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Itinerario Temático del Centenario de las Apariciones de Fátima - 7° Ciclo



Compartimos las Oraciones que se utilizaron en el Itinerario para los peregrinos al Santuario de la Virgen de Fátima, para poder rezarlas a manera de preparación al Centenario de las Apariciones de Nuestra Señora de Fátima.


Itinerario Jubilar

Llegando a la finalización del recorrido conmemorativo de siete años, en este año jubilar del Centenario de las Apariciones de Fátima se propone que el peregrino espiritual configure
su peregrinación a partir de oraciones que ayuden a recentrar la vida en la espiritualidad propia del lugar de las apariciones: el enraizamiento en la fe cristiana que profesamos en el credo, la unidad con la comunidad eclesial a la que pertenecemos expresa en la oración por el Sucesor de Pedro, la devoción mariana a través de la oración del rosario, la oración por la paz como señal del empeño por la construcción de un mundo según la voluntad de Dios y la consagración de la vida a Nuestra Señora en actitud de entrega confiando en el amor misericordioso de Dios.

Durante este año jubilar, por concesión de la Santa Sede, se puede obtener indulgencia plenaria a quien visite piadosamente este Santuario, destacando la Capilla de las Apariciones, lugar de la memoria de las apariciones de la Virgen María, y la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, donde están sepultados los Beatos Francisco y Jacinta Marto y la Vidente Hermana Lucía de Jesús y del Corazón Inmaculado. Las condiciones asociadas a la obtención de la indulgencia preveen que se haga la confesión sacramental (con ocasión de la visita o en un día próximo), que se reciba la Sagrada Comunión y que se rece por las intenciones del Santo Padre.


1. «“DIOS MÍO YO CREO”. CREO QUE SOIS EL ÚNICO DIOS VERDADERO, EL CREADOR DE TODO CUANTO EXISTE, EL ÚNICO SEÑOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA, EL ÚNICO DIGNO DE SER SERVIDO, ADORADO Y AMADO». Hermana Lucía, Cómo veo el mensaje a través de los tiempos y de los acontecimientos.

Colocando en Dios toda mi esperanza y confianza, profeso la fe que me mueve a adorarlo y a amarlo – la fe de la Iglesia, de la que soy parte –, tomando las palabras del Símbolo de los Apóstoles:

Creo en Dios Padre Todopoderoso,
Creador del Cielo y de la Tierra;
Y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo;
Nació de Santa María Virgen,
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
Fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos,
Al tercer día resucitó de entre los muertos,
Subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios
Padre, Todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica
La comunión de los santos, el perdón de los pecados,
La resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.


2. « RECEN EL ROSARIO TODOS LOS DÍAS, PARA ALCANZAR LA PAZ PARA EL MUNDO Y EL FIN DE LA GUERRA». Hermana Lucía, Memorias

Recuerdo la petición de Nuestra Señora para que en el lugar de las apariciones se construyese una capilla y su llamada a no ofender a Dios. Bajo la mirada solícita de la Señora del Rosario, que me enseña a seguir al Señor, medito en los misterios de la vida de Jesucristo, procurando configurar mi vida con Él, contemplándolo en el rezo del rosario.


3. «JACINTA QUEDÓ CON TANTO AMOR AL SANTO PADRE QUE, SIEMPRE QUE OFRECÍA SUS SACRIFICIOS A JESÚS, AÑADÍA: Y POR EL SANTO PADRE.
DESPUÉS DE REZAR EL ROSARIO, REZABA SIEMPRE TRES AVE-MARÍAS POR EL SANTO PADRE [...]». Hermana Lucía, Memorias

Presento al Señor mi oración por el Santo Padre, hago mías sus intenciones y, con él, me uno a
toda la Iglesia:

Señor,
Buen Pastor de la Humanidad,
que confiaste a Pedro y a sus sucesores
la misión de fortalecer a los hermanos en la fe
y de iluminarles en la escucha de la Palabra
– en este lugar en que los Pastorcitos de Fátima
Testimoniaron una profunda devoción al Santo Padre
Y un intenso amor a la Iglesia –,
Te pedimos que tu Espíritu de Sabiduría
ilumine al Papa N en su misión de Sucesor de Pedro;
que tu misericordia le proteja y conforte;
que el testimonio de tus fieles le anime en su misión
y que la tierna presencia de María sea para él señal de tu amor;
que él sea fuerte en la fe, audaz en la esperanza y celoso
en la caridad.
Tu que vives y reinas con el Padre, en la unidad del
Espíritu Santo.
Amén.

* Padrenuestro…
* Avemaría…
* Gloria…


4. «NOS MANDÓ REZAR POR LA PAZ, PARA ACABAR CON LA GUERRA». Hermana Lucía, Memorias

La Paz es un elemento continuamente presente en el mensaje de Fátima. Nuestra Señora la anuncia e insiste en la importancia de rezar para alcanzarla. Acogiendo la invitación de la Reina de la Paz, uniéndome a todos los hombres y mujeres que desean y construyen la paz, adoro al Señor en silencio y, en esta capilla que fue instituída para alcanzar la paz, le dirijo mi petición:

Señor, Padre Santo,
que en Jesús nos diste tu paz
y por El nos quisiste conducir a tu corazón
– en este lugar en el que la Virgen María nos invita a
la oración por la paz del mundo
Y en el que el Ángel de la Paz nos exhorta a adorar
solamente a Dios –,
Nosotros te pedimos que entre los pueblos reine la
concordia;
que los responsables de las naciones encuentren
caminos de justicia,
que todos alcancemos la paz del corazón
y que, por intercesión de la Reina de la Paz,
seamos constructores de un mundo más fraterno.
Por Cristo, Nuestro Señor.
Amén.


5. «MI INMACULADO CORAZÓN SERÁ TU REFUGIO Y EL CAMINO QUE TE CONDUCIRÁ HASTA DIOS». Hermana Lucía, Memorias

Oración Jubilar de Consagración

Rezar durante el Año Jubilar. En festiva actitud de alabanza y en jubilosa acción de gracias,
me entrego a la Virgen María para, como ella, consagrarme al Señor de la vida, de la alegría y de la bendición, ofreciéndole cuanto soy y tengo por las manos de la Virgen de Fátima, refugio y camino hacia Dios:

¡Salve, Madre del Señor,
Virgen María, Reina del Rosario de Fátima!
Bendita entre todas las mujeres,
eres la imagen de la Iglesia vestida de la luz pascual,
eres la honra de nuestro pueblo,
eres el triunfo sobre la marca del mal.
Profecía del Amor misericordioso del Padre,
Maestra del Anuncio de la Buena Nueva del Hijo,
Señal del Fuego ardiente del Espíritu Santo,
enséñanos, en este valle de alegrías y dolores,
las verdades eternas que el Padre revela a los pequeños.
Muéstranos la fuerza de tu manto protector.
En tu Inmaculado Corazón,
sé el refugio de los pecadores
y el camino que conduce hacia Dios.
Unido/a a mis hermanos,
En la Fe, la Esperanza y el Amor,
a ti me entrego.
Unido/a a mis hermanos, por ti, a Dios me consagro,
oh Virgen del Rosario de Fátima.
Y, en fin, envuelto/a en la Luz que de tus manos proviene,
daré gloria al Señor por los siglos de los siglos.
Amén.


Extractos tomado de:
http://www.fatima.pt/es/pages/septimo-ciclo

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