P. Ignacio Garro, S.J.
SEMINARIO ARQUIDIOCESANO DE AREQUIPAContinuación
6. CARTA A LOS ROMANOS
La carta a los Romanos es la más larga de las cartas paulinas, la más sistemática, la más comentada desde los primeros siglos de la Iglesia. Esta carta es, sin duda, después de los Evangelios, el escrito bíblico más importante.
6.1. Importancia doctrinal, apologética e histórica de la carta a los Romanos
Aunque ciertamente la carta a los Romanos no contiene toda la teología de Pablo, ofrece ciertamente una síntesis doctrinal en la que se encuentran tratados los puntos más importantes de la doctrina cristiana. Esta carta es el lugar bíblico por excelencia para los demás importantes temas doctrinales: gracia y justificación; fe, pecado original, libertad cristiana, unidad de la historia de la salvación, la Ley positiva en la ética cristiana, teología de la historia.
El principal valor de este escrito paulino está en que toda esta riqueza doctrinal la encontramos en un síntesis magistral, fruto de una mente genial que ha asimilado los diversos elementos de la revelación: trinitarios, cristológicos, soteriológicos, antropológicos, éticos, de tal manera que puede ofrecer, por primera vez en la historia, una construcción unitaria y coherente.
6.2. Importancia apologética
No faltan autores que afirman que existe una oposición entre el mensaje de Jesús y el mensaje elaborado más tarde por Pablo. Éste, según ellos, habría transformado el cristianismo a tal punto que hizo de él una nueva religión.
La carta a los Romanos, compuesta en el invierno de los años 57-58, es decir, menos de 25 años después de la aparición de Cristo a Pablo y 27 o 28 después de la crucifixión, prueba lo contrario. Esta carta contiene los principales temas de la teología paulina. Ahora bien, cuando Pablo escribe, todavía viven testigos de la vida y resurrección de Cristo, 1 Cor 15, 6, y estos no se oponen a esa doctrina que, de ser contraria a las enseñanzas de Jesús hubiera originado una profunda división en la Iglesia. Por otra parte, el intervalo entre la muerte y resurrección de Cristo y la composición de la carta a los Romanos es demasiado breve para hacer posible una transformación radical del pensamiento de Cristo.
6.3. Importancia histórica
En la historia del cristianismo la carta a los Romanos ocupa un lugar privilegiado. Esta distinción la debe a su rico contenido doctrinal y, sobre todo, a circunstancias históricas particulares. De hecho el comentario que Lutero hizo a la carta a los Romanos 15, 15-16, (cuando todavía no había roto con Roma) es el punto de partida de la Reforma Protestante.
F. GODET - protestante suizo de tendencia conservadora - escribe a este propósito: "La Reforma protestante ciertamente es obra de la epístola a los Romanos, como también de la carta a los Gálatas. Y es probable que toda gran renovación espiritual en la Iglesia estará siempre en conexión, como efecto y como causa, con una comprensión más profunda de este escrito" (Epitre aux Romains, p. 1).
6.4. Destinatarios, circunstancias históricas de composición, finalidad
La Iglesia de Roma fue fundada probablemente por judíos convertidos venidos de Palestina. La colonia judía en Roma era muy importante. Tenía alrededor de 40,000 miembros. La iglesia romana fue en un principio una iglesia compuesta por judeocristianos.
En el año 49, Claudio dio un decreto de expulsión en relación con los judíos. Ignoramos el o los motivos, pero sabemos que se puso en práctica, Hech 18, 2. Lógicamente el edicto alcanzó también a los judíos convertidos que tuvieron que salir de Roma. Desde entonces, la iglesia romana quedó convertida en una Iglesia casi exclusivamente de cristianos que provenían de gentiles convertidos al cristianismo.
Cuando Pablo escribe parece tener delante una iglesia convertida de la gentilidad. No faltan ciertamente algunos elementos judeocristianos, pero la comunidad está compuesta por paganos convertidos al cristianismo en su mayoría, Rom 16, 17-20; 1, 5ss.; 1, 13-15; 15, 15 ss. Esta iglesia es la destinataria de la carta. En cuanto a las circunstancias históricas de composición podemos afirmar lo siguiente:
El tono pacífico de la carta refleja una situación sustancialmente calmada, en la que la fe evangélica de una comunidad en la que abundaban los gentiles convertidos al cristianismo, no suscitaba en Pablo una preocupación excesiva. Hay un pequeño inciso polémico, Rom 16, 17-20, en el que alude a los judaizantes con una cierta inquietud. Podemos suponer que el regreso de los judeocristianos, después de la expulsión, suscitó problemas en la vida de la comunidad.
En Rom. 15, 17-32. Pablo expone las circunstancias concretas que le movieron a escribir la carta y su estado de ánimo:
- Está convencido de haber terminado su obra misionera en Oriente. Las Iglesias por él fundadas constituían alrededor de Jerusalén como una "provincia eclesiástica", una región homogénea en la cual la Ciudad Santa era el centro. La colecta que él organiza es como el signo y el testimonio de esta unidad.
- Se ha impuesto como regla el: "predicar el Evangelio donde Cristo no había sido nombrado, para no edificar sobre fundamentos ajenos", Rom 15, 20.
- Considerando cumplida su actividad misionera en Oriente, Pablo decide llevar el evangelio al extremo Occidente, hasta España.
- Por este motivo escribe a Roma para crear en la Iglesia de esa Capital el vínculo de solidaridad espiritual y material, necesario para mantener la unidad de la Iglesia, comprometida por las distancias.
- La carta a los Romanos no intenta responder a un problema local, propio de la Iglesia de Roma, sino al problema general de la unidad y continuidad de la Iglesia de Dios.
Esta es la finalidad de la carta: indicar la unidad y continuidad de la Iglesia de Dios. Esta unidad y continuidad parten de la elección gratuita de Dios a todos los hombres, de la misericordia divina, de la fe en Cristo Jesús, de la comunión en la misma gracia de Dios y en la misma presencia del Espíritu.
La continuidad se pone de relieve en que la elección del pueblo de Israel fue también gratuita, misericordiosa y él tuvo que responder con fe: "No me avergüenzo del Evangelio, que es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree: del judío primeramente y del griego", Rom 1, 16; "pues no hay diferencia alguna; todos pecaron y están privados de la gloria de Dios y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo", Rom 3, 23-24. La salvación de Cristo, que constituye el pueblo de Dios es esencialmente universal, como lo son el pecado, la promesa, la gracia, la fe.
6.5. Estructura interna
6.5.1.- El problema
Siendo la carta a los Romanos un escrito didáctico, una exposición doctrinal sin ninguna finalidad polémica inmediata, es natural que tenga su estructura interna construida alrededor de una intuición central. Todos están de acuerdo en este punto. También lo están en la división generalísima de la carta en dos grandes partes:
- Doctrinal: Rom 1, 16 - 11, 36.
- Ética o moral: Rom 12, 1 - 15, 33.
- El problema comienza cuando se quieren precisar las líneas estructurales de la parte "doctrinal"
6.5.2. Las soluciones
Las principales divisiones propuestas son las siguientes:
- Estructura "clásica"
- Capítulos: 1 - 5: pecado y justificación
- Capítulos: 6 - 8: santificación
- División bastante común:
- Capítulos: 1 - 4: justificación y hombre pecador
- Capítulos: 5 - 8: condición del hombre justificado, obligaciones, certeza de llegar a su salvación gloriosa.
- Algunos autores dividen en dos partes el Capítulo 5º:
- vv. 1 - 11: dan término a la Primera parte
- vv. 12 - 21: dan inicio a la Segunda parte, que termina en el Capítulo 8º.
La carta a los Romanos es un discurso, un diálogo que tiene un hilo conductor, interrumpido solo por objeciones, a las que Pablo responde de inmediato, para continuar después con su exposición interrumpida por esas digresiones. Habría que colocar entre paréntesis las siguientes partes de la carta: Rom 3, 1-9; 3, 31 - 4, 25; cc. 6 - 7; cc. 9 – 11. Por consiguiente el Capítulo 5º vendría inmediatamente después de Rom 3, 21-30, y el Capítulo 8º es la continuación lógica del Capítulo 5º.
Entre las numerosas tentativas hechas para dar a la carta a los Romanos una estructura interna en su parte doctrinal, nos parece que el P. STANISLAS LYONNET, S.J. es el más equilibrado y lógico. Esta tentativa nos da la Primera parte de la estructura de la carta a los Romanos, que ahora proponemos.
6.6. Estructura de la carta a los Romanos
A. INTRODUCCIÓN: Encabezamiento y acción de gracias, Rom 1, 1-15.
B. PRIMERA PARTE: La salvación mediante la fe (PARTE DOCTRINAL). Rom 1- 16 - 11, 36.
1. Enunciado de la tesis general: El evangelio, fuente de salvación para todo creyente, Rom 1, 16.C. SEGUNDA PARTE: Exigencias morales de la justicia de Dios (PARTE PRACTICA), Rom 12, 1 - 15, 13
2. La justicia salvadora de Dios, por medio de la cual el creyente es justificado, Rom 1, 17 - 4, 25.
a. Enunciado del tema: el evangelio revela la justicia de Dios de fe en fe, Rom 1, 17.3. El amor de Dios asegura la salvación al hombre justificado: Capítulos 5 – 11.
b. Tema antitético:
-fuera del evangelio se revela la ira de Dios, Rom1, 18 - 3, 20. -sobre el mundo pagano, Rom1, 18-32.
-sobre el mundo judío, Rom 2, 1- 3, 20.
c. Desarrollo del tema enunciado en, Rom 1, 17: la revelación de la justicia salvadora de Dios, Rom 3, 21-31.
d. Iluminación bíblica: la justificación mediante la fe no solo no se opone al A.T. sino que la completa y cumple, Capítulo 4º.
a. Enunciado del tema: el testimonio de la experiencia cristiana, Rom 5, 1-11. b. Condiciones de esta experiencia Rom, 5, 12 - 7, 25.
- liberación del pecado y de la muerte, Rom 5, 12-21.
- liberación definitiva por medio del bautismo, Capítulo 6º.
- liberación de la Ley, Capítulo 7º. c. Desarrollo del tema enunciado en el Capítulo 5, 1-11: la vida del cristiano justificado es vida "en el espíritu", Capítulo 8º.
d. Iluminación bíblica: la economía de la salvación predicada por Pablo no se opone a las promesas de Dios en relación con el pueblo de Israel, Capítulos: 9º - 11º.
- Introducción: Ser enteramente de Dios, Rom 12, 1-2.D. EPILOGO: Rom 15, 4 - 16, 27.
- Práctica de la justicia: consejos diversos, Rom 12, 3 - 13, 14.
- Un caso particular: los "débiles" y los "fuertes", Rom 14, 1 – 15, 13.
- Noticias y proyectos, Rom 15, 14-33.
- Recomendación de Febe y saludos, Rom 16, 1-16.
- Pone en guardia contra los falsos doctores, Rom 16, 17-20.
- Saludo de los compañeros de Pablo, Rom 16, 21-24.
- Doxología final, Rom 16, 25-27.
6.7. Notas exegéticas. Capítulo 1, 16-17: Argumento de la carta
San Pablo no había olvidado la reacción negativa de los atenienses cuando les habló de la resurrección de Cristo, Hech 17, 32. Ya había también explicado a los Corintios cómo la predicación de la cruz era: "escándalo para los judíos" y "locura para los gentiles", 1 Cor 1, 23. Consciente de todo esto, San Pablo afirma aquí que no se avergüenza del Evangelio y explica por qué:
- Porque es: "poder de Dios para la salvación de todo el que cree".
- "salvación": hay que entenderla no solo como algo ya realizado sino como algo que tiende a su consumación. La salvación, con su dimensión escatológica que incluye la resurrección. Hemos sido justificados, pero todavía tenemos que ser salvos, Rom 5, 9.
- "del judío primero, pero también del griego": Los judíos tuvieron el privilegio de recibir primeramente el anuncio de salvación, Mt. 15, 24; Hech 13, 46, pero también los paganos fueron hechos copartícipes, Ef 3, 6.
- "porque en él (el Evangelio) se revela la justicia de Dios":
- La "justicia de Dios" es un concepto central de la carta. Aparece 7 veces, Rom 1, 17; 3, 5; 3, 21-26.
No hay que entenderlo en el sentido teológico: atributo de Dios por el cual Él premia a los justos y castiga a los pecadores. Esto más bien equivale a lo que en la Escritura se llama: "ira de Dios", Is 30, 27-33; Sof 1, 14-18.
El significado auténtico de: "justicia de Dios" hay que buscarlo en la Escritura misma. Allí aparece como la actividad de Dios por medio de la cual restaura a su pueblo y lo libra de la esclavitud del pecado y lo une a Sí, en una palabra, lo justifica. Esta actividad de Dios se tiene en el A.T, por medio de la victoria sobre los pueblos enemigos. En el N.T. se requiere un acto libre del hombre: la fe.
Algunos textos bíblicos que fundamentan este concepto de, "justicia de Dios":
- - Salm 31,1 ; Sal 143, 1-2. 11 (oposición entre juicio, fidelidad y justicia).
- - Is 46, 13; Sal 97, 2 (justicia unida a fidelidad y salvación) .
- - Miq 7, 9; Sal 85, 5-6 y 12-14 (oposición entre "ira de Dios" y "justicia de Dios").
- - "pasando de una fe a otra fe": indica el principio y el termino de la justificación.
- - "según está escrito: el justo vive de la fe".
- La cita se refiere a Habac 2, 4. No es una cita al pie de la letra. San Pablo suele citar más bien por el contexto. En Habacuc esta cita o alusión está en un contexto de fe que espera sin apoyo en las obras. La fe incluye confianza y abandono. Por eso la referencia encaja muy bien en este texto de S. Pablo.
6.8. Capítulo 7º: El hombre bajo la Ley
La unidad del Capítulo 7º esta constituida por la palabra “Ley” - se usa 23 veces, así como la del Capítulo 8º por la palabra "Espíritu" se usa 19 veces.6.8.1. Liberación de la Ley: vv. 1 - 6
División:
- vv. 1 - 6: liberación de la Ley
- vv. 7 - 13: papel de la Ley
- vv. 14 - 23: importancia de la Ley en relación con la salvación, es decir, el hombre bajo la Ley, que solo puede ser liberado por Cristo.
El apóstol arguye con un ejemplo del derecho matrimonial. El ejemplo, como toda comparación, tiene su lado flaco. En él, uno es el que muere (el marido), otra la que queda libre (la mujer). En la aplicación es el mismo cristiano el que muere a la Ley y viene a ser declarado libre de ella.
- "A los que saben de leyes", (v. 1): Se refiere no a la Ley del Sinaí, sino a la ley en general. Más en particular a los Romanos, que son juristas por naturaleza (Lagrange).
- "Habéis muerto a la Ley por el cuerpo de Cristo", (v. 4): Por la muerte física de Cristo y por la incorporación - por el bautismo - a su cuerpo místico
- "frutos de muerte", (v. 5): Pablo menciona estos frutos de muerte en, Gal 5, 17-21.b.
6.8.2. Papel de la Ley: vv. 7 - 13
Es uno de los pasajes más discutidos de toda la carta. Tiene influjo determinante en las posiciones dogmáticas protestantes y católicas.
- Problema básico
Respuestas: 1ª y 2ª preguntas:
- ¿A quién se refiere S. Pablo en todo el Capítulo 7º?
- ¿Al hombre antes o después de la justificación?
- ¿Quién es el YO de quien habla Pablo en el versículo 9º?
S. Agustín: En el capítulo 7º habla del hombre pecador. Más tarde, bajo el influjo de la herejía pelagiana, cambió de opinión y afirmó que el Capítulo se refiere al hombre justo, personificado en San Pablo. Esto lo hizo para salvar la gratuidad de la salvación, que los pelagianos ponían en tela de juicio. Al final de su vida S. Agustín propuso como probables las dos interpretaciones.
Teólogos medievales: siguieron la segunda opinión de S. Agustín y se olvidaron del cambio que tuvo al final de su vida.
Exegetas modernos: el contexto de la carta a los Romanos, en la que el Capítulo 7º y el Capítulo 8º constituyen un díptico de oposición, exige que el Capítulo 7º se interprete como expresión de la situación del hombre antes de la justificación; antes de haber recibido el Espíritu, del cual habla el Capítulo 8º. En la carta a los Gálatas 5, 16 ss. el contexto es diverso y lo que allí se dice se puede interpretar del hombre después de la justificación.
Respuesta: 3ª pregunta: Hay tres opiniones sobre el YO
- Es San Pablo, que habla de su experiencia antes de su conversión. Esta opinión no tiene probabilidades: San Pablo vivía bajo la Ley y era observantísimo de ella, Gal 1, 14; Flp 3, 5 ss. - Es un joven israelita, que después de los años de la inocencia llega a la edad de la razón y se encuentra ante un precepto formal de la Ley, que revelándole el mal moral, excita su concupiscencia adormecida y lo conduce a la muerte. Esta opinión también es poco probable: un joven israelita circuncidado no podría llamarse "fuera de la Ley" o "sin Ley". - Es ADAN en el tiempo que precedió a su pecado. Esta parece ser la interpretación más adecuada. . Veamos las pruebas:
a. Paralelismo con la narración del Génesis. En las dos aparecen un hombre, figura de la humanidad; un precepto singular; el pecado personificado, que suscita el deseo, sirviéndose del mandamiento. Este mandamiento era en ambos casos un mandamiento "para la vida".
b. "No codiciarás": no se refiere a la Ley mosaica, como a primera vista podría parecer, sino a lo que en la Biblia era el pecado por excelencia, el pecado "tipo", Num. 11, 34; 14, 4-34; 1 Cor 10, 6.
c. "Yo viví algún tiempo sin Ley" (v. 9): Tiene ese sentido, puesto que en la tradición judía, Adán vivió un tiempo sin Ley en el paraíso. Vivir sin Ley indica que en ese tiempo se vivía bajo la acción del Espíritu que inclinaba al bien, sin necesidad de leyes externas.
De esta interpretación se deduce que, para S. Pablo, la historia de la salvación puede dividirse en tres periodos: 1. El tiempo del paraíso, cuando Adán y Eva vivían sin Ley, en amistad con Dios. 2. El tiempo desde el primer pecado hasta Cristo, (de él habla en el capítulo 7º). 3. El tiempo de la liberación de la ley de pecado y de muerte hecha por Cristo (capítulo 8º).
Notas exegéticas:
- "yo no conocí el pecado sino por la Ley" (v. 7): Habla de la experiencia subjetiva que revela el pecado como potencia mortífera.
- "revivió el pecado y yo quedé muerto" (vv. 9 - 10). Se usa el aoristo para indicar muerte de una vez para siempre. Muerte espiritual que conduce a la muerte escatológica. Más que "revivió" hay que traducir "comenzó a vivir". Este es el significado del verbo.
- "pero el pecado para mostrar su malicia, por lo bueno me dio la muerte": El oficio de la Ley es revelar al hombre el pecado. No puede cambiar al hombre de carne en hombre según el Espíritu.
6.8.3. Impotencia de la Ley en relación con la salvación
- "sabemos que la Ley es espiritual" (v. 14): La Ley pertenece a la esfera divina.
- "pero yo soy carnal, vendido por esclavo al pecado" (v. 14): Aquel "yo", (Adán), que antes vivía, pero que cayó por la Ley en el pecado. La expresión: "estar vendido" al pecado tiene una base en el A.T. allí se habla del pueblo que se vende al mal,1 Mac. 1, 15, s,s.
- "porque no sé lo que hago; pues no pongo por obra lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago" (v. 15): Se indica una situación ininteligible del hombre bajo el pecado. No pone en obra lo que naturalmente quiere (ese es el significado del verbo "zelein" ; mientras que querer con deliberación se dice "bulezai").
- "reconozco que la Ley es buena... queriendo hacer el bien, es el mal el que se me apega", (vv. 16 - 23). Al reconocer que la Ley es buena, se reconoce que la naturaleza del hombre no está totalmente corrompida. No se pretende en el v. 17 negar la responsabilidad del pecador, como tampoco en la carta a los Gálatas 2, 20, no se niega la libertad del justo cuando se afirma que él ya no vive, sino que vive en el Cristo. El hombre "en la carne" es el hombre bajo el pecado. En él no hay cosa buena. Los versículos 21-23 constituyen una especie de conclusión de todo lo explicado anteriormente.
- vv. 24 - 25. Existe el problema del lugar en que debía colocarse el versículo 25 b; "así pues...".
Origen del problema:
- No parece tener sentido después de la exclamación del v. 24.
Soluciones:
- Hay que poner el v. 25b antes de la exclamación del v. 24. Ese fue su lugar primitivo. Probablemente el descuido de un copista lo cambio de lugar.
- San Pablo añadió estas palabras al releer la carta para resumir la argumentación. Después las palabras se introdujeron en el texto mismo.
- San Pablo terminó el capítulo con las palabras del v. 25: “Por Jesucristo Nuestro Señor”. Después de un intervalo volvió a reanudar el dictado de la carta y quiso sintetizar lo anterior.
6.9. Capítulo 8º: El hombre bajo el Espíritu
En el Capítulo 8º se vuelve a tratar, en cierto modo, lo que se había expuesto ya en Rom 5, 1-11. .- La unidad del Capítulo está constituida por la palabra "pneuma" = "espíritu", como en el Capítulo 7º, lo está por la palabra "nomos" = Ley.
Mientras que en el Capítulo 7 º se nos habla de la humanidad sin Cristo, en el Capítulo 8º se nos presenta a la misma humanidad bajo la acción de Él.
A. División.
En los que están unidos a Cristo, el Espíritu de vida tiene el lugar de la carne o principio de muerte (vv. 1-13).B. Notas exegéticas
En quienes habita el Espíritu existe la filiación divina: son hijos de Dios y, por consiguiente, herederos (vv. 14-30).
La causa de todo esto es el amor de Dios manifestado en Cristo (vv. 31-39).
Los cuatro primeros versículos ofrecen una serie de afirmaciones de singular riqueza doctrinal y espiritual.
- v. 1: No hay ya condenación después de Cristo Jesús. Existe una alusión a Rom. 5, 16-18: "los que son de Cristo Jesús" = los que han sido injertados en la muerte y resurrección de Cristo, Rom 6, 3-5, que viven su vida, Rom 6, 11.23, y se revistieron de Cristo formando un solo viviente en Cristo, Gal 3,26 ss.
- v. 2: "Porque la Ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús, me libró de la ley del pecado y de la muerte": La "Ley del Espíritu de vida" es lo mismo que la Ley que es el Espíritu de vida, es decir, el Espíritu Santo. San Pablo en esta afirmación tiene presentes dos textos del A T: Jeremías 31, 31-34 y Ezequiel 36, 25-27.
- v. 3: Lo que a la Ley era imposible, no en sí misma, puesto que es espiritual, sino en cuanto que era débil por la carne (porque el hombre se hizo carnal por el pecado), Dios (el Padre) envió a su Hijo en carne semejante: (para evitar que se pudiese decir que la carne de Cristo hubiese sido instrumento de pecado), a la del pecado, y por el pecado (para quitar y limpiar el pecado) condenó el pecado en la carne (es decir, en el mismo campo en que había tenido su origen).
- "condenó": hay que interpretarlo a la luz del A.T. En él, este término de juicio esta en conexión con el juicio escatológico de Dios que obtiene la salvación de Israel, Ezequiel, Capítulos: 35; 38; 39).
- v. 4: "Para que la justicia (precepto) de la Ley se cumpliese en nosotros".
- El fin de la efusión del Espíritu es cumplir los mandatos, Ez 36, 27. Se habla de un solo mandato: el amor que resume todo.
- "Para que se cumpliese", no para que cumpliéramos. Así aparece que el cumplimiento de los mandatos es más fruto del Espíritu que de nuestra propia acción, que también es necesaria.
- vv. 5 - 13: En estos versículos aparece la posibilidad que tiene el cristiano de volver a vivir según la carne.
- v. 5: Los que están en el estado en se dejan llevar por la carne desean (más bien que sienten) las cosas carnales; los que se dejan guiar por el Espíritu, las espirituales.
- v. 6: Esta oposición es radical, pues los objetos a los que tienden la carne y el Espíritu son diversos. La carne tiende a la muerte (muerte total, especialmente en su aspecto escatológico: Rom 6, 21). El Espíritu tiende a la vida (cfr. v. 2) y a la paz (en el sentido de conjunto de todos los bienes mesiánicos).
- v. 7: Explica la razón o motivo de tal oposición. El apetito de la carne es enemistad con Dios y, por consiguiente, "no se sujeta ni puede sujetarse a la Ley de Dios”.
- v. 8: "Los que viven según la carne": es decir, bajo su dominio, en cuanto que la carne es principio de actividad, "no pueden agradar a Dios”.
- v. 9: “Vosotros no vivís según la carne (es decir, bajo su dominio) sino según el Espíritu, si es que de verdad (como lo es) el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, éste no es de Cristo”, es decir, no es cristiano.
- El Espíritu es llamado "Espíritu de Dios", en cuanto que es enviado por el Padre. "Espíritu de Cristo", en cuanto que lo manda Cristo, pero también en cuanto que es principio de la actividad divino-humana de Cristo.
- v. 10: tiene dos posibles interpretaciones:
- El cuerpo está muerto en cuanto que es instrumento de pecado. Murió místicamente en el bautismo; el Espíritu vive por la justificación obtenida en el bautismo o conservada después de él.
- El cuerpo está muerto (hecho cadáver) en cuanto que lleva en sí los gérmenes de la muerte física; el Espíritu es vida, porque nos puede justificar.
- v. 11: En Pablo ordinariamente el Espíritu es quien resucita a Cristo. En Juan, Cristo mismo tiene el poder de dar su vida y tomarla.
- "Por virtud del Espíritu" = por la fuerza del Espíritu, o también por la dignidad del Espíritu que vive en los cristianos.
- v. 12: Conclusión de lo que precede. Gramaticalmente se siente la falta de la segunda parte del versículo, que podría ser: "sino hacia el Espíritu para que vivamos según el Espíritu". Esta aparente omisión se explica si consideramos a Pablo dictando la carta.
- v. 13: Inculca la necesidad de la ascesis cristiana y habla de la posibilidad de pasar de "espirituales" a "carnales".
- vv. 14-18.
- v. 14: Definición del cristiano: el que es movido por el Espíritu de Dios y es hijo de Dios.
- v. 15: "no habéis recibido el espíritu de siervos": Es decir, la actitud de los siervos en relación con sus patrones. "Habéis recibido el Espíritu de adopción": (uiozosia) designa el acto de adoptar a alguien. En el A.T. esa adopción es fruto de una elección, no un acto jurídico. Por tanto, hay que entender aquí esa palabra: adopción por elección.
- "Por el que clamamos: Abbá, Padre": “Abbá” (=papá), indica la realidad de nuestra filiación y la intimidad a que nos lleva en nuestro trato con Dios.
- v. 16: El mismo Espíritu da testimonio juntamente (symmartyrei) con nuestro espíritu. Es decir, nosotros testificamos "clamando y el Espíritu también "clama": !Abba!”, Gal 4, 6.
- v. 17: Consecuencias de la filiación divina en relación al derecho de herencia. Somos herederos. En sentido bíblico: herencia designa la posesión concedida gratuitamente por Dios, de acuerdo con las promesas hechas a Abraham.
- Nuestra unión con Cristo implica consecuencias para la vida moral: que caminemos no según la carne, sino según el Espíritu.
- "Supuesto que padezcamos con Él (como de hecho es) para ser con Él glorificados"
- No se quiere indicar la finalidad de nuestros sufrimientos, sino más bien la conexión necesaria entre el dolor y la gloria: dos aspectos inseparables del Misterio Pascual.
- v. 18: Para evitar la natural tristeza que la mención de los sufrimientos causa en el hombre, San Pablo añade que esos sufrimientos, aunque reales, son nada: "en comparación con la gloria que ha de manifestarse en nosotros".
- vv. 19 - 30: En estos versículos de Pablo hay cuatro argumentos para indicar la unión que existe entre los sufrimientos de este mundo:
- La expectación de la creación material: vv. 19 - 22
- Los gemidos de nuestro corazón, que proceden de la gracia: vv. 23 - 25.
- Las súplicas del Espíritu Santo en nosotros: vv. 26 - 27.
- La voluntad salvífica de Dios: vv. 28 - 30
6.10. La expectación de la creación material: vv. 19 - 22
El Apóstol, que ordinariamente habla de la redención del hombre, aquí parece aludir a la redención de la creación material, a la redención cósmica, como si el universo, por el pecado del hombre, se hubiera cambiado. Una pregunta surge:
¿En qué sentido hay que entender las afirmaciones de estos tres versículos del Capítulo 8º de la carta a los Romanos?
Para obtener una respuesta cierta hay que clarificar el sentido de tres palabras:
"ktisis" = creación
"mataiotes" = vanidad
"fzora" = corrupción
- “Ktisis”: Significa la cosa creada y no el acto creador. Por cosa creada se puede entender al hombre o también a toda la creación como aparece en Col 1, 15, donde Cristo es, "primogénito de toda criatura", no solo del hombre.
- “Mataiotes”: Es una condición que brota del pecado del hombre. No se trata de una cosa física, sino mas bien de algo que se refiere al orden moral o religioso.
- “Fzora”: Indica corrupción en el orden físico, principalmente en el cuerpo destinado a la muerte, 1 Cor 15, 42. 50.
Teniendo en cuenta el sentido de estas tres palabras clave en esos versículos podemos decir que San Pablo, al referirse:
- Al pasado del mundo no indica que el mundo por el pecado haya sido cambiado radicalmente en su constitución física.
- Al futuro del mundo, afirma que la redención del universo no puede concebirse sino a partir de la redención del hombre. Éste no es llevado a un universo nuevo, más bien arrastra al universo en su redención. El mundo se renueva como un corolario de la resurrección del cuerpo. El mundo será liberado de la "vanidad", en que se halla a causa del pecado del hombre, y de la servidumbre de la "corrupción", que es su estado desde la creación. Esto quiere decir que el universo, por su naturaleza material, está destinado a la corrupción pero que, gracias a la glorificación del hombre y juntamente con él, será glorificado en su condición material.
El Concilio Vaticano II alude a estas cosas en Lumen Gentium, 9. 48, y en Gaudium et Spes, 39.
De esta doctrina de San Pablo se derivan algunas consecuencias:
Puesto que el concepto paulino de salvación está unido a la redención del cuerpo y del universo, la redención tiene una dimensión colectiva, que solo se obtendrá al final de los tiempos, en la parusía.
Ya que la resurrección del cuerpo incluye la resurrección o transformación del universo, el trabajo humano y los esfuerzos por el progreso son necesarios y tienen un grande valor y un profundo significado.
Puesto que la redención del universo depende de la redención del hombre, vano será todo progreso que no se ordene a la redención liberadora del hombre, (cf. Gaudium et Spes, 35.77.78.91.92).
6.10.1. Los gemidos de nuestro ser, que proceden de la gracia: vv. 23 - 25.
Además de la expectación de la creación existe otra superior: la del hombre redimido de Cristo.
- v. 23: No solo la creación gime, sino que también nosotros que tenemos al Espíritu Santo como primicias, esperamos aquella condición en la que nuestro cuerpo será liberado de la corrupción y glorificado por Dios.
- v. 24: Se explica el motivo de esta expectación. Ella nace de que todavía no hemos alcanzado nuestra condición definitiva. Solamente estamos salvados: "en esperanza". Vivimos una condición provisional, que esta determinada y caracterizada por la esperanza.
- v. 25: Confirma la anterior afirmación describiendo la condición de los que esperan: lo hacen, "en paciencia", es decir, se trata de una expectación asidua y perseverante. Existe en el cristiano una tensión: ya pertenece al cielo, pero permanece en la tierra.
6.10.2. Las súplicas del Espíritu Santo en nosotros: vv. 26 – 27.
- v. 26: también el Espíritu viene en nuestra ayuda, porque nosotros no sabemos pedir en las circunstancias concretas lo que más nos conviene. Él aboga por nosotros con, "gemidos inenarrables". Esto indica que se trata de una cosa difícil de comprender para nuestro entendimiento. También podría traducirse, "gemidos inenarrados" o "mudos", en silencio, porque esos deseos no pueden formularse fácilmente.
- v. 27: Se explica porque tal oración sea fundamento de nuestra esperanza: "escudriña los corazones y conoce cuál es el deseo del Espíritu, porque intercede por los santos (= todos los bautizados) según Dios". Es decir, lo que el Espíritu nos inspira no puede no manifestar la voluntad de Dios.
6.11. La voluntad salvífica de Dios: vv. 28 - 30
En estos tres versículos el Apóstol explica las dos últimas palabras del versículo 27: "según Dios", determinando en concreto cuál es la voluntad de Dios.
- v. 28: "sabemos" (por toda la revelación bíblica o historia de la salvación), "que Dios hace concurrir todas las cosas para el bien de los que le aman", (el amor a Dios se concretiza en el amor al prójimo), "de los que según sus designios son llamados", (a la fe):
- v. 29: Prueba esta acción de Dios enumerando los diversos momentos de la historia de la salvación, desde la vocación a la fe hasta la glorificación.
- "A los que de antes conoció": En el sentido de un conocimiento que incluye una elección, Rom 11, 2; Gal 4, 9; 1 Cor 8, 2 ss.
- "A esos los predestinó": Ordenando los medios al fin.
- "A ser conformes con la imagen de su Hijo": Esta conformidad incluye la gloria.
- "Para que éste sea el primogénito entre muchos hermanos": que llaman a Dios: “Abba”, “Padre”.
- v. 30: Explica San Pablo con qué medios se realiza esa predestinación a la gloria. Enumera tres: “vocación, justificación, glorificación”.
- Esta predestinación es cierta e infalible de parte de Dios, pero requiere la colaboración del hombre.
- vv. 31 - 39: Después de haber enumerado los motivos de esperanza, San Pablo prorrumpe en un himno en el que se eleva hasta la fuente de esta voluntad salvífica: el amor de Dios. Podemos dividir este párrafo en tres partes:
- Introducción. Amor de Dios hacia nosotros: vv. 31 - 33
- Amor de Cristo hacia nosotros: v. 34
- Poder de ese amor para superar todos los enemigos y obstáculos por medio de Cristo: vv. 35 - 39.
- v. 31: Afirma en forma general que los elegidos no deben temer nada porque Dios está con ellos. Si Dios está por ellos en el juicio, por medio del cual se realiza la salvación, no queda lugar para el temor.
- v. 32: Como prueba suprema de la afirmación anterior aduce el don que Dios nos dio en su Hijo, a quien entregó por nosotros, sin perdonarlo (cf. la misma expresión dicha de Abraham en Gen. 22, 16). El Padre entregó a su Hijo, infundiendo en Él el amor para que se entregase por nosotros, Gal. 2, 20; Ef 5, 2.25.
- v. 33: "¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Siendo Dios quien justifica. ¿Quién condenará?": Hay en estas palabras una alusión a lo que se dice en el tercer cántico del Siervo de Dios, Is 50, 7-9.
- v. 34: "¿Quién condenará? ?Acaso Cristo Jesús, el que murió (por amor nuestro), el que fue resucitado (por el Padre), el que está a la diestra de Dios e intercede por nosotros?”. Hebr 7, 25; 9, 24; 10, 13.
- v. 35: Comienza una nueva estrofa con dos miembros paralelos: 35 - 37 y 38 - 39. San Pablo desarrolla la descripción de la potencia eficaz del amor de Cristo por nosotros. Se enumeran siete razones que podrían disminuir nuestra confianza: tribulación, angustia, Rom 2, 9; 2 Cor 4, 8, la persecución , 2 Cor 4, 9; 12, 10, sea de los enemigos, como los judíos, sea de los gentiles; el hambre, 2 Cor 11, 27; la desnudez, el peligro, 2 Cor 11, 2, la espada, (solo la menciona aquí).
- v. 36: Como un ejemplo recuerda San Pablo los sufrimientos del Pueblo de Israel. "Según está escrito" (en el salmo 44, 23). Estas palabras se solían aplicar al martirio de los hermanos macabeos.
- v. 37: Estas tribulaciones, lejos de hacer dudar al cristiano sobre el amor de Dios y de Cristo, son por el contrario una ocasión para obtener, por Cristo, una victoria total.
- vv. 38 - 39: Para proclamar solemnemente su confianza, enumera San Pablo todas aquellas potencias, más o menos ocultas o misteriosas, que según la mentalidad de los antiguos eran hostiles a los hombres. No conocemos con absoluta precisión el significado de cada una de ellas.
"Ni la muerte (lo más temible), ni la vida (lo más apetecible), ni los ángeles, ni los principados (potencias que gobernaban los astros y de las cuales triunfó Cristo), ni lo presente, ni lo futuro,(1 Cor 3, 22), ni las potestades, (se refiere aquí probablemente a las fuerzas de la naturaleza, aunque también podría indicar a los magistrados humanos); ni la altura, ni la profundidad (designa probablemente los lugares especiales de las estrellas, en lo alto del cielo o en el horizonte); ni ninguna otra criatura (para no omitir ninguna) podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor".
Con esta frase, que resume toda la cristología paulina, termina el Capítulo 8º. Esta frase concluye los diversos pasajes de Rom 4, 24, al Capítulo 8, 29; 5, 1.11.21; 6, 23; 7, 24; 8, 39.
Agradecemos al P. Ignacio Garro, S.J. por su colaboración.
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