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65. Meditaciones: Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - Estar con Cristo


 P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita

Introducción

Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones

Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo


II MINISTERIO DE JESÚS EN GALILEA

(Mayo 28 - Mayo 29)


C. ULTERIOR PREDICACIÓN Y MILAGROS DE JESÚS

65.- ESTAR CON CRISTO

TEXTOS

Mateo 12,30

"El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo des­parrama".

Lucas 11,23

"El que no está conmigo está contra mí; y el que no recoge conmigo, des­parrama".


INTRODUCCIÓN

Esta sentencia de Jesús hay que interpretarla en el contexto en que la po­nen Mateo y Lucas. Es inmediatamente después de la controversia que ha tenido con los fariseos y escribas, y por lo tanto hay que referirla como di­cha, especialmente, a ellos.

Por lo tanto, el Señor no se está refiriendo a aquellos que en modo alguno le conocen. Los que no conocen a Jesús, no pueden estar ni con Jesús ni contra Jesús. Prescinden de El porque no le conocen.

Pero los fariseos si conocían a Jesús, escuchaban su doctrina, veían sus milagros. Y, en general, podemos decir que se refiere a todos aquellos que de alguna manera han conocido al Señor y no lo han aceptado.


MEDITACIÓN

1) "El que no está conmigo, está contra mí"

En el caso de los fariseos y escribas se comprende muy bien la sentencia del Señor. Ellos, ciertamente, no estaban con Cristo. Rechazaban su perso­na, eran ciegos a sus enseñanzas y a las obras que realizaba; las malinterpretaban y reprobaban. Pero también, es clarísimo, que por no aceptar a Jesús y sus enseñanzas se convirtieron en adversarios, en autén­ticos enemigos de Cristo: estaban claramente contra él.

Pero la sentencia de Cristo está dicha como un principio general, que por el contexto, se aplica primeramente a los fariseos y escribas, pero que tie­ne aplicaciones muy amplias.

Quién conoce a Jesús y conoce las enseñanzas de su Reino y no toma par­tido por El, aunque no ataque directamente a Jesús ni al Evangelio, esa persona está realmente contra Jesús. Jesús nos habla de dos reinos, el Rei­no de Dios y el reino de Satanás. Quien conoce el Reino de Dios y no quiere entrar en él, necesariamente pasa a formar parte del reino de Satanás, y, consiguientemente, está en contra de Jesús. Todo el que quiera tomar distancias con respecto a Jesús se pone automáticamente a favor de la causa de Satanás.

En este sentido, la enseñanza de Jesús tiene una aplicación muy concreta para muchas personas, incluso para muchos cristianos. Todos aquellos, que habiendo conocido a Cristo, o no lo aceptan, o prescinden de El, prácti­camente, en su vida; todas esas personas están contra Cristo. No cabe, en estos casos, neutralidad; o se está con Cristo, o se está contra Cristo. Y el no confesar a Cristo, cuando hay que confesarle, cuando hay que defender­le de tantos ataques que sufre hoy día; el callar las enseñanzas de Cristo que el mundo no quiere aceptar y no oponerse a la divulgación de enseñan­zas contrarias al Evangelio, es estar ya contra Cristo. Las condescenden­cias con los criterios del mundo son maneras de estar contra Cristo. No se trata de un momento de debilidad, por el cual el hombre puede caer en pe­cado, si luego se arrepiente en seguida y busca el perdón del Señor. Se tra­ta de actitudes permanentes del corazón que hacen que se viva alejado del Señor y alejado de su Evangelio en la práctica ordinaria de la vida. Aunque se confiese a Cristo con los labios, en realidad se está contra Cristo.

2) "El que no recoge conmigo, desparrama"

El tema de la dispersión de los judíos, del pueblo de Israel, y su reunión definitiva, cuando venga el Mesías, es tema tratado frecuentemente por los profetas.

En la parábola del Buen Pastor, Jesús hablará de reunir a todas las ovejas en un solo redil: "También tengo otras ovejas que no son de este redil; también a ellas tengo que llevarlas, y escucharán mi voz; habrá un solo re­baño y un solo pastor". (Jn 10, 16)

Y en la Ultima Cena el Señor cita una profecía de Zacarías que la aplica a sí mismo y a la situación en que van a encontrarse los apóstoles que le abandonarán durante su Pasión: "Todos vosotros os vais a escandalizar de mí esta noche como está escrito; 'Heriré al pastor y se dispersarán las ove­jas del rebaño' (Zac 13,7)". Y a continuación les dirá que El volverá a re­unirlas: "Más después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea". (Mat 26, 31-32)

La misión de Cristo en la tierra y el fruto de su Redención no será otro que formar la verdadera familia de Dios, comparada con un rebaño. Y quiere que todos estén dentro de esta familia. Y consiguientemente, la misión de todo apóstol de Jesucristo será trabajar para hacer de todos los pueblos y naciones "un solo rebaño y un solo Pastor"

Con esta introducción podemos entender perfectamente lo que el Señor nos quiere indicar con la sentencia que estamos comentando. El problema fundamental es "estar con Cristo", porque el que de verdad "está con Cris­to", será el único que con su gracia podrá mover los corazones de los hombres para hacer que entren en el redil de la familia de Dios. Cristo ha repetido que "sin mí no podéis nada" (Jn 15,5) Infaliblemente, el que está con Cristo, producirá muchos frutos de conversiones, hará una buena co­secha, reunirá a las ovejas.

Por el contrario, aquel que "está contra Cristo", lo único que hará será ser causa de escándalo para los demás y dispersar las ovejas. Tiene aplicación muy concreta a los fariseos y escribas, que implícitamente quedan aquí comparados con los malos pastores. Ellos eran los que más debían ayudar a Cristo a unir, reunir, a todos los judíos bajo el Mesías, y son los que dis­persan a las ovejas del Pueblo de Israel. Y tiene aplicación especial a to­dos los pastores de la Iglesia que traigan la división y la dispersión de los fieles. Y tiene una aplicación más general para toda persona, sobre todo si es cristiana, que "está contra Cristo" al no estar con El.


Examen de la oración


Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.


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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.





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