“Lo que Dios quiera, hasta que Dios quiera” - P. Jorge Crooke, S.J.
-Actualizado al 21 de septiembre-
El lunes 14 de septiembre el P. Jorge Crooke S.J. partió a la Casa del Padre. Sus últimos años los vivió en la comunidad de San Pedro, participando en la Parroquia y en especial acompañando y guiando a una Comunidad de Vida Cristiana (CVX)
A continuación transcribimos el mensaje del P. Jerónimo Olleros S.J. Socio del Provincial, la nota del Provincial P. Carlos Rodríguez Arana S.J. y la Homilía de la misa del 15 de septiembre por el P. Benjamín Crespo, S.J.
El P. Jerónimo Olleros SJ, Socio del P. Provincial, nos acaba de informar que en la mañana de hoy falleció en la enfermería de Fátima Jorge CROOKE GORRIA SJ. Tenía 73 años y hoy mismo cumplía los 55 de jesuita. "Encuentra la Paz del Señor y nos unimos en la oración para que se la conceda del todo", nos escribe el P. Socio.
Como muchos ya saben, en los últimos meses su salud se fue deteriorando cada día, situación que él vivió con gran paz y ejemplar confianza en el Señor.
Hoy es la Fiesta Patronal del Señor de Huamantanga en Jaén, que él presidió muchas veces como Vicario General, pues trabajó muchos años desde que Mons. Augusto Vargas era Obispo.
Nota del Provincial P. Carlos Rodríguez Arana SJ:
JORGE CROOKE GORRÍA, S.J.
Ayer por la tarde lo visitamos junto con el Hno Diego Díaz. Estaba tranquilo, pero ya se le notaba su extrema fragilidad. Estaba tranquilo. “Lo que Dios quiera, hasta que Dios quiera” me decía en una voz que casi no se oía.
Ha sido dura la última etapa de su vida. Tuvo que pedirme su destino a la Enfermería porque sentía que en San Pedro ya no podía hacer mucho y debía estar yendo y viniendo casi a diario. Me decía que creía que lo mejor era vivir ya en Fátima, porque se sentía cada vez más débil y dependiente del oxígeno. Era consciente de su debilidad, de su enfermedad y aceptaba la muerte con una serenidad envidiable. “Hasta cuando Dios quiera”.
Ingresó a la Compañía con 18 años y muy pronto llegó al Perú donde ha vivido prácticamente toda su vida de jesuita. Y entre nosotros tuvo diversas misiones. Enseñó en el Colegio de la Inmaculada del que fue varios años Prefecto. Era muy popular y muy querido “el Loco Crooke” entre los muchachos. Fue durante varios años Vicario del Obispo de Jaén, Mons. Augusto Vargas y desempeñó su cargo allí con mucha aceptación de la gente, sobre todo de los sacerdotes diocesanos. Gozaba de la confianza de Mons. Augusto y del afecto de la gente por su cercanía y servicialidad. Se desempeñó también como Rector del Colegio San Ignacio de Loyola en Piura. Fue Párroco en Desamparados, cuando la muerte repentina le llegó a Enrique Monteverde. Estuvo luego en San Pedro como confesor y Vicario Parroquial. Una vida itinerante. Fue disponible y estuvo abierto para recibir generosamente, con un corazón despierto, las diversas misiones que se le encomendaron.
Buen compañero y amigo. Un jesuita trabajador y comprometido, cercano a los pobres y necesitados. Muy sensible ante las injusticias y los malos tratos de los que siempre protestaba defendiendo a los débiles y sacando fuerzas para que la justicia estuviera presente en todos los ámbitos del país.
Nos deja este “servidor fiel” del Evangelio, en su ley, el “Loco Crooke”. Que el Señor le dé descanso por todo lo que sufrió en estos últimos tiempos y que en compañía de los santos, en el cielo, donde la contaminación y la enfermedad están superadas, pueda seguir fumando eternamente.
Homilía de la Misa de cuerpo presente por el P. Benjamín Crespo, S.J., martes 15 de septiembre en la Comunidad de Fátima.
HOMILÍA SOBRE JORGE CROOKE GORRÍA S.J.
Parroquia de Fátima, 15 setiembre del 2009
Estamos reunidos esta tarde para hacer memoria agradecida de la vida, vocación y ministerio sacerdotal de nuestro querido Jorge Crooke. Todos los que estamos aquí presentes podemos expresar nuestros recuerdos cariñosos de nuestra amistad personal con “el loco Crooke” como lo llamábamos los que fuimos sus alumnos en el Colegio de la Inmaculada, apodo que siempre lo caracterizó durante toda su vida.Parroquia de Fátima, 15 setiembre del 2009
Nuestro buen Dios lo llamó a su lado en el aniversario de su ingreso a la Compañía de Jesús, en el Noviciado de Aranjuez, de la provincia de Toledo, un 14 de setiembre de 1954, hace justo 55 años, respondiendo cuando tenía 18 años a la invitación personal de Jesucristo con total generosidad con “determinación deliberada de vivir y morir in Domino con esta y en esta Compañía de Jesús nuestro Criador y Señor” (Constituciones, Examen 51).
Jorge vino al Perú siendo novicio a esta casa de Miraflores y aquí en el Perú vivió prácticamente toda su vida de jesuita trabajando pastoralmente en las diversas misiones que la Compañía le confió: en el Colegio de la Inmaculada, primero siendo maestrillo como subprefecto y profesor de los alumnos, y años después siendo ya sacerdote fue Prefecto, Profesor y Espiritual. En Jaén, como Vicario de Monseñor Augusto Vargas en el Vicariato de San Francisco Javier, desempeñó su cargo allí con mucha aceptación de la gente, sobre todo de los sacerdotes diocesanos. Gozó de la confianza de Monseñor Augusto y del afecto de la gente por su cercanía y servicialidad. También estuvo en dos ocasiones en el Colegio San Ignacio de Loyola en Piura, primero como Prefecto y luego de Rector. Fue también Párroco en la Parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados y Vicario Parroquial y Confesor en la Parroquia de San Pedro, y finalmente en la Enfermería de Fátima, cuidando su salud, compartiendo su cariñosa amistad en conversas, enviando correos, y así fue día a día entregando su vida a Dios en la Compañía de Jesús.
Nuestro buen Dios también lo llamó a su lado para siempre en el día de la Exaltación de la Santa Cruz, cuya fiesta muchas veces celebró durante sus años de trabajo pastoral en Jaén, con la devoción popular del Señor de Huamantanga, cuya imagen es muy querida por el pueblo pobre, humilde y sencillo, a quien Jorge sirvió con especial afecto y solicitud, cercano a los pobres y necesitados, sintiéndose identificado con los rostros humanos de Jesucristo. Muy sensible ante las injusticias y los malos tratos de los que siempre protestaba defendiendo a los débiles y sacando fuerzas para que la justicia estuviera presente en todos los ámbitos del país.
Celebramos esta Eucaristía, esta acción de gracias, en la que despedimos a Jorge, en el día de la Virgen de los Dolores, con la seguridad que ella, ya calmó todos sus dolores y sufrimientos, y con ella goza para siempre de la presencia de nuestro buen Padre Dios en el cielo.
Ayer nos recordaba Carlos las que fueron las últimas palabras que escuchó de Jorge como despidiéndose plenamente consciente de su debilidad, de su enfermedad, aceptando la muerte con una serenidad envidiable: “lo que Dios quiera, hasta que Dios quiera, hasta cuando Dios quiera”. Jorge nos dio ejemplo de hacer siempre la voluntad de Dios, de vivir centrado en Dios, sintiéndose en las manos de Dios, experimentando con profundidad que en su vida, su vocación, su ministerio, su enfermedad y su muerte siempre Dios tuvo la iniciativa y que él aceptó con total disponibilidad, con un sentido muy personal de pertenencia total a Dios.
En estas pocas horas desde la noticia de su fallecimiento, he recibido varios testimonios de quienes fuimos sus alumnos en la Inmaculada, expresando su sentir y dolor y al mismo tiempo su recuerdo cariñoso y agradecido del jesuita formador, que siempre trató con rectitud y firmeza como Prefecto de Disciplina, y al mismo tiempo del jesuita amigo y compañero, que marcó la vida para siempre, por su bondad, su cercanía, su trabajo incansable, su aprecio personal por cada uno.
Menciono algunas frases para compartirlas con todos, especialmente con Jorge en esta eucaristía: “los que tuvimos la suerte de conocer a Jorge Crooke , nuestro querido “loco” sabemos que se nos va por encima de todo un extraordinario ser humano, alguien que fue y seguirá siendo parte de la historia de los grandes formadores de nuestro querido Colegio… Jesuitas como Jorge Crooke son los que necesitamos para seguir formando líderes que sigan pensando en los demás como parte de uno mismo…siempre estaré agradecido al curita loco, Dios lo tenga en su gloria... Excelente sacerdote y disciplinario prefecto. Estoy seguro le será de gran ayuda a San Pedro para identificar a los que se portaron mal en la tierra y fijarles el castigo requerido… Cuando algo le molestaba se ponía colorado y gritaba con su dejo español del seseo, pero rápido también se le pasaba. Fuimos afortunados de haber tenido maestrillos, hermanos y sacerdotes jesuitas tan cerca en nuestros doce años de formación escolar, privilegio que comprometió nuestras vidas para servir más a Dios y a nuestros hermanos.
El ¨loco¨ fue para la gente de mi promoción un ejemplo de rectitud, un formador inigualable del carácter y del espíritu...recuerdo una de sus máximas ¨O blanco o negro. ¡Pero NUNCA gris!¨…un jesuita de apariencia seria e impenetrable, pero de un interior lleno de sensibilidad humana y exaltante amistad, pleno de atención a los problemas de otros. Muy trabajador y sumamente consecuente entre lo que decía y hacía. Son pocos los instantes en que uno va por la vida y se tiene la suerte de cruzarse con personajes tan imperecederos como Jorge Crooke Gorría... Muchos recuerdos vienen en este momento a mi memoria, pero por encima de todo, la admiración y el cariño por un "formador y educador" que marcaron a muchas generaciones de exalumnos de nuestro querido colegio”.
Al final de su vida, Jorge hizo suyas estas palabras de honda significación en nuestro ser jesuitas “Como en la vida toda, así también en la muerte, y mucho más, debe cada uno de la Compañía esforzarse y procurar que Dios Nuestro Señor sea en él glorificado y servido, y los prójimos edificados” (Constituciones 595).
Así sea
Benjamín Crespo, S.J.
...
Fuente: Noticias para los Amigos, del P. Rómulo Franco, S.J.
Padre crooke me duele mucho no haber podido visitarte en tus ultimos momentos y hoy que estas en el cielo muchos te recuerdan por tu gran sencilles y locuras ........ nunca te olvidaremos crooke se te extraña mucho......
ResponderEliminartu ingrato amigo jean carlos miranda more