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Doctrina Social de la Iglesia - 2. La Cuestión Social I


 

P. Ignacio Garro, jesuita †


1. LA CUESTIÓN  SOCIAL

1.1. LA CUESTIÓN SOCIAL. HISTORIA


El término "cuestión social" (1), en Sociología, alude al conjunto de problemas económicos, sociales, políticos y humanos que surgieron en regiones europeas debido al fenómeno de la revolución industrial, ésta se elaboró lentamente a partir del comienzo de la Edad Moderna, con un gran viraje hacia  finales del S. XVIII en Europa se produjo una revolución económica profunda que dio a luz una sociedad completamente nueva para la que ya no servían los tipos de economía heredados de finales de la Edad Media, ésta era una sociedad eminentemente agrícola, rural, ahora daba comienzo una nueva era: la era industrial. (2)

La problemática comenzó en Inglaterra con el invento de la máquina industrial, es decir, un instrumento nuevo, ingenioso que utiliza fuerzas, no humanas ni animales y las aplica a la multiplicación masiva de la producción. Estas máquinas se introducen por primera vez y de manera sistemática en la fabricas de tejido e hilado de Inglaterra. La base de este desarrollo industrial se inició con la invención de la máquina de vapor. 

Desde 1698 se venían haciendo en Inglaterra intentos de aprovechar desde el punto de vista de la industria la energía del agua en ebullición, es decir, el descubrimiento de la máquina de vapor. Thomas Savery y T. Newcomen habían construido estas primeras máquinas, pero no habían sabido aplicarlas a la industria, por eso estas máquinas no eran ni rentables ni aprovechables. Hacia 1763 un experto fabricante de instrumentos ingeniosos, llamado John Watt, que trabajaba en la Universidad de Glasgow, logró inventar una máquina en la que se condensaba el vapor en una cámara conectada con el cilindro por medio de una bomba, ésta iba unida a un condensador de tal manera que el condensador estaba siempre frío y el cilindro se mantenía siempre caliente. Watt se asoció con un industrial de Birmingham, M. Boulton y construyeron la máquina a vapor y la aplicaron a las máquinas manuales de telares. Una vez perfeccionada la máquina de vapor se vio, con gran asombro, que su energía podía comunicarse a otras máquinas por medio de engranajes, y que por lo mismo podían llegar a ser una fuente inagotable de energía y que sus posibilidades industriales y económicas eran muy grandes. 

Los resultados de producción y económicos se hicieron sentir muy pronto. Al comienzo de la implantación de la máquina de vapor aplicada a los telares, en Inglaterra ,1781 se importan 5,3 millones de libras de algodón; en 1789, la cifra sube a 32,6 millones; en 1802 a 60,5 millones de libras de algodón, evidentemente la producción se acrecentaba de manera vertiginosa y lo mismo la exportación con el consiguiente enriquecimiento. 

La máquina de vapor fue un gran invento. La más pequeña (potencia de un caballo de energía) hacía el trabajo de 20 a 25 obreros, durante 24 horas y sin fatiga. Por eso los obreros de tejidos reaccionaron violentamente contra estas máquinas, pues donde antes trabajaban 25 personas ahora sólo hacía falta una o dos personas para hacerse cargo del funcionamiento y mantenimiento de la máquina, vieron en dichas máquinas a su mayor enemigo, así en la ciudad de Hargreaves las primeras máquinas a vapor fueron destrozadas por los obreros en actos vandálicos. En 1779 en Lancaster, Inglaterra, varias fábricas de hilados fueron asaltadas y destruidas. Se destruían las máquinas pues ellas aparecían como culpables del desempleo de los obreros y de todas las calamidades sociales que llevaba consigo.

Con este invento, y otros de la época: descubrimiento de la luz eléctrica, el telégrafo, el teléfono, el ferrocarril, la luz eléctrica, el petróleo, etc, había nacido la posibilidad de producir industrialmente en serie indefinida, merced a una energía inagotable y muy barata, como era la máquina a vapor. Este invento, iba a revolucionar la sociedad de Europa y del mundo de Occidente. Al mismo tiempo en lo político fenecía el Antiguo Régimen y daban comienzo las democracias liberales. En lo económico moría el viejo régimen multisecular de los gremios de artesanos y se iniciaba un nuevo modelo de organizar y producir productos comerciales

El sistema de organización económica de asociación gremial como: panaderos, sastres, albañiles, ebanistas, herreros, etc, típicos de le Edad Media, se retiró ante la irresistible ascensión de las nuevas máquinas industriales. Con el nuevo sistema industrial de producción se trabajaba para ganar dinero sin límites. Las máquinas a vapor fueron aplicadas a toda clase de trabajo: las hilaturas, la tracción mecánica como el ferrocarril, la navegación, la imprenta, la máquina atornilladora, la máquina de segar, la máquina de coser, a todo esto, hay que añadir el descubrimiento de la luz eléctrica, el teléfono, etc. Todo esto fue toda una catarata de inventos y de máquinas que invadieron todos los terrenos industriales y comerciales y trajo consigo una red muy compleja de relaciones comerciales, económicas y sociales; relaciones de producción y de intercambio de bienes con la consiguiente nueva organización empresarial y social. Crecían el número de fábricas y empresas. Surgía una nueva manera de concebir la función de los Bancos Comerciales, estos se convierten en los colosos de la nueva economía, sus finanzas están ligadas a la marcha y el auge comercial e industrial.

Surgió en poco tiempo un desarrollo económico espléndido debido al uso de nuevas máquinas y técnicas de producción, nuevas formas de financiación para las empresas, a su vez no había leyes que legislaran sobre temas industriales o empresariales y salariales, hubo grandes triunfos económicos y grandes fracasos, hubo riqueza y hambre. Tiempos de progreso y de violencia en la que salieron más perjudicados los más pobres que eran los proletarios. Como ejemplo veamos los siguientes informes.

Como hemos dicho anteriormente, fue en Inglaterra donde comenzó la era industrial, (también en Alemania, Francia). A mediados del S. XIX (1850) hubo una comisión que investigó las condiciones de trabajo de las minas de carbón de Inglaterra. De los resultados de la investigación, conocidas como el “Informe Ashley”, se supo que mujeres y niños de 7 años trabajaban en el fondo de los pozos de las minas de doce a dieciséis horas diarias. En Francia existe otro informe similar encargado en 1840 por la Academia de las Ciencias Morales y Políticas, sobre las condiciones de trabajo en la industria textil. Según el informe del Dr. Villermé, la duración del trabajo alcanzaba en ciertas regiones de 16 a 17 horas de trabajo diarias. Trabajaban mayormente mujeres y niños hasta de 6 años. Se encontraron látigos para mantener a los niños despiertos.

Todo este cambio laboral mecanizado e intensivo trajo consecuencias sociales muy graves, es decir, había un trato laboral inhumano y por tanto injusto, verdadera explotación de las personas más pobres y desfavorecidas laboralmente. Había muchos obreros que demandaban un puesto de trabajo en la fábrica, en ésta había pocos puestos de trabajo, los patrones podían elegir a la puerta de su fábrica a cientos y cientos de desempleados, elegían al que querían, y pagaban lo que querían, despidiendo cuando quisieran. Como no había leyes laborales y sociales los patronos eran libres de pagar salarios injustos e inhumanos, con los que no alcanzaba ni para comer. No había a quien recurrir ante semejante injusticia. No había nada había legislado, todo estaba permitido. El Estado no podía intervenir. Eran los primeros intentos de la ley de la oferta y la demanda.

Como hemos dicho hombres y mujeres, niñas y niños, a veces desde los 7 años eran alquilados para trabajar jornadas de 12 horas hasta 16 y 17 horas diarias por salarios de miseria y de hambre, pues se creía que los proletarios si no estaban al borde del hambre y de la miseria no trabajaban, decían, maliciosamente, que los niños eran ociosos y era mejor tenerlos ocupados. Las mujeres eran preferidas a los hombres en algunas labores porque se les podía pagar salarios más bajos. Había familias que trabajaban el padre y 4 o 5 hijos y con lo que ganaban apenas tenían para comer. Vivían en condiciones infrahumanas, en barriadas periféricas alrededor de la fábrica, hacinados en chabolas húmedas en invierno muy calurosas en verano, sin agua corriente ni desagüe. En algunas regiones Inglaterra y de Alemania la duración media de vida era de 21 años. Había en estos ambientes todo tipo de enfermedades endémicas: tuberculosis, el cólera, raquitismo en los niños, y como reacción desesperada a tanta miseria venían los vicios degradantes: alcoholismo, juegos prohibidos, violencia, prostitución de niñas pobres, suicidio, etc.

Esta era la época del primer capitalismo del S. XIX, llamado "capitalismo salvaje" que es una de las etapas sociales más vergonzosas, crueles y negras del mundo de Occidente. Los más espantosos abusos se cometieron en países como Inglaterra, Alemania, Francia, Países Bajos. Nacía pues un sistema económico de gran desarrollo, rendimiento y crecimiento económico para unos pocos, las grandes mayorías se debatían en la más absoluta miseria debido a la injusticia salarial. Era el efecto de crear trabajo para sólo ganar dinero a toda costa, el beneficio era para muy pocos, el obrero no era considerado como persona, en su dimensión más profunda, sino que era producto de la ley del mercado, es decir, la ley de la oferta y de la demanda.

Era el tiempo de los Estados Liberales cuya última norma política era: "laisser faire", y "laisser passer" = dejar hacer, dejar pasar. El fin del Estado era crear el ámbito máximo de libertad para todos. Los nuevos capitalistas exigían la menor intervención del Estado y la plena libertad de producción y de comercio. A los obreros proletarios lo único que les quedaba la única libertad que tenían era aceptar las reglas de juego de los patronos y vivir en las condiciones humanas, económicas y sociales que les permitía los salarios de hambre y miseria.

1.2. CRÍTICA AL PRIMER CAPITALISMO LIBERAL. EL PRIMER SOCIALISMO 


Esta etapa primera etapa del capitalismo liberal, o capitalismo salvaje, trajo consigo una serie de reacciones justas y evidentes de los obreros, reivindicando un salario más justo, una vida más humana, más justa, más digna, pedían una mayor participación en las ganancias, pero estas peticiones no fueron debidamente atendidas. Como reacción a esta actitud del liberalismo salen al paso las ideas cooperativistas, socialistas y marxistas. Se cuestiona el sistema capitalista y se propone un sistema social más justo y más humano. Se pide la abolición de la propiedad privada y se propone la propiedad social.

Inglaterra, vio surgir un socialismo de enfoque más pragmático desde el comienzo de la reacción fuerte contra el capitalismo liberal: es Robert Owen (1771-1858) (3) como fundador del cooperativismo inglés. Su labor principal consistía en poner en marcha aldeas comunales dando trabajo a obreros en paro, pero dotándolas de un sistema cooperativo en el que lo importante era crear un puesto de trabajo y no tanto el ganar dinero. En este tiempo (1824) en Inglaterra ya existían las primeras asociaciones sindicales que daban libertad para este tipo de organizaciones cuyo fin principal era defender el derecho a un salario justo.

En Francia (4) nace el socialismo con una vocación decididamente revolucionaria. Los primeros exponentes de esta corriente son Saint Simón (1760-1825), Bouchez (1796-1865), Fourier (1772-1837), Sismondi (1773-1842), Cabet (1788-1856), que propugnaban la reforma social mediante la asociación voluntaria de patronos y obreros. Pero a partir de las revueltas sociales de 1830 surge un fuerte movimiento que pretende la vuelta a los ideales de la Revolución francesa: igualdad, fraternidad y libertad. Fueron muchas las asociaciones que nacieron con esa intención, que busca no sólo una reforma laboral y social, sino que pretenden llegar a través de una profunda reforma política a la verdadera democracia. Entre los líderes de estas sociedades hay que mencionar a A. Bianqui (1805-1881) y L. Blanc (1811-1882). En este ámbito no podemos dejar de nombrar a P. J. Proudhon (1809-1865), que tendría una gran influencia en las ideas de K. Marx. La importancia del pensamiento de Proudhon radica en el hecho de que en su él confluyen el socialismo y el anarquismo. 

Su pensamiento refleja la Francia anterior a la revolución, es decir la de una sociedad artesanal y campesina, precapitalista. Proudhon pasó a la posteridad por su definición de la propiedad privada capitalista como un robo. Muestra su desconfianza hacia la democracia parlamentaria, y desconfía aún más del papel del Estado. Por eso se opone a cualquier autoridad civil y sueña con una sociedad donde el poder político sea sustituido por acuerdos libres entre los obreros, destacando que el valor máximo de la sociedad es la solidaridad siendo ésta la mejor manera de vivir la libertad.


1.3. EL SOCIALISMO DE K. MARX (1818-1883)


La preocupación principal de K. Marx es la miseria en que vive el proletariado industrial como consecuencia del desarrollo del capitalismo liberal. Busca cuáles son las causas de este estado de cosas y cómo se puede salir de él. Según K. Marx no es que los patronos capitalistas sean malos de condición egoísta y por eso explotan a los pobres trabajadores indefensos. La causa última hay que buscarla en las mismas estructuras sociales, que funcionan de forma que unos poseen los medios de producción (propiedad privada) y al utilizarlos, explotan a los que carecen de ellos. La solución no hay que buscarla en ningún tipo de voluntarismo revolucionario sino en ver científicamente cuáles son las causas de esa injusticia.

Marx desarrolló una interpretación materialista de la Historia, en contraposición al idealismo hegeliano. En su obra principal: "El Capital" (1867), construyó el pensamiento teórico llamado Materialismo Histórico, que pretende explicar las leyes de la Historia como una visión científica y rigurosa de la Historia humana. Según Marx son las condiciones económicas las que determinan últimamente el proceso histórico. El las llama "fuerzas de productivas": con esta expresión designa la acción del hombre sobre la naturaleza física. De estas "fuerzas productivas" dependen, a su vez, las "relaciones de producción", o formas de relación entre los hombres derivadas del modo como el hombre actúa sobre la naturaleza en orden a su transformación. Sobre esa realidad doble, o estructura económica, se construye la "superestructura social", que incluye la política, la cultura, el arte, la religión, etc. Propone la abolición de la propiedad privada, que devuelve al hombre la posibilidad de apropiarse del fruto de su trabajo y la instauración de la propiedad social, como apropiación no individual sino social del fruto del trabajo, proponía el principio: "que cada uno dé según sus posibilidades, y que se le dé a cada uno según sus necesidades". El Estado es el que regula el tipo de reglas económicas y sociales para que este ideal sea realizado social y políticamente. Para conseguir este logro laboral y social y político propone la “lucha de clases”, es decir, hay que llegar a la violencia armada para conseguir que los obreros tomen el control del capital y realicen el trabajo productivo, así se repartirán las ganancias en estricta justicia. Así se evitará la injusticia social.

Ante una postura pasiva del Estado liberal, en las ideas del liberalismo, los socialistas y comunistas proponen un Estado fuerte, justo, todopoderoso, donde en nombre de la justicia social, la propiedad privada se anula, surge la propiedad social, habrá trabajo para todos y salario justo para todos, pero las libertades personales, políticas y sociales quedaban hipotecadas y controladas por el poder del Estado. 

Fueron momentos de gran confrontación y de tensión política y social. Tiempos muy difíciles pues mientras el capitalismo liberal demostraba con hechos eficientes que producía mucho y bien, ganando mucho dinero a costa de pagar salarios injustos a los obreros, los socialistas proponían modos y métodos de producción social que llevasen a una mayor justicia social, proponían una nueva sociedad desde el punto de vista social, corporativo, a costa de prohibir la propiedad privada, recortar la libertad personal y social, no dejar libertad de acción, de asociación y de pensamiento en mucha áreas de la vida personal y social.

Esta situación de gran injusticia la originó el capitalismo liberal sin límites. Según la mentalidad capitalista liberal lo único importante es "ganar dinero", el obrero es una pieza más del engranaje industrial, no se le considera como persona humana, o se le considera de una manera muy poco justa. 


1.4. EL ESQUEMA FUNDAMENTAL DE LA "RERUM NOVARUM"


Ante el problema de la injusticia social, que hemos descrito brevemente en el mundo laboral, el papa León XIII, escribe el 15 de mayo de 1891, la Encíclica “Rerum novarum”, para denunciar dichas injusticias y salir en defensa del mundo obrero, de la propiedad privada cristianamente concebida y la propuesta de nuevas formas de justicia social. Fue la primera encíclica de la Iglesia Católica que tenía en cuenta la “cuestión social”. Veamos su exposición:

Tiene una Introducción general que trata de la situación de la injusticia dentro de la clase obrera. Situación de miseria originada por los salarios muy bajos. Esto justifica la intervención de la Iglesia. Urge una solución y análisis de estas causas de injusticia social.

La parte principal se puede dividir en tres partes:

1ª.- La solución socialista: Consiste en convertir la propiedad privada en propiedad común. Pero esta solución tiene serios inconvenientes:

a. Perjudica a los obreros mismos

b. Es una injusticia porque el derecho a la propiedad privada surge de la naturaleza

c. Perturba la paz social

2ª.- La solución verdadera: se basa en la triple aportación:

a. De la Iglesia, que ofrece su doctrina, sus orientaciones sobre vida y costumbres, su acción directa en favor de los proletarios

b. Del Estado: partiendo de una recta concepción del Estado, se enumeran los principales campos de actuación del Estado

c. De los propietarios y obreros: a través sobre todo de las asociaciones libres. Se expone el fundamento del derecho de asociación libre, y se describen las asociaciones obreras católicas.

3ª. Conclusión: Exhortación a las partes implicadas y compromiso de la Iglesia de no regatear esfuerzos en este tema.

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(1) "En sociología económica ha habido un consenso en llamar "cuestión social" al conjunto de problemas humanos provocados por la revolución industrial en Europa: el abandono del campo, la concentración urbana de grandes olas de migrantes que buscan empleo en las fábricas, obligados a trabajos extenuantes por un salario vil, con las consecuencias de la miseria, del hambre, de las viviendas infrahumanas, sin ninguna protección social ni posibilidad de organización sindical.".  Pequeña Enciclopedia de la Doctrina Social de la Iglesia", Fernando Bastos de Ávila, S.J. Pag 186, Edit. S. Pablo, Bogotá 1991. Ver también “Con los pobres contra la pobreza” Luis González-Carvajal, Edic. S. Pablo, 1991, pgs 13 y s.s.
(2) Cfr. "Génesis, estructura y crisis de la Modernidad", Carlos Valverde, Pags: 316 y s.s. BAC, 565, Normal
(3) Cfr.- "Los orígenes del marxismo", Carlos Valverde, Pags 127 y s.s. BAC, 358, Normal
(4) Cfr.- "Doctrina Social de la Iglesia",  L. Camacho, S.J., Pags 51 y s.s. Edit. S. Pablo.




Damos gracias a Dios por la vida del P. Ignacio Garro, SJ † quien, como parte del blog, participó con mucho entusiasmo en este servicio pastoral, seguiremos publicando los materiales que nos compartió.

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