COMUNICADO DEL VICARIATO APOSTÓLICO SAN FRANCISCO JAVIER
Ante los dolorosos hechos ocurridos en nuestro Vicariato, con la población nativa y la policía nacional, que son de todos conocidos, queremos compartir las siguientes reflexiones:
1.- La Selva ha sufrido y sufre una postergación de siglos por razones de la situación geográfica, el centralismo y las diferencias culturales. Esto ha hecho que los nativos de ella se hayan sentido relegados y como excluidos dentro de su propio país al que, por otra parte, han sabido defender en conflictos internacionales.
2.- ÚItimamente esta postergación se ha hecho más evidente por la aprobación de unos decretos leyes, sin previa consulta con las comunidades nativas que, según su entender, ponen en peligro sus territorios y su cultura.
3.- Lamentamos muy profundamente la muerte y los heridos de un número elevado, todavía por confirmar plenamente, tanto de nativos como de policías. Todos ellos son hermanos nuestros, y sus vidas un gran regalo de Dios.
4.- Un dato esperanzador es la cadena de ayuda humanitaria por parte de las poblaciones y autoridades de Bagua, Utcubamba, Jaén, San Ignacio, Bellavista, Imaza y Santa María de Nieva, además de las instituciones del Vicariato Apostólico San Francisco Javier y de otras varias nacionales de DD.HH. y de la sociedad civil. Todas ellas hicieron una excelente labor humanitaria a favor de los heridos y detenidos, con alimentos, medicinas, y asesoría legal, como verdaderos samaritanos.
5.- En estos momentos, vemos una luz de esperanza con la suspensión de los decretos denunciados, lo que permitirá entrar en un espacio de diálogo, sincero y sereno, que abra una puerta a la solución duradera del problema. Así mismo es una esperanza la formación de una comisión de diálogo en la que estarían presentes miembros del gobierno, de la Iglesia, de la Defensoría del Pueblo y de las Organizaciones nativas junto con personas notables de sus comunidades.
Esperamos igualmente que de este espacio salgan decisiones eficaces, con las que los peruanos encontremos cauces válidos para resolver los conflictos, sin tener que llegar a ninguna clase de violencia. Y pedimos a nuestro Padre Dios nos ayude con su Luz a encontrar la integración de todos en un Perú sin discriminaciones ni racismos, con la gran variedad y riqueza de culturas que tenemos, viviendo en paz en esta tierra que Él nos ha entregado para disfrutarla como hermanos.
Jaén, 14 de Junio del 2009. En la fiesta del “Cuerpo de Cristo”.
+ Santiago García de la Rasilla Domínguez S.J.
Obispo Vicario Apostólico
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buenisimo este blog te sigo y te invito a que sigas el mio.
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