El resto de las cartas "católicas"
Bajo este nombre de "cartas católicas", se incluyen las cartas de san Juan (3) que ya hemos presentado, la de Santiago, "el Justo" (1), las de san Pedro (2) y la de san Judas (1). Y este calificativo de "católicas" indica que fueron escritas no precisamente a una iglesia particular de una ciudad, sino en general, para toda la Iglesia (católica = universal). Recogemos aquí la de Santiago, las dos de san Pedro y la de san Judas.
Carta de Santiago
La de Santiago, más que una carta, es un escrito exhortativo y moral redactado por un cristiano de origen judío, buen conocedor del A.T., que domina la lengua griega, que escribe a los judeo-cristianos de la diáspora, que apenas cita a Jesucristo pero que es un conocedor evidente de las "bienaventuranzas". Por todo ello, esta exhortación es un escrito que ha de ser leído con el espíritu del ideal evangélico. Es una alerta ante el peligro real de que la fe cristiana pueda quedar reducida a una teoría ideológica, a una visión intelectual, a una fe sin obras ni signos del reinado de Dios. En esta "carta" nos encontramos con un creyente que no puede aceptar la injusticia social dentro de una comunidad eclesial.
Sobre su autor, las hipótesis son muy variadas, pero ninguna de ellas se presenta como cierta. La más probable es la que lo identifica con Santiago llamado el Justo,siendo responsable de la comunidad cristiana de Jerusalén en los comienzos de la historia de la iglesia. Su composición, si relacionamos su contenido con la personalidad de Santiago podría situarse alrededor del año 60, ya que éste murió mártir el año 62, antes de la guerra con Roma.
Cartas de Pedro y Judas
Sobre la primera carta de san Pedro, los expertos piensan que se trata de un escrito atribuido a Pedro para darle así una mayor autoridad (modo usual en aquel tiempo) ante las iglesias del Asia Menor, a las cuales se orienta este escrito. Muchos miembros de estas iglesias eran campesinos y pastores procedentes del paganismo, y económicamente bastante vulnerables y explotados. La fecha de su composición puede establecerse en torno al año 80. Su meta es sostener la fe en medio de las tribulaciones.
Respecto de su contenido, hay que destacar que posee una gran riqueza teológica y en no pocos aspectos comunica una gran fuerza espiritual. Uno de sus planteamientos maestros es la paciencia valerosa en las tribulaciones con Jesucristo como modelo, no imponiendo al mal sino al bien. Hace un llamamiento a la alegría desde la paz.
Quedan las cartas de un tal Judas y la supuesta segunda de Pedro. Aunque en las ediciones de la Biblia no van juntas, pero en razón de características comunes conviene leerlas de forma relacionada. Ambos escritos epistolares arremeten contra aquellos que en nombre de la "gracia" y del espíritu se dejan llevar de las pasiones. Sus recomendaciones van en la línea del conocimiento auténtico de cristo frente al llamado de conocimiento espiritual "gnóstico".En referencia a la fecha probable de su redacción, suele situarse ésta hacia finales del siglo I, siendo la del tal Judas cronológicamente anterior a la segunda de Pedro en unos diez años más o menos. Acerca de sus verdaderos autores, se puede decir que pertenecieron a la tradición judeo-cristiana de Santiago el Justo. El de la segunda carta de Pedro es un buen conocedor también de la vida y enseñanzas de éste. De ahí el que haya sido considerada por la tradición como escrita por él, supuesta la costumbre de al escrito un aval de autoridad.
En fin, compartid todos vuestro pensar y vuestro sentir animados de afecto fraternal, de ternura y humildad. No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto. Al contrario bendecid, pues habéis sido llamados a heredáis un bendición.
(1Pe 3,8-9)
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Agradecemos al P. Fernando Martínez, S.J. por su colaboración.
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Gracias por este aporte.
ResponderEliminary bellamente escrito está recordar:
No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto.
Dios les bendice. +