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ESPECIAL: ADVIENTO - 1° SEMANA



De verdad que viene Dios, abre tu corazón


Desencogerse

Encogidos, acogotados,
mirando hacia abajo,
hacia lo previsible,
rumiando heridas
musitando condenas
asumiendo la derrota
antes incluso de luchar la vida.

No es así como nos quieres,
Señor de la eterna promesa.
Tu grito es urgencia,
llave, energía,
alimento y bandera.
“Vamos, alzad la cabeza,
se acerca vuestra liberación”

Así que alzaremos el rostro
y miraremos, cara a cara,
a la calma y la tormenta,
sonreiremos a las sombras,
sin renunciar al coraje
y la esperanza.
Porque Tú dices que es posible.
Y queremos creerte.

(José María Rodríguez Olaizola, s.j.)



De verdad que viene Dios, abre tu corazón















*Desencogerse - Texto de apoyo de Rezandovoy

Primera Comunión 2015 en San Pedro, Lima

Felicitamos y agradecemos a todos los catequistas, a la Coordinación y al P. Enrique Rodríguez, S.J. por todo el trabajo realizado a lo largo del año preparando a los 121 niños y niñas que recibieron a Cristo en su primera Comunión, ceremonia realizada en la Solemnidad de Cristo Rey. Acceda AQUÍ a la nota informativa.

Viaje apostólico del Papa Francisco a Africa


Siga las actividades desarrolladas por el Papa Francisco en su viaje apostólico a la Kenia, Uganda y República Centroafricana a través de la web de la Santa Sede, acceda AQUÍ.


Primera Comunión 2015 en San Pedro, Lima


El domingo 22 de noviembre, Solemnidad de Cristo Rey, como ya es tradición en nuestra Parroquia de San Pedro, recibieron el Sacramento de la Eucaristía 121 niñas y niños que se prepararon a lo largo del año en la Catequesis de Primera Comunión. La Santa Misa fue celebrada por el Párroco P. Enrique Rodríguez S.J. y concelebrada con el P. Antonio Hernández S.J.

Acompañaron a las niñas y niños 20 catequistas que se distribuyeron en 7 grupos para brindarles la catequesis, preparación que se inició el primer domingo de abril. 

El programa este año tuvo como miembros de la Coordinación a la Hna. Marlen Chirinos Oré de la orden Trabajadoras Misioneras de la Inmaculada Carmelitas, Dora Luz Casas y Miriam Torres Escobar, asesoradas por el Párroco P. Enrique Rodríguez S.J. 

A lo largo de la preparación, la catequesis trabajó con los padres de familias de los menores, a quienes se les brindó diferentes temas de ayuda para la vida cristiana en familia y con la comunidad, desarrollándose un tema por mes a cargo de invitados especiales.

En este proceso a las parejas de padres de familias que no estaban casadas se les preparó para que reciban el Sacramento del Matrimonio, de esta manera recibieron el Sacramento 9 parejas. 

Asimismo, a un grupo de niñas y niños que no estaban bautizados, se les preparó para que reciban el Sacramento del Bautismo, incluyéndose a sus hermanitos y hermanitas, de esta manera fueron bautizados alrededor de 50 menores.

Las niñas y niños entrevistados luego de recibir su primera comunión manifestaron su alegría por haber recibido por primera vez el Cuerpo de Cristo, agradeciendo a sus catequistas por el acompañamiento en estos meses y sus enseñanzas que les han permitido conocer más a Jesús y a la Iglesia, recomendando a otros niños y niñas que aún no reciben a Cristo sacramentado a que se preparen próximamente para que conozcan más Cristo y lo puedan recibir. Los catequistas manifestaron su agradecimiento a Dios por haber sido instrumentos que han acompañado a sus niños y niñas, así como una gran satisfacción porque ellos hayan recibido ya a Cristo en la Eucaristía. Estas entrevistas las publicaremos próximamente.

Queremos saludar especialmente a la Hna. Marlen Chirinos quien será enviada por su congregación el próximo año a Argentina, agradeciéndole por todos estos años que ha acompañado al equipo de catequistas de Primera Comunión en nuestra Parroquia, deseándole muchas bendiciones y éxitos en su nueva labor apostólica. Aprovechamos para recordar la importancia que tiene el orar por las vocaciones religiosas que necesita la Iglesia y por todas las religiosas, religiosos y sacerdotes para que desarrollen santamente y eficientemente su ministerio.

Felicitamos y agradecemos a todos los catequistas, a la Coordinación y al P. Enrique Rodríguez, S.J. por todo el trabajo realizado, en ellos también queremos hacer extensivas nuestros saludos a todos los catequistas que en todo el mundo realizan esta misma labor, preparando a los niños y niñas para que reciban a Cristo en el sacramento de la Eucaristía y de esta manera acercándolos más a Dios a ellos y a sus familias.

































































Agradecemos especialmente a Vanessa Torres por compartir con nosotros sus lindas fotografías.



Ofrecimiento Diario - Orando con el Papa Francisco en el mes de Diciembre




APOSTOLADO
DE LA
ORACIÓN

INTENCIONES PARA EL 
MES DE DICIEMBRE


Ofrecimiento Diario

Dios, Padre nuestro, yo te ofrezco toda mi jornada: mis oraciones, pensamientos, afectos y deseos, palabras, obras, alegrías y sufrimientos en unión con el Corazón de tu Hijo Jesucristo que sigue ofreciéndose a Ti en la Eucaristía para la salvación del mundo.
El Espíritu Santo, que condujo a Jesús, me guíe y sea mi fuerza en este día para que pueda ser testigo de tu amor.

Con María, la madre del Señor y de la Iglesia, pido especialmente por las intenciones del Papa y de nuestros obispos para este mes:


Oremos con el Papa Francisco


Para que todos experimentemos la misericordia de Dios, que no se cansa jamás de perdonar.



Para que las familias, de modo particular las que sufren, encuentren en el nacimiento de Jesús un signo de segura esperanza. 




Oremos con los Obispos del Perú


Para que las personas afectadas por la violencia lleguen a la paz interior y al 
reconocimiento justo de sus derechos.




EL REINO DE DIOS

¿Qué anunciamos? Lo que anunció Jesús: el Reino de Dios, que no es una cosa, una estructura social o política, una utopía. El reino de Dios es Dios, Dios que existe, Dios que vive, Dios que está presente y actúa en el mundo, en nuestra vida, en mi vida. Pero no se puede anunciar a Dios únicamente con palabras, de segunda mano. Urge introducir en la relación con Dios, enseñar a orar. Por eso la importancia de las escuelas y comunidades de oración. Oración personal, oración popular, oración en Iglesia, oración litúrgica.

Evangelizar es seguir a Cristo, camino de mi vida. Es identificarse con Él, llegar a la unión con Dios. Esta palabra tal vez choque, pero la realidad es que todos tenemos sed de infinito, de libertad infinita, de felicidad ilimitada. Así se explican las revoluciones de los últimos dos siglos, las drogas y todos los caminos ofrecidos por la “serpiente” (Gn 3, 5), es decir, la sabiduría mundana. El hombre no se contenta con soluciones que no lleguen a la divinización. El único camino es la identificación con Cristo, realizable en la vida sacramental.  

Seguir a Cristo no es un asunto de moralidad, sino un tema “mistérico”, un conjunto de acción divina y respuesta nuestra.


El seguimiento de Cristo lleva a la cruz, expresión de su amor hasta el extremo (Jn 13, 1). Es participación en su cruz, unirse a su amor, a la transformación de nuestra vida, que se convierte en nacimiento del hombre nuevo, creado según Dios (cf. Ef 4, 24)

Quien omite la cruz, omite la esencia del cristianismo (cf. 1 Cor 2, 2)


Evangelizar es anunciar el reino de Dios, al Dios presente que nos conoce y escucha, que entra en la historia para hacer justicia. Por eso evangelizar es anuncio del juicio, de nuestra responsabilidad. El hombre poderoso como el sencillo debe rendir cuentas. El artículo de fe del juicio, forma las conciencias, es central en el Evangelio, es una buena noticia. Lo es para los que sufren injusticia y piden justicia. Así se comprende también la conexión entre el reino de Dios y los “pobres”, los que sufren y todos los que viven las bienaventuranzas del sermón de la Montaña.

Las injusticias del mundo no son la última palabra. Hay justicia. Sólo quien no quiera que haya justicia puede oponerse a esta verdad. Sólo creyendo en el justo juicio de Dios, sólo teniendo hambre y sed de justicia (cf. Mt 5, 6), abrimos nuestro corazón, nuestra vida, a la misericordia divina. La vida eterna no quita importancia a la vida en la tierra. Dios no es rival de nuestra vida, sino el garante de nuestra grandeza. Si consideramos bien el mensaje cristiano, no hablamos de un montón de cosas. Evangelizar es en realidad muy sencillo: es hablar de Dios y del hombre. Así lo decimos todo.


(Continúa de Noviembre)


Invitación

A participar de la Misa dominical de 11:00 AM en la Parroquia de San Pedro y a acompañarnos en las reuniones semanales a las 12:00 M en el claustro de la parroquia, todos los domingos. 

Asimismo, invitamos a la Misa de los primeros viernes de cada mes en Honor al Sagrado Corazón de Jesús, a las 7:30 PM en San Pedro.

El Apostolado de la Oración es antes que nada hacernos interiormente disponibles a la misión de Cristo. Esta disponibilidad tiene como su fuente y modelo a Jesucristo entregado a nosotros y por nosotros, que se nos hace presente continuamente en la Eucaristía. Recibir su vida nos lleva, en reconocimiento, a ofrecer diariamente nuestra propia vida al Padre.


Para conocer más acerca del Apostolado de la Oración y sus actividades acceda AQUÍ



Visítenos en:

Web oficial del Apostolado de la Oración

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Apartado 387 – Lima 100 – Perú

Jirón Azángaro 451 – Cercado de Lima

sanpedrodelima@gmail.com

Tlf.  427-0266

ESPECIAL: ADVIENTO



Estando próximo el inicio del Adviento, compartimos estas primeras publicaciones que se irán incrementando conforme avanzamos, en este tiempo de esperanza, al encuentro con Jesús que nace entre nosotros. Acceda a través de los siguientes enlaces:


Confirmación 2015 en San Pedro, Lima

Felicitamos y agradecemos al grupo de catequistas de Confirmación y a su asesor el P. Enrique Rodríguez, S.J., por todo el esfuerzo y la entrega que a lo largo de este año han brindado a los participantes a través de la catequesis, y que se ha visto coronada con la ceremonia del Sacramento. Acceda a la nota informativa AQUÍ.

Cristo Rey

El P. Adolfo Franco, S.J. nos comparte su reflexión sobre el evangelio de la Solemnidad de Cristo Rey, "Él es el Principio y el Fin del Universo". Acceda AQUÍ.

Cristología - 7° Parte: Consecuencias de la Unión Hipostática

El P. Ignacio Garro, S.J. continúa compartiendo su estudio de Cristología, en esta oportunidad nos presenta como consecuencia de la Unión Hipostática la filiación natural divina del hombre Jesucristo y la adorabilidad de Cristo en general. Acceda AQUÍ.

Catequesis del Papa


Compartimos las últimas catequesis del Papa Francisco brindadas en las audiencias de los miércoles. Acceda a través de los enlaces:

Compartir lo bienes de la vida en familia
La Gran Puerta de la Misericordia de Dios

Confirmación 2015 en San Pedro, Lima


El domingo 15 de noviembre se realizó en nuestra Parroquia de San Pedro - Lima, la ceremonia del Sacramento de la Confirmación, donde jóvenes y adultos que se prepararon a lo largo del 2015, recibieron al Espíritu Santo a través de este Sacramento.

La Coordinación en este año estuvo a cargo de José Joaquín Toguchi Azato e Inés Pérez y el grupo de catequistas tuvo al Párroco P. Enrique Rodríguez, S.J. como asesor.

La Misa fue presidida por Monseñor Santiago García de la Rasilla S.J., quien reside en la comunidad jesuita de San Pedro, y concelebró el P. Enrique Rodríguez, S.J., en esa ceremonia 68 jóvenes y 4 adultos recibieron el Sacramento.

La catequesis de jóvenes se inició el 6 de abril, Domingo de Ramos, y el 3 de agosto se inició la catequesis para adultos.

La catequesis estuvo organizada en 6 comunidades  que llevaron nombres de santos jesuitas: San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, San Pedro Fabro, San Luis Gonzaga, San Juan Berchmans y San Estanislao de Kotska.

Los jóvenes iniciaron el proceso con mucha disponibilidad para conocer a Cristo y luego de este proceso de catequesis se espera que ellos sean testimonio de vida en sus hogares, en su vida cotidiana y de esa manera lleven a Cristo siempre.

Durante el proceso se realizó cuatro jornadas sobre los temas de: integración, servicio social, sobre la familia y sobre la oración, finalizando con un retiro espiritual.

En este año, la catequesis tuvo un especial énfasis en el tema de la familia, trabajándose bajo este enfoque a lo largo de todo el proceso.

Catequistas y confirmandos entrevistados manifestaron sus agradecimientos a Dios por la experiencia vivida, por lo aprendido y la oportunidad que se les presenta de servir a la Iglesia a través de diferentes servicios apostólicos. Estas entrevistas serán publicadas próximamente.

Felicitamos y agradecemos al grupo de catequistas de Confirmación y al P. Enrique Rodríguez, S.J. por todo el esfuerzo y la entrega que a lo largo de este año han brindado a los participantes a través de la catequesis, y que se ha visto coronada con la ceremonia del Sacramento.














Cristología - 7° Parte: Consecuencias de la Unión Hipostática

P. Ignacio Garro, S.J.
SEMINARIO ARQUIDIOCESANO DE AREQUIPA



2.5. CONSECUENCIAS DE LA UNIÓN HIPOSTÁTICA

2.5.1. LA FILIACIÓN NATURAL DIVINA DEL HOMBRE JESUCRISTO

Tesis 15ª. "Jesucristo, aún como hombre, es Hijo natural de Dios". (de fe).

2.5.1.1. Explicación
         
El sentido del dogma es el siguiente: La Persona que subsiste en la naturaleza humana es el Hijo natural de Dios.  La expresión: "Cristo como hombre", no debe entenderse en sentido reduplicativo, como si la naturaleza humana fuera la razón de que Cristo fuera Hijo natural de Dios, sino que hay que interpretarla en sentido especificativo, es decir, Cristo como persona subsistente en la naturaleza humana.

2.5.1.2. Adversarios
         
Adopcionismo: 
Los adopcionistas dicen: “En Cristo hay dos clases distintas de filiación: Cristo como Logos divino sería el Hijo natural de Dios. Cristo en cuanto hombre sería Hijo adoptivo de Dios”.
Su promotor fue Pablo de Samosata, su doctrina era la siguiente:
a.  Jesús es un hombre "adoptado" por Dios.
b.  El Verbo de Dios que habita en Jesús, como en su templo, no es una persona sino un atributo de la única persona divina.
          
Pero el adopcionismo más conocido en la Historia de la Iglesia es el defendido en la segunda mitad del S. VIII por Elipando, Arzobispo de Toledo (802), y su discípulo Félix, Obispo de Urgel, (816).  Ellos afirmaban: "Hay que distinguir en Jesús dos filiaciones: una, como Dios, sería Hijo natural de Dios; otra, como hombre, hijo adoptivo de Dios. Cuando fue bautizado Jesús en el río Jordán, Dios le recibió como hijo por la "gracia".
        
Enseñaron,  respecto a Cristo, dos clases de filiación:

  • Como Dios, sería Hijo natural de Dios
  • Como Hombre, hijo adoptivo de Dios
Con esta herejía queda manifiesto que en Jesús hay dos filiaciones y hay que suponer que hay en El dos personas, una divina el Verbo, y otra humana, con lo cual se viene a caer en la herejía nestoriana. El papa Adriano (772 795) lo condena en dos de sus cartas doctrinales. Calificándolo de renovación de los errores nestorianos (Denz. 299) y confirma los decretos del Concilio de Francfort (794), el cual condenó como herético el "adopcionismo" alegando que el nacido de la Virgen era verdadero Hijo natural  de Dios y no podía ser considerado, por tanto, como hijo adoptivo.
        

2.5.1.3. Magisterio de la Iglesia

"Cristo, aun como hombre, es Hijo natural de Dios". (de fe). Denz 311. Concilio de Franckfurt 794.

El adopcionismo del Obispo de Toledo, Elipando y de Félix de Urgel, es condenado primeramente por el Papa Adriano I en dos cartas doctrinales calificándolo de renovación de los errores nestorianos, literal¬mente dice: "no se avergüenzan de confesar como adoptivo al Hijo de Dios, blasfemia que jamás ningún hereje se atrevió a proferir en sus ladridos, si no fue aquel pérfido Nestorio que confesó por puro hombre al Hijo de Dios...".

Pero la controversia continuó por lo que tuvo que reunirse un Concilio general en Frankfurt del Main (Alemania) en el año 794; el cual condenó como herética la herejía del adopcionismo y proclamó que el Hijo de Dios, tiene, sí, dos naturalezas, la divina y la humana pero no puede ser designado como hijo adoptivo en cuanto hombre. El Concilio declaró: "Cristo, aun como hombre, es Hijo natural de Dios". Denz 311.
         
Con lo cual quedaba desvirtuada la herejía adopcionista que decía: "En Cristo hay dos clases distintas de filiación: Cristo como Logos divino sería el Hijo Natural de Dios. Cristo en cuanto hombre sería Hijo adoptivo de Dios".
         
Finalmente Felix de Urgel abjuró de sus errores cristológicos. Después de la muerte del Obispo Elipando y del Obispo Felix no quedan en España vestigios de su doctrina herética, prueba de que este error teológico no tuvo ni mucho arraigo ni muchos adeptos.
        
2.5.1.4. Sagrada Escritura
         
La Sagrada Escritura no llama jamás al hombre Cristo hijo adoptivo de Dios, sino Hijo propio y unigénito de Dios.

  • Rom 8, 32, dice: "El (Dios) no perdonó a su propio Hijo, entes le entregó por todos nosotros". 
  • Juan en 1 Jn 1, 14, 18: dice: "Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo unigénito".
  • Mt 26, 63 64: "El pontífice le dijo: Te conjuro por Dios vivo que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios. Díjole Jesús, Tú lo has dicho...".
  • Mt 16, 13 16. "Preguntó Jesús a sus discípulos ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre...?. Tomando la palabra Pedro dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".

2.5.1.5. Argumento teológico
         
La filiación natural (no adoptiva) de Cristo hombre es una cuestión que se plantea por el hecho que en Jesucristo hay dos naturalezas, (la divina y la humana) y, por consiguiente, dos generaciones y dos nacimientos: Un nacimiento eterno, en cuanto Hijo natural del Padre, decimos: "engendrado" (o nacido) del Padre; otro nacimiento temporal, en cuanto hijo de María. Por otra parte, Jesucristo posee en toda su plenitud la gracia santificante, que nos hace hijos adoptivos de Dios. Cabe, por lo mismo, preguntar si Cristo, además de Hijo natural de Dios en virtud de su filiación eterna, puede ser llamado de algún modo hijo adoptivo de Dios por su nacimiento temporal de la Virgen María.  Vamos a expresar la doctrina católica sobre este tema.

  • La filiación natural se distingue de la adoptiva en que la primera es producida por "generación natural", (es consubstancial al Padre y al Espíritu Santo) y establece una relación de Padre a Hijo; la segunda es efecto de un acto voluntario de filiación por parte del adoptante, que establece una relación jurídica con el adoptado en virtud de la cual éste tiene derecho a la herencia de todos o parte de los bienes de su padre adoptivo.
  • Es muy propio de Dios tener hijos adoptivos, ya que la adopción es un efecto de la bondad y Dios es infinitamente bueno. La herencia que ofrece a sus hijos adoptivos es la posesión y goce fruitivo de su propia esencia (visio beatífica).
  • La adopción divina difiere de la humana, entre otras cosas en que ésta nada añade intrínsecamente al adoptado, mientras que la divina le añade intrínsecamente la "gracia santificante", que le da una participa¬ción de la misma naturaleza divina, en virtud de la cual el adoptado entra a formar parte de la "familia divina" de una manera misteriosa pero real.
  • La adopción divina es común a toda la santísima Trinidad; pero se apropia al Padre como autor, al Hijo como ejemplar y al Espíritu Santo como a quien imprime en nosotros la imagen ejemplar.
  • La adopción divina puede recaer únicamente sobre las criatu¬ras racionales (ángeles y hombres), no sobra las irracionales o inanimadas,  que no pueden recibir la gracia.
Teniendo en cuenta estas aclaraciones podemos decir: la Iglesia enseña:

"Jesucristo, aun en cuanto hombre, es Hijo natural de Dios, sin que de ninguna manera se le pueda llamar Hijo adoptivo". (de fe).
          


2.5.2. LA ADORABILIDAD DE CRISTO EN GENERAL

Tesis 16ª.- "La humanidad y la divinidad de Jesucristo se han de adorar con una y sola adoración, el culto de latría, que corresponde solamente a Dios".  (de fe).


2.5.2.1. Explicación
         
Esta tesis trata de demostrar que como fruto de la gracia de la unión hipostática, no sólo se debe de adorar la naturaleza divina de Cristo como le corresponde por su condición divina, sino también su naturaleza humana, unida substancialmente al Verbo de Dios, ésta también debe de recibir el culto de latría, es decir el culto a Dios.    


2.5.2.2. Adversarios
         
Los arrianos, nestorianos, racionalistas protestantes, que rechazan que haya que adorar la naturaleza humana de Cristo, pues niegan la gracia de la unión hipostática.


2.5.2.3. Sagrada Escritura
         
Según el Evangelio, Jesucristo aceptó siempre la adoración que le manifestaban los hombres, incluso como verdadero Dios, y reclamó para sí una adoración igual a la que se tributaba a Dios Padre.

  • Jn 20, 28: "Señor mío y Dios mío".
  • Jn 9, 38: "Creo, Señor, y se postró ante El".
  • Jn 5, 23: "Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre, que le envió".
        
2.5.2.4. Magisterio de la Iglesia
         
En el Concilio II de Constantinopla dice: "Si alguno dice que Cristo es adorado en dos naturalezas, de donde se introducen dos adoraciones, una propia de Dios Verbo y otra propia del hombre; o si alguno, para destrucción de la carne o para confusión de la divinidad y de la humanidad, afirma una sola naturaleza o substancia de los que se juntan, y así adora a Cristo, pero no adora con una sola adoración al Dios Verbo encarnado en su propia carne, según y desde el principio lo recibió la Iglesia, sea anatema". Denz 221


2.5.2.5. Argumento teológico
         
Sto. Tomás da una razón fundamental diciendo que el honor, propiamente hablando, se tributa a la persona a quien honramos. Si alguna vez besamos las manos o los pies de alguien en señal de reverencia, no significa esto que honremos las manos o los pies en sí mismos, sino en cuanto pertenecen a la persona a quien honramos: en las partes honramos al todo.
         
Ahora bien, en Cristo, no hay más que una sola Persona divina en dos naturalezas, y también una sola hipóstasis y un solo supuesto; luego por parte del sujeto honrado no habrá sino una sola adoración y un solo honor. Sin embargo, pueden ser múltiples las causas por las que se tributa ese único honor (su bondad, sabiduría misericordia). En este sentido, o sea, por parte de las causas que motivan la adoración podemos hablar de varias adoraciones; pero por parte de la persona a quien se dirigen, no se puede hablar mas que de una sola y única adoración.


2.5.2.6. Adoración Eucarística
         
La Adoración al Santísimo Sacramento del Altar es la devoción más elevada que podemos realizar ante Dios, pues es a Dios Hijo presente real y sacramentalmente bajo las especies Eucarísticas a quien rendimos tributo de plena adoración. Creyendo y afirmando que realmente está allí presente de manera real, sacramental y misteriosa. Es Dios mismo quien está allí y debe ser motivo de plena adoración.
         
"La adoración que se debe a la humanidad de Cristo en cuanto unida a la Persona divina del Verbo es adoración de rigurosa latría". (de fe).
         
Otra afirmación: "A Jesucristo en la Eucaristía se le debe un culto de latría absoluto, no relativo. Porque está allí real y verdaderamente, aunque oculto bajo las especies sacramentales".
         
El Concilio de Trento, dice al respecto: "Si alguno dijere que el Santísimo Sacramento de la Eucaristía no se debe de adorar con culto de latría, aun externo, a Cristo, Hijo de Dios Unigénito, y que, por tanto, no se le debe  venerar con peculiar celebración festiva ni llevarle solemnemente en procesión, según laudable y universal rito y costumbre de la Santa Iglesia, o que no debe ser públicamente expuesto para ser adorado, y que sus adoradores son idólatras, sea anatema". Denz 888

NOTA: Las imágenes de Jesús, reliquias de la misma cruz, etc, se le debe un culto relativo. Resumiendo doctrinalmente podemos decir: El objeto total (obiectum materiale totale) de la adoración rendida a Cristo es el Verbo divino encarnado. La naturaleza humana, unida hipostáticamente con el Verbo, es objeto parcial (obiectum parciale). La razón (obiectum formale) por la cual se tributa la adoración es la infinita perfección de la divina Persona del Verbo.


2.5.2.7. La adoración del Sacratísimo Corazón de Jesús

Es muy conveniente que en este apartado de la Cristología tratemos de la doctrina sobra la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Esta devoción, tan entrañable en el pueblo cristiano, y este culto tan legítimo, desde cualquier punto de vista que se le considere, sufrió rudos ataques en diferentes épocas de la historia de la Iglesia, sobre todo por parte de los jansenistas. Pero la Iglesia con su Magisterio siempre bendijo y recomendó esta santa devoción. Fue el papa Pío XII en su Encíclica "Haurietis acquas", quien exhortó a esta gran devoción.

La Iglesia enseña: "Así como la naturaleza humana de Cristo, toda entera, es objeto de culto latréutico, así también cada una de sus partes son objeto parcial del mismo".  (sentencia cierta).
         
Aunque todas las partes de la naturaleza humana de Cristo son, de por sí dignas de la misma adoración, sin embargo, desde la época misma de las Cruzadas se ha ido formando un culto especial a algunas partes, como son: las cinco sacratísimas llagas y los miembros señalados por las mismas, el culto a la preciosísima sangre de Cristo, la santa faz, y su sacratísimo corazón. De forma análoga son objeto también de culto latréutico los misterios de su vida, pasión y muerte. La razón de que se tribute una adoración especial a estas partes de la naturaleza humana de Cristo, no es otra sino el haberse manifestado en ellos de manera especialmente clara la caridad redentora de Cristo.


2.5.2.8. Fundamento dogmático de la adoración
        
La Iglesia enseña: "El objeto final del culto al Sacratísimo Corazón de Jesús es la Persona del Verbo divino, a la cual está hipostáticamente unido. Por eso, el Corazón de Jesús ha de ser adorado con rigurosa adoración de latría".
         
Pío XII decía al respecto: "Es, por tanto, en este argumento tan importante como delicado, tener siempre presente que la verdad del simbolismo natural que relaciona el corazón físico de Jesús con la Persona del Verbo descansa toda ella en la verdad primaria de la unión hipostática.  Quien esto negase, renovaría errores condenados más de una vez por la Iglesia por ser contrarios a la unidad de la persona de Cristo en dos naturalezas íntegras y distintas".
         
Este culto al Corazón de Jesús fue impugnado con verdadero apasionamiento por los jansenistas. El Papa Pío VI salió al paso de las detracciones esparcidas por los jansenistas, y declaró que el Corazón de Jesús era adorado, no separado o desligado de la divinidad, sino "como el Corazón de la Persona divina del Logos, con la cual se halla insepara¬blemente unido". Denz 1563
         
En efecto, el culto de latría no puede ofrecerse más que a una persona divina. Por esto, la Persona divina del Verbo encarnado ha de ser el objeto final sobre la que recaiga el culto tributado a su Sacratísimo Corazón.


2.5.2.9. El objeto de la adoración

a. El objeto inmediato del culto al sacratísimo Corazón de Jesús es el corazón corporal de Jesucristo como parte integrante de su naturaleza humana unida hipostáticamente con el Verbo divino.  Por lo tanto no es el "corazón" entendido en sentido simbólico.
El propio Cristo mostró su divino Corazón a Sta. Margarita María de Alacoque, al mismo tiempo que le decía: "He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres". El corazón físico como natural expresión de su inmenso amor: eso es el objeto material sobre el que recae inmediatamente el culto al Corazón de Jesús.
Por eso dice Pío XII: "Nada, por tanto, prohíbe que adoremos el Corazón sacratísimo de Jesucristo en cuanto es partícipe y símbolo natural y sumamente expresivo de aquel amor inexhausto en que arde el divino Redentor aun hoy para con los hombres".
Como es sabido, el corazón no es el órgano del amor espiritual (procede de la voluntad racional), ni siquiera del amor sensible (es una pasión del apetito sensitivo).  Pero, sobre el corazón físico repercute ordinariamente nuestra vida afectiva y sentimental.  Esto basta para considerarlo como expresión natural del amor, según ha consagrado el uso y la costumbre la cultura semita y greco romana.
        
b. El objeto total, o "motivo principal del culto al Sagrado Corazón de Jesús, es la divina excelencia de la Persona del Verbo encarnado, el Dios Hombre Jesucristo".
El Papa Pío XII dice al respecto: "El motivo por el cual la Iglesia tributa al Corazón del divino Redentor el culto de latría... es doble: primero, que es común también a los demás miembros adorables del cuerpo de Jesucristo, se funda en el hecho de que su Corazón, siendo una parte nobilísima de la naturaleza humana, está unida hipostáticamente a la persona del Verbo de Dios, y, por tanto se le ha de tributar el mismo culto de adoración con que la Iglesia honra a la persona del mismo Hijo de Dios encarnado. Se trata, de una verdad de fe católica que fue definida solemnemente definida en el Conc. Ecuménico de Efeso, y en el Conc.  II de Constantinopla.
El otro motivo pertenece de manera especial al Corazón divino del Redentor, y, por lo mismo, le confiere un titulo del todo propio para recibir el culto de latría.  Proviene de que su Corazón, más que ningún otro miembro de su cuerpo, es el índice natural o el símbolo de su inmensa caridad hacia el género humano".
        
c. El objeto formal es la infinita perfección de la divina persona del Verbo.
        
d.  La razón para adorar de modo especial el corazón entre todas las partes de la humanidad de Cristo es que el corazón es el símbolo más perfecto del amor redentor de Cristo a los hombres.  Según el modo de hablar de la Sagrada Escritura, Deut 6, 5; 10, 12;13, 3; Prov 2, 2; 23, 26; Mt 22, 37;  Jn 16, 6;  Rom 5, 5, y conforma a las ideas populares, el corazón es considerado como sede de los afectos, sobre todo del amor.  Como el amor fue el motivo de la redención, Jn, 3, 16, a ese órgano del Redentor, símbolo del amor, se le tributa particular cariño y devoción.  Por tanto, el Corazón de Jesús, como símbolo de su amor redentor, es el objeto adecuado del culto oficial que la Iglesia tributa al Corazón divino. Y como el amor redentor de Cristo se mostró particularmente en su pasión y muerte y en la sagrada eucaristía, la devoción a la pasión de Cristo, y a la sagrada eucaristía se hallan en íntima relación con la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.


2.5.2.10. Finalidad de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús
         
El fin de la devoción al Corazón de Jesús es despertar reconocimiento y amor agradecido en el alma de los fieles, incitándoles a imitar el ejemplo de virtudes que brillan en ese Corazón Santísimo, Mt 11, 29, y moviéndoles a promover la reparación de las ofensas inferidas a este divino Corazón.

NOTA : El culto a las imágenes y reliquias de Cristo
         A las imágenes y reliquias de Cristo, como la santa cruz, etc, se les debe, según doctrina de Sto. Tomás, un culto de latría relativo.  Como la razón del culto no radica en ellas mismas, sino en la persona de Cristo, que ellas representan o tocaron, la adoración que se les tributa no es absoluta, sino relativa.  Pero es verdadera adoración latreútica, pues se refiere en último término a la persona divina de Cristo.


2.5.3. LA "COMUNICACIÓN DE IDIOMAS"

O comunicación de propiedades o maneras correcta de expresarse acerca del misterio de la Persona de Cristo.

Expliquemos qué se entiende por "comunicación de idiomas" en la teología cristológica.   La palabra "idioma" procede la voz griega que significa la "propiedad" o propia naturaleza de una cosa, ya sea divina o humana. De donde "comunicación de idiomas" es lo mismo que "comunicación de propiedades". En lenguaje más nuestro se puede decir, comunicación de idiomas: es la forma de hablar correctamente acerca de las propiedades y atributos de Cristo, de su persona y su naturaleza divina y de su naturaleza humana
         
Esta categoría aplicada a Cristo, significa la mutua y recíproca predicación de las propiedades de la naturaleza divina y humana en la persona única de Jesucristo. Es, en otras palabras, aquella propiedad que sigue a la unión hipostática, en virtud de la cual las cosas que pertenecen al Hijo de Dios se predican también del Hijo del hombre y viceversa.  Y así, por ejemplo se dice correctamente que, en la persona de Cristo, Dios es hombre y el hombre es Dios.
         
La comunicación de idiomas, en sentido ontológico es: la asociación y mutuo cambio de propiedades (= atributos y operaciones) divinas y humanas de Cristo, basada en la unidad de persona, de tal suerte que el Logos Dios posee propiedades humanas y el hombre Cristo propiedades divinas. La comunicación de idiomas en sentido lógico, es la enunciación de ese mutuo cambio ontológico de propiedades.




Agradecemos al P. Ignacio Garro, S.J. por su colaboración.
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