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Doctrina Social de la Iglesia - 18. El Trabajo V

 


P. Ignacio Garro, jesuita †


4. EL TRABAJO

Continuación...


4.2.6. EL TRABAJO VISTO COMO CASTIGO

También existe esta visión desde el punto de vista del libro del Génesis, capítulo 3º. El trabajo es visto como un castigo, impuesto por Dios, al hombre como consecuencia de su pecado, la tierra queda maldecida y los frutos que arranque de ella será que: "comerás el pan con el sudor de tu frente", Gen. 3,19. Esta teología se desarrolla en los tiempos en que destaca, sobre todo, la dureza del trabajo. Así ocurre en la época antigua: el trabajo manual y de esfuerzo físico es considerado para las clases sociales inferiores y para los esclavos[1]. J. Pablo II, en "Laborem Exercens" comenta la pena (sufrimiento, esfuerzo penoso) del trabajo: "Todo trabajo, tanto el manual como el intelectual, está unido inevitablemente a la fatiga. El Libro del Génesis lo expresa de manera verdaderamente penetrante, contraponiendo a aquella originaria bendición del trabajo, contenido en el misterio mismo de la creación, y unida a la elevación del hombre como imagen y semejanza de Dios, la maldición que el pecado lleva consigo: "por tí será maldita la tierra. Con el trabajo comerás de ella todo el tiempo de tu vida". Gen 3,17. Este dolor unido al trabajo señala el camino de la vida humana sobre la tierra y constituye el anuncio de la muerte: "con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra; pues de ella has sido tomado..." Gen 3,19. Casi como un eco de estas palabras, se expresa el autor de uno de los libros sapienciales: "entonces miré todo cuanto habían hecho mis manos y todos los afanes que al hacerlo tuve ..." Ecl.2,11" L.E. nº 27. El Papa J. Pablo II sigue comentando: "el sudor y la fatiga que el trabajo necesariamente lleva en la condición actual de la humanidad, ofrecen al cristiano y a cada hombre, que ha sido llamado a seguir a Cristo, la posibilidad de participar en el amor a la obra que Cristo ha venido a realizar. Esta obra de salvación se ha realizado a través del sufrimiento y de la muerte en cruz. Soportando la fatiga del trabajo en unión con Cristo crucificado por nosotros, el hombre colabora en cierto modo con el Hijo de Dios en redención de la humanidad", L.E. nº 27.

 

4.2.7. ¿HACIA UNA POSIBLE SÍNTESIS DE LAS DOS CORRIENTES? 

La teología del Gen. 1 es anterior al Pecado Original, mientras que la teología del Gen. 3, ya presupone el pecado en el género humano y las consecuencias duras y difíciles sobre la criatura humana. Por eso matiza el aspecto primero del trabajo descubriendo cómo el pecado introduce un factor de profunda tensión  en la experiencia humana y en la dificultad de la criatura humana con la naturaleza. Una síntesis entre la visión positiva y creadora del Gen 1 y la tensión de Gen 3, puede encontrar su punto de convergencia en la interpretación de que toda actividad humana se encamina hacia Dios y dicha actividad humana ha quedado iluminada por la Persona de Cristo. Cristo Salvador abre e ilumina el horizonte de la persona humana, por Él, con Él y en Él tiene sentido real todo lo que hacemos, porque en Él tenemos la salvación, Él ha reconciliado todas las cosas con Dios, su Padre, nuestro Padre. Cristo con la venida del Reino de Dios nos ha traído un nuevo horizonte de vida, y por lo tanto también del trabajo humano. De esta manera contribuimos a que este mundo material y humano se encamine hacia el Reino de Dios y de ahí al Padre. Siempre sabiendo que el trabajo es bendición y esfuerzo, es fuente de vida y de cansancio, pero todo ello alcance su sentido pleno en Cristo.

 

4.2.8. EL TRABAJO, EXPRESIÓN DE LA PERSONA HUMANA

Uno de los rasgos fundamentales de la DSI sobre el trabajo es la afirmación del trabajo como la afirmación de su carácter personal, espiritual. Pío XI ya decía: "¿qué es trabajar, sino aplicar y ejercitar las energías espirituales y corporales a los bienes de la naturaleza o servirse de éstos como de instrumentos apropiados?. "Quadragessimo Anno" nº 53. Más tarde, Pablo VI en “Populorum progressio”, nº 27 dice: "que el trabajo ha sido querido y bendecido por Dios. Creado a imagen suya "el hombre debe de cooperar con el Creador en la perfección de la creación y marcar, a su vez, la tierra con el carácter espiritual que él mismo ha recibido". Después añade: "el trabajo de los hombres, mucho más para el cristiano, tiene la misión de colaborar en la creación del mundo sobrenatural, no terminado hasta que lleguemos todos juntos a constituir aquel hombre perfecto de que habla S. Pablo: "que realiza la plenitud de Cristo". Efes. 4,13".  P.P. nº 28.

 

4.2.9. EN EL TRABAJO ACTÚA LA PERSONA COMO SUJETO

Para J. Pablo II, en "Laborem Exercens", nº 6, hablando del trabajo, es el aspecto subjetivo el que más le importa, pues el trabajo es actividad de un sujeto que es persona. "Ese dominio del que habla el texto bíblico que estamos analizando se refiere no sólo a la dimensión objetiva del trabajo, sino que nos introduce contemporáneamente en la comprensión de su dimensión subjetiva. El trabajo entendido como proceso mediante el cual el hombre y el género humano someten la tierra, corresponde a este concepto fundamental de la Biblia sólo al mismo tiempo, en todo este proceso, el hombre se manifiesta y confirma como el que "domina". Este dominio se refiere en cierto sentido a la dimensión  subjetiva más que a la objetividad: esta dimensión condiciona la misma esencia ética del trabajo. En efecto, no hay duda de que le trabajo humano tiene un valor ético, el cual está vinculado completa y directamente al hecho de que quien lo lleva a cabo es una persona, un sujeto consciente y libre, es decir, un sujeto que decide por sí mismo".

J. Pablo II afirma: "el hombre debe de someter la tierra, debe dominarla, porque como "imagen de Dios" es una persona, es decir, un ser subjetivo capaz de obrar de manera programada y racional, capaz de decidir acerca de sí y que tiende a realizarse a sí mismo". Y más tarde añade: "Trabaja como persona, realiza varias acciones pertenecientes al proceso del trabajo; éstas, independientemente de su contenido objetivo, han de servir todas ellas a la realización de su humanidad, al perfeccionamiento de esa vocación de persona que tiene en virtud de su misma humanidad". L.E. nº 6. "El trabajo es un bien del hombre - es un bien de su humanidad - porque mediante el trabajo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más, en cierto sentido, "se hace más hombre". L.E. nº 9.  ¡Qué contraste! el de esta frases tan bellas del trabajo realizado por el hombre y las denuncias que realizaba el Papa Pío XI en 1931 en "Quadragessimo Anno" nº 135:  "de las fábricas sale ennoblecida la materia inerte, pero los hombres (obreros) se corrompen y envilecen". El valor, pues, para determinar el valor del trabajo humano: "no es en primer lugar el tipo de trabajo que se realiza, sino del hecho de que quien lo ejecuta es una persona. Las fuentes de la dignidad del trabajo deben de buscarse principalmente no en su dimensión objetiva, sino en su dimensión subjetiva".  L.E. nº 6.



    [1] En la antigüedad el trabajo manual o físico no estaba considerado como en la perspectiva actual. Los antiguos creían que el trabajo era para los más pobres y rudos, especialmente el trabajo más ínfimo era para los esclavos. Trabajar, esforzándose físicamente era considerado como un castigo de Dios, una maldición. Por eso los que pertenecían a la nobleza, los ricos, los intelectuales, no trabajaban nunca manual, ni físicamente. Su trabajo a lo máximo era gobernar, filosofar, crear arte, etc., pero nunca trabajar manualmente. Este concepto sobre el trabajo ha durado casi hasta finales del siglo XIX, con diversos matices. Ultimamente el trabajo es considerado una bendición, una forma de realizarse personalmente, de ser alguien en la sociedad, y es la forma, por medio del salario, de cubrir las necesidades propias de la vida humana.



Damos gracias a Dios por la vida del P. Ignacio Garro, SJ † quien, como parte del blog, participó con mucho entusiasmo en este servicio pastoral, seguiremos publicando los materiales que nos compartió.


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