









107. Meditaciones: Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - La pureza del corazón


 

P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita

Introducción

Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones

Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo


IV. JESÚS REGRESA A GALILEA Y MARCHA A TIERRAS DE PAGANOS PASA DE NUEVO POR GALILEA

PASA DE NUEVO POR GALILEA

(Junio - Setiembre, año 29)

107.- LA PUREZA DEL CORAZÓN

TEXTOS

Mateo 15, 10-20

Luego llamó a la gente y les dijo: "Oíd y entended. No es lo que entra en la boca lo que hace impuro al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que hace impuro al hombre."

Entonces se acercan a él los discípulos y le dicen: "¿Sabes que los fariseos se han escandalizado al oír tus palabras?"

El les respondió: "Toda planta que no haya plantado mi Padre Celestial será arrancada de raíz. Dejadlos: son ciegos que guían a ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caen en el hoyo". Tomando Pedro la pala­bra le dijo: "Explícanos la parábola." El respondió: "¿También vosotros estáis todavía sin inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que entra en la boca pasa al vientre y luego se echa al excusado? En cambio lo que sale de la boca viene de dentro del corazón, y eso es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro del corazón, salen las intenciones malas, asesi­natos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias. Eso es lo que hace impuro al hombre; que el comer sin lavarse las manos no hace impuro al hombre."

Marcos 7, 14-23

Llamó otra vez a la gente y les dijo: "Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda hacerle impuro; sino lo que sale del hombre, eso es lo que hace impuro al hombre, Quién tenga oídos para oír, que oiga."

Y cuando apartándose de la gente, entró en casa, sus discípulos le pregun­taron sobre la parábola. El les dijo: "¿Con que también vosotros estáis sin inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que entra en el hombre no pue­de hacerle impuro, pues no entra en su corazón, sino en el vientre y va a parar al excusado?" -Así declaraba puros todos los alimentos-. Y añadía: "Lo que sale del hombre, eso es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversida­des salen de dentro y hacen impuro al hombre."

INTRODUCCIÓN

Jesús había desenmascarado la hipocresía de los escribas y fariseos en presencia del pueblo. Pero quería algo más positivo. Ellos no hablaban sino de "pureza legal", de purificaciones externas. Jesús va a enseñar aho­ra el principio básico de la verdadera limpieza, de la pureza espiritual, in­terna, de la pureza del corazón del hombre, la única pureza que agrada a Dios.

Pero como conoce la actitud hostil de los fariseos, los deja aparte, y se di­rige a toda la gente que había estado escuchando su discusión con los fari­seos; y en tono solemne y con plena autoridad comenzará su enseñanza con las palabras: "Oíd y entended."

MEDITACIÓN

La enseñanza de Jesucristo es tan profunda como clara: no son los alimen­tos los que hacen puro o impuro al hombre; ni tampoco el comer los ali­mentos con las manos limpias, recién lavadas, purifican al hombre. Son sus pensamientos, sus deseos, sus intenciones, las que hacen al hombre impuro o le hacen puro.

Los judíos habían interpretado con mucha frecuencia los mandamientos de Dios en lo que tenían de prohibición de actos y obras externas; sobre todo aquello que podía causar desorden dentro de la misma sociedad judía. Sin embargo, daban muy poca importancia a los actos internos del corazón humano.

Jesucristo establecerá de una manera definitiva lo que se llama la "ley de la interioridad", es decir, que no solamente es pecado el acto o la obra pe­caminosa, sino también cualquier intención, deseo de algo malo, aunque no se realice. Y explica la razón de esta "ley de la interioridad": Todo pe­cado externo de obra primeramente se ha concebido dentro del corazón del hombre. Los homicidios, toda clase de injuria o daño que se hace a los demás, los adulterios, las fornicaciones, los robos, las calumnias, nacen primero en el corazón del hombre; y una vez concebidos en su corazón, el hombre los realiza en sus actos. Y esos actos internos del corazón ya son pecado y participan de la misma gravedad que los actos externos corres­pondientes; esos actos internos son los que hacen impuro al hombre, le quitan la gracia de Dios y convierten al hombre en verdadero pecador a los ojos de Dios.

Esta doctrina es la que no habían entendido nunca los fariseos, y era natu­ral que no la comprendiesen por la hipocresía interna en que vivían. Pero el Señor se extraña de que sus discípulos tampoco la han entendido; por eso les dirá con frase dura: "¿También vosotros estáis todavía sin entendi­miento?". Es muy probable que los propios apóstoles estuviesen contagia­dos de la mentalidad farisaica de la Ley; pero habían tenido ya la oportuni­dad de escuchar del Señor la verdadera interpretación de la Ley. Todos ellos habían escuchado el Sermón del Monte y en esa enseñanza el Señor había proclamado que no sólo peca quien ofende a su hermano de palabra u obra, sino también la ira interna merecía castigo. Había proclamado tam­bién que no sólo comete adulterio o fornicación, quien realiza el acto externo de esos pecados, sino también se peca de fornicación o adulterio con el solo deseo obsceno de una mujer.

Pero los apóstoles no habían comprendido todavía el profundo mensaje moral de Jesucristo. El Señor, con paciencia y bondad, les explica a sus apóstoles, de una manera realista, por qué las cosas de fuera no manchan el corazón del hombre, sino lo que nace indebidamente de ese corazón.

Hay otra enseñanza del Señor digna de resaltar. Los apóstoles le dicen al Señor que los fariseos se han escandalizado al oír sus palabras. El Señor a esta advertencia de los apóstoles da un juicio muy duro contra los escribas y fariseos. Dice a sus apóstoles que los escribas y fariseos no son plantas que ha plantado su Padre Celestial, y consiguientemente, "Toda planta que no haya plantado mi Padre Celestial será arrancada de raíz." Palabras és­tas que tienen un claro sentido de condenación eterna.

Y añade Jesús: "Dejadlos: son ciegos que guían a ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caen en el hoyo."

Cuando el Señor explicaba las parábolas, los evangelistas nos hablaban de la ceguera de los escribas y fariseos aplicando un texto de Isaías. (Cfr. Mt 13, 14-15). Igual que en aquella oportunidad Jesucristo se refiere a una ceguera culpable, una ceguera de obstinación pecaminosa. Son ciegos por­que quieren ser ciegos; porque voluntariamente se han cerrado a la luz que Cristo les trae.

Pero en sus palabras, el Señor da un consejo práctico a sus apóstoles. Les habla del riesgo que supondría para ellos, si se dejasen guiar de los escri­bas y fariseos. Junto con ellos "caerían en el hoyo", es decir, sería su ruina total. Por eso les aconseja: "Dejadlos". Deben apartarse de ellos y, por su­puesto, no dar importancia ni hacer caso del escándalo que manifiestan ante las palabras de Jesús.

Lección del Señor para todos los tiempos. Desgraciados aquellos hombres que consciente y libremente se cierran a la Luz de Dios, a Cristo, a su mensaje; y desgraciados aquellos que se dejen guiar en sus principios y en su vida por aquellos hombres. Hay que apartarse de ellos, pues son repro­bados por Dios y cae sobre ellos la pena de condenación.


Examen de la oración


Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.


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Meditaciones: Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo 10



P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita


Continuamos con la publicación de las meditaciones diarias por el P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita, en esta décima entrega compartimos las meditaciones correspondientes al tema:

II MINISTERIO DE JESÚS EN GALILEA

(Mayo 28 - Mayo 29)

E.- ULTERIOR MINISTERIO EN GALILEA: HASTA LA FIESTA DE PENTECOSTÉS

(Hasta fines de mayo del Año 29)

Asimismo, se presenta la Introducción y Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones presentadas por el autor, con la finalidad de dar orientaciones básicas a los ejercitantes, y se complementa con orientaciones para realizar el examen de la meditación.

Estas meditaciones se publicarán semanalmente en grupo correspondientes a un tema. Esperamos que estas publicaciones sean de provecho espiritual, con la gracia de Dios.

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106. Meditaciones: Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - Discusión con los fariseos: tradición de los antiguos


P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita

Introducción

Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones

Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo


IV. JESÚS REGRESA A GALILEA Y MARCHA A TIERRAS DE PAGANOS PASA DE NUEVO POR GALILEA

PASA DE NUEVO POR GALILEA

(Junio - Setiembre, año 29)

106.- DISCUSIÓN CON LOS FARISEOS: TRADICIÓN DE LOS ANTIGUOS

TEXTOS

Mateo 15, 1-9

Entonces se acercaron a Jesús algunos fariseos y escribas veni­dos de Jeru­salén, y le dijeron: "¿Por qué tus discípulos que­bran­tan la tradición de los antepasados?, pues no se lavan las manos a la hora de comer." El les res­pondió: "¿Y vosotros, por qué quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y tam­bién: el que maldiga a su padre o a su madre, morirá. Pero vosotros decís:

`El que diga al padre o a la madre: Todo aquello con que yo pudiera ayu­darte, es ofrenda, ése no tendrá que honrar a su padre o a su madre'. Así habéis anulado la Palabra de Dios por vuestra tradición. ¡Hipócritas! Bien profetizó de vosotros Isaías cuando dijo; "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que sólo son preceptos humanos."

Marcos 7, 1-13

Se reúnen junto a él los fariseos, así como algunos escribas venidos de Je­rusalén. Y al ver que algunos de sus discípulos comían con manos impu­ras, es decir no lavadas -es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a las tradiciones de los antiguos; y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de vasos, jarros y bandejas.-

Por eso, los fariseos y los escribas le preguntaron: "¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?" El les respondió: "Bien profetizó Isaías de vosotros, hi­pócritas, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón esta lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctri­nas que sólo son preceptos humanos. Dejando el precepto de Dios, os afe­rráis a la tradición de los hombres. Les decía también: "¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición! Porque Moisés dijo: 'Honra a tu padre y a tu madre, y el que maldiga a su padre o a su madre, morirá'. Pero vosotros decís: 'Si uno dice a su padre o a su madre: Declaro corbán (ofrenda) todo aquello con que yo pudiera ayudarte', ya no le dejáis hacer nada por su padre y por su madre, anulando así la Palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis transmitido, y hacéis muchas cosas semejantes a estas."

INTRODUCCIÓN

Conocemos que el discurso de Jesús sobre el Pan de Vida en la sinagoga de Cafarnaúm y el subsiguiente abandono de bastantes de sus discípulos, aunque no de los Doce, produjo en aquella ciudad, y se fue extendiendo por toda Galilea, una atmósfera de cierta hostilidad contra Jesús.

De momento Jesús escapa de esta hostilidad marchando a la Fiesta de Pentecostés en Jerusalén, pero después vuelve a Galilea. Y muy probable­mente al llegar a Cafarnaúm ya están los fariseos al acecho para hostigarle y hacerle preguntas Comprometedoras. Se nos dice que junto con los fari­seos estaban también, algunos escribas mandados de Jerusalén, sin duda algu­na para espiarle.

Jesús, pues, vuelve a tener un encuentro con los fariseos y escribas. Estos intentan desacreditar a Jesús delante de la gente acusándole de que no guardaba las tradiciones de los antepa­sa­dos; Jesús descubrirá la hipocresía de los fariseos y escribas delante de todo el pueblo y tendrá palabras durí­simas contra ellos.

Esta es la discusión que nos narran Mateo y Marcos en los pasajes aduci­dos. Para entender los pasajes evangélicos es necesario que conozcamos que los fariseos daban una importancia tan grande a ciertas purificaciones exteriores, que habían puesto en esa cuestión todo su celo. Esto había traí­do como consecuencia el que las purificaciones se multiplicasen y el que estuviesen rodeadas de tales ceremonias y ritos que hacía muy difícil la ob­servancia de las mismas, y eran una verdadera carga para todo el pueblo.

MEDITACIÓN

El Señor que se ha mostrado siempre comprensivo y bondadoso con los pecadores y ha buscado siempre llevarles el perdón, sin embargo muestra siempre una actitud muy dura contra los escribas y fariseos.

Hay un pecado que radica en la soberbia y que se manifiesta en la hipocre­sía cínica de los fariseos y escribas, contra el cual el Señor siente un pro­fundo desprecio y una clara indignación. El pecado de la hipocresía hace a los hipócritas abominables delante de Dios.

Y de este pecado es el que acusa el Señor a los fariseos y escribas; y en una oportunidad los llamará: "sepulcros blanquea­dos" (Mt 23, 27). Y les acusa concretamente de quebrantar, anular los mandamientos de Dios, mientras ponen toda la importancia en lo que es puramente costumbre hu­mana, sin trascendencia alguna, como son las purificaciones que ellos exi­gían. Más adelante les llegará a decir: "¡Ay de vosotros, escribas y fari­seos, que pagáis el diezmo de la pimienta, del aneto y del comino, y des­cuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe!" (Mt 23, 23)

Aquí, les acusa concretamente de quebrantar el mandamiento de honrar padre y madre, que lleva consigo el cuidar de los padres, cuando ya son ancianos y necesitan de la ayuda de los hijos.

Los escribas y fariseos habían inventado todo un sistema de pretendidas li­mosnas para las cosas de Dios, por el cual los hijos defraudaban a sus pa­dres del socorro que les debían por precepto divino. Los hijos, con verda­dero cinismo, decían a sus padres que lo que tenían para socorrerles a ellos lo habían hecho "ofrenda a Dios", y eso sólo ya les desligaba de la obligación de cumplir con esa obligación grave. Y por supuesto que los fariseos y escribas eran los que más se aprovechaban de esas pretendidas limosnas hechas a Dios.

El Señor se indigna contra esta hipocresía de los escribas y fariseos y les aplica el famoso texto de Isaías:

"Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas humanas que sólo son pre­ceptos humanos."

En este texto de Isaías (Is 29, 13-14; cfr. Ps.78, 36-37) encontramos una definición clara de lo que es la hipocresía y que, por eso, desagrada tanto al Señor. Es la mentira, el fingimiento buscado, el cinismo de unas pala­bras que confiesan y alaban a Dios, pero que salen de un corazón total­mente alejado de él. Así era el corazón de los escribas y fariseos que se jactaban públicamente de orar a Dios, mientras en su vida no les importa­ba quebrantar los principales mandamientos de Dios. Y eran intransigen­tes y bien exigentes con los demás en el cumplimiento de una serie de pre­ceptos humanos, dados por ellos mismos, y ellos descuidaban totalmente los grandes preceptos del Decálogo.

Y esta actitud de los fariseos puede encontrarse hoy en muchos cristianos que prácticamente sólo se acuerdan de Dios cuando necesitan pedirle algo; tienen imágenes y cuadros religiosos en sus casas; van a la iglesia cuando las conveniencias sociales lo exigen, bautismos, bodas, funerales; pero su corazón y su vida están completamente alejados de Dios. Contra esta for­ma hipócrita de práctica religiosa predicaron siempre los grandes profetas, y a través de ellos Dios dirá a esos hipócritas: "Y al extender -vosotros vuestras palmas (para rezar), me tapo los ojos para no veros. Aunque, multipliquéis la plegaria, yo no oigo." (Is 1, 15)

La hipocresía es de los pecados que más aborrece el Señor y, si no de una manera tan abierta como en el caso de los escribas y fariseos, y en el caso de los cristianos que indicábamos en el párrafo anterior, fácilmente puede encontrarse en cristianos que parecen sinceros e incluso en personas con­sagradas a Dios. Continuamente hemos de hacer examen de conciencia en profundidad para arrancar del corazón todo lo que sea hipocresía, aparen­tar lo que uno no es; sólo el corazón sincero puede agradar al Señor y sólo la oración que brota de ese corazón es escuchada por el Señor.


Examen de la oración


Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.


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