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Los Retos de la Familia - 4° Parte: Una mirada a la historia reciente - El Pontificado de Juan Pablo II
LOS RETOS DE LA FAMILIA EN EL CONTEXTO ACTUAL
Mons. Juan Antonio Reig Pla Obispo de Alcalá de Henares Vicepresidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el matrimonio y la familia (Sección Española)
Continuación
3. El Pontificado del Papa Juan Pablo II
El Pontificado del Papa Juan Pablo II fue el espaldarazo que necesitaba la Iglesia Católica que vivía las consecuencias de un postconcilio convulso y una gran desorientación en los temas que nos conciernen. Su primera respuesta, ya esbozada en su encíclica Redemptor hominis, vino en una doble dirección: propiciar una mirada sobre el hombre desde Cristo y fundamentar la vocación al amor en la llamada teología del cuerpo. Para ello el Papa volvía su mirada al Concilio rescatando su antropología subyacente: “Realmente, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo Encarnado. Pues Adán, el primer hombre, era figura del que había que venir, es decir, de Cristo, el Señor. Cristo el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente al hombre al propio hombre y le descubre la grandeza de su vocación” (GS 22).
Esta vocación del hombre es la vocación al amor que forma parte de la semejanza de Dios y por eso, como explica el mismo Concilio:
“Esta semejanza muestra que el hombre, que es la única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma, no puede encontrarse a sí misma sino en la entrega sincera de sí mismo” (GS 24).
Anclado en estas enseñanzas del Concilio Vaticano II, el Papa Juan Pablo II inició las Catequesis sobre el amor humano que han sido compendiadas en el libro Varón y mujer los creó. En estas catequesis el Papa ofreció una fundamentación antropológica de la doctrina de la encíclica Humanae vitae y desarrolló desde claves bíblicas, filosóficas y teológicas la teología del cuerpo como legado para desarrollar una visión del hombre, de la sexualidad y de su vocación al amor capaz de responder a los embates de la revolución sexual.
La otra dirección, de carácter más pastoral, fue la convocatoria del Sínodo de los Obispos sobre la familia. El relator de este sínodo fue el cardenal Ratzinger y dio como resultado la exhortación apostólica Familiaris consortio. Esta exhortación hemos de considerarla como la Carta Magna de la Pastoral Familiar en la que se unen los aspectos doctrinales y las orientaciones pastorales encaminadas a promover auténticas familias cristianas que puedan llevar adelante con responsabilidad su misión. En esta exhortación apostólica el Papa instaba a todas las Conferencias episcopales a redactar un Directorio de Pastoral Familiar que sirviera de guía a las distintas diócesis. El día del atentado en la Plaza de San Pedro, San Juan Pablo II quiso anunciar la creación del “Pontificium Consilium pro Familia” y del “Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el matrimonio y la familia” que tiene su sede central en Roma y que goza de extensiones en los cinco continentes. La sección española tiene su sede en Valencia y, desde allí ha abierto extensiones en Madrid, Castellón, Murcia y Alcalá de Henares. Su colaboración con la Conferencia Episcopal Española es estrecha y ha promovido junto a la Licenciatura en Sagrada Teología del Matrimonio y la familia, el Máster en Ciencias del Matrimonio y la Familia para licenciados, graduados y diplomados, y una Especialidad Universitaria en Pastoral Familiar que se ha ido extendiendo en varias diócesis españolas. Este Instituto fue promovido para estudiar todas las cuestiones que afectan al matrimonio y a la familia, teniendo como ejes la antropología adecuada y la ética cristiana.
La Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española publicó un documento resaltando la luz profética de la Encíclica Humanae vitae (Una encíclica profética: la Humanae vitae. Reflexiones doctrinales y pastorales, 1992) y antes de redactar el Directorio de Pastoral Familiar que proponía la exhortación Familiaris consortio promulgó la Instrucción Pastoral: La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad (2001). En este documento se recogen los elementos doctrinales de las Catequesis del Papa Juan Pablo II sobre el amor humano y de la propia Familiaris consortio. Los obispos españoles, contando además con la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica, ofrecieron una respuesta clara al ambiente cultural que se había creado en España y que se había concretado en la ley del divorcio (1981), la ley del aborto (1985) y las leyes que afectaban al tratamiento de los embriones y a la reproducción asistida (1988). Tanto los sacerdotes como los fieles podían encontrar un camino a seguir y una senda que iluminara los esfuerzos de las Delegaciones diocesanas de familia y vida.
Este trabajo se vio complementado con el Directorio de la Pastoral Familiar de la Iglesia en España (2003) en el que, siguiendo el eje de la vocación al amor, se ofrecen las pistas para una Pastoral Familiar renovada.
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