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Historia de la Salvación: 1° Parte - Revisando cómo se escribió la Biblia, El Pentateuco

P. Ignacio Garro, S.J.
SEMINARIO ARQUIDIOCESANO DE AREQUIPA


1. EL ANTIGUO TESTAMENTO

1.1. EL PENTATEUCO

Antes de comenzar el estudio de la Historia de la Salvación detenidamente, tenemos que explicar brevemente cómo se fue formando el libro de la Biblia, que contiene los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento.

Esto nos ayudará para comprender algo muy elemental en el estudio de la Biblia. Se trata de una actitud epistemológica, a saber: la Biblia no se nos entrega con conceptos, expresiones, teorías, aclaraciones, explicaciones acomodadas a nuestra mente como personas del S. XXI. La actitud correcta que debemos tomar es la contraria, somos nosotros los creyentes cristianos del S. XXI los que vamos a estudiar detenidamente la Biblia para entenderla en su texto y en su contexto, es decir, un conjunto de libros que se han escrito en diversas épocas, diversos autores, con diversas finalidades. A través de todo el libro sagrado iremos descubriendo, analizando, interpretando la mentalidad semítica en la que está escrita la Biblia que es muy diferente a la mentalidad lógica y científica occidental. Por eso antes de hablar del libro del GÉNESIS tenemos que explicar un poco cómo se formaron este libro y los 4 libros que le acompañan (Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio),  y así tener una mejor inteligencia de lo escrito en la Bibla.

Los cinco primeros libros de la Biblia forman una colección que los judíos denominan la “LEY” , la “TORÁH”. El primer testimonio cierto lo encontramos en prólogo del libro del Eclesiástico: “La Ley, los profetas y los escritos que les siguieron nos han transmitido muchas e importantes lecciones, que hacen a Israel digno de elogio por su instrucción y sabiduría”, Eclesiástico  1,1.

El Pentateuco, en su forma actual, tardó mucho tiempo en redactarse (ver al final de este libro el esquema de cómo se formaron los libros de la Biblia). El proceso humano de composición fue muy lento. Los hombres que llenan sus páginas no tenían libros como los tenemos nosotros actualmente, pero contaban con su memoria y sabían narrar fielmente los acontecimientos, de boca en boca, de padres a hijos, de generación en generación, la experiencia que tenían de Dios, del mundo y de los hombres, sabían relatar y transmitir la historia de la familia y del clan o tribu al que pertenecían como un gran tesoro que se hereda y hay que guardar fiel y delicadamente. Es lo que se conoce por transmisión de conocimiento oralmente.


1.1.1. Pentateuco

Término griego que significa: "Penta" = Cinco (5),  "Teucos" = Rollos, o Volúmenes escritos = Cinco libros escritos. Pentateuco: es el título que a comienzos de la era cristiana se dio a los 5 primeros libros de la  Biblia, que según el canon judío comienza por la TORA = LEY.
       
He aquí sus nombres:

  1. GÉNESIS: Libro de los “orígenes”
  2. ÉXODO: Libro de la “salida” de la esclavitud de Egipto hacia la Tierra Prometida
  3. LEVÍTICO: Libro de los “levitas” sacerdotes de la tribu de Leví
  4. NÚMEROS: Libro de los “censos” del pueblo de Israel
  5. DEUTERONOMIO: “Libro Segundo de la Ley”
       
El pueblo judío llama “Torah” a ese bloque de libros fundamentales que significan la LEY. Pero es algo más que meras normas y leyes. Ciertamente que se conservan muchas leyes y normas, especial y principalmente los 10 Mandamientos que Dios entregó a Moisés en el Monte Sinaí a la salida de la esclavitud de Egipto, esta era la parte primera y principal de la LEY, pero también se conservan junto a ésta otro tipo de leyes, normas, tradiciones que van desde las más importantes a las más pequeñas e insignificante. Estas leyes marcaron las etapas del Pueblo de Israel y pusieron las bases de su organización humana, histórica y sobre todo espiritual.
También se encuentran en esta colección de 5 libros relatos sobre los orígenes, recuerdos entrañables de la familia, los grandes acontecimientos históricos, diversos tipos de oraciones, actos de culto, poemas que describen vidas de héroes, etc. Este otro conjunto de elementos es el que da sentido a las leyes, porque tienen como marco de referencia la Historia de la Salvación. Ya no son una imposición arbitraria, sino una invitación de Dios a sus hijos para que se conviertan, sean justos y santos y vivan felices.
En definitiva, en el Pentateuco se nos narra el designio salvador de Dios contado de diversas maneras. Puede ser comparado a una sólida catedral en la que los pilares, arcos, muros, contrafuertes, vidrieras, etc, son elementos dispares pero armoniosamente organizados en su conjunto.
En el Pentateuco encontramos el plan de Dios para salvarnos pero contado de muchas maneras y con diversidad de géneros literarios. Así por ejemplo no se redactan de la misma manera:


  • Las leyes que rigen el pueblo
  • Las oraciones, en las que el hombre suplica y espera
  • Los poemas que embellecen la figura de los héroes con hipérboles
  • Los recuerdos de familia, en los que los hechos cuentan menos que el sentimiento
  • Los relatos llenos de imaginación oriental, que se pierden en la noche de los tiempos
  • Los ritos que regulan los actos de culto a Dios, etc.
Cada género literario tiene sus características propias que hay que tener en cuenta para llegar a comprender lo que Dios nos quiere dar a conocer de su misterio de amor.
Decíamos al comienzo de este apartado que el Pentateuco, en su forma actual, tardó mucho tiempo en redactarse. El proceso humano de composición fue muy lento. Los hombres que llenan sus páginas no tenían libros como los tenemos nosotros actualmente, pero contaban con su memoria y sabían narrar fielmente los acontecimientos, de boca en boca, (tradición oral), de padres a hijos, de generación en generación.
Estos recuerdos y tradiciones se remontan a los tiempos de Moisés. los juglares o cantores populares las cantaban en las peregrinaciones a los santuarios, los sacerdotes recogerán las costumbres religiosas, las normas del culto y las leyes destinadas a resolver las disputas o diferencias existentes entre las diversas tribus israelitas.
Por ello la redacción final del Pentateuco ha conservado las tradiciones del pueblo elegido y formado por Dios. A través de esta redacción Dios se revela. Elige a su pueblo y hace una alianza con él. Dios ama y es fiel a sus promesas, el pueblo elegido cumple y otras veces comete pecado y falla dependiendo de los diversos avatares de la vida, pero Dios siempre perdona y espera que el pueblo vuelva a la casa del Padre en una respuesta de confianza y de amor.
Los escritos del A T deben ser leídos a la luz de la lectura eclesial que la luz del N T. Algunos cristianos se preguntan ¿para qué leer hoy, el Antiguos Testamento? ¿No es una pérdida a de tiempo recorrer acontecimientos de una “historia pasada”? Este es un enorme error. El Pentateuco y los demás libros el AT son libros santos escritos antes de la venida de Cristo, recogen la vida unos hombres que es el pueblo elegido de Dios, que han vivido en la presencia de Dios como justos y pecadores, en momentos de fidelidad y alegría y en momentos de desgracia y de maldad. Dios se revela a lo largo de esos acontecimientos con su paz, con su misericordia y su amor. Por eso conservan hoy su actualidad. Veamos por qué:

La Palabra de Dios, recogida por el Pentateuco, encierra una riqueza que el pueblo de Israel no podía alcanzar con plenitud. Lo que Dios ha querido decirnos a través de estas palabras y acontecimientos del AT sólo se manifiesta plenamente en Jesús, tal como el libro de los Hechos de los Apóstoles lo han dado a conocer.
La Constitución del Concilio Vaticano II: “Verbum Dei”, sobre la divina Revelación dice que: “los libros íntegros del AT, incorporados a la predicación evangélica, alcanzan y muestran su plenitud de sentido en el NT y a su vez lo iluminan y lo explican”.
Hoy también la Iglesia nos invita a descubrir, en comunión de fe con ella, la riqueza insondable que el Espíritu Santo ha depositado en la Sagrada Escritura. De su mano y bajo guía maternal podemos releer esta palabra antigua y sacar de su tesoro: “lo nuevo y lo viejo”. La simple lectura de esta palabra antigua, “vieja”, puede hacernos descubrir hoy tesoros inmensos si tenemos un corazón ávido, hambriento de la palabra de Dios.

1.1.2. Composición del Libro del Pentateuco

El Pentateuco está compuesto por cinco libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. En un principio la composición de estos cinco libros fue atribuida a Moisés, pero las tradiciones más antiguas jamás habían afirmado explícitamente que Moisés fuera el redactor de todo el Pentateuco. Cuando el Pentateuco dice, muy rara vez, que "Moisés ha escrito", aplica esta fórmula a un pasaje particular.
Hay diversas teorías, o hipótesis de trabajo científico, acerca de la composición de este libro. El estudio moderno de estos 5 libros ha evidenciado diferencias de estilo, repeticiones y desorden en las narraciones, que impiden ver en el Pentateuco una obra que haya salido íntegra de la mano de un solo autor. Después de varios años de discusiones bíblicas y exegéticas, a finales del S. XIX, se había impuesto entre los críticos una teoría, sobre todo bajo la influencia de Wellhausen, Gunkel y otros que decían que el Pentateuco era un libro compuesto en largos siglos de la historia y que tenía 4 fuentes o tradiciones, o escuelas y que muy tardíamente en el S. V fue recopilado en la forma actual. Veamos la exposición de estas teorías.           
       
a. Teoría Documentaria de J. Wellhausen, (1844‑1918)

Durante el verano de 1867 investigó en el A T acerca de los escritos de la Biblia, especialmente los tiempos de Moisés, y descubrió que en la exposición de la historia de Israel había un gran anacronismo: se colocaba en tiempos de Moisés un gran número de leyes e instituciones que no habían surgido ni se habrían desarrollado sino en épocas posteriores a Moisés.
Durante los años siguientes, fue acumulando argumentos en favor de la "Teoría documentaria", y de la sucesión histórica de los cuatro documentos que componen el Libro del Pentateuco. Con su "Teoría documentaria" señaló la presencia de cuatro documentos principales o cuatro tradiciones.  Estas  son: Yahvista (J), Elohista (E), Deuteronomista (D), y Sacerdotal (P).



ESQUEMA DE LA TEORÍA DOCUMENTARIA DE WELLAHAUSEN





Según Wellhausen el primer documento J (Yahvista), se escribió hacia mediados del S. IX a. d. Cristo (850). El segundo documento E (Elohista), es la historia paralela y se originó un siglo más tarde (750). Estos documentos J y E se asociaron entre sí para constituir un nuevo documento J + E, que es obra de un solo redactor (650). El tercer documento D (Deuteronomista), escrito poco antes de su "descubrimiento" en tiempos del rey Josías (621) fue añadido al documento J + E, hacia el año 550 a. d. Cristo. El cuarto documento P (sacerdotal), es el escrito sacerdotal, escrito entre los años 500 y 450 en el destierro de Babilonia. Este documento sirvió como encuadre, al que se añadió al documento J + E + D, hacia el año 400 a. d. Cristo, cuando, finalmente, el libro del Pentateuco, J + E + D + P,  adquirió la forma que tiene actualmente.(Ver esquema final del libro).
        
Esta teoría revolucionó todo el ámbito de investigación bíblica y mostraba una nueva perspectiva. Según el cómputo del tiempo, aceptado por aquel entonces por los investigadores bíblicos, la salida de Egipto tuvo lugar hacia el año 1445, a.d.C. Josué conquistó la Tierra Prometida (Canaán), hacia el año 1440 a.d. Cristo. Ahora bien con la Teoría Documentaria de Wellhausen situaba los elementos más antiguos de los llamados libros de Moisés en el S. IX (J), es decir, unos 550 después de Moisés, y además sostenía que el Pentateuco actual no habría adquirido su forma definitiva, sino diez siglos después, 400 a.d.C, que el fundador de la religión de Israel (Moisés) hubiese hecho su aparición.


b. Teoría de Historia de las formas de H. Gunkel: (1862‑1932)

Insiste en que se debe de admitir como base de estas tradiciones escritas, unas "Tradiciones preliterarias" (orales), aisladas, a partir de las cuales se formaron, más tarde, los documentos escritos. (Así por ejemplo, se ha dicho que Moisés fue el autor del libro del Éxodo y del libro del Deuteronomio. Sabemos que ambos libros se han escrito entre el 800‑621, a.d.C, y Moisés vivió hacia el 1200, a.d.C). ¿Cómo entender este hecho? Posible explicación: Moisés fue el gran legislador, el gran Profeta que guió, orientó y llevó a su pueblo  a la liberación de la tierra prometida, pero entre la legislación oral y la legislación escrita median 4 siglos.
        
Moisés es el autor de lo prescrito, porque él fue elegido por Dios para esta tarea, se la inspiró pero no la realizó por escrito, la realizaron diversos autores de su pueblo después de 4 siglos. Para los semitas que practicaban un régimen comunitario muy estricto en el pensamiento y en la palabra oral y escrita, esto no tiene nada de extraño. En resumen, podemos decir, que Moisés fue el autor de los libros en cuanto a  la  fundamentación y a su actividad como legislador; en cuanto a la actividad literaria, estrictamente dicha, está condicionada al devenir del tiempo, a través de las generaciones sucesivas y de las transmisiones orales.


c. Teoría de G. von Rad: (1901-1971)

Intentó la combinación de los dos métodos: el de las “fuentes literarias” y el de las “formas literarias” y planteó la hipótesis de que el yahvista fue un gran teólogo, que sobre la base de un “pequeño credo” recogió y ordenó muchas de las “tradiciones” transmitidas independientemente unas de otras. El yahvista habría “recogido y unificado” cierto “conjunto de tradiciones” con un trabajo de composición personal, guiado por una concepción teológica propia, hasta el punto de que se puede hablar de una teología yahvista. El autor hizo una  recolección de las leyendas orales de la tradición en la época davídico - salomónica. Según von Rad, el Pentateuco está constituido por cuatro conjuntos de tradiciones, cada una de las cuales desarrolla un tema fundamental: Tradición del Éxodo y de la conquista. Tradición del Sinaí. La historia de los patriarcas. La historia primitiva.


d. Teoría de R. de Vaux, O. P.

En el ámbito de la investigación bíblica católica destaca el religioso dominico R. de Vaux, O. P. Director de la Escuela Biblia de Jerusalén. El autor mantiene el esquema de Wellhausen, J + E + D + P, como lo hacen la mayoría de los eruditos.
        

R. de Vaux admite que tal división de los múltiples materiales acumulados en el libro del Pentateuco, no pueden sustituirse todavía por otra teoría mejor. Evita utilizar el término de "documentos" y prefiere hablar de "transmisiones" o de "tradiciones" o de "corrientes de pensamiento"; algunos autores prefieren hablar de "escuelas" de pensamiento. Cada uno de los cuatro grupos de textos (J – E – D - P) tiene su propia prehistoria, en forma de una tradición que frecuencia duró siglos en formarse: una tradición primero fue oral, tal vez pasado mucho tiempo quedó fijada por escrito. Los lugares donde posiblemente se crearon estas tradiciones fueron los santuarios antiguos de Israel: Siquem, Rama, Hebrón, Bet-El = (Casa de Dios). En efecto, en dichos santuarios se conmemoraban con ritos  cultos primitivos las narraciones y hazañas que Dios había hecho en favor de su pueblo Israel. Eran tradiciones vivas, es decir, cada generación las iba transmitiendo a la próxima generación. Eran fiestas celebradas en público por todo el pueblo, eran días de acción de gracias, en las que se renovaba el compromiso de la Alianza de Dios con su pueblo en el Sinaí. Esto se aplica a las costumbres y a la transmisión de las  leyes como a los relatos salvíficos: Éxodo, conquista de la tierra prometida, etc.
               

ESQUEMA DE LA TEORÍA DE  R. DE VAUX



Como podemos observar la redacción final de Pentateuco recorre una larga y lenta historia. Especialistas en Sagrada Escritura llegan hoy a la siguiente conclusión: se puede aceptar con razonable seguridad la teoría de las cuatro “tradiciones” o “fuentes”, como la solución mejor al problema del origen literario del Pentateuco, considerando que cada una de las tradiciones se acerca al misterio de Dios de una manera diferente.

1.1.3. Tradición Yahvista: (J)

Data del S. X, a. d. Cristo. Se la denomina "Yahvista" por el uso frecuente que hace del nombre "Yahvé", para nombrar a Dios. Fue redactada en el Reino del Sur (Judea), probablemente durante el reino de David, o tal vez, durante el reinado de su hijo Salomón.

Esta tradición es de lenguaje sencillo, colorista, se fue transmitiendo dentro del territorio de la tribu de Judá, en asociación al santuario de su ciudad principal Hebrón. En efecto a este santuario aluden un buen número de relatos de la tradición yahvista J, y se atribuye a Judá un pasado hermoso, impulsado por el glorioso encumbramiento que Dios concedió a dicha tribu en el período de David y Salomón Estas tradiciones debieron ser consignadas por escrito, por obra de una persona, o bien de una "escuela", durante el reinado de Salomón, o poco después. El autor yahvista pretende presentar la comunión divina con los hombres y con una convicción tan decidida que a veces resulta desconcertante, Gen 3, 8,21; 4, 15; 18, 19.

1.1.4. Tradición Elohista: (E)

Es la tradición hermana de J. Se le denomina "Elohista" por el uso cuidadoso que hace del nombre "Elohím" para nombrar a Dios. Esta tradición fue elaborada en las tribus de Palestina central en el territorio de Efraín, quizás en el santuario de Bet-El y Siquem. La fijación por escrito debió de tener lugar más o menos que en el caso de la tradición J. Esta fijación por escrito nos hace pensar en la influencia del profeta Elías y probablemente editada en forma definitiva algún tiempo después del cisma del Reino de David. Para el autor elohista lo más importante es la Alianza de Dios con su pueblo que fue elegido en el monte Sinaí. La fusión de las dos tradiciones J y E probablemente se realizó en el tiempo posterior al colapso que recibió el reino del Norte con la invasión de los asirios y con la deportación de parte del pueblo judío a Nínive (Asiria), 721. Podría relacionarse con el intento de Ezequías por ganar a todo el pueblo de Israel para el culto auténtico de Yahvé, según se practicaban en el santuario de Jerusalén.

1.1.5. Tradición Deuteronomista: (D)

Compuesta por un autor de la tribu de Judá en el S. VII a. d. Cristo y suele identificarse con el libro encontrado por Ezequías en el Templo de Jerusalén hacia el año 621 a. d. Cristo. La identificación se ve reforzada por el hecho de que las reformas de Josías son estrictamente paralelas a las reformas recomendadas en el deuteronomista. La aportación teológica del deuteronomista es la concepción de la Alianza, como elección amorosa de Israel por parte de Dios, y el cumplimiento de la Ley como la respuesta ideal de Israel a Dios.

1.1.6. Tradición Sacerdotal: (P)

Se inicia la composición en el destierro de Babilonia (586‑538), y termina después del destierro. Escrita por el grupo sacerdotal del templo, tiene un obvio interés por los escritos litúrgico‑cultuales, por esto se le denomina "sacerdotal" (del alemán "priester", de ahí la sigla P). Pone un interés especial en la organización del santuario, en los sacrificios, y en las fiestas, en la persona humana y en las funciones de Aarón, sumo sacerdote y de sus hijos.
       
Contiene además textos legislativos o institucionales, contiene partes narrativas, donde también se encuentra el espíritu legalista y litúrgico que la anima. Gusta de los cómputos y genealogías, y se deja reconocer fácilmente por su estilo, en general abstracto y redundante; estos sacerdotes durante el destierro de Babilonia y principalmente en los tiempos que siguieron, debieron de preocuparse especialmente de consignar cuidadosamente por escrito tales tradiciones.

               

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Agradecemos al P. Ignacio Garro, S.J. por su colaboración.

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